Au mediaval! Giyu Tomioka
Querías ir a tu cuarto y tirarte a la cama, clases de etiqueta¹ casi toda la tarde, estudiar más de dos horas y después ir a tomar té con tu madre... Todo es tanto que querías morir, ni siquiera algún tipo de apoyo o palabras de esfuerzo, quizás algunos elogios, no tenías nada de eso.
Por lo menos no de tu familia.
—Se ve cansada, señorita —habló en tono serio Giyu, caminando a tu lado.
—¿Tú no estás cansado? —preguntaste volteando a verlo. —Tener que abandonar tu sueño de ser caballero sólo para servirme, eso fue mucho Giyu.
—No lo creo, usted lo necesito y supongo fue mejor venir aquí...
La expresión en su rostro te dijo exactamente que era lo que pensaba, de nuevo recordó esas palabras tontas de una chica que era parte de la caballería a la que pertenecía el pelinegro. Por lo que él te contó cuando llegó contigo, ella solía decirle con constancia que la mayoría le odiaban, cuando escuchaste eso tu corazón se ablandó aún más y terminaste ofreciéndole a Tomioka el trabajo que actualmente tiene, sin embargo pensaste que era un error al principio, después de todo su sueño era ser un caballero.
—Giyu —te acercaste a él mientras estirabas tu mano para acariciar su mejilla con tu pulgar —tienes la mayor parte de mi amor.
—Es todo un honor, _______.
Su rostro teñido de un leve rubor te hizo sonreír, alejaste tu mano y después volviste a caminar.
—¿Qué haremos mañana? —le preguntaste suspirando.
—Tenemos que ir a casa de su prometido... —mencionó con un tono diferente. —Nos quedaremos ahí un par de días, y luego al regresar aquí celebraremos la fiesta de cumpleaños de su cuñada.
—Debe de ser una broma... —miraste a Giyu y luego a los alrededores.
Vigilando que no haya nadie tomaste la mano del de orbes azules, corriste jalandolo para que te siguiera. Él algo sorprendido lo hizo, llegaron a su habitación y ahí se metieron rápido para evitar que alguien los viera. Tomioka aún seguía confundido de tus acciones pero no le importó, si eras feliz haciendo eso que mejor que dejarte. Lo soltaste, la calidez de tu mano lejos de la suya era notoria para él, trago saliva intentando desaparecer cualquier otro pensamiento tonto de su cabeza. La verdadera razón por la que Giyu se volvió tu mayordomo es mucho diferente a la que él te confesó.
—¡Consigue una botella del mejor vino y pídele al chef que cocine el mejor pastel que pueda! —dijiste con los ojos brillosos. —Quiero que compartamos un momento juntos, como cuando nos conocimos... Mantenlo como un secreto.
—Señorita... —Giyu pensó bien sus palabras. —Vuelvo en un rato.
• • •
Cuando Tomioka salió de tu cuarto su corazón estaba completamente acelerado y dolía, tan sólo pensar en sus sentimientos y tu vida le hacen ponerse triste. Caminó hacia la cocina para cumplir tus peticiones pero ahí se encontró a Makomo, limpiando un par de platos, su mirada fue a dar el joven. Los labios de la chica se curvaron, fue caminando hacia su amigo y antes de abrazarlo se secó las manos en su mandil.
—¡No puedo manchar tu uniforme o ______ se enojará feo! —bromeó con una risita. —¿Cómo la soportas, Giyu?
—Es tranquila... —respondió desviando la mirada.
—¿En serio?, ¿no pide cosas extravagantes y se enoja cuando algo sale mal o no es como ordenó? Escuché que tiene unos modales de infarto pero no de buena forma...
—Ella es buena persona —habló de nuevo.
—¡Bueno! Eres quien está todo el día con ella, cuidate y cuidala a ella —respondió la chica alejándose. —¿Qué te trae por aquí?
—Estaba buscando al chef, necesito pedirle que cocine algo.
—¿El chef? Salió con Sabito, fueron a comprar cosas creo... Ya sabes, los trabajadores importantes de esta casa no pueden salir si no están acompañados de un caballero —Makomo suspiró. —Eso es tonto, ni siquiera pude pasar el examen, tú también tenías potenci-.
Giyu se dio media vuelta y salió de ahí, dejándola hablar sola.
Bien si no pudo conseguir un pastel quizás podría comprarlo o ir a consultarlo contigo pero no quería molestar así que Tomioka tuvo una difícil decisión. Por lo menos hasta que una gran idea apareció en su cabeza, salió del castillo a paso rápido para poder dirigirse a la panadería de la familia de su gran amigo; Tanjiro.
Tuvo que tomar el carruaje para que lo dejaran en el pueblo, luego de eso tomó que camino que solía usar para visitar al chico de cabello borgoña, una vez llegó se sintió nostálgico por el olor del lugar.
—¡Oh! —el joven Kamado fue quien recibió a el de ojos azules —Tomioka, hace mucho que no venías por aquí, ¿cómo estás?
—Bien —una pequeña sonrisa se formó en su cara. —¿Qué hay de ti?, ¿es tu día libre?
—¡Sí! Hace apenas unas semanas era un aprendiz, agradezco mucho que me hayas recomendado con ________ para volverme un caballero —Tanjiro esbozó una sonrisa. —¿Qué te trae por aquí?
—Necesito un pastel, para esta noche.
—¿Un pastel?, ¡Por supuesto!, ¿Para quién es y cómo lo deseas?
—Es para ________. —Tomioka murmuró y el de pendientes se sorprendió.
—¡Daré mi mejor esfuerzo en hacerlo! Sí es para ella será todo un gusto, no te preocupes no hace falta que me pagues nada, después de todo ________ pronto será la reina, ¡estoy bien con ello! ¿Quieres quedarte o mando a mi curvo cuándo esté listo?
—Tengo cosas que hacer, avisame cuando termines para que pase a recogerlo.
Después de conseguir la primera cosa en la lista sólo quedaba la última. Conseguir el mejor vino es equivalente a conseguir tu vino favorito, mientras sea el que más te gusta no importa si es el más malo y barato o el más caro y delicioso, mientras sea tu favorito todo está bien.
• • •
Tomioka estaba devuelta en el castillo con el pastel y el vino, la entrada de este estaba iluminada, Giyu entendió de inmediato porque.
Los guardias le dejaron entrar, el caminó con tranquilidad pasando por el jardín hasta llegar a la puerta de entrada pero una voz gentil le detuvo, sabía perfectamente de quien se trata.
—Ara, ara, Tomioka —él volteó a ver a Shinobu. —¿Disfrutas tu trabajo como mayordomo?
—Sin comentarios —respondió y cuando iba a dar otro paso, ella volvió a hablar.
—¿Alguien ya te quiere? —bromeó.
—_______ me quiere.
Fue lo único que respondió dejando a la chica con el prendedor de mariposa confundida, no, no se esperaba una respuesta así. Ya era de noche y se notaba, Giyu se apresuró para ir a tu habitación, tocó la puerta y una vez recibió tu permiso para pasar, entró.
Te miró, una sonrisa involuntaria apareció en su cara mientras dejaba el vino junto al pastel en la mesa que estaba en el centro de la habitación. Te paraste de tu cama, fuiste corriendo hacia él y envolviste su cuerpo entre tus brazos, abrazándolo. Correspondió.
—¡Eres tan atento, Giyu! —soltaste una risita.
—Todo es por usted, _________.
—Ven, sientate conmigo —te separaste y los dos se sentaron en frente de la mesa. —Uh... Esto huele diferente, más bueno.
—El chef no estaba así que tuve que conseguir el pastel en otro lado, una buena panadería de un chico que se volvió caballero hace poco gracias a usted —Giyu explicó.
—¿Hablas de Tanjiro? Ese niño es tan lindo... ~ Giyu, ¿tomarás conmigo?
—No creo que sea apropiado —su respuesta fue rápido. —Menos en tu habitación, _______.
—No importa, está bien. Me siento realmente cómoda con tu compañía.
Los labios de Tomioka formaron una leve curva, tomo el vino y lo abrió luego vertió un poco en cada copa. Lo miraste por lo mientras, nunca habías visto tan detalladamente las facciones de su rostro, solía tener una mirada tan seria y solitaria cuando se encontraban al rededor de más gente pero... Al estar contigo, solos los dos su expresión se suavizaba e incluso sonreía.
—Trajiste dos copas porque sabías que te pediría tomar conmigo —comentaste en tono burlón mientras sonreías.
—Siempre tengo en cuenta tus deseos, _______.
Te pasó la copa, la tomaste dándole un pequeño trago.
• • •
Habías tomado mucho, suspiraste profundo sin dejar de ver esos ojos azules profundos. Tus brazos estaban a los costados de Giyu y sus rostros estaban alejados apenas un par de centímetros. Él no quería apartarte, le gustó que estuvieras de esa forma... Tan cerca. Estaba mal, sí pero después de la cantidad de tonterías que dijiste hicieron que también se le nublara la mente y no sólo por el alcohol.
—¿Serías capaz de ser mi amante, Giyu? —preguntaste y soltaste una risita. —No, no dejaría que fueras mi amante en dado caso... Serías mi esposo. ~
—_______ —murmuró tu nombre.
—No quiero casarme —soltaste de repente. —Te quiero a ti.
—Para... —volvió a murmurar.
—Deseo que seamos uno, te necesito, Gi-...
Él te tomó de las mejillas y unió sus labios con los tuyos, su lengua recorrió el contorno de tus labios, abriste la boca un poco más e imitaste su acción; sus lenguas terminaron encontrándose.
—¿Estás segura de lo que dices, ______?
—Estoy tan segura que tengo celos de que mi hermana se acerque a ti —respondiste volviendo a besarlo.
—Me gustas mucho... —te dijo con una sonrisa.
Sin comentarios el día de hoy.
A excepción de que :0 esto se me ocurrió jugando. xD
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