La mañana en la universidad era como cualquier otra. El sol brillaba con fuerza, los estudiantes paseaban por los pasillos, y el bullicio habitual llenaba el aire. Sin embargo, para Namjoon y Carla, esa mañana traía consigo una noticia que cambiaría el rumbo de su semestre.

Ambos eran compañeros de clase en un curso de sociología. Desde el primer día, habían chocado como dos trenes en una vía. Namjoon, con su actitud despreocupada y su habilidad para pensar rápido, se consideraba el más inteligente de la clase. Por otro lado, Carla, con su enfoque meticuloso y su carácter fuerte, siempre se sentía en la necesidad de demostrar que podía igualar o superar a cualquier compañero.

— No puedo creer que tengamos que trabajar juntos — dijo Carla, cruzando los brazos con desdén mientras se sentaban frente al profesor, quien había anunciado la noticia.

Namjoon se encogió de hombros, sin ocultar su desdén — Como si eso fuera una sorpresa. Siempre supe que acabaríamos en la misma situación, ¿verdad?

El profesor, con una sonrisa enigmática, les explicó que el proyecto era crucial y que contaría para la mitad de la nota final. Debían investigar sobre un tema social actual y presentarlo en un mes. Cuando terminó de dar instrucciones, los miró fijamente.

— Así que, Namjoon y Carla, espero que puedan llevar esto a cabo. Confío en que su creatividad y enfoque único se complementen.

Ambos intercambiaron miradas llenas de desagrado, pero sabían que no tenían otra opción.

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Los días siguientes fueron un auténtico caos. La primera reunión que tuvieron para discutir el proyecto terminó en un intercambio de insultos. Namjoon quería centrarse en un enfoque más práctico, mientras que Carla insistía en que necesitaban un marco teórico sólido.

— No puedes simplemente lanzarte a la práctica sin tener una base — dijo Carla, frustrada.

— ¿Y tú? ¿Vas a pasarte el tiempo analizando libros en lugar de hacer algo real? — replicó Namjoon, alzando una ceja.

Su discusión fue tan acalorada que varios compañeros se detuvieron a mirar, esperando que la tensión estallara en una pelea. Sin embargo, ambos se mantuvieron firmes en sus posturas, lo que solo alimentó la frustración del otro.

Finalmente, decidieron dejar de lado sus diferencias y acordar un enfoque intermedio. A medida que empezaron a trabajar, las peleas se volvieron menos frecuentes, aunque seguían siendo agudas y llenas de sarcasmo.

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Con el paso de las semanas, a medida que se dedicaban más al proyecto, empezaron a conocerse mejor. Namjoon comenzó a ver que Carla no solo era una estudiante dedicada, sino que también tenía un sentido del humor mordaz que lo hacía reír. Un día, mientras revisaban un artículo, ella hizo un comentario sarcástico que lo sorprendió.

— ¿Sabes? A veces pienso que podrías ser una buena comediante, si dejaras de ser tan arrogante.

Namjoon se rió de buena gana — Y tú podrías ser una crítica de arte, siempre buscando lo que está mal en cada obra.

A pesar de sus constantes dardos, había algo en la forma en que se desafiaban que despertaba una chispa entre ellos. Sin embargo, ambos se negaban a admitirlo, aferrándose a su orgullo.

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Una noche, decidieron reunirse en la biblioteca para terminar de afinar su presentación. El ambiente era tranquilo, y el suave murmullo de otros estudiantes les permitió concentrarse. Namjoon, sentado frente a su computadora, se dio cuenta de que Carla había traído varias tazas de café.

— Pensé que podríamos necesitar un poco de energía — dijo, sonriendo mientras le ofrecía una.

Namjoon tomó la taza y, por un momento, sus manos se rozaron. Esa simple conexión hizo que su corazón latiera un poco más rápido — Gracias. Esto definitivamente ayudará.

A medida que avanzaban, comenzaron a compartir anécdotas sobre sus vidas. Namjoon habló sobre su pasión por la música, y Carla se sorprendió al escuchar que componía canciones en su tiempo libre. Por su parte, ella compartió historias de su familia y cómo siempre había querido ser psicóloga.

— Es interesante cómo todos tenemos nuestros propios caminos — dijo Namjoon, pensativo — A veces creo que me estoy alejando de lo que realmente quiero hacer.

Carla lo miró, sintiendo una conexión más profunda — Todos enfrentamos dudas, Namjoon. Es parte del crecimiento.

La conversación fluyó con naturalidad, y por un momento, la animosidad entre ellos se desvaneció. El tiempo pasó volando, y antes de darse cuenta, había llegado la medianoche. Ambos se miraron, sorprendidos por cuánto habían avanzado en su trabajo y cuánto habían compartido.

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El día de la presentación llegó, y la tensión era palpable. Ambos habían trabajado arduamente, pero aún había cierta inseguridad. Mientras esperaban su turno, Namjoon no pudo evitar sentir un cosquilleo en el estómago.

— ¿Estás lista? — preguntó, intentando sonar despreocupado.

— Listísima. Y si fracasamos, será tu culpa — respondió Carla, aunque su tono era más juguetón que serio.

Finalmente, llegó su momento. Se levantaron frente a la clase, y mientras Namjoon comenzaba a hablar, notó que Carla lo miraba con una mezcla de admiración y expectativa. A medida que presentaban, se dieron cuenta de que su investigación había cobrado vida. Las ideas se complementaban, y el público parecía estar cautivado.

Cuando terminaron, hubo un aplauso entusiasta. Namjoon y Carla intercambiaron miradas de sorpresa y satisfacción.

— Lo hicimos — dijo Namjoon, sonriendo genuinamente.

— Sí, lo hicimos. No fue tan horrible después de todo — respondió Carla, sintiendo que una barrera se había roto entre ellos.

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Después de la presentación, decidieron celebrar su éxito en una pequeña cafetería cerca de la universidad. Se sentaron en una mesa junto a la ventana, y mientras disfrutaban de sus bebidas, la conversación se tornó más personal.

— No puedo creer que hayamos sobrevivido a esto juntos — dijo Carla, riendo.

— Y sin matarnos, eso es un logro —bromeó Namjoon.

La química entre ellos era innegable, pero ambos se mantenían en silencio sobre lo que realmente sentían. Carla finalmente rompió el hielo.

— Sabes, al principio pensé que eras un arrogante. Pero ahora entiendo que solo eres… apasionado.

Namjoon sonrió, sintiendo que su corazón se aceleraba — Y yo pensé que eras demasiado seria. Pero tienes una forma de hacer que las cosas sean interesantes.

Ambos se miraron, y por un momento, el aire se volvió denso con la tensión de lo que no decían. Sin embargo, el orgullo seguía siendo un obstáculo.

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Después de esa noche, su relación comenzó a cambiar. Se volvieron más cercanos, compartiendo más momentos fuera de la universidad. Comenzaron a disfrutar de la compañía del otro, aunque siempre había una chispa de competencia en el aire.

Un día, mientras caminaban juntos, Namjoon se detuvo y miró a Carla —¿Sabes? Creo que realmente me gusta trabajar contigo.

Carla lo miró, sintiendo que su corazón latía con fuerza — A mí también me gusta. Pero no se lo digas a nadie, por favor.

Ambos se rieron, sintiendo que habían encontrado un equilibrio en su relación. Sin embargo, la confesión de sus sentimientos seguía estando en la punta de sus lenguas.

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Un par de semanas después, mientras esperaban el resultado de su proyecto, se encontraron en el parque cerca de la universidad. La tarde era soleada, y decidieron sentarse en un banco. Carla sacó un libro que había estado leyendo, mientras Namjoon la observaba con atención.

— Sabes, a veces me pregunto cómo sería si no nos hubiéramos encontrado en este curso — dijo Namjoon, su voz suave.

Carla lo miró, sintiendo que el aire se volvía más tenso — No lo sé. Tal vez estaríamos demasiado ocupados peleando con otros.

Namjoon se acercó un poco más, su mirada fija en los ojos de Carla — O tal vez nos habríamos dado cuenta de que hay algo más.

Ambos se quedaron en silencio, sintiendo que ese momento podría ser decisivo. Sin embargo, el orgullo seguía impidiendo que se abrieran completamente.

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Finalmente, los resultados del proyecto llegaron, y ambos habían aprobado con excelentes calificaciones. La alegría los invadió, y mientras celebraban, Namjoon sintió que era el momento adecuado para dar un paso adelante.

— Carla, quiero que sepas que me he dado cuenta de que no solo eres una compañera de estudio. Me importas más de lo que pensé — dijo, su voz firme.

Carla lo miró, sintiendo que su corazón se aceleraba — Yo también siento lo mismo, Namjoon. Es difícil de admitir, pero me has demostrado que hay más en ti de lo que pensé.

Ambos sonrieron, sintiendo que su relación había crecido a partir de la competencia y la rivalidad. Finalmente, se dieron cuenta de que juntos, no solo eran un equipo en la universidad, sino también en la vida.

— ¿Entonces, tal vez podríamos intentar ser algo más? — preguntó Namjoon, su mirada esperanzada.

— Me encantaría — respondió Carla, sonriendo de verdad por primera vez.

Entre risas y una nueva conexión, comenzaron un nuevo capítulo en su relación, dejando atrás el pasado y abrazando un futuro lleno de posibilidades.