ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ɪx : ᴘʀᴜᴇʙᴀ ᴅᴇ ᴀᴍᴏʀ

Liam me suelta de su abrazo. Jimin se da vuelta furioso y saca su teléfono. Unos segundos después, la limusina se estaciona frente a nosotros.

- ¡Entra al coche!

Abre la puerta y espera a que entre.

- ¡No vayas, Nicol!

¡Oh, mierda! Estoy entre dos hombres y cada uno quiere que vaya con él. Preferiría solo desaparecer y escapar como siempre lo hacía pero decido entrar al coche.

Jimin le echa a Liam una mirada amenazante. Respiro profundo y espero a que él entre al coche. Azota furiosamente la puerta. La limusina arranca. El incómodo silencio se esparce entre nosotros.

- Yo no...

- No quiero escuchar nada.

El silencio cae de nuevo sobre nosotros. Hay tanto que me gustaría dacirle, justificarme, pero él no me quiere escuchar. Nunca lo había visto tan furioso. De hecho, nunca lo había visto enojado.

- No creo que esto funcione. Este es el fin.

- ¿¿¿El fin??? ¿De qué hablas...? ¿Por qué? Sabes que yo no tengo la culpa.

- Nicol...

- Ya verás que no fue culpa mía. ¡Yo no quiero ningún fin, Jimin! Tú eres el único al que amo.

Se traga el nudo en la garganta, aún enojado, pero se contiene.

- Pensé que sería diferente contigo...

Para de hablar de nuevo. Me le quedo mirando, quiero tocarlo. Levanto la mano para hacerlo...

- ¡Dije que no quiero escucharte!

- ¡Tú eres el único al que quiero, Jimin! ¡Por favor!

El coche se detiene en mi dirección.

- ¿Me trajiste a casa?

- ¡Adiós, Nicol!

Asiento con la cabeza, comprendiendo lo serio que es. Estoy furiosa, pero no hay nada que pueda hacer.

- ¡Adiós!

Entro a mi casa, sintiéndome humillada. Estoy devastada y en shock por todo lo que pasó. Mis padres están en el salón. Están peleando acerca de algo sin darse cuenta de que entré.

- ¡Le prometí a Jimin que le daría un terreno por eso, Viola! ¡¿Te acuerdas?!

- ¡Ya cállate, Benjamin!

Le señala con la mirada hacia mí para hacerle saber que estoy ahí. Solo logré escucharlo decir el nombre de Jimin.

- ¿Qué sucede? ¿De qué terreno hablas, papá?

- Escuchaste mal. No es nada que deba importarte.

Habla conmigo groseramente, como siempre. Estoy acostumbrada a que me trate como una niña.

- Escuché perfectamente que mencionaste a Jimin y un terreno que le prometiste. A cambio de algo. ¿Fue a cambio de mí?

Se queda en silencio y mi mamá desvía la mirada.

- Lo acordaste todo con él desde el principio, ¿cierto? ¡Responde!

- No, no fue así.

- ¿Mamá? ¿Hay algo que quisieras decir?

- Papá sí le prometió un terreno. Para que pueda construir un edificio de penthouse...

- ¡Viola! ¡Basta!

- Ahora lo entiendo...

Siento cómo la tierra se abre y me traga lentamente. Ahora comprendo. Papá planeó todo esto con él desde el principio. Así es como se conocieron.

- Parece que tus planes con él no van a funcionar.

- ¿A qué te refieres, Nicol?

- Jimin acaba de cancelar nuestro compromiso.

- ¡¿Qué?!

- Sí, sí... Oíste bien. No van a salir las cosas a tu manera esta vez, querido papi...

Le echo una sonrisa triunfante. Por lo menos logré cerrarle la boca hoy a un hombre, y demostrarle de qué estoy hecha. Me voy a mi habitación.

• ୨❀୧ •
Al día siguiente

Un nuevo día ha llegado y no planeo pasarlo lamentándome. Estoy consciente de mis cualidades y de cuánto valgo.

- Aunque todavía siento el amargo sabor del rompimiento en la boca, ¡Intentaré explicarle todo a Jimin y reconciliarme con él!

Alguien toca a la puerta e interrumpe mis pensamientos decididos. La puerta se abre y entra...

- Por favor, no me arrojes nada, vengo en son de paz.

Levanta sus brazos como rindiéndose.

- Liam... ¡Largo!

- No me voy a mover hasta que me escuches.

- ¿Por qué viniste aquí? ¿Quién te dejó entrar?

- ¡Adivina!

- Ah, mi mamá... Esa mujer...

- Te ves muy linda con ese pijama.

- ¡Ya déjate de estupideces!

Se me queda mirando confundido.

- Vine a decirte que no me voy a rendir contigo.

- Jaja... ¿Siquiera estás consciente de lo que me causaste ayer?

- ¡Espero que tu prometido por fin se haya dado cuenta de que eres mía!

- Hiciste todo lo posible para hacer que se diera cuenta.

- Ese beso fue algo espontáneo. No planeaba que nos viera, pero me importa un carajo.

Se regodea por eso aunque me metió en un tremendo problema. Me le quedo mirando y me doy cuenta de que vino con el uniforme de chofer.

- ¿Te importaría decirme por qué te pusiste eso?

- ¿Qué?

- Te despedí.

- Todavía soy tu chofer.

Actúa como un necio y un descarado. Lo recuerdo de niño. No entregaría su espada por nada del mundo y siempre la traía consigo. Incluso se la llevaba al jardín de niños.

- Eres un terco, ¿lo sabes?

- ¡Solo soy persistente cuando quiero algo! ¡Y ahora te quiero a ti!

En un segundo me toma de la cintura.

- ¡Tú eres mía! ¡Recuérdalo!

- ¡Detente!

Me suelto de su agarre e inspecciono con la mirada la habitación buscando algo.

- ¿Qué pasa?

- Necesito que me lleves a un sitio.

- ¿A dónde?

- Si todavía quieres ser mi chofer, deja de preguntar a dónde voy. Me vas a llevar a donde tenga que ir sin hacer preguntas, ¿quedó claro?

- Te llevaré a cualquier parte a menos que vayas con él.

- Ese no es problema tuyo.

Voy a ver a Jimin. Tengo que explicarle lo que pasó y en qué estamos. Me aseguraré de lucir lo mejor posible y aparecer a su puerta. Tendrá que explicarme cuál es ese trato con mi papá.

- Veamos qué me voy a poner...

~ Conjunto elegido ~

- ¡Wow!

- ¿Me veo bien?

- ¡Te ves perfecta! ¿Y entonces, a dónde la llevo, su majestad?

- ¡Con Jimin!

- Pero...

- ¡Sin peros! ¿Me vas a llevar o pido un taxi?

Liam me echa una mirada seria.

- Te llevaré.

• ୨❀୧ •
Estoy en casa de Jimin
Alfred me recibe

- Buenas tardes, Alfred... ¿Está el "amo" en casa?

- ¿El amo? Si, él está...

- ¿Nicol? ¿Qué haces aquí?

- Debes escucharme.

- ¿Debo?

Hay en él un aura de calma y confianza. Intocable.

- Alfred, puedes dejarnos solos.

- Claro, señor...

Hace una reverencia y se va.

- ¿Y de qué quieres hablar?

- De ese beso.

- ¿De qué quieres hablar? Bueno, tengo una pregunta al respecto. ¿Te gustó ese beso?

- Fue algo espontáneo. Liam lo hizo contra mi voluntad.

- ¿Qué, solo va en su tiempo libre y te besa delante de quien sea?

- No.

- Nicol, si crees que me puedes explicar eso y convencerme de que mis ojos me engañaron, piénsalo de nuevo.

- Jimin, el beso fue real, pero yo no se lo devolví. Él fue quien me besó, no yo a él. ¡¿Lo entiendes?! Ahora yo tengo una pregunta para ti. Si puedo...

- Adelante...

- ¿Qué tienes que ver con los terrenos de mi papá?

- No entiendo.

- Mi papá te prometió un terreno para construir un penthouse a cambio de algo. ¿Yo soy ese ALGO?

- Sí, lo eres.

- Hm... lo sabía. ¿Así que todo esto ya estaba previamente acordado?

- Nicol, ¿te parezco la clase de persona que arreglaría un matrimonio?

Me quedo parada quieta, pensando. Me da gusto que quiera hablar conmigo en vez de ponerse necio como ayer en el coche.

- ¿Rompería un compromiso contigo si lo que me importara fuera un terreno?

- Tienes razón. No había pensado de esa manera. Pero sé que no me amas.

- ¿No te amo? ¿Qué haces en mi casa si crees que no te amo? ¿Qué quieres de mí?

- La verdad.

- Solo hay una única verdad. ¡Te besaste con tu amor de la infancia! ¡Tu chofer! ¡Tu amante!

- ¡Él no es mi amante!

Me toma entre sus brazos.

- ¿Entonces qué es para ti?

Siento su aliento mentolado en mis labios. Lo aspiro. Lo deseo igual que la primera vez.

- Él no es nada para mí. ¡Tú eres mi todo!

Descanso derrotada entre sus brazos. Solo quiero que él lo supere todo y me perdone.

- Perdóname.

Me acerca hacia sí y llena de besos todo mi cuello. Me entrego totalmente a él por un momento que parece una eternidad. Me entrego al momento y él me quita la ropa de los hombros. Me besa el cuello y el hombro, apretando mi mano todo el tiempo como si me fuera a escapar de él. Me empuja lleno de rabia y luego me vuelve a tomar salvajemente y me desviste.

- Jimin, yo...

- Eres hermosa. Sabías que te perdonaría, ¿verdad? Por eso es que vienes con esa lencería. ¡Mírate!

Besa todo mi cuerpo, jala mis ligueros.

- Estás jugando conmigo. ¡Te deseo más de lo que he deseado a nadie!

Me toma de la mandíbula y me aprieta la boca.

- ¡A nadie!

Presiona sus labios sobre los míos. Me da vuelta, me quita la lencería y me penetra. Me agarra del cabello y me posee rudamente. Me está haciendo sentir su ira.

Humildemente acepto sus dulces abrazos y su toque reservado. Me penetra lento pero fuerte. Luego gira mi cabeza para verme, y me penetra de nuevo lentamente con la misma potencia.

Me besa en los labios y continúa con sus movimientos más rápido y con más potencia. Mis emociones se liberan y él me hace suya. Está tomando todo de mí, penetrándome fuerte y profundo.

Me ahogo en el sentimiento de culpa y de tensión sexual. Mi cuerpo está vibrando, lo deseo terriblemente. Me toma de nuevo lentamente, con táctica. Pero solo por un segundo.

Apenas me puedo mantener en pie. Grito sintiéndome impotente y llegamos al límite al mismo tiempo. Nos vestimos y nos quedamos mirando el uno al otro. Hay ira en sus ojos.

- ¿Me has sido fiel?

- Jimin.

- La próxima vez que te pregunte eso, terminamos. ¿Quedó claro?

- Te soy fiel. Y no me gusta ese tono.

- Nunca he querido a nadie como te quiero a ti. Nunca he amado a nadie como te amo a ti.

Me ama. En verdad me ama. Por fin tomo consciencia de esa palabra y del amor que siente por mí.

- Te acepté como eres. No me traiciones. Sobre todo no ahora, cuando quiero que seas la primera en ver algo que nadie sabe.

- ¿La primera?

- Sí.

Reúne sus fuerzas, decisivo como siempre, con una mirada determinada.

- Puedes decirme cualquier cosa.

- Tengo un secreto. Creo que es hora de revelártelo...

Continuará...

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