『Caballero』
Muichiro Tokito.
Aunque Muichiro sea un niño, es un caballero. Un total caballero y muy, muy, muy buena persona.
Ahora tenía un maldito problema, uno de sus subordinados estaba literalmente arrodillado con la cabeza en el piso, rogándole que acepte su petición egoísta. Su tranquilidad se vio perturbada gracias a ese chico, sólo escuchaba sus balbuceos pero nada concreto.
—Levantate —dijo el de puntas menta con voz autoritaria. —Quiero que te levantes y me expliques que pasó sin llorar, no te entiendo nada.
El chico se levantó de inmediato, hizo una reverencia y después empezó a hablar mejor que antes. Muichiro sólo escuchaba poniendo atención sólo por el simple hecho de que se lo había pedido de rodillas y llorando. Al chico parecía costarle hablar aún pero cuando lo hizo, dejó a Muichiro sorprendido, no sólo por la historia de la persona de la que quería hablarle ese joven si no que también por la tonta promesa que le había hecho.
—Su hermano murió, él era la única familia de ______... La protegió de un demonio y ahora ella está sola, ¡le prometí que conseguiría un lugar donde pudiera quedarse! Usted, usted es muy bueno, sí. ¡Quiero pedirle traerla aquí!, No importa sé que usted pedirá algo a cambio pero le juro que ______ no va a ser un estorbo, ella va a entrenar como todos nosotros.
Muichiro dio un suspiro, miró las nubes por un momento y después a su subordinado.
—¿Qué es ella de ti?
• • •
Que suerte que el pilar de la niebla aceptara a una chica como tú, ibas tomada de la mano con Hiyoshi, tu novio y el subordinado de Muichiro. En la tarde había ido por ti, te explicó todo lo que sucedió y que Tokito te aceptó en su finca con la pequeña condición de que también te volvieras una asesina de demonios, aceptaste de inmediato.
Ahora mismo, ya estaba oscureciendo pero ya habían llegado a su destino.
De reojo viste a un chico de estatura baja, más alto que tú por lo menos. No lo podías ver muy bien por la penumbra de la noche pero su alcanzaste a ver el brillo de sus ojos menta, dejaste de observarlo porque Hiyoshi te habló.
—Tokito-san preparó una habitación para ti, te llevaré allí y trata de descansar, ¿sí?
Asentiste, siguieron caminando.
La presencia del chico de ojos menta había desaparecido, habías volteado para volver a verlo sin embargo ya no estaba ahí.
Cuando llegaron a tu nueva habitación, Hiyoshi te dio tu espacio. Te deseo buenas noches y te dejó ahí para que exploraras el lugar. "¿Pilar de la niebla?..." Te preguntaste a ti misma mientras pensabas, te acercaste al armario del lugar y había ropa limpia, una pequeña sonrisa se formó en tu cara. La agarraste para después sacarte la ropa que ya traías y cambiarte, tan solo sentir la tela de algodón contra tu piel te hizo relajarte. La habitación tenía una gran ventana por donde se podía ver el estrellado cielo nocturno, nublado por las nubes que estaban a un lado de la luna casi ocultándola.
—Ese chico tiene que ser muy bueno para aceptarme aquí... ~ —te recostaste sobre el futón después de cerrar las cortinas.
No hay nada mejor que una nueva vida.
Al día siguiente un par de golpes en la puerta te hicieron despertar, pensaste que era Hiyoshi así que te levantaste molesta para abrir cuando lo hiciste aún seguías dormida así que estabas algo molesta porque te despertó.
—¿No puedes dejar de ser tan molesto, Hiyo? —preguntaste frunciendo el ceño mientras te tallabas los ojos.
—¿Hiyoshi es molesto? —preguntó una voz diferente frente tuya. Te sorprendiste y tu rostro se puso súper rojo de la vergüenza. —¿Tú eres ______?
—S-sí, disculpe mi atrevimiento por favor —te alejaste un poco e hiciste una reverencia. —¿Usted es?
Levantaste la mirada, viste que había una pequeña sonrisita en su rostro, sonreiste también. Se veía tan tierno que te contagió aún quedaba un pequeño rubor en tu rostro y era por el chico frente tuyo.
—Muichiro Tokito, la persona que aceptó te quedaras aquí.
Sus palabras te dejaron en shock, tragaste saliva y empezaste a hacer un montón de reverencias, ¿cómo habías sido tan estúpida para no reconocerlo? Aparte de eso era el chico que habías visto la noche anterior, ese que viste en la entrada que por cierto también sonrió.
Él te tomó del hombro para que pararas de hacer esas reverencias, volviste a ponerte recta mientras lo veías, aún estabas avergonzada de haber actuado con él como si fuera una persona normal, o sea es un pilar, es importante.
—Ya vamos a desayunar, ¿te nos unes? —preguntó y tú asentiste.
—Iría que voy en un momento pero no sé donde queda, mejor ahora —dijiste mientras salías. —Muchas gracias por aceptar que me quede aquí, Tokito-sama.
—Por favor —empezó a caminar y tú lo seguiste. —No es nada, pero quiero que des tu mejor esfuerzo, haz que no me arrepienta.
Su tono tranquilo y voz dulce llegó a tu corazón, tenía una leve sonrisa en la cara, tú pues asentiste ante su comentario.
• • •
Era el último entrenamiento de la semana, llevabas año y medio entranando desde que llegaste a la finca de Muichiro, quien al darse cuenta de inmediato sobre tu potencial no dudó en hacerte su sucesora. Habías aprendiendo el aliento de la niebla al igual que él, eras la única de todos los de ahí que lo logró aprender y dominar con tanta astucia como lo hace Muichiro.
—Dame un golpe, _______ —te dijo Muichiro mientras corría en circulos al rededor de ti, confundiendote.
Cerraste los ojos concentrandote, después los abriste y corriste persiguiendo a Muichiro para dar un salto y en el aire caer sobre él. Al ver tu rostro, el ojimenta no aguantó y se echó a reír, haciendo que te sonrojaras sin entender que le sucedía, él llevó una de sus manos a tu mejilla acariciando un poco, su dulzura hizo que te tranquilizaras.
Muy mal, bajaste la guardia.
De un momento a otro te quitó de encima suyo ahora el sujetando tus muñecas dejándote inmóvil.
—Quizás esto no vaya a pasar en una batalla real pero nunca bajes la guardia —te dijo sin quitar esa sonrisa burlona de la cara.
—No quería lastimar tu hermoso rostro —le respondiste con la misma sonrisa.
Él se alejó de con rapidez de ti, desvió la mirada para que no le vieras el rostro; se había sonrojado. Los mechones de su cabello que sobresalían te impedían verlo.
—Ya es mañana... Mañana tendrás que irte, ¿no? —Muichiro preguntó al retomar la compostura.
—¡Prometo que regresaré con vida! No puedo llegar a morir cuando tengo una vida por delante como tu sucesora —dijiste con un gran tono energético que lo tranquilizó. —Sólo iré a despedirme en la noche de Hiyoshi y en la mañana me iré.
—¿Puedo contarte mi secreto, _______? —te preguntó Muichiro acercándose a ti.
Su cara estaba demasiado cerca de la tuya, tu corazón se emocionó, había empezado a ir más rápido y fuerte pero todo eso se esfumó cuando el de puntas menta dio un no doloroso golpe con su dedo índice en tu nariz.
—Si quieres saberlo vas a tener que volver con vida.
—¡Ya te dije que lo haré! —te cruzaste los brazos con molestia.
Muichiro cerró sus ojos mientras una sonrisa se formaba en su cara, ladeó un poco la cabeza y su mano derecha fue a dar a tu cabello, devolviéndolo.
Al pasar esa linda escena, llegó la noche, el tiempo donde tenías que despedirte de Hiyoshi. Querías despedirte de buena forma pero cuando entraste a su habitación estaba durmiendo junto a los demás, suspiraste. Dejaste una carta frente la puerta y después saliste, fuiste a ver si encontrabas a Muichiro para despedirte por igual, no estaba en su habitación pero por la ventana te diste cuenta que estaba recostado en el pasto con el pilar del agua. Bajaste para ir con ellos pero una vez abajo escuchaste que hablaban de algo.
No querías escuchar ya que era de mala educación pero si escuchaste algo sin quererlo.
—No soy la persona indicada a la que contarle esto, ¿sabes? —le dijo Tomioka con una voz tranquila, se escuchó a Tokito suspirar.
—Sólo necesitaba hablar de ello, nada más —ahora quien habló fue Muichiro.
—Eres verdaderamente un caballero —se escuchó nuevamente la voz de Giyu y ahí fue cuando saliste.
Diste un par de pasos sentándote en las escaleras de la entrada. Hablaste y cuando lo hiciste los dos voltearon a verte.
—Hola Tomioka, Muichiro... Buenas noches —les dijiste a los dos saludándolos con la mano.
—Hola —dijo Giyu mientras se levantaba. —¿Ya te vas?
—Nop —respondiste y Muichiro se sentó.
—Pues yo sí, piensa en lo que hablamos Muichiro. Suerte mañana ______ —asentiste con una sonrisa. —Nos vemos.
—¡Ve con cuidado Tomioka-san! ~
Muichiro se sentó a tu lado, lo miraste aún con esa sonrisa. Él no dijo nada, sus ojos se dirigieron a ver las nubes. Tú te recostaste sobre sus hombros y él te abrazó.
—Iba a despedirme de Hiyoshi pero estaba dormido —le dijiste a el azabache. —Así que vine aquí, me alegro de haberte encontrado.
—Está bien —respondió sereno. —Ten cuidado cuando te vayas.
—¡Obvio! Tengo que escuchar ese secreto, ¿no?
—Claro...
• • •
Apenas podías caminar, te dolía todo el cuerpo y pese a usar la respiración de concentración total respirar era una tortura para ti. Cuando llegaste a la finca de Muichiro te sentiste feliz, unos brazos te rodearon con fuerza sujetándote mientras perdías el conocimiento.
—_____-chan va a tener que descansar un par de días pero se encuentra en buen estado —escuchaste la voz de Shinobu.
Te levantaste con cuidado, Muichiro te detuvo. No dejó que siguieras.
—Tienes que descansar, buen trabajo —te dijo con una pequeña sonrisa.
Tu vista aún estaba borrosa y tu sentido de la orientación funcionando al cero. Sólo podías escuchar bien la voz de Shinobu y Muichiro.
—Abre la boca por favor _____-chan —pidió la chica y puso un dango en tu boca para que lo mordieras un poco. —Así estará mejor.
Masticaste aún con cuidado, todavía no estabas del todo lúcida. El azabache te recostó sobre el futón nuevamente y siguió hablando con Shinobu sobre ti. Te volviste a quedar dormida.
Cuando despertaste viste a Muichiro a tu lado, ya estabas mejor. Apenas y podías recordar unas cosas de la primera vez que te despertaste. Volteaste a ver a tu maestro, estaba tranquilamente durmiendo a un lado tuyo, algunos mechones de cabello caían por su cara, tú los quitaste poniéndolos detrás de su oreja. Miraste las vendas que habían en tu cuerpo, habías terminando tan herida que te sentías mal por decepcionar a Muichiro, no tenía que ser así si tu eres su sucesora, debiste de haberte esforzado más... Pero eso a él no le importó.
—¿Ya estás mejor? —te preguntó sentándose mientras bostezaba.
—Sí, gracias —respondiste.
—Me alegra que hayas vuelto —se lanzó a abrazarte haciendo que te quejaras.
Cayeron al piso y tus heridas aún estaban abiertas así que dolió pero no te importó, correspondiste al abrazo mientras acariciabas su cabello. Él por alguna razón se puso a llorar, lo escuchaste raro y fue cuando confirmaste tus sospechas porque habías empezado a sentir que sus lágrimas.
—Es la única vez que te voy a contar mi secreto —Mui ya parecía más calmado. —Si no tuvieras compromiso, te perdería el respeto.
Sus palabras hicieron que te sorprendieras, lo seguiste escuchando.
—Si no fuera un caballero, en serio te lo juro que arrancaría de sus brazos sin pensarlo —continúo. —Eres la mujer que más me gusta en el mundo.
Se separó de ti alejándose.
—Pero le tengo respeto a ese suertudo —suspiró mientras tomaba tu mano.
Se acercó a ti en un rápido movimiento, dándote un piquito.
—Si no fuera un caballero, te robaba y no un beso si no toda la semana —se alejó de ti, soltando tu mano mientras se levantaba. —Pero mejor no te digo nada... Y ya lo sé, acabo de decirlo y disculpame pero al menos ya lo sabes.
Cuando dijo esas últimas palabras salió de la habitación, dejándote confundida. Tocaste tus labios mientras pensabas en sus palabras. Los sentimientos no podían jugar peor en tu contra. Volviste a acostarte, mientras mirabas al techo pensaste que era lo que te hizo más feliz estos últimos años. Si tuvieras que clasificarlo por lugares, definitivamente Muichiro sería el primero pero... ¿Dónde entraría Hiyoshi? Ni siquiera podrías ponerlo en algún lugar, cuando conociste a Muichiro tu mundo empezó a girar al rededor suyo.
Pero tampoco podías hacerle eso al chico que de alguna forma te ayudó, Hiyoshi fue tan bueno hasta el punto donde le rogó a Muichiro aceptarte en su finca. Pero aún así no tenía un lugar en tus recuerdos de felicidad. Ya no hablaban, ya no reían como antes, su imagen se desvaneció por completo siendo reemplaza por una de Muichiro. Y viéndolo de esa forma, Muichiro es quien más se ha preocupado por ti, esperó que volvieras con vida, te prestó su espada y depositó toda su confianza en ti, haciéndote su sucesora.
Ni siquiera ahora que te encontrabas mal y de regreso, Hiyoshi no estaba por ningún lado, ni siquiera parecía que su presencia siguiera en el lugar.
—Esto se acaba aquí... —murmuraste para ti.
Al día siguiente estabas afuera hablando con tu herrero mientras este te entregaba tu nueva espada. Cuando terminó de explicarte todo se despidió, sonreíste. Se parecía mucho a la de Muichiro, eso te hizo muy feliz. Hablando sobre el rey de Roma, el pilar de la niebla entró por la puerta con un uniforme doblado en sus brazos, se sentó frente tuyo colocando el uniforme entre los dos.
—Vi que el que te habían dado te incomodaba —habló con el tono de siempre. —Me encargué de conseguirte uno como el de los demás.
—Muichi... —murmuraste dejando tu espada a un lado mientras agarrabas el uniforme para verlo.
Y es verdad, el uniforme que te dieron en un principio te incómodo por la falda, querías algo como el de los demás pero te sorprendió que el azabache de puntas menta se diera cuenta de ello, o sea no se lo habías dicho a nadie. ¿Quizás una mueca en tu cara? Pero todo esto demostró cuanto se preocupa por ti.
Dejaste la ropa al otro lado tuyo, te lanzaste a abrazar a Muichiro, con fuerza.
—No me importa nada —le dijiste a lo que él se confundió. —¡Hiyoshi fue muy bueno pero tu eres mejor!
Tus palabras le hicieron ruborizar, sintió algo en el corazón. ¿Amor?, ¿dolor? Dolor quizás al saber que aún así seguías siendo imposible. Te separaste un poco para poder mirarlo a la cara.
—Y quien me dio un hogar para vivir eres tú, tú también me alimentas, me quieres... ¡Ni siquiera he visto a Hiyoshi en meses! —seguiste hablando.
Fue amor, lo que sintió Muichiro en su corazón fue amor definitivamente.
—Quizás aunque Hiyo-...
—Ya callate ______, deja de decir su nombre —dijo Muichiro mientras te tomaba de la cara para besarte.
Aunque fuera difícil de creer, después del piquito que Mui te dio ayer, este es el primer beso de los dos. Tan dulce, tan inocente y novato, un montón de sentimientos depositados que duraron un montón de tiempo en ser confesados. Todo fue liberado en el beso que se encontraban dándose.
—Gracias por quererme, ______ —murmuró al separarse de ti.
Asentiste mientras una sonrisa se formaba en tu cara, Muichiro rió al ver tu expresión. Estabas encima de él así que lo tenías atrapado debajo de ti.
—¿Habías dicho que me robarías? —preguntaste con una sonrisa pícara.
—Y no sólo un beso —respondió mientras tomaba tus mejillas para besarte nuevamente.
Después de esa larga sesión de amor tendrás que tomarte un tiempo para hablar con Hiyoshi... Sin embargo, todo a su tiempo y mejor disfrutar el presente. ♡
Me gusta imaginar que Muichiro se lleva chido con Tomioka :') y son amigos oh sí.
DaTo CUrIosO; al principio esto iba a ser de Zenitsu, después cambió a ser de Muichiro pero con un personaje como Inosuke o Zenitsu donde a ellos les quitaría a la novia, dije nel y mejor me inventé a un tipo :v
Tremendas ganas le traigo a escribir otro one shot del personaje de la parte anterior u.u Censurado porque aqui avisamos cuando hay spoilerr
UN LEMONSOTE BIEN RIK CON GIYU, ¿qué tal? Lamentablemente no se me ocurre anda :v
Este está siendo un día muy aburrido, quizás actualice algo más al rato si no encuentro que hacer y no me ocupo u.u
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