Ese fin de semana, se llevó a acabo la puesta en escena de la obra Hamlet, el castaño interpretaba el papel de Polonio, era irónico que sus papeles terminarán siempre con un trágico final.

JungKook estuvo ahí, en esa ocasión; solo.

Él quería apreciar su actuación, capturar su esencia sin interrupciones. Ya que, sería la última vez que lo vería en el escenario durante mucho tiempo.

Al término de la presentación y después de observar lo feliz que el mayor se encontraba con su logro, el menor se retiró del lugar.

Jin que no supo que el chico había ido a verlo, sentía un pequeño vacío en su interior, desde la última vez que habló con el pelinegro, su comunicación fue nula, así que no sabía nada de él.

Sus compañeros lo despidieron con los mejores deseos en su vuelo y estancia en Canadá.

Tae lo esperaba sonriente, se sentía muy orgulloso de los logros de su amigo.

—Fue maravilloso, Jinnie. -Lo abrazó con fuerza. —No sabes cuan feliz me siento por ti.

—Gracias Tae, ha sido difícil pero me ha encantado. -Su sonrisa no tenía comparación.

—Para celebrar, te llevaré a tu restaurante favorito.

Fue así como los dos emprendieron camino hacia un restaurante prestigioso, sin percatarse que un chiquillo los observaba en la lejanía.

JungKook caminaba a una distancia prudente, observaba a detalle la interacción entre los mayores, el como reían y se abrazaban, por un momento pensó que quizás Jin lo había dejado para estar con el rubio, peo desechó la idea al instante, pues SeokJin siempre era honesto con sus sentimientos y de haber sido así, se lo hubiese dicho.

Vio como entraron al restaurante, uno sumamente elegante, del tipo al que seguramente Jin estaba acostumbrado a visitar y que Kook pensó; tardaría un millón de años en reunir el dinero para llevarlo a un lugar así.

Se sintió decepcionado, su mundo y el de Jin eran completamente diferentes y eso lo angustiaba, aunque, él también estaba dando lo mejor de sí para llegar a ser alguien exitoso, alguien de quien el castaño se sintiera orgulloso.

Cabizbajo, caminó de regreso a su casa.

Pasada la media noche, la pareja de jóvenes regresaba a la mansión del Kim mayor, muy contentos de poder pasar tiempo juntos.

—Fue una gran velada, Jinnie. Siempre es maravilloso estar contigo. -Decía Tae muy pegado al cuerpo del mayor que había bebido un poquito más de la cuenta.

—Lo mismo digo... TaeTae~ -Susurró y se acercó más a él. Con claras intenciones.

El rubio lo pensó, si SeokJin lo hacía y lo recordaba, estaba seguro que después se arrepentiría. Pero... Hay oportunidades que sólo llegan una maldita vez en la vida y él, no iba a desaprovecharla.

Lo besó, con hambre, tanto tiempo reprimiendo su deseo por el castaño que al fin podía disfrutar de esa boca pecaminosa, aunque sea, quizás, por primera y última vez.

Jin estaba aturdido. Sabía que estaba besando a alguien pero esos labios no eran los de su Kookie. No. Esos labios eran diferentes.

—Kookie~ -Susurró sobre la boca ajena y luego se desmayó.

TaeHyung estaba estupefacto.

SeokJin mencionó el nombre del mocoso irritable mientras lo besaba...

Eso... Eso sólo indicaba una cosa.

"Digamos que nos dimos un tiempo." Recordó las palabras del castaño hacía unos días. En ese entonces no lo comprendió.

—Ahora lo entiendo todo... -Murmuró en la oscuridad de la noche mientras llevaba al mayor al interior de su casa y posteriormente a su habitación.

Ahí se quedó observándolo, pensó molesto, ¿Cómo era posible que Jin tuviese una relación con un niño, y no con él? Que daría su vida para que fuese feliz de ser necesario.

—Sinceramente no te entiendo, SeokJin. -Dijo con amargura y salió de la casa.

Con su corazón roto.

Capítulo dedicado a jinnie_1004 😘