Lo primero que hizo al sentir despertar fue bostezar, y palmear a su lado dándose cuenta del espacio vacío a su lado, abrió sus ojos y se sentó encontrando a Kagome en la esquina de la carpa hurgando su mochila.

-¿Qué haces cariño? - bostezo otra vez Inuyasha.

-Me voy a bañar ahora que todos siguen dormidos...- se giro a el con su ropa, toalla y un bolso con sus productos de baño.

-Te acompañó, espérame-  Inuyasha se estiró y salió de la carpa volando hacía la suya en busca de su ropa, toalla y poniéndose sus crocs. Se apresuro en su busqueda creyendo que su vengativa azabache no lo esperaría, pero al casi caerse saliendo su carpa se dio cuenta que no fue así, Kagome lo esperaba sentada en un tronco, tarareando una canción.

-Vamos - se puso de pie Kagome e Inuyasha camino a su lado tomando su mano y entrelazando sus dedos.

°°°

Se bañaron en duchas continuas, compartiendo el champú,  acondicionador y el jabón. Después se lavarse los dientes, Inuyasha al fin la pudo saludar de la mejor manera, besándola en los labios.

Regresaron a su campamento improvisado, eran casi las 8 de la mañana y todavía nadie daba indicio de despertar. Kagome se peinó dejando su cabello suelto mientras cubría su cabeza con un gorro de lana, Inuyasha hizo lo mismo y ambos se pusieron crema con protector solar.

-¿Damos una vuelta?  - pregunto Inuyasha acercándose.

-Aún tengo frío - froto sus manos y las soplos, tratando en un intento fallido de transmitirse calor.

-Ven - la atrajo y la abrazo con su campera abierta y cerrandola alrededor del cuerpo de la azabache - Pon tus manos en mi  espalda - ella lo hizo, a los segundos dejando de temblar.

-¡Awww! Que tierno se ven-  el chillido de Sango se escuchó.

Kagome gruño e Inuyasha le impidió alejarse de él y de su abrazo.

-Que parejita tan cautivadora - Miroku le siguió a Sango saliendo de la misma carpa que ella.

-Ah ya veo que tu carpa esta de adorno nomás ¿eh Miroku?-  con picardía soltó Inuyasha.

-Ah, pues...pensamos igual amigo-  Miroku le guiño un ojo complice dándole a entender que sabía que durmió junto con Kagome.

-Mejor me callo sino quiero que me pegues-  le murmuro a Kagome y ella le pellizco - Ay...

Sango con una toallita se arrodillo frente el riachuelo y se lavo los dientes y la cara siendo imitada también por su novio.

-¿Vamos al comedor?

Todos asintieron y se abrigaron bien antes de irse. La mañana si que estaba fresca.

-¿No hay que despertar a Kikyo? - pregunto Kagome señalando la carpa de la dramática y eufórica esbelta azabache.

-No, por favor...quiero seguir contigo-  Inuyasha la estiró de su mano arrastrandola a su lado con unos divertidos Sango y Miroku a su lado - deja tu amabilidad de lado e ignora a todos como lo haces conmigo...

-Que tonto - Inuyasha le dio un rápido pico-  te dije que en público no.

-¡Miroku y Sango ya saben todo!

-No sabían que se besaban - comento Sango.

-Ni yo - siguió Miroku, logrando que Kagome le diera un fuerte empujón a Inuyasha.

-¡Mejor se callan! - Inuyasha les grito a sus inoportunos acompañantes.

°°°

Casi terminando su desayuno, Kikyo apareció ante Inuyasha en pose indignada.

-¡¿Por qué no me levantaste Inuyasha?! - reclamo enojada, Miroku, Sango y Kagome la ignoraron mientras  terminaban su desayuno lo más tranquilo posible que se podía con la presencia de Kikyo.

-Es que creí que todavía querías dormir Kikyo...digo, para que no tengas las ojeras de ayer...

-¿¡Ojeras!? - exclamo horrorizada - ¿Kagome, yo tenía ojeras? - se dirigió a la azabache, que le caía bien en personalidad pero que odiaba que Inuyasha la buscará solo a ella.

-Ah...un poquito - cubrió la mentira de su enemigo.

-No puedo creerlo, está noche me pondré otra mascarilla...- mientras pensaba en su siguiente tratamiento de belleza fue por su desayuno olvidandose de Inuyasha por el resto de la mañana.

-Te dije que había que despertarla - le recordó Kagome.

-Y yo te dije que trates a todos como me tratas a mí-  ambos se miraron fijamente.

-Eso es algo imposible.

-¿Por qué?

-Porque tu eres al único al que odio...

El silencio inundó a la pareja, el volviendo a recibir esas palabras que eran como un balde de agua fría. Desvío su mirada y sin responderle, en silencio y sin terminar su desayuno se levanto, llevo su taza hasta el lavadero para después salir del comedor desapareciendo de la vista de sus amigos y Kagome.

-Deberías hablar con él Kagome-  Miroku hablo haciendo que lo observara.

-¿Qué?  ¿Y por qué?  Es mejor así... Además,  le dije solamente la pura verdad.

-Inuyasha es muy sensible cuando se trata de ti - respondió Miroku.

-Kag ¿Quieres estar toda la semana así?  Sí quieres vuelve a ignorarlo en cuánto volvamos al colegio, pero yo creo que está semana es solo para divertirse y guardar buenos recuerdos.

-Mhmm...- en silencio Kagome se puso de pie y salió del comedor buscando con su mirada al peli plateado.

-Es lo que esperaba - Inuyasha la sorprendió  abrazándola por detrás apoyando su cabeza en el hombro de esta, haciéndola estremecer.

-¿Qué esperabas? - murmuró.

-Qué me siguieras...- beso su oído provocandole cosquillas.

-Eres un tonto...

-Mhmm, un insultó... - la volteó y tomo en sus manos el rostro de la azabache, atrapando sus labios con los suyos, chocando sus lenguas.

Kagome lo abrazo con anhelo,  atrayendolo y profundizando su beso, sin darse cuenta que de apoco, y nuevamente,  volvía a ser cautivada por ese chico romántico de pelo plateado y ojos dorados.

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