Acto I.





Las gotas de lluvia golpean fuertemente el techo del hospital. El botón de llamada suena, la enfermera Hye Ri está desconcertada pues rara vez este sonaba durante la noche debido a que todo paciente está durmiendo plácidamente. Esta vez es la excepción, el nombre del paciente Kim aparece en el intercomunicador. Al poco tiempo abandona la estancia de enfermería llevando consigo misma el expediente de paciente.

Al estar frente a la puerta de la habitación 201 toca la puerta y al poco tiempo escucho al hombre darle la autorización de pasar, con una sonrisa en el rostro saluda al paciente Kim Jongin.

El hombre de treinta y seis años ingreso al hospital hace aproximadamente cuatro semanas al ser diagnosticado con cirrosis hepática avanzada, así es al hombre no le quedaba mucho tiempo de vida pues este ha tomado la decisión de no aceptar un trasplante de hígado. La enfermera Hye Ri lo ha ayudado en su proceso de angustia y dolor que conlleva la enfermedad.


―Ya estoy aquí Señor Kim, ¿necesita algo?


El hombre voltea a verla y le sonríe sutilmente.


―Si. ¿Podrías darme un vaso de agua?, por favor. ―murmura con voz ronca.


Hye Ri toma la jarra que se encuentra en la mesita a un lado de la cama para luego vaciar un poco de agua en el vaso que también se encontraba ahí. Posteriormente ella con la ayuda de un control remoto mueve la cama del paciente para que tanga una posición adecuada al momento de beber el vaso de agua.

Cuando le entrega el vaso de agua el hombre bebe el contenido tan ansiosamente como si se tratara de un antídoto que lo curaría de todos sus males.


―Ah... ¡deliciosa!―exclama.―Gracias enfermera.


―De nada.―sonríe cálidamente y al mismo tiempo toma el vaso que nuevamente deja en la mesita de alado. ―Ahora voy a tomarle sus signos vitales.


El asiente en silencio.


Observa disimuladamente como la mujer de uniforme blanco apunta cosas en su expediente y como fija su mirada también en el monitor. Supone que es para corroborar que todo esté bien, instantes después termina con su chequeo.


―¿Todo bien? ―pregunta.


―Por supuesto. No se preocupe. ―responde.


De nuevo el hombre asiente.


―Enfermera Hye Ri, ¿sabe que día es hoy?―pregunta sin mirarla.


―¿Hoy?


―Si, ¿sabe que día es hoy? ―dice nuevamente.


―Es viernes 15 de agosto del 2016. ―responde.


―Exacto. Hoy hace veintisiete años dos niños de mundos tan distintos logran conocerse. Sin saber que uno era el oxígeno por el cual el otro vivía. ―dice y la mira. ― Se llama el plebeyo de compañía, ¿ha escuchado usted esa historia?


―¿Cómo? ¿Y usted como sabe eso? ―pregunta confundida.


―Digamos que solo lo se. ¿Quiere que se la cuente? ―pregunta. ―Ya que no puedo volver a dormir y así usted se relaja un poco. Se ve agotada.


―La verdad yo...


―Solo serán unos instantes enfermera Hye Ri no se preocupe. No quiero meterla en problemas. ―sonríe débilmente. 


Hye Ri mira esos ojos risueños y un tanto tristes. Sonríe y asiente.


―Está bien Señor Kim solo un ratito porque usted también necesita descansar. Hye Ri toma asiento en el pequeño taburete que se encuentra dentro de la habitación.


―No se preocupe después de esto lo hare, se lo prometo. ―dice posteriormente levanta su dedo meñique como señal de que en verdad lo hará. 





La lluvia cae sobre un pequeño pueblo que se haya en medio de un bosque y está ubicado a las afueras de Seúl en donde también se puede escuchar la risa infantil de dos niños que juegan a las atrapadas. El pequeño príncipe Kai como le decía su familia de cariño y quien en estos momentos esta tras su amigo D.O quien se burla de manera juguetona por no ser lo suficientemente rápido como para atraparlo.

Entonces el niño de piel morena, con nueve y de lindos rasgos idea un plan para capturar a su amigo. Su plan es esconderse en uno de los árboles del amplio bosque, uno que este cerca de la casa. Después de eso decide poner en alerta de nuevo a su amigo llamándolo otra vez.


―¡D.O!


El corazón del pequeño hombrecito se acelera al oír la voz de su amigo volteando a su alrededor y de nueva cuenta acelerar su caminar. Los minutos pasan y D.O no escucha los pasos de su amigo, eso asusto al pequeño hombrecito. ¿Le habrá pasado algo? ¿Se habrá perdido?, con miedo recorriéndole cada parte de su diminuto cuerpo y que también comienza a oscurecer; abandono su escondite de seguridad para ir en busca de su amigo. La lluvia se vuelve cada vez más intensa.

A unos cuantos metros de donde se encontraba el pequeño D.O actualmente está el príncipe Kai escondido esperando que su amigo se acerque lo más pronto posible pues se está comenzando a aburrir pero eso no quita que se por vencido, atraparía a su amigo y ganaría el juego. O eso creyó hasta que escucho a su propio amigo gritar y abandono inmediatamente su escondite. Al llegar a la escena lo que sus ojos observaron lo hacen gritar y llorar al mismo tiempo.


―¡Mamá! ¡Papá!


Como si el niño tuviese super poderes los padres de Kai lo logran escuchar y corren en su búsqueda. Kai está llorando junto a su amigo quien se encuentra dormido y está herido de la cabeza debido a que la rama de un árbol se quebró a causa de la lluvia y termino lastimando al pobre niño. A continuación los adultos aterrizan en el lugar donde se encontraba su hijo, la mamá de Kai exclama asustada al ver al niño de ojos grades en terribles condiciones. Sin perder el tiempo el padre de Kai le pide a su esposa se lleve a su hijo a la casa mientras él se hace cargo del pequeño D.O en llevarlo al hospital.

Los días trascurren y el príncipe Kai sigue en la espera de noticias sobre su amigo D.O. mientras mira por la ventana de su alcoba. Por desgracia los padres de Kai aún no saben cómo decirle a su querido hijo que su amigo ha perdido la memoria y que también se encuentra en coma. Lo único que su hijo conoce de su amigo es que esta delicado de salud por lo cual este mismo le envía cartas por medio de sus padres en donde le expresa cuanto lo extraña y que desea volver a jugar pronto con él.


―Que interesante historia Señor Kim. ―dice la enfermera.


―¿Le gusto?―pregunta.


―¡Por supuesto! Es muy buena.


―Me alegro porque aún no termina. ―comunica alegremente. ―Si tiene tiempo... mañana puedo seguir contándosela.


―Claro.


Le da una última sonrisa al Señor Kim y por ultimo sale de la habitación cerrando la puerta cuidadosamente. El Señor Kim comienza lentamente a cerrar los ojos y por ultimo cae profundamente dormido. 






N/A

¡El Kaisoo ha llegado a la Saga de Escritos dulces!

Espero y les guste <3

―ohmykjm.



Escrito: 14.04.22. 

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