ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ xᴠ : ᴍᴀᴍᴀ

- ¿Cómo que desapareció?

- No lo sé. Alfred lo buscó por todas partes pero no está. Ahora salió a buscarlo a la calle.

- ¡Oh, Dios! ¿Cómo te puedo ayudar?

- No sé...

Alfred regresa.

- No lo encontré afuera.

- ¿Les preguntaste a los transeúntes?

- Sí. Nadie lo vio.

- Vamos a pensar con calma... ¿Tiene un lugar favorito en la casa?

- No lo sé, Nicol. Sabes que lo traje aquí hace poco.

- Solo un segundo... si puedo... Podría ser, pero no...

- ¿Qué cosa, Alfred?

- ¡No he revisado los armarios, señor!

- ¡Armarios, sí! ¡A los niños les gusta esconderse en los armarios!

Jimin no espera a que termine de hablar, se apresura al cuarto de Jiwoo.

- ¡Vamos, Alfred! ¡Busca en la sala! Yo iré a la habitación.

Entro a la habitación y abro el armario.

- ¿Qué tenemos aquí? Vamos, ya puedes salir.

Jiwoo sale del armario tímidamente, con las manos sosteniendo fuerte un regalo.

- ¡Ya sé! Estabas jugando a las escondidas, ¡Y ganaste! Se nos acabó el tiempo. ¡Bravo! ¡Nos engañaste! ¡Qué grande!

Se me queda sonriendo.

- ¿Vamos a la sala y terminamos con este juego?

- ...

Asiente con la cabeza y nos vamos a la sala.

- ¡Miren lo que encontré!

- ¡Jiwoo, hijo! ¡¿Por qué te escondiste?! Papá se asustó mucho.

- ...

- Jimin, ¿no lo sabes?

Le guiño un ojo, para que Jiwoo no se sienta mal.

- Era un juego. Estaba jugando a las escondidas. Y ganó.

- Oh... No lo sabía. Lo siento. Enséñale a papá tu regalo.

Jimin quiere alcanzar el regalo con los brazos pero Jiwoo lo quita enojado.

- Oh, bueno. Es solo tuyo. Ya entiendo.

Jiwoo toma a Alfred de la mano y lo lleva a su habitación.

- Pero...

- Déjalo.

- ¿Dónde lo encontraste?

- En nuestra recámara, en el armario.

- ¿Qué estaba haciendo ahí?

- Se estaba escondiendo.

- Oh, Dios, todo el tiempo estuvo en casa. ¿Y qué es ese regalo que trae?

- No lo había visto antes.

- Yo fui quien empacó todos sus regalos. Todos estaban decorados con el mismo papel. Qué raro...

- ¿Crees que alguien se lo dio?

- No lo sé. Estoy confundido.

Alfred sale de la habitación.

- Se quedó dormido.

- Pobrecito, quién sabe cuánto tiempo pasó en el armario...

- ¡Alfred! ¿Tú le diste ese regalo?

- ¿Qué regalo, señor?

- ¡Ah! ¡El que traía entre sus manos!

- No, señor, yo no fui.

- Cálmate. Lo nervios no te van a llevar a ningún lado. Descubriremos de dónde lo sacó.

• ୨❀୧ •
Al día siguiente

Nos levantamos y Jimin está de mejor humor que lo normal.

- Vístete, te espera un día especial.

- ¿En serio?

- Sí. Te voy a llevar para que por fin elijas tu vestido de novia.

- ¡Mi vestido de novia! ¡Sí, gracias!

- ¡Arréglate y nos vamos!

- ¿Qué me pongo?

~ Conjunto elegido ~

- ¡Nunca he visto a nadie más hermosa!

Alfred entra.

- Señor...

- ¿Sí, Alfred?

- Su limusina está lista.

- ¡Muy bien! ¡Y, Alfred!

- ¿Sí, señor?

- ¡Vigila muy bien a ese muchacho!

- Claro, señor, no se preocupe por nada.

• ୨❀୧ •
Salimos y nos dirigimos a la boutique

- Dime una cosa...

- ¿Sí?

- Tu relación con Alfred parece extraña... ¿Alguna vez le das las gracias por algo?

- No entiendo. ¿Por qué habría de hacerlo?

- Tal vez por su lealtad, entre otras cosas. Eres algo rígido con él, lo tratas como basura.

- Es mi sirviente, Nicol.

- Lo sé, pero eso no te da derecho a tratarlo mal y darle órdenes cada que hablas con él. Creo que te tiene miedo.

- Jajajaja... Eso estuvo bueno.

- ¿Por qué te ríes?

- Porque eres graciosa. Alfred ha estado conmigo desde que era un niño. Me cuidó mientras crecí. Yo daría la vida por él.

- Entonces deberías de demostrarle cómo te sientes.

- ¡Tú eres mi activista de los derechos humanos!

- ¡Y deja de ser tan grosero!

- ¿Hablas en serio?

- Sí. Me voy a enojar contigo si lo sigues tratando así.

- Y yo me enojaré contigo por esperarte media hora a que entres a ese vestidor y te pruebes tu vestido de novia.

- Oh...

Entro al probador. Me pongo el vestido que Jimin eligió para mí.

~ Vestido ~

- ¡Aquí estoy!

- ¡Wow! ¡Te ves increíble!

- No estoy segura. Aparte, ¡¿desde cuándo el novio elige el vestido para la novia?! Eso es de mala suerte.

- No, esas son supersticiones. ¡Ven acá!

Enreda sus brazos en mi cintura y me besa.

- A mí me encanta. ¿Podrías hacerme un favor y-?

- ¡No, no! No puedes ver mi vestido. ¡Yo seré quien lo escoja!

- Quería preguntarte, ¿podrías hacerme el favor de quitártelo en el probador enfrente de mí, mientras beso tus hermosos pechos?

- Oh...

Ya me lo puedo imaginar haciéndolo. El solo pensarlo me pone húmeda.

- ¿Un favor? Claro que NOS haré un favor.

Nos escabullimos al vestidor. Ya tiene las manos encima de mí, quitándome el vestido.

- ¡Admítelo, esta fue la razón por la que me trajiste aquí!

- ¿Para hacerte el amor?

Está bañando mi cuello de besos.

- ¡Soy culpable!

Me desviste por completo y comienza a lamer mis partes. Luego se pone de rodilla y me quita la ropa interior. Quiero gritar pero no puedo hacerlo por miedo de que la vendedora nos oiga.

Ambos colapsamos en el suelo y hacemos ahí el amor. Me penetra rápido y ligeramente. Su mano está en mis labios, haciéndome guardar silencio.

El probador es tan pequeño que apenas podemos hacerlo de forma cómoda pero no me importa. Toma mis pechos y coloca su cabeza entre ellos. El ritmo es todavía el mismo.

Levanto las piernas y por accidente derribo el espejo de la pequeña barra. Se me escapa una risita antes de que Jimin me vuelva a poner la mano en la boca. Primero le muerdo los dedos, y luego los beso apasionadamente. Nuestros ojos están en contacto todo el tiempo. Lo reto con mi mirada astuta. Como amenazándolo con gritar en cualquier momento.

Su largo orgullo provoca mi punto débil y casi llego al clímax. Esas cosquillas me torturan y me hacen enredar las piernas en su cintura. Me echo hacia atrás, columpiando las caderas, y lo siento palpitando dentro de mí y empujando más fuerte. Su hinchado miembro me lleva al límite y terminamos al mismo tiempo.

Unos minutos más tarde...

- Tienes el vestido de novia puesto.

- Ah, cierto. Me cambiaré.

• ୨❀୧ •

Jimin me deja en el centro porque quiero hacer otras cosas. Él va a un destino diferente. Camino por la calle pensativa cuando escucho una voz familiar llamándome.

- ¿Nicol?

- Liam... ¡¿Será posible que te encuentre cada vez que salgo?!

- Obviamente lo es.

- No estaría sorprendida si me estuvieras siguiendo...

- ¿Yo?

- ¡Si, tú!

- Carajo... Y bueno, ¿a dónde vas? ¿Necesitas un chofer?

- Iré a pie. Acabo de salir del coche. ¡Pero, gracias!

- Está bien. ¿Cuándo es la boda?

- Pronto. Acabo de ir a probarme el vestido de novia.

- ¿Lo hiciste? Qué lindo... El blanco seguro se ve muy apetecible en tu sedosa piel. Qué lastima que yo no seré el novio.

- Liam...

- ¡Pero, sí! Yo no tengo dinero para un vestido de novia de Dororvo. La puta madre.

- Ya basta. Eres muy patético.

Me toma entre sus brazos en medio de la calle. No le importa si alguien nos está mirando.

- No te voy a soltar, ¿lo sabes?

- ¿Qué vas a hacer? ¿Planeas volver a robarme?

Me acerca más a él, listo para besarme.

- Liam... ¡Aléjate de mí!

Me suelto de su agarre, me manda un beso, se da vuelta y se va.

• ୨❀୧ •

Regreso a casa, donde encuentro a Jiwoo sentado en la sala. Todavía está sosteniendo su regalo.

- ¡Hola! ¿Te gustaría que juguemos un poquito?

Me mira con atención.

- Mira, si quieres jugar "UNO", solo di que sí con la cabeza, ¿okey?

Me responde moviendo su cabeza en un "sí".

- ¡Genial! Escuché que eres excelente en este juego. Tu papá está muy orgulloso de ti por eso, ¿lo sabes?

Le agrada. Puedo sentirlo. Aprovecharé la oportunidad para ver quién le dio ese regalo. Pongo mis cartas sobre la mesa.

- Ahora tienes que recoger dos más.

Pone una cara triste. Y yo, por desgracia, tengo cartas bastante buenas. Secretamente cambio mis cartas por otras.

- ¡Oh, no! Me tocaron cartas muy malas.

Sonríe y levanta su carta para mostrarme que le queda una para ganar.

- Yo por desgracia, no tengo nada.

Pone la última carta sobre la mesa y se alegra. Su sonrisa vale más que toda la fortuna de Jimin.

- ¡Felicidades!

Le doy la mano y lo felicito. Intento pensar en cómo sacarle más información sobre el regalo.

- También podemos jugar otros juegos. Este se llama "Arriba y abajo para SÍ, y a un lado y otro para NO". ¿Entendido?

Asiente con la cabeza.

- Genial. Yo pregunto primero. Entonces... ¿Alguien vino a visitarte el otro día?

Asiente con la cabeza. Estoy pensando en voz alta...

- Oh... Cariño, si solo me dijeras quién fue...

- Mamá...

- ¿Qué?

Jimin entra a la habitación.

- ¡Hijo, por fin comenzaste a hablar!

- Mamá estuvo aquí.

- ¿Qué dices? ¿Nicol? ¿Escuchaste? ¡Te llamó "MAMÁ"!

- No...

Se gira hacia mí, y yo me quedo petrificada. ¿Cómo pudo su mamá traerle un regalo?

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top