ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 2
~ղαɾɾαժօɾ~
Se quedó frente a frente con el chico, Lilith se puso derecha y se limpió el polvo y la tierra de la camiseta y los pantalones, ahí se fijó en su vestimenta, llevaba puesto un pantalón largo negro con rotos en las rodillas, una camiseta de tirantes larga de color verde y unas botas mas o menos altas color marrón. La mano del chico cogió una cinta color —un collar— negra que colgaba del cuello de la muchacha, él lo miraba de forma extraña.
—Es el laberinto...— ¿El laberinto? no entendía nada. El chico soltó el collar y miró a Lilith con una sonrisa —Bueno, me llamo Nick, soy el líder del grupo de todos esos pingajos idiotas que has visto antes ¿Y tú? ¿Recuerdas tu nombre?—
—Lilith — Vaciló un poco, pero volvió a hablar — Mi nombre es Lilith —
— Bien Lilith, te estás tomando esto con mucha clama
— ¿Eso parece? Ja, déjame decirte que por dentro estoy muerta de miedo y quiero llorar
— Es normal— Respondió viendo como la chica giraba la cabeza y daba una vuelta observando el lugar, más que con miedo con curiosidad — Si no estuvieras asustada, no serías humana —
— ¿Y qué pasaría si no fuera humana?
Mientras esperaba la respuesta de aquel chico que acababa de conocer, se dedicó a observar con más detenimiento el lugar. Estaba en un patio inmenso, todo era hierba, aunque había piedra gris por alguno de los lugares. "Esto es mucho más grande que un campo de fútbol" ¿Cómo podía acordarse de eso cuando no se acordaba ni de su edad? Las paredes debían medir muchísimos metros de alto, formaban un cuadrado perfecto a su alrededor y, justo en medio, tenía una abertura tan alta como los mismos muros, que aparentaba dar a pasadizos y largos más allá.
— ...Precipicio
— ¿Qué?— preguntó volviendo la vista al de ojos verdes, se dio cuenta de que él era más alto que ella.
— ¿No me has escuchado?
— No
— Te decía que si no fueras humana, te tiraría por el precipicio
— ¿¡Qué me tirarías por donde?! —Nick soltó una carcajada por la reacción de la chica ante sus ojos
— Por el precipicio— Repitió dando otra de sus sonrisas, esta vez con un toque más divertido
— ¿Qué es eso? ¡¿Y por qué me quieres tirar por ahí?!
— No tonta — Dijo negando divertido, aguantando otra carcajada — Que si no fueras humana te tiraría por ahí, no que te voy a tirar por ahí — Respondió, ella asintió soltando un "Oh" y volvió a mirar el nuevo paisaje que se hallaba ante sus ojos color marrón
— ¿Donde estoy?
— En ningún sitio bueno que te haga sentir a gusto y relajada
Lilith sintió una vez más una persistente angustia. Diferentes emociones luchaban por el dominio de su mente y su corazón. Confusión. Curiosidad. Pánico. Miedo. Pero lo que las unía a todas era la oscura sensación de completa desesperanza, como si el mundo se hubiera acabado para ella. Volvió a la realidad al sentir que Nick estaba hablando
— ...¿Qué te parece?
— ¿Qué? — Nick la miró con una mueca de molestia — Perdón no te he escuchado— Nick suspiró e hizo lo imposible por volver a sonreír, o eso le pareció a la chica
— Es normal, a todos le pasa lo mismo—responde sin ningún signo de molestia en su voz, la sonrisa no abandona su rostro — Te decía que si te parecía darte un pequeño recorrido por todo el lugar —
— Oh Claro —respondió ella — Vamos
— Primero de todo — Nick empezó a caminar, ella lo siguió — Nada de preguntas hasta el final ¿Lo captas? — Ella asintió — Bien, entonces acompáñame —
Ella solo lo siguió sin pronunciar palabra, se fijó en el andar del chico, pisaba fuerte y con decisión, como un auténtico líder. Nick comenzó a hablar
— Este lugar se llama El claro ¿Vale? Es donde vivimos, donde comemos, donde dormimos... y nosotros somos los clarianos. —Caminaron hasta llegar al lugar de donde la habían sacado recientemente — Esta es La caja. Una vez llega un novato, casi siempre chicos, aunque ahora no lo tenemos claro con tu llegada. Una vez a la semana nos llegan provisiones, ropa, algo de comida...No necesitamos mucho, nos las apañamos bastante bien en el Claro —Ella asintió observando la caja. Tenía las puertas cerradas, planas en el suelo, pintadas de blanco, descoloridas y agrietadas — Eso sí —el de pelo negro llamó la atención de la chica — No sabemos ni jota sobre la Caja, de donde viene, cómo llega aquí o quien está a cargo de ella. Lo pingajos que nos la envían no nos dicen nada. Tenemos toda la electricidad necesaria, cultivamos y criamos la mayoría de nuestra comida, hacemos nuestra propia ropa y esas cosas, y antes de que preguntes, sí, una vez intentamos devolver la Caja con un verducho gilipullo, pero la cosa no se movió hasta que lo sacamos. —Ella asintió, casi rezando por que la explicación fuera más rápida y menos aburrida — El Claro está dividido en cuatro partes —Levantó una mano y enseñó cuatro dedos, ella soltó una risita ahogada ante la tontería infantil del chico — Vaya por fin te ríes, pensaba que no lo harías —Sonrió y volvió con su explicación— Como decía, cuatro partes, los Huertos, la Casa de la Sangre, la Hacienda y los Muertos ¿Lo pillas? —
— Los Huertos, la Casa de la Sangre, la Haciendo y los Muertos, sí, lo pillo — Dice ella contando los lugares con los dedos, sacando una risa al líder
— Genial, chica lista —Ambos volvieron a reír y el chico señaló el rincón noreste, donde se situaban los campos y arboles frutales — Los Huertos, donde obviamente tenemos los cultivos, si no, no se llamaría los Huertos. El agua llega a través de unas tuberías que están en el suelo y siempre han estado ahí, de lo contrario, nos hubiéramos muerto de hambre hace muchos tiempo ¿Sabes por qué? Porque aquí nunca, pero nunca llueve —Aquello desconcertó y sorprendió a Lilith
— ¿Nunca llueve?
— Nunca —respondió, a continuación señaló el rincón sureste — Esa es la Casa de la Sangre, es donde criamos y...iba a decir matamos a los animales, pero queda mejor sacrificamos ¿Verdad? Suena menos duro —
— La verdad sí...
— Bueno, pues eso, es donde criamos y sacrificamos a los animales —Luego señaló la lamentable residencia — La Haciendo, un lugar tonto que es el doble de grande que cuando llegamos aquí, todo porque la seguimos añadiendo cosas cuando nos mandan madera y otros cosos. No es bonito, pero hace su función, que es como las habitaciones para dormir, aunque yo y unos compañeros dormimos fuera, de momento.—Ahora, y para acabar con los lugares, señaló el rincón suroeste del claro, una zona boscosa revestida con bancos y varios arboles enfermos — A eso lo llamamos los Muertos, el cementerio está en esa esquina, en la espesura del bosque. Y no hay mucho más. Puedes ir allí y pasar el rato, descansar, sentarte a charlar con los compañeros o lo que sea —Dejó de andar y se paró en frente de una estructura alta (Esta estructura no viene en el libro, pero en la película sí, a si que voy a meterla igual) — Pasarás las siguientes dos semanas trabajando con un guardián diferente hasta que sepamos qué se te da mejor, ser una deambulate, que espero que no, una ladrillera, una embolsadora, una excavadora...Seguro que algo te colocamos, segurísimo. Lo que espero que no seas es cortadora, eso es asqueroso, se dedican a matar y cortar a los animales. Y por último pero no menos importante, ahí fuera está el laberinto —Señaló con su pulgar las puertas del norte, donde anteriormente había visto los pasadizos. Era cierto, aquello si que parecía un laberinto. "No lo parece, lo es" Se dijo recordando las palabras de Nick — Llevo dos años aquí. Pocos han durado tanto tiempo. Casi todos han muerto —Lilith notó que los ojos se me abrían de par en par y el corazón le latía más rápido -Hace dos años que intentamos resolver esa cosa, pero no ha habido suerte. Los fucos muros de ahí fuera se mueven por la noche, igual que las puertas. Hacer un mapa no es nada fácil...-Señaló con la cabeza hacia el edificio de cemento que se encontraba a un lado de la Hacienda.
Otra punzada se dolor atravesó la mente de Lilith; había demasiadas cosas que calcular a la vez. ¿Llevaban allí dos años? ¿Las paredes del laberinto de movían? ¿Cuántos habían muerto? Caminó hacia adelante, con la intención de ver el laberinto con sus propios ojos, como si las respuestas estuvieran escribas en los muros de ahí fuera.
Nick extendió el brazo, la agarró la muñeca y la hizo tropezar hacia atrás
— No voy a dejar que salgas ahí fuera
— ¿Por qué no?
—Lilith, esa es la Regla número uno, la única que no debes infringir nunca. Nadie, y digo, nadie puede salir al laberinto, excepto los corredores —¿Corredores? No lo había odio nunca, ladeó la cabeza a un lado — Como rompas esa norma, si que te tiraremos por el precipicio ¿Entendido? —
— ¿Qué son los corredores?
Nick pareció dudar en responder
—Nada importante...vamos al comedor, el cocinero ya tendrá la cena lista
Empezó a andar dejando atrás a la chica, vaciló un poco pero terminó siguiéndolo, aún tenía muchas preguntas en la cabeza, ¿Que eran los corredores? ¿Por qué no podía salir al laberinto? Muchas más preguntas así asaltaban su cabeza, pero, ninguna tenía una respuesta
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