La primera vez que nos vimos🍂

Corría una agradable primavera, con una cálida brisa, y los pétalos del Sakura flotaban en el aire.

Ahí me encontraba yo, parada frente a esa gran escuela, que me imponía miedo, no pude evitar sentirme espantada, estaba segura que los de adentro no me aceptarían.

- No puedo creer que hayas entrado en la Preparatoria Akuma- Me dice mi madre emocionada desde al lado, suspiro para mirarla.

- Si mamá, ¿ves que cuando estudio puedo conseguir una beca?- Ruedo los ojos.

- Hija mía estoy muy orgullosa- Tomó mi rostro y me obligó a mirarla- Se que puedes lograr lo que sea.

- Gracias mamá- Sonreí sinceramente- Tus palabras me alientan.

- Lo se cariño- Me dio un pequeño empujón- Ahora entra ahí y demuestra quienes somos los Oozora.

Negué con mi cabeza mientras sonreía, la puerta se abrió para mi, pude notar lo más bello que haya visto en mi vida. Era un majestuoso edificio, dividido en tres pisos, además de que tenía varias instalaciones divididas. Todo se encontraba rodeado de Sakuras y antes de llegar había una gran fuente.

Los estudiantes comenzaron a pasar e instintivamente me puse nerviosa, apreté el haza de mi bolso y me encogí de hombros. Sinceramente ahora estaba más asustada que nunca. Una chica castaña choca conmigo.

- Lo siento- Me dice limpiandose su uniforme, que constaba de una falda roja con líneas negras, una camisa blanca, una corbata blanca, negra y roja y un chaleco negro con bordes rojos- No me fijé por donde andaba.

- Quien estaba distraída era yo- Le reste importancia.

- Me llamo Diane- Era sin duda hermosa, una muchacha castaña de unos brillantes ojos violetas- Eres nueva ¿Verdad?- Yo sólo asiento con pena- Bienvenida, si alguien te molesta me avisas.

- Diane!- Desde la entrada un diminuto y flaco chico la llamaba.

- Ya voy King!- Le gritó de vuelta mientras alzaba la mano para saludar- Bueno me voy con mi novio- Dijo emocionada mientras se despedía.

Me había parecido bastante simpática, tal ves la gente no era tan mala aquí, eso me dio el valor para caminar normal hacia el interior. Fui a la oficina del director, estuvimos hablando, me advirtió que debía mantener mis calificaciones o sería expulsada, después de todo este era un instituto de ricos. Me asignó mi casillero, y obtuve mis libros. Al parecer estoy en la clase 3-B.

Mire ansiosa el salón, genial, había tardado bastante, seguro todos estarían en clases y llamaría la atención, entonces tendré que hacer la estúpida presentación. Mi plan maestro de «Ocultarse en el culto asiento esperando que nadie me notora» falló.

Suspire y al fin abrí la puerta, efectivamente, todos estaban mirando la pizarra electrónica hasta que notaron mi presencia, decenas de miradas sobre mi. Mi vista se paseó por toda la clase y pude distinguir a Diane, quien me saludaba emocionada. El único que no me miraba era un chico castaño que mantenía su cabeza baja, gracias.

- Valla, tu debes ser la nueva- El profesor me sonrió- Entra, no seas tímida, nadie muerde.

Obedeci con pena y camine hasta ponerme a su lado.

- Presentate cariño- Puso una mono sobre mi hombro.

- Hola a todos, mi nombre es Oozora ________ y no se que más decir- Las risas en el aula fueron sonoras- No creo que a nadie le importe mi vida.

Algunos hasta golpearon la mesa divertidos, parecían reprimidos, suspire.

- Bien toma asiento detrás de Zeldris- Me apunto a la segunda mesa de Izquierda a derecha, genial y yo que quería sentarme en la última.

Me senté en el lugar y de pronto todo volvió a la normalidad, las risas cesaron y la clase tomo su curso original. Sinceramente me parece bastante interesante este lugar, la calidad de enseñanza es bastante buena y creo que si me esfuerzo podría hasta graduarme aquí e ir a Harvard.

- Bien chicos examen sorpresa- Los sonidos de desaprobación inundaron el lugar, el chico castaño del frente levantó la cabeza por primera vez en todo el día- No me importan sus reproches tienen que estudiar todos los días.

Entregó un vulto de exámenes en la primer mesa y lo hizo así en todos las hileras.

Quien parecía llamarse Zeldris separó su exámen y se giró a entregarme los demás. En ese momento nuestras miradas se encontraron, tenía los ojos más hermosos que jamás podría imaginar, parecían dos esmeraldas recién pulidas.

- Ten- Me extendió las hojas y nuestras manos se rozaron, me sonroje, un extraño hormigueo llegó a mi estómago cuando nuestras pieles rozaron.

Sólo asenti como boba y seguí su acción de pasarlas hacia atrás. Trate de concentrarme lo más posible en el exámen para no reprobar, debo mantener mis calificaciones. Pero a cada rato su rostro aparece en mi mente.

La campana sonó anunciando el fin de esta clase, el profesor recogió los exámenes y yo salí casi que corriendo de ahí. Necesitaba tomar el aire para despejar un poco.

Salí de aquellas paredes que de pronto parecían asfixiarme y y deje que la brisa despeinara mi cabello. Me senté en un banco frente a la fuente, era una vista maravillosa.

De pronto Zeldris se sienta a mi lado, no decimos nada, sólo miramos al frente, un pétalo se desliza en mis dedos y lo atrapo para observarlo.

- Hola- Decimos al unimismo mientras giramos nuestros rostros. Ambos sonreimos al vernos.

Aprito aquel pétalo y luego lo dejo irse en el viento.

- Soy Zeldris- Soltó sin más.

- Encantada, yo soy _______.

Nos miramos una vez más y yo sabía que sería el comienzo de algo.

Mamá me contó que cuando tocas a alguien en su mano, y sientes esa sensación de que todo en tu interior se electrocuta, esa persona está destinada a ti. Se dice que son almas conjuntas que vagan eternamente en la tierra, reencarnando una y otra vez para volver a encontrarse. Fuimos tu y yo alguien en otra vida?.

Desde la primera vez que te vi supe que serías un torbellino para mi, por eso, cree este libro, para que nuestros recuerdos no desaparezcan nunca, para si algún día nos separamos, puedas recordarme.
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Zeldris terminó de leer aquellas páginas y se encontró aquel examen, sonrió al ver como ______ había sacados un sobresaliente. Estaba desgastado y sin duda el tiempo casi lo destruyó, pero su esposa lo había guardado, porque esa hoja había significado el comienzo.

- Papá, mamá está mucho mejor- Su hija masajeo sus hombros.

- Gracias Yume- Se levantó del lugar y dejó aquel libro a un lado para entrar a verla.

Su mujer sonrió, siempre lo hacía.

- Como estas?- Se sentó a su lado.

- Cariño sabes que no tengo miedo a morir- Lo tomo de la mano como pudo.

- Tu no- Zeldris apretó sus delicados dedos entre los suyos- Pero yo sí.

- No te preocupes, siempre estaremos juntos- Confesó- Después de todo desde la primera vez que nos tocamos sabíamos que estábamos destinados.

Primer capítulo completo, este libro tendrá 10 capítulos, que espero que disfurten.

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Quejas.....

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Nos vemos

         ~Sora~