Cuando SeokJin regresó a su casa, iba con los ánimos por el suelo, sólo saludó escuetamente a sus padres y luego se encerró en su cuarto.

Estaba tan furioso. Pero sabía que no podía culpar al menor.

Vamos, el azabache sólo tenía 16 años, mientras que él tenía 21, para la sociedad era un adulto con responsabilidades, así que no podía culpar al menor de comportarse como lo que era, un niño.

Aunque; sabía que ya no era tan inocente, pues la manera en como apretujaba a ese otro chiquillo contra su cuerpo lo hizo sentir tan fuera de lugar que estuvo repasando en su memoria el día que lo conoció y como poco a poco se enamoró de él.

JungKook lo engatuzó con su inocencia.

Él no se arrepiente, el menor es lo mejor de su vida y está seguro que puede llegar a viejo y jamás se aburriría de su compañia.

Pero ahora... Dudaba que JungKook pensara igual.

—Lo mejor será darnos un tiempo... -Susurró en la oscuridad de su habitación. —De todas formas, aún le falta mucho por conocer, al igual que a mí.

Había tomado la decisión, sobre todo porque hacía un par de semanas había recibido una carta, indicándole que había sido aceptado en una de las academias de Arte más prestigiosas de Canadá, en dónde llevaría a cabo sus prácticas de actuación.

Su vida académica no podía ser mejor.

Lástima que su vida amorosa era un cuento totalmente diferente.

Había pasado una semana. Una jodida semana sin saber nada de su novio.

Estaba desesperado, ni siquiera contestaba sus mensajes.

Había ido a la Universidad pero no tuvo suerte, sólo una vez se encontró a los tres amigos de su novio y dos de estos le dijeron que el mayor había ido a sus ensayos en el Teatro Nacional de Seúl para una obra que se aproximaba.

Claro, el castaño había sido reclutado como actor en ese lugar y él lo había olvidado por completo.

Ni siquiera lo había acompañado alguna vez a los ensayos por pasar tiempo con su nuevo "amigo", incluso JiMin se había enojado con él por desplazarlo.

¿Qué clase de novio era?

— ¡JungKookie! -Lo llamó precisamente ese muchacho mientras se colgaba de su brazo.

—Oh... YuGy que sorpresa. -Dijo con fingido asombro. — ¿Necesitas algo?

— ¡Sí! Últimamente me haz dejado muy solito. -Dijo el chico con un puchero en sus labios. —Anda, te invito a un helado.

El azabache no tuvo tiempo de negarse pues ya estaba siendo arrastrado a una heladería cerca de la Universidad del castaño.

Mira que conveniente.

SeokJin iba saliendo del campus, acompañado de TaeHyung que lo abrazaba por los hombros.

Pensaba y pensaba sobre su relación con el menor, agradeciendo que Tae le daba su espacio pues no había hablado desde que salieron, sólo le hacía compañia como tal.

Pero... Al pasar frente a la heladería, vio algo que lo dejó estático.

JungKook estaba con el mismo chico al que abrazaba antes de la prueba de atletismo. En esta ocasión, sentados uno al lado del otro, riendo, mientras comían un helado y el chico, deliberadamente pasaba su pulgar por la comisura de los labios del azabache, "limpiando" los restos de helado para después lamerse el dedo y dedicarle una mirada sugerente a SU novio mientras lo hacía.

JK por su parte, le dedicaba una sonrisa nerviosa, "omitiendo" el hecho de que sus rodillas se frotaban bajo la mesa.

Jin observó, se mordió el labio inferior controlando su enorme deseo de ir e insultar a ese cretino por insinuarse tan sin vergüenzamente a su novio.

Pero no, él tenía dignidad.

— ¿Quieres helado, Jinnie? -Preguntó Tae que ignoraba el asunto.

—No, mejor vamos a la cafetería, me urge un café amargo y un trozo de pastel de fresa. -Dijo con fingido entusiasmo y con la ira a flor de piel.

Era muy bueno ocultando sus emociones, no por nada era un actor.

El rubio sonrió y besó su sien con cariño, él no supo cuanto Jin agradeció ese gesto pues lo hizo sentir querido.

Así, con lo que había visto y todo lo sucedido días antes, Jin aceptó por completo su decisión.

Además, tenía que viajar dentro de un par de semanas.

Estaba emocionado y a la vez decepcionado.