18?
-¡El puente Reiwa! ¡más de mil metros de largo y conocido como el puente de los suicidios! - los alumnos se espantaron - ¡Es broma JAJA! ¡Intento de suicidio porque aquí se realiza salto en bongee, saltas...pero no te matas! JAJA - los alumnos ya se empezaban a avergonzar de su profesor- ¡Aquí está el señor Hitoshy, el es el dueño del salto en bongee y sus colaboradores!
-Buenas tardes egresados, el salto en bongee es una de las mejores actividades infartantes que puede haber. Y hablando de infarto, ¡Tengo una gran oferta infartante de salto en bongee en parejas! - Inuyasha tembló de la emoción- ¿Quienes seran los valientes que se lanzaran desde el puente? - pregunto entusiasmado y varios levantaron la mano.
Para enseñar como sería la caída a más de 190 metros de altura uno de los que trabajaba se lanzó demostrando la sencillez.
El primer valiente fue Hiten, quien término dando un grito nada masculino mientras caía y así siguieron individualmente.
Hasta que el turno de las parejas llego, los primeros fueron Susaku y Akitoki, seguidos de Sango y Miroku, el par de extremista.
-Vamos...- Inuyasha arrastraba a Kagome quién se negaba a tirarse, al principio estaba emocionada, luego de haber visto la altura y haber escuchado los gritos de terror de sus compañeros, la emoción poco a poco se le fue esfumando.
-No, esta vez sí que no Inuyasha- se resistía e intentaba de cualquier manera soltarse del agarre firme del peli plata- Inuyasha no.
-Hay que probar nuestra confianza cariño. Porque confías en mí ¿cierto? - se detuvo y la observó fijo.
-No, no confío en ti - Inuyasha se entristeció, la soltó de la mano y le dio la espalda manteniendo su cabeza agachada - Ah, ay...- Kagome blanqueo los ojos y se sintió culpable - Espera - lo tomo de la mano - sí confío en ti... - Inuyasha volteó a mirarla con una sonrisa victoriosa.
-Perfecto, vamos - volvió a tirar de ella.
-¡Eres un chantajista! - exclamó histérica al darse cuenta de la fingida de Inuyasha.
-Hey Shippo ¿Me cedes tu lugar? Antes de que esta mujer se arrepienta - Inuyasha le hablo a Shippo compañero de su salón que estaba con su novia Soten.
-Claro amigo.
-¿Cómo se llaman? - pregunto el dueño.
-Kagome...
-Inuyasha...
-¡Preparen a nuestros amigos! - ordeno el dueño a sus colaboradores.
Inuyasha y Kagome eran preparados para la caída, le ajustaron muy bien los arneses a sus caderas, listos ya cruzaron al otro lado del puente, Kagome veía abajo con pavor sin dejar de abrazar a Inuyasha, abajo en el rió, un barco los esperaba.
-¿Señor? - Kagome llamo al dueño.
-¿Sí, señorita?
-¿Qué tan seguro es esto? - Inuyasha rió por su pregunta.
-99% señorita - seguro respondió.
-¿Y el 1%?
-Depende de la suerte...- se carcajeo.
-Ay no...
-¿Listos? 1...
-No voy a gritar, no voy a gritar- repetía rápido Kagome abrazando cada vez más fuerte a Inuyasha.
-2...
-No voy a gritar, no voy a gritar, no voy a ¡gritaaaaaaaaar!
El grito aterrador de Kagome y la risa de Inuyasha se escuchó cuando los empujaron al vacío.
El viento golpeaba sus caras y sus cabezas se sumergieron un poco al lago, mojando sus melenas.
Kagome acompañó a Inuyasha en una risa descontrolada, la adrenalina del temor a morir, el miedo de perder todo...pero al no hacerlo y jugar con la muerte los hizo reír sin césar.
Inuyasha le hablo y ella con sus ojos chocolates brillosos lo observo. Tomo su rostro con una mano y lo beso lujuriosamente. Inuyasha correspondió con las mismas ganas y exploro el interior de su azabache con su lengua, gimen ante la intensidad y el calor que emanan sus cuerpos al estar pegados y sentirse a pesar de la ropa.
-Sí te quiero Inuyasha...- confesó Kagome apoyando su frente en la de Inuyasha manteniendo sus ojos cerrados, mientras respiraba agitadamente al igual que el peli plata.
Inuyasha la volvió a besar, pero está vez con ternura.
°°°
-Y aquí tienen - un hombre en el barco les da uno unos papeles antes de que se bajen en la orilla junto con sus demás compañeros que ya se habían lanzado anteriormente.
-¿Qué es? - Inuyasha lo lee.
-¡Un certificado de valentía! - exclama Kagome- gracias señor.
-A ustedes por ser valientes.
Kagome e Inuyasha bajaron del barco reuniéndose con sus demás compañeros encontrando a sus amigos entre ellos.
-¡Sango!
-¡Kagome! - ambas amigas se abrazaron al verse como si no se hubieran visto desde hace años.
-¡Creí que moriría! - chilla Kagome.
-¡Yo también, yo también! - mutuamente se consolaron con su llanto falso.
°°°
-¡Éste día sí que fue muy extremista chicos, tuve tanto miedo que uno muriera y que yo me responsabilizara por eso! - el profesor se limpió una falsa lágrima.
-¡Profesor! - chillo Kikyo.
-¡Pero que bueno que no paso nada! ¡En fin, nos divertimos, me divertí! ¡Volvamos al campamento polluelos! - dio la orden al chófer.
En el silencio, se escuchó el intento de encender el motor del autobús, más de cinco intentos y nada. El chofer entonces bajo y se fue a fijarse el problema.
-No hay porque alarmarse...- el maestro también bajo y un minuto después se oyó su grito- ¡Sin combustible! ¿¡varados!? ¡Mañana al amanecer! - el murmullo entré los alumnos empezó a cubrir el silencio de la noche - ¡Polluelos, estamos varados! - y está vez el maestro lloro de verdad.
°°°
El chófer, el profesor y unos cuántos alumnos juntaron leña y encendieron una fogata, todos se sentaron alrededor del fuego calentandose de la baja temperatura del lugar. Kagome bajo del autobús con sus dos paquetes de papas fritas.
-Ten, compartelas - le entrego el paquete a Shippo para que se encargará de compartirlas con los de ese lado, Kagome abrió el otro paquete haciendo lo mismo con el otro lado hasta llegar a Inuyasha y sentarse a su lado.
-Quedan pocas papitas- chilló despacio Kagome viendo el interior del paquete.
-Al volver te compraré más cariño - la abrazo en consuelo, orgulloso de la amabilidad de su azabache.
Después de lo de Kagome todos la imitaron, sacaron los snack que habían llevado y que no habían comido para compartirlos con los demás compañeros. Comida no hizo falta.
-¿Recuerdan cuando Hiten se confesó a Yura? - dijo Ayumi haciendo que los nombrados se sonrojen - ella lo rechazó- todos se rieron al recordar la confesión publica en el colegio de su compañero cuando estaban en tercer año.
-Por eso soy un Don Juan, ahora todas me quieren pero yo no quiero a nadie - alardeo Hiten.
-En primer año Shippo lloró porque Inuyasha le había quitado su dulce - dijo riendo la novia de Shippo, Soten.
-¡Era mi dulce favorito! - exclamó Shippo.
-Estaba tan rico- Inuyasha lo provocó.
-Pero aquí los que se llevan el premió de hacer historia en el colegio son Kagome e Inuyasha- comenzó Miroku y todos concordaron recordando.
-En primer año apenas empezaba y ellos ya tenían tres llamados de atención.
-Recuerdo en el examen qué di con los cursos unidos - hablo el profesor- ambos terminaron al mismo tiempo y se pelearon por entregarlo primero, los castigue siendo los últimos en entregarlo- todos rieron al recordarlo.
-Ah, y cuando Inuyasha le corto un mechon de cabello a Kagome y ella se vengó pintando su cabello plateado de negro.
-Lo que me costo volver a mi color...
-Con mi cabello no se juega.
Y así siguieron trayendo buenos, tristes y divertidos recuerdos del colegio en medio de la noche alrededor de una fogata.
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