Capítulo 28: Madrugada 1/4
Ya era de noche, las estrellas ya se veían iluminadas como puntos contra el basto tapete llamado cielo, a Estados Unidos nunca le había atraído demasiado la ciencia de las estrellas, pero esa noche si que estaban bellas.
Estaba dispuesto a dormir, sacándose la playera para cambiarse por algo más cómodo, pero eso si, no podía dejar de pensar en México al hacerlo, se sentía avergonzado.
Sentía que estaba a su lado en la menor de sus acciones, sus besos, su tacto, sus caricias, e incluso sus chupetones, la forma en cómo cortejaba, se sentía. . .afortunado de tener de pareja a alguien que no se sentía intimidado, y que le sería honesto hasta en el menor error.
De pronto, unos sonidos lo alamaron, sacándolo de su ensoñación, venía de la ventana, frunció el ceño creyendo que era un ladrón o algo. Se acercó a esta, abriéndola para bajar la vista, intentando ubicar al causante de estas.
- ¡Hey tú! - se oyó desde abajo, ¿Metsicou? ¿Que hacía a las doce de la noche lanzando piedras a su ventana? Arqueé una ceja . - ¡Eres el gringo más lindo y guapo que han visto mis ojos!
Su corazón comenzó a palpitar al haber traducido, sus mejillas volvieron a tonarse rojas, borrando de esa zona las rejillas blancas de su bandera. ¿Que estaba haciendo? ¿Porque le decía esas cosas?
- Metsicou, ¿What the hell? - ok, eso ya era raro, me saqué los lentes para comprobar que lo que estaba viendo era real.
- ¡Órale hermosho!, ¿No quieres irte a bailar conmigo? ¡Esta hermosa la luna lunera! - le extendió su mano, como si fuera a tomarla, sus ojos cambiaron, a unos tiernos. - ¿Porfavor. . .?
Me lo pensé un momento, se sentía extraño, mi cuerpo quiere ir con él, pero mi mente se niega. . . . .¡que se vaya mucho al carajo mi mente!
Fui corriendo hacia mi clóset, poniéndome lo primero que encontré, iba a ir con él, sería impulsivo por primera vez en
mi vida, estaba justo ahí, esperándome, no desaprovecharía la oportunidad. Volví y me senté
en el marco de la ventana, si salía por la puerta, mis hermanos escucharían.
México pareció cambiar la expresión, no se esperaba que yo accediera, ni mucho menos saltara de la ventana, lo vi abrir los brazos nervioso, yo también lo estaba.
Salté sin pensarlo, abriendo los brazos para caer en su encima, y sí, caímos al suelo, soltó un quejido bastante profundo al sostenerme, creo que lo lastimé.
- Mexico, ¡¿Are you okey?! - exclamé levantándome rápidamente de su encima, viéndolo reír de dolor mientras cerraba los ojos, le había dolido.
Ay este gringo, está loco, pero aún así de loco lo quiero. Mi pecho dolía, las piedras no eran una blanda superficie que digamos, pero al verlo, todo dolor se esfumó, ¿Se preocupaba por mí? Su mirada lo decía todo.
- ¿Cumpliste tu sueño de volar?
- reí viéndolo, me reincorporé sentándome en el suelo, él estaba de cunclillas así que estábamos iguales.
- I-i really sorry, Mexico. . .- miró hacia abajo, parecía que iba a llorar, se veía tan tierno~, sonreí acariciando su cabeza, calmándolo. - ¿M-mex?
- Como dije antes, mamá me ha golpeado peor. - y no era mentira, su madre era toda una luchona, cuando aún estaba en vida. . . - ¿Te preocupaste mucho? Lonjitas~
Se enojó por el apodo, golpeandome el pecho, justo dónde estaba el dolor más profundo, pues él había caído allí, me hice bolita expresando mi dolor, todo el aire salió de mi pecho, y él se río.
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- Lo lamentou, por el golpeh de hace rato. . .- se disculpó mientras caminábamos, yo agarrado de él obviamente. Sonreí, no siempre escuchaba una disculpa de su parte
- está bien, me lo merecía. - puse mi mejor sonrisa, él asintió sonriéndome de igual forma. - pero podrías darme un beso, para curar lo males digo. - dije pícaro mientras me acercaba a su rostro, no evitó enrojecer, su reacción más típica.
- ¿A-a kiss? - se quedó callado, digo, ahora somos novios, no tendría que haber ningún problema. Se acercó a mí rostro, dando un pico en mis labios, no fue tan largo ni experimentado, pero aún así me sonroje por eso.- so easy, idiot. - reí por ese atrevimiento, tomando su quijada, haciendo que mire mis ojos.
- ¿Eso crees? - no se movió, no dijo nada, solo se quedó con la boca entreabierta mientras sus pupilas se agrandaban al verme, sonreí por eso último, dicen que cuando te gusta mucho algo tus pupilas se ensanchan.
Le di un beso, mordiendo sus suaves labios antes de, cerró los ojos de golpe, haciendo su cabeza hacia atrás, queriendo evitar que lo haga en medio de la gente. Esta pasaba caminando a nuestro lado y solo se limitaba a señalarnos viendo el espectáculo, algunas chicas comenzaban a gritar.
Quise soltarme, hacer esto en público perjudicaría mi imagen, además, digamos que la prensa aprovechaba cada error mío para comerme mío desde que anuncié que pondría el muro para separarnos, ahora que lo pienso, creo que ya no quiero seguir con ese proyecto. . .
Sin pensarlo, abracé su cintura encogiendome levemente para llegar a abrazarlo. Sonreí en el beso, me gustaba que aceptara besarme, era una sensación de calor en el pecho, sentir el corazón palpitando y mi pulso volviéndose loco era lo más exitante.
Sostuve su rostro entre mis manos, sonriéndole al separarnos.
- Eres tan bello, bombón. -
C h a l e, ¿Que acabo de decir? ¿Porque lo halago? Poz ndea, es muy divertido ver su cara avergonzada por mis piropos, que puedo decir, nadie se resiste al encanto mexicano. - ¿Quieres comer algo?
- I, i don't, i say, emm, y-yes. (Yo, yo no, digo, s-si.) - reí por su nerviosismo, este chico es tan tímido. Extrañamente a la imagen que todos tienen de él, estados unidos es todo un sumiso, podrá ser un dios del tercermundo, pero en el fondo sigue siendo la misma colonia opresada por su padre.
- ¿Vamos a comer tacos? - lo invité, poniendo mi cabeza en su hombro, cerca de su cuello. Nos separamos y le sostuve de la mano, empezando a caminar.
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