Capítulo 45: Muro.

Me saqué los lentes, secando mis lágrimas antes de que se atrevieran a salir, mojando el guante que tenía, abracé mis piernas, demonios, lo extrañaba tanto...

Un crujido sonó. Abrí bastante las cuencas, era del otro lado de la gran pared, ¿Será algún mexicano de aquella provincia? ¿A esa hora?

Se escuchó también un sonido seco, como de botas, acercarse y sentarse cerca, muy cerca, escuchando el sonido que hizo la tierra al ser arrastrada. Era una coincidencia que nos hayamos sentado justo al lado del otro, lástima que estaba el muro, me hubiera gustado saber quién era.

Rato después, una melodía sublime, cuerdas de guitarra por lo que se podía apreciar, era exquisita, como si fuera la melodía más sincera tocada.

Pegué mi espalda a la pared, sintiendo mis pómulos calientes, mi boca tembló un poco, reteniendo algunas lágrimas.

- ¡Stop! - paré de tocar, alguien detrás del muro había gritadon. - ¡Stop, please! N-no more. . .- gimió con voz rota, se nota que lloraba, sus sollozos se escuchaban ahogados entre la pared.

- N-no sabia que estabas aquí.- dije nervioso, mis lágrimas dejaron de salir, trague saliva escuchando sus sollozos lastimeros, me partía el alma oírlo sufrir. - Todo lo que yo te dije, fue sincero Usa, no mentí, yo te amo.

-¡Shut up!- volví a escucharlo gritar, bajé la mirada, aún no me perdonaba, probablemente no lo haría, no sé porque pensé que yo...
- I a-am s-still loving you. . .(Aún s-sigo a-amándote. . .) - escuché decir entre hipidos, miré con sorpresa a la pared. Luego se escuchó un sonido rocoso, como de ladrillos, se estaba levantando. - But it's too late. . .






¡¿Ah?!

- ¡Usa, espera! - con prisa, salté hasta lo alto del muro, dejándome caer, en el otro lado, el lugar donde debo estar.


- ¡Estados Unidos!

Grité desde el fondo de mi garganta, ya se estaba yendo el bendito gringo, esas palabras, esas palabras eran las que necesitaba para volver a ser feliz, para volver a ser yo, una razón para no acabar con mi espíritu.

Corrí lo más rápido que pude, estaba a una distancia regular, como a veinte metros lejos de él, volteó a verme, seguramente al escuchar mi grito, lo ví fruncir el ceño.

¿Cómo saltó el estúpido muro? ¿Entonces para que lo puse?

Vi como corría hacia mi dirección, ¿Que está haciendo?

Justo antes de que llegara a mí, unas piedras lo hicieron tropezar, lo vi caerse, soltando un querido de dolor. Me alarmé, corriendo para arrodillarme de golpe frente a él y ver que no le haya pasado nada.

Puta madre, estaba tan cerca, no comer ni dormir me estaba pasando factura, mi cuerpo no me responde, no puedo levantarme.

Lo vi acercarse a mí, casi corriendo, arrodillándose enfrente mío. Subí mi mirada a su dirección, su rostro, su bello rostro, como lo extrañaba.

- ¡Te amo, estados unidos! - grité, agarrándolo de los hombros para que me mirara, sonreí al ver su expresión confundida y luego lo besé.

Me quedé estático ante su confesión.

Me acercó a él por medio de mis brazos, plantandome un beso. Me desesperé por esto, no quería, mejor dicho no debía. Comencé a forcejear, está vez no, no de nuevo, no volvería a dejarme llevar.

- ¡No me importa si tengo que volver a conquistarte! - dijo al separarse, con lágrimas en los ojos, volteé a mirar a otro lado, intentando que suelte mis brazos a como de lugar, si lo veo mucho tiempo quizás pueda convencerme. - ¡Con tal de que entiendas cuanto te amo!

-¡Ya cállate imbécil! ¡No estás ayudándome! - México frunció el ceño, ese fue una de las únicas veces que había escuchado un español perfecto de Usa. - Déjame hablar.

- Eeh...está bien. - dijo soltando mis brazos y secando sus propias lágrimas con sus dedos, tremendo teatrito se estaba formando.

- ¡Te odio! No tienes idea de lo horrible que me he sentido todo éste tiempo, no eres el primero y espero que seas el último, que juega...con mis sentimientos. - exclamó con rostro enojado, sus lentes habían caído al arrodillarse y sus ojos se notaban hinchados por el llanto. - Estás a tope, ¿Entiendes? Ya no puedo más, si alguien se atreve siquiera a hablarme de manera romántica podría patearle y huir.

Ví como se reía y escondía el rostro cerca de mi pecho, fruncí la expresión de enojo aún más.

- Si entiendes lo que te digo, no? Quiero que te alejes, me volveré edgy y nadie se acercará a mí de nuevo. Quizás podría bombardear a Corea del Norte. - traté de quitarlo de encima pero nada parecía funcionar.

-Usa. Desde cuándo hablas español.

- ¡¿Solo eso vas a decir?! ¡Acabo de abrirme a ti! ¡He vivido suficiente tiempo como para saber catorce idiomas a la perfección, no me chingues la vida!

-Osea que hablabas así solo para fastidiarme. - puso expresión aburrida mientras una de sus cejas subía, de manera sarcástica.

-Pues...sí. ¡Pero eso no es-

- ¡Ya cállate carajo, y cásate conmigo! - interrumpió de pronto, volviendo a agarrar los brazos del americano para mirarlo a los ojos con una mirada llena de amor y tristeza.

Les puedo asegurar que Usa no se encontraba para nada bien, todo su rostro estaba rojo y su expresión era de suma molestia, quiso retirar la mirada pero la mano del mexicano se lo impidió, agarrando su barbilla para que sus ojos se clavaran en los contrarios.

Poco a poco la expresión enojada del de 50 estrellas se deformó, subiendo el entrecejo mientras sus lágrimas caían ésta vez a borbotones por sus mejillas cerrando las cuencas por las emociones que en esos momentos le recorrían el cuerpo y eran insoportables.

- Metsicou...- dijo entre lagrimeos, el mencionado sonrió uniendo ambas frentes para indicarle a su mayor que estaba con él, causando una tranquilidad inexplicable a la potencia.

- Perdóname amor...lo siento tanto. - sus dos manos pasaron a sostener el rostro triste y acabado de su pareja, besando su mejilla con ternura.


















(Que fácil acabo de cagar esto. Re amo ésta historia.)











Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top