Planes.
Historia corta
NaruHina/ ItaHina/ NaruSaku
Esta Fic no está ligado a un tiempo específico dentro del anime o manga.
Disclaimer: Ningún personaje usado en esta Historia me pertenece, todos son propiedad de Masashi Kishimoto, sin embargo la historia aquí plasmada es de mi propiedad.
Mundo alterno/ Japón antiguo
Al recibir un mensaje de carácter urgente de parte de la residencia Namizake, en lo único que pudo pensar Itachi fue en una nueva manera de querer deshacerse de su paciente, así que no lo dudo más, tomo su botiquín se montó en su caballo y cabalgo lo más rápido que pudo hacia su destino.
Pero cuando las puertas fueron abiertas para él, lo único que descubrió fue a dos mujeres riendo mientras degustaban de pequeños bocadillos de macha y arroz, inmediatamente su reacción fue de fastidio, haciendo sonar exageradamente su calzado al entrar al recentó. Al escucharlo las dos damas escondieron el plato e intentaron limpiar su evidencia aunque se olvidaron de limpiar la harina de sus mejillas.
— Itachi-sama adelante, mi querida ama no se encuentra muy bien el día de hoy — Natsu lo reverencio después coloco la peor cara que tenia, realmente parecía estar afligida.
— ¿En verdad? — si había algo que Itachi no soportaba eran las mentiras por muy inocentes que fueran — Me parece ver un poco de migajas en su vestido — señalo a la peliazul que efectivamente había olvidado su papel de enferma y estaba limpiándose la ropa. Inmediatamente Natsu se avergonzó, miro por todos lados y cerró la puerta obligándolo a dar un paso hacia adelante.
— Mi señora, se lo explicara todo — dicho esto Natsu le dio un leve empujoncito, acto seguido se pegó a la puerta mirando por el rabillo. Como una autentica vigilante.
— ¿Es esto correcto? — Cuestiono, pero la joven dama no parecía querer responderle. Extrañado por el comportamiento de la sirvienta, Itachi Uchiha, encamino sus pasos.
Ciertamente era extraño caminar sin supervisión alguna. Siendo un varón lo normal era que la sirvienta de su paciente siempre estuviese vigilando sus pasos y movimientos para preservar la pureza de su ama. Por esa misma razón detuvo sus pasos mientras meditaba si su accionar estaba siendo el correcto, lo que menos deseaba era meter en problemas más graves a esa joven, que estaba de más decir que ya comenzaba a pagar las consecuencias.
— Itachi-sama — y su voz era tan suave — Itachi-sama, por favor siga adelante — difícilmente Itachi era alguien que atacara las ordenes de alguien más, pero había algo en esa dulce voz que lo obligaba a obedecer sin cuestionamientos.
— Su, su... sirvienta me ha enviado hasta aquí — instintivamente bajo la mirada, sin nadie que lo supervisara, no se sentía libre de mirarla después de todo era una mujer casada.
— Entiendo — lo miro extrañada, semanas atrás el azabache parecía un hombre decidido y ahora estaba actuando como un indefenso animalito — Lamento haber tenido que mentirle — y Hinata entendía que para poder pedirle aquel favor tan grande, debía a sincerarse primero — Pero me veo obligada a recurrir a su ayuda.... — el hombre a su lado soltó un sonoro suspiro interrumpiendo sus palabras.
— Tiene Usted idea de lo que pudo... — elevo su voz — Haber... ocurrido, si yo— molesto levanto la mirada solo para toparse con dos hermosas perlas que parecían querer estallar en miles de lágrimas.
— Yo.... lo lamento — musito, poniéndose de rodillas — Pero debe escucharme, antes de si quiera condenarme por mis faltas — sin duda aquel acto, era el primero en la historia ninguna mujer de clase, se arrodillaba ante nadie. O al menos eso creía, inmediatamente Itachi le extendió su mano para ayudarla a ponerse de pie, avergonzada la mujer se negó, pero volvió a insistir.
— Debe ser algo muy delicado — Hinata lo miro, aun desde abajo — Para mentir a tal grado — finalmente la peliazul tomo su mano, la calidez de la joven lo invadió.
— Lo es, Itachi-sama — sin el mínimo pudor, Hinata lo arrastro hasta la privacidad de su alcoba donde estaba segura nadie, ni nada podría escucharlos.
Itachi era consciente de que aquel lugar no era el correcto, de descubrirlos ambos terminarían siendo enjuiciados y culpados por adulterio, siendo ella la única perjudicada pues a él, el titulo entregado por el Rey lo volvía en un ser intocable. Pero no expreso su singular preocupación, por el rostro pálido y su visible incomodidad podía deducir que ella era más que consciente de las posibles consecuencias.
— Usted, tenía razón — lo soltó tan de pronto que a Itachi no le quedó más remedio que asentir torpemente — Lady Tsunade, me lo conto todo — susurro.
— ¿Lady Tsunade? — repitió, bastante perdido.
— Ella asegura estar de mi lado, y al mismo tiempo ha puesto toda su Fe en su criterio como médico —
— ¿Cómo pude.... —
En ese momento, Hinata lo interrumpió contándole todo y cada uno de los detalles que la rubia le había hecho saber, anonadado Itachi tuvo que permitirse unos minutos en completo silencio para comprender la situación.
— Y como planea, usarme — al escucharlo hablar, Hinata se permitió relajarse por un momento y al verlo tan serio creyó que la delataría.
— Solo debe entregar esta carta a uno de sus sirvientes — apresuradamente Hinata le entrego el dichoso papel — Debe ser entregada específicamente a Neji Hyuga, él vive en Konohakure entre los límites de Sunagakure, pero debe ser bastante claro en sus indicaciones, a nadie más puede ser entre..... —
— Debe tranquilizarse, no ha dejado de temblar — Itachi tomo la carta, inmediatamente la escondió dentro de su bota.
— Lamento incomodarlo — era evidente que la chica intentaba tranquilizarse por todos sus medios, pero le estaba siendo imposible — Pero debo insistir en que esta carta, sea entregada específicamente a Neji, a mi sangre —
— De acuerdo — finalmente ella soltó un suspiro lleno de alivio. Sin decir más, el joven médico dio media vuelta y salió de prisa de los aposentos de su paciente, dejándola sorprendida. Torpemente Hinata apenas pudo alcanzarlo.
— Espere — con mucha suerte logro detenerlo, pues él no parecía querer gastar su tiempo a su lado.
— ¿Algo más, Hinata-sama? — hablo aun de espaldas, sin dignarse a mirarla.
— Olvi... Estoy olvidando... — camino deprisa, sosteniendo el vuelo de su falda el cual le impedía avanzar a su mismo ritmo.
— ¿A qué se....? — pero tan pronto abrió la boca, la pequeña dama ya se encontraba al frente suyo, sosteniendo una diminuta bolsa que suponía estaba repleta de monedas.
— Su recompensa — la extendió con el debido respeto, pero por la expresión del azabache dudaba que lo aceptara, así que volvió a insistir — Evidentemente, no intento ofenderlo — bajo la cabeza — Soy consciente de que su fortuna es incluso más grande que.... —
— Entonces qué es lo que intenta hacer.. Hinata-sama —
— Es una recompensa para su fiel sirviente — aclaro, pero él no parecía estar convencido.
— ¿En verdad? — le cuestiono directamente, omitiendo los honoríficos.
— No tengo por qué mentirle — casi por instinto, Hinata comenzó a sentirse absorbida por esa dura mirada.
— O es que quizás intentara involucrarme.... Si, llegara a fracasar — dirigió sus perlas hacia sus manos y hasta ese momento entendió el porqué de su desconfianza, como si le quemara vacío el dinero sobre sus manos, arrojando al suelo el pequeño pedazo de tela en el cual, estaba impregnado su sello personal.
— Yo solo intentaba ser generosa, mi intención jamás fue... el darle una idea completamente equivocada, solo intento salvar mi vida, solo intento salir de este infierno — con palabras amargas Hinata termino por expresarse, para Itachi el verla enfrentarse finalmente a sus enemigos la hizo admirarla, sin duda alguna la pequeña Dama, frente suyo era demasiado valiente y guerrera aunque ni ella misma pudiera aceptarlo.
— No era mi intención, dudar de su palabra — pero si en verdad deseaba hacer las cosas bien debía, eliminar cualquier mínimo detalle que pudiese delatarla — Hinata-sama, lo que intenta es demasiado grande, por eso debe ser cautelosa y frívola en su actuar, por eso le suplico permítame ayudarla — ni el mismo, supo con exactitud por que se ofreció. Pero ella, ya lo miraba con una expresión extraña, causándole una enorme incomodidad,
— ¿Seria, Usted capaz? — comenzó a balancearse, como una niña pequeña. Dejando caer todas las monedas, aquello era un desperdicio pero Itachi se limitó a asentir, no podía retractarse menos ahora que el color natural de sus mejillas regresaban y sus labios se curveaban.
— Su plan parece bien elaborado — Itachi se giró un poco, su brillo lo estaba incomodando — Pero si usted, desaparece es bastante lógico que el primer lugar que la buscarán será en su antiguo hogar — Hinata elevo una ceja.
— Tiene la razón — titubeante, comenzó a buscarle el rostro — ¿Entonces, que deberíamos hacer, Itachi-sama? —
— Eh! — soltó sorprendido — ¿Acaso, no había pensado en ello? —
— Dijo que me ayudaría...— acuso — Además la carta era mi única opción, esperaba que Neji-san lo hiciera todo por mí — hizo un puchero — No se me ocurre nada más.. — respondió un tanto apenada.
— Una carta contra el clan, Namikaze .... Vaya broma —
— ¿Disculpe? —
Itachi negó inmediatamente, después miro hacia la ventana el sol aun parecía tener una buena posición.
— La carta será enviada — Hinata intento protestar, pero la detuvo — Si logramos que su primo esté al tanto de toda su situación, en lugar de caer en pánico por su prematura desaparición podrá fingir contribuir en su búsqueda, entregándole un poco más de tiempo. Por ahora debo irme —
Itachi finalizo, saliendo del recinto sin esperar respuesta alguna de su paciente.
— Hinata-sama— la voz de Natsu reflejaba angustia — ¿Esta completamente segura? —
— Por ahora. Solo debemos aferrarnos, además el joven medico— Hinata fue capaz de visualizarlo aun en la lejanía — Parece ser una buena persona —
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