Retrasando los planes.
Historia corta
NaruHina/ ItaHina/ NaruSaku
Esta Fic no está ligado a un tiempo específico dentro del anime o manga.
Disclaimer: Ningún personaje usado en esta Historia me pertenece, todos son propiedad de Masashi Kishimoto, sin embargo la historia aquí plasmada es de mi propiedad.
Mundo alterno/ Japón antiguo
[...]
Con pasos apresurados Natsu alcanzo a su señora y cuando estuvo lo suficiente cerca le tomo una manga.
— Hinata-sama — la llamo. Haciéndola detener casi de inmediato.
— ¿Lo tienes? — Hinata le susurro, ella asintió y ambas siguieron con su camino — Los registre bajo el nombre de mi hermana menor, el mozo dejo dicho que si no estamos 15 minutos de la hora establecida partirán sin nosotros —
Hinata asintió y luego suspiro profundamente.
— Mi señora — Natsu volvió a tomarla, esta vez del ante brazo — ¿Realmente está segura de partir hacia Corea? Sus costumbres, su comida e incluso el idioma se volverán en nuestra contra. Si usted me lo permite podría llevarla a mi hogar, aunque es humilde creo que podrá sentirse segura y será más sencillo para Neji-sama ayudarla —
Hinata sabía que sus palabras eran bien intencionadas, pero lejos de ayudarla solo la hacían dudar aún más de su decisión.
— Natsu — se dio la vuelta, mirándola detenidamente — Al igual que tú, tengo miedo. Pero mi decisión ha sido tomada y hasta el momento tal y como lo sugirió Itachi-san lo mejor será desaparecer un tiempo. Aun así, no deseo arrastrarte a esta... —
— No, no se atreva — Natsu le tomo con fuerza las muñecas — Jamás me atrevería a dejarla a su suerte, así que no se atreva a sugerirlo —
— Natsu, yo realmente — y las palabras comenzaban ahogarse en su garganta.
— Sera mejor irnos, tenemos joyas que empacar — ambas soltaron una sonrisita nerviosa, la que de inmediato ocultaron pues muy posiblemente un sirviente de la finca Namikaze estaría observándolas.
[...]
Tanto Hinata como Natsu observaron con curiosidad el pequeño joyero de plata que hacia un momento resguardaba las joyas más preciadas de Hana Hyuga.
— Fue una suerte — declaro, Natsu — Que al final accediera a recibir el joyero de su difunta madre —
— Lo es, aunque en su momento me trajo muy malos recuerdos —
— Solo puedo pensar en que su madre pensó en usted hasta el final. Pues estoy completamente segura que se saberse su existencia, su Padre hubiese hecho mal uso de ellas —
— Lamento que Hanabi-san, no tuviera la oportunidad de usarlas —
— Cuando sea el momento podremos enviárselas de vuelta — Natsu le acaricio las palmas de sus manos.
Hinata bajo la cabeza, solo esperaba que alguna de esas joyas lograra sobrevivir.
— Mi señora — Hinata observo como su nana se ponía de pie apresuradamente y se dirigía hacia el ventanal— El cambio de guardia — su nana señalo a la lejanía. Y aquello era lo único bueno que Hinata le podría agradecer a su marido, pues aunque no la considera especial jamás la había desprotegido.
— ¿Deberíamos aprovecharlo? — ambas mujeres se observaron con complicidad.
— Si — Natsu sonó decidida, dándole la confianza necesaria a su ama quien de inmediato se puso de pie y cambio su incomodo calzado por uno más sencillo y cómodo.
— Si nos vamos ahora, estarem... —
Inesperadamente alguien llamo a la puerta obligándolas a guardar silencio casi de inmediato.
— Natsu, Natsu — Hinata tuvo que acudir a su nana para que esta reaccionara.
— S.. Si — esta tartamudeo un poco.
— Abre la puerta — Hinata le tomo del hombro — Todo está bien, solo encárgate de no dejarlo entrar a mi habitación — lugar donde habían ocultado dos pequeñas maletas repletas de suministros y un poco de ropa pues tenían pensado sobrevivir con las joyas de su difunta madre.
Natsu asintió y con pasos suaves se dirigió a la entrada. Hinata quien se encontraba perfectamente oculta detrás de una columna pudo obsérvalo todo.
— Lo saben — fue en lo único que pensó al observar a un guardia haciendo a un lado con un toque de brutalidad a su nana. De inmediato Hinata saco una daga que hasta un momento se encontraba muy bien escondida entre su ropa.
— Deténgase — Natsu suplico, al verlo dirigirse hacia donde se encontraba su ama — Le he dicho que se detenga o acaso está olvidando donde se encuentra — Hinata tembló un poco, que estuvo a punto de tirar la daga al suelo.
— Por el bien de tu señora guarda silencio o alertaras a los demás guardias — aquella voz, aquel respeto, no podía provenir de otra persona.
— Joven médico — Natsu estuvo a punto de colapsar en el instante, pero Itachi la sostuvo.
— Por el momento no soy nada ni nadie, así que omita darme nombre — Natsu pareció no comprenderlo de todo, pero sin más bajo la cabeza — Toma todo lo que necesiten, debemos irnos ahora que mis hombres han creado la distracción —
— Si — Natsu corrió hasta el otra cuarto, tomo el maletín que contenía las provisiones — Hinata-sama, andando — Natsu le extendió una mano a su ama, mientras se colocaba el segundo maletín en la espalda — ¿Señora? — la llamo, pero esta parecía estar confundida.
— ¿Qué es lo que sucede? — Itachi le cuestionó, vigilando en todo momento.
— Me pregunto — Itachi volvió la mirada — ¿Por qué razón se arriesga tanto? —
— ¿Disculpe? — Itachi no pudo ignorar su cuestionamiento y camino a su dirección.
— Pudo enviar a alguien más, estoy completamente segura que... — Hinata mordió su lengua, casi lo llamaba por su nombre — El joven amo, tiene más de mil sirvientes a su disposición —
— Mi atrevimiento ¿Le molesta? — una vez estando a su lado, no pudo evitar observar el miedo en sus inusuales ojos.
— No — hablo con seguridad — Solo me preocupa que se involucre más de la cuenta y de alguna manera logre perjudicarlo —
— No tiene razón, desde el momento en que le extendí una mano fui consiente de todo y aun así decidí aceptar el riesgo — la observo con curiosidad — con esta respuesta espero haber podido responder a sus preguntas — se giró hacia Natsu tomando ambos maletines y aligerando la carga de la mujer — Ahora solo necesitamos volver el lugar un caos — dicho esto tanto Natsu como Hinata se tomaron el tiempo de voltear algunos cajones, lanzar la ropa restante al suelo y voltear algunos utensilios de cocina todo ante la atenta mirada de Itachi.
— Ahora solo queda — Itachi tomo la daga del suelo y luego se cortó la palma de su mano.
— Esper... — Hinata quiso detenerlo, pero la sangre ya se encontraba manchando el lugar.
— De esta manera, nadie podrá dudar de que se trata de un ataque hacia su persona —
Pero a Hinata aquella explicación no le basto, así que con brusquedad arranco un pedazo de tela de su vestido y se adelantó a cubrir la herida. Itachi quien se sintió incomodo por el roce de la dama, alejo de manera brusca la mano.
— Estoy bien se lo aseguro — afirmo aunque por su rostro, Hinata supo que estaba mintiendo.
— No lo parece — Hinata insistió obligándolo a aceptar la fina tela en su mano.
— Si, ya está hecho debemos irnos — dijo sin siquiera agradecer el gesto, pero se sintió conmovido por aquella simple acción.
— Bien — ambas mujeres respondieron, Natsu coloco a su señora detrás del joven médico.
— Por ningún motivo deberán revelar sus nombres. ¿Lo han entendido? —
Nuevamente ambas mujeres asintieron, Hinata se colocó el gorro de la capa buscando de esta manera encubrir su identidad, Natsu la imito.
En cuanto puso un pie fuera de sus aposentos su corazón comenzó a latir tan deprisa que logro asustarla, pero se obligó a ignorarlo para así poder continuar.
— ¡A la ala oeste! —
Al escucharlos tan cerca, sintió un fuerte apretón en el estómago, las pisadas fuertes y el choque de sus armas con sus armaduras no hizo más que causarle un ligero temblor de piernas.
— Por favor siga el ritmo — Itachi le susurro.
— Mi señora, debemos continuar — el suave agarre de Natsu la hizo volver la mirada al frente, donde la espalda de Itachi aguardaba por ellas.
Y estaba siendo difícil, realmente difícil dejar atrás todo lo que conocía, sintiendo la adrenalina correr por sus venas y con la culpabilidad por abandonar a su esposo y deshonrar a su familia de a poco la estaba consumiendo.
Que incluso se planteó la idea de dar media vuelta y confesar todo, sin temor a recibir su castigo.
Pero se estaba olvidando de ella, Natsu.
De entregarse estaba completamente segura que su único castigo seria ser de vuelta a su familia, sin embargo para Natsu significaría la muerte por ayudar a una mala mujer a abandonar a su marido.
Natsu era más que una fiel compañía, en ella veía una amiga, veía una hermana, veía a su madre y tuvo que recordarse que de quererse vivas tenía que arriesgarse, que su falta era por su bienestar y que no le debía nada, ni a él, ni a su propia familia.
— Natsu — la llamo temerosa.
— Si, mi señora — su nana la miro con curiosidad y un toque de amor maternal.
— Tengo miedo — y por primera vez luego de mostrarse tan firme como una roca, Hinata comenzó a sollozar.
— No tiene que, no mientras me tenga a su lado — con esto último, las dos mujeres se tomaron de las manos y siguieron al falso guardia que las guiaba a la libertad.
[...]
— Cuervo — a una vez fuera de los límites de su familia política, Itachi se dirigió a ellas. — Así deben llamarme, al menos hasta que nos encontremos en un lugar seguro.
— ¿Nosotras también tendremos nombres raros? — Natsu pregunto con suma curiosidad.
— Me basta con que no revelen sus verdaderas identidades e intente ocultar lo posible los ojos de su ama —
Hinata bajo la vista casi de inmediato, desde muy niña supo que la singularidad en sus ojos le traería problemas en el futuro, como cuando Naruto le sugirió tener problemas de vista y ahora sabía que de no tener el sumo cuidado podrían identificarla de inmediato con la sola mención de sus ojos.
— Podríamos usar vendas — Natsu sugirió e Itachi pareció pensárselo — Si, alguien nos cuestiona pretenderemos que mi ama sea invidente —
— Solo hasta que lleguemos al barco — Hinata agrego, apoyando la idea de su nana.
— Me parece una buena idea, pero sin su vista el camino podría parecerles un enorme obstáculo —
— ¿Tiene algún caballo a su disposición? De esa manera será más sencilla — Hinata le cuestiono. Natsu comenzó a cubrir sus ojos, con un pañuelo que Itachi les extendió.
— Dos, no muy lejos de aquí pretendía usarlos si la situación parecía empeorar —
— Soy muy buena cabalgando — rápidamente Natsu confeso orgullosa.
— ¿Y usted dama? —
— Mi padre creía que era un desperdicio — así que negó un tanto avergonzada.
— Descuide, puede ir conmigo solo si la proposición no parece incomodarla — Itachi, se giró dejando en claro que debían seguir su camino.
[...]
Sin ser capaz de ver más allá que el blanco del pañuelo, Hinata se dejó guiar completamente por Natsu quien siendo un tanto cuidadosa le indicaba lo que había enfrente para evitar lastimarla.
— Aquí — anuncio, Hinata solo pudo sentir un péquelo apretón de manos, Natu estaba emocionada.
— Hacia mucho que tuve la oportunidad de cabalgar —
— Puede escoger — ante lo dicho, Hinata soltó la mano de Natsu indicándole que estaba bien alejarse.
— Vaya ambos son tan lindos — Hinata sintió el deseo de ver la dulce expresión de su nana — Puedo ver que ella, está en cinta — Itachi quien apenas conocía a sus animales la miro extrañado — Su tripa esta hinchada — el hombre finalmente creyó en sus palabras.
— La hare revisar en cuanto este de vuelta —
— Bien, pero entonces no creo conveniente el incrementar su peso llevando a dos personas — y a veces Hinata deseaba que Natsu no fuese tan preocupona.
— Creo en su buen juicio — Hinata suspiro aliviada, a veces Natsu no sabía cuándo parar y creía haber incomodado al joven médico — Entonces seré yo quien lleve a su señora — sin tomarla en cuenta ambos la ayudaron a subir y una vez arriba del animal Itachi le pidió sostenerse fuertemente de su ropa — Andando —
En todo el camino el trote del animal fue calmado, por esa razón Hinata no requirió tomar con mayor fuerza a Itachi.
— Todos a bordo — Hinata escucho las olas del mar, romperse con el muelle y la pesadez en su pecho comenzó a disminuir permitiéndole respirar adecuadamente. Finalmente luego de sentirse asustada podría sentirse aliviada, solo necesitaba subir a ese barco para...
— ¡Todos abajo¡ — la áspera voz de aquel hombro logro inquietarla.
— Espere aquí — no supo la razón, pero Hinata se le aferro del brazo, deteniéndolo al instante.
— Descuide, no tardare — con sumo cuidado, Itachi le aparto la mano bajando del caballo — Tú, ven conmigo — y estaba claro que se dirigía a Natsu.
— ¿Qué es lo que sucede? — pregunto una mujer mayor.
— Solo una revisión de rutina, de esta manera evitamos que los delincuentes escapen —
— Ya fue suficiente — el superior del joven soldado los hizo callar de golpe — No le debemos explicaciones, así que ahora todo el mundo en una fila y muéstrenos el rostro — ante lo dicho Hinata no pudo evitar sentirse angustiada.
— Disculpe, pero no creo que sea necesaria su petición. Sera suficiente con corroborar los rasgos de aquellos que buscan — aquella voz no podría ser otra que de Itachi.
— A la fila — el hombre grito y ante su negativa Hinata dedujo que buscaban más de lo que decían y nuevamente se sintió temerosa — ¿Y usted? — era obvio que se dirigían a ella, pero por muy asustada que se sintiera debía fingirse ciega o de lo contrario toda su lucha acabaría — Acaso no ha escuchado, baje de inmediato — Hinata intento tomarse del animal para poder bajar, pero el caballo parecía inquietarse con las fuertes pisadas de aquel hombre.
— Ella es ciega, permítanme ayudarle — Natsu grito con desespero. Pero su confesión fue tardía, puesto que el caballo al sentirse invadido levanto las patas delanteras para ahuyentarlo tirando a Hinata en el proceso — Mi señora — volvió a gritar.
— Maldición ¿Se encuentra bien? — lo escucho decir. El caballo volvió a levantarse esta vez pisándole un par de costillas — Maldito animal, para o la mataras —
—... — invadida por el dolor, Hinata solo pudo cerrar los ojos.
— Calma, calma, calma — confundido por el comportamiento del animal, Itachi corrió hasta el intentando serenarlo — Confirma que tu señora aun siga respirando — pidió a Natsu quien parecía querer desmayarse al presenciar tal escena.
— Lo hace — respondió entrecortadamente — pero hay mucha sangre, sobre todo en el brazo derecho —
Una vez dominado el animal, los dos soldados se acercaron a observar la escena.
— Hay algo que podamos hacer por usted — para ese momento Natsu estaba más que harta de aquellos hombre que sintió el deseo de maldecirlos, pero se contuvo negando repetitivamente, solo deseaba que la dejasen en paz — Lamentamos lo sucedido, enviaremos un médico tan pronto como se nos sea posible — Natsu palideció, de esa manera definitivamente serian descubiertos.
— Yo me encargare de ella, soy médico — el joven caballero afirmo, dejándolos fuera de la situación de una vez por todas.
— Siendo así, no hay más nada que podamos hacer — ambos hombres partieron devuelta a la embarcación, dejándolos con una Hinata muy mal herida.
— Mi señora, por favor resista — Natsu le acaricio la frente.
— Debemos irnos, con lo ocurrido solo llamaremos más la atención — Natsu asintió aunque no estaba segura de seguir sus palabras.
— Pero el barco — señalo temerosa, aquellos malos hombre seguían revisando a la tripulación.
— En su estado es imposible que viaje, podría morir sin una atención adecuada — Natsu sintió que todo el aire de sus pulmones se esfumaba — Antes deberá recuperarse —
— Mi hogar, no es opción tal como el pan, las plantas curativas carecen —
— No hay opción, tendremos que dirigirnos a mi hogar —
— ¿Su hogar? — Natsu no pudo evitar suprimir el disgusto que le provocaba aquella proposición, pues aun en aquella situación ella seguía pensando en la imagen de su señora y no era correcto una mujer casada y un hombre soltero durmieran bajo el mismo techo. Aquello solo podría traerle más problemas a su señorita.
— Solo hasta que estemos completamente seguros que no haya algún órgano lastimado. Luego de eso yo mismo me encargare de subirlas a la embarcación ¿Estas bien con eso?—
Natsu pasó saliva, quizás se estaba equivocando en confiar tanto en aquel hombre, pero por el bien de su señorita sería capaz de lanzarse al fuego, si con eso sería capaz de salvarla.
— Si —
Teniendo su autorización, Itachi tomo cuidadosamente a Hinata quien ahora se encontraba inconsciente y la subió a su espalda. Y luego le dio la orden a Natsu de cabalgar hasta su hogar y mandar ayuda o de otro modo tardarían al menos día y medio en llegar lo cual afectaría enormemente la salud de Hinata.
[...]
Nota del autor.
Aun cuando las cosas parecen parecen ir tan bien, siempre podría suceder algo que te orille a pasar mas tiempo con el amor de tu vida jajaja
Fuera de mame, es grato ver que después de un año de abandono siguen llegando los comentarios bellos y ansiosos por leer la continuación. Mi idea por supuesto es terminarla para darle oportunidad a mi nuevos proyectos.
Espero leer sus comentarios y como siempre ItzelBadan los ama mucho :3
Domingo 18 de Septiembre del 2022 y aun no ha temblado en México (sospechoso)
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