SeokJin caminaba tranquilamente hacia su hogar cuando recordó algo.

Se suponía que ese día, TaeHyung y él tendrían una cita. Una cita adorable en la que harían cosas de pareja...

Pero...

— ¿Ocurre algo, Jinnie? –JungKook preguntó a su costado mientras sostenía su mano con dulzura.

SeokJin lo miró por unos segundos y casi gritó por la frustración, había invitado al menor a jugar video juegos toda la tarde.

Gimió internamente porque sabía que su donsaeng favorito armaría tremendo berrinche si le cancelaba en esos momentos.

—Amm... Es que... –Se rascó la nuca, nervioso.

En ese instante, una llamada a su celular lo hizo dar un brinquito en su lugar. JungKook seguía mirándolo con curiosidad por lo que respondió lo más rápido que pudo.

—Ho-hola...

"Jinnie, estaré esperándote en la entrada del parque." Era la profunda voz de TaeHyung.

SeokJin tragó cuando el ambiente se volvió hostil, al observar a JungKook, este yacía con el ceño fruncido mientras empujaba su lengua en el interior de su mejilla y miraba a cualquier lugar que no fuese él, soltándole la mano.

—Ah... S-sí, claro. Ahí estaré. –Dijo finalmente.

La llamada finalizó entonces, pero cierto pelinegro empezaba su caminata de regreso a su casa.

—Espera, Kookie. –SeokJin lo tomó del brazo y esperó a que el menor le dirigiera la mirada, cosa que no sucedió. —Yo... Lo siento mucho, olvidé que saldría con él.

—No importa, hyung. Es tu novio de todas maneras, ¿no? ­–Contestó desdeñoso mientras se soltaba del agarre y seguía con su camino.

SeokJin suspiró desde lo más profundo de su interior, no entendía por qué siempre sentía aquella necesidad de explicarle a su donsaeng sobre sus salidas con su novio, no se las debía, pero estaba tan acostumbrado a tener a JungKook a su alrededor, que el solo hecho de que se enojase con él, lo afligía.

Pero se trataba de su novio, TaeHyung no había sido más que paciente con él, a pesar de tener un mejor amigo posesivo y extremadamente cariñoso.

También merecían su tiempo de pareja.

— ¿Sucede algo, cariño? –Tae preguntó suavemente al notar a su novio distraído.

Este hizo un puchero. —Es solo que Kookie volvió a enojarse conmigo...

TaeHyung se sorprendió, parecían estar en un universo paralelo. —Ustedes dos... Últimamente pelean mucho.

Jin asintió. —Esta vez fue porque lo invité a jugar video juegos a casa, cuando ya tenía planeada la salida contigo.

TaeHyung suspiró. Claro, otra vez había olvidado su cita.

¿Es que SeokJin no se daba cuenta?

Tae simplemente lo tomó entre sus brazos y depositó un suave beso en aquellos esponjosos labios con sabor a cereza.

—Descuida, Jinnie. Si quieres puedes llamarlo. –Dijo encogiéndose de hombros.

No quería que el enfado durara demasiado, pues cuando eso sucedía, JungKook se portaba muy mal al grado de volverse insoportable y SeokJin simplemente no daba su brazo a torcer.

Podían pasar semanas peleados, hasta que los obligaban a hablarse nuevamente o bien, ellos lo hacían por su cuenta, aunque generalmente era Kook quien daba el primer paso.

— ¿Qué? No. Es nuestra cita, Kookie debería entender. –Fue la resolución de SeokJin.

Aunque TaeHyung sabía que moría por llamarle...

¿Qué diablos hacían ellos juntos?

Si se notaba a quien prefería SeokJin.

—Si quieres, dejamos la cita para otro día y le llamamos a los demás chicos, hace bastante tiempo que no salimos todos juntos.

Lo cual era cierto, además. Así aprovechaba para ver a su solecito... Es decir, a su hyung.

— ¿Estás seguro? –Consultó el mayor con teléfono en mano.

Tan obvio...

—Hazlo, yo llamaré a los demás.

Y así, su cita dejó de ser una de dos, para convertirse en una de siete personas.