— ¡HoSeokie! Que genial que pudiste venir. –Dijo un chico de cabello rosa mientras lo abrazaba.

—No podía perderme tu cumpleaños, Minnie. –Correspondió al gesto afectuoso.

—Más te vale, o me hubiera enojado mucho. –Hizo un puchero.

—Bueno, ya es hora de divertirnos, debemos ir a la playa y jugar voleibol. –Acotó TaeHyung que llegó a los amigos y alzó a JiMin sobre su hombro.

Ho se rió al ver a sus amigos pelear, eran una pareja muy tierna, parecían haber sido hechos el uno para el otro.

—Hobi-hyung. –Saludó JungKook. —Me alegra verte aquí.

—Cierto. Eres muy difícil de persuadir. –Dijo NamJoon con una sonrisa.

—Bueno, en mi defensa, no es fácil ser gerente comercial, muchachos. –Respondió con un puchero.

—Ya, ya, dejen a mi bebé tranquilo. –Apareció YoonGi abrazando a su novio.

—Aún no me lo creo. –Dijo de repente el mayor de aquel grupo de amigos. —Ver al gruñón del grupo con nuestro solecito, simplemente es sorprendente.

—Sorprendentemente genial, Jin-hyung. –Rectificó el pálido. —Yo siempre estuve enamorado de Hobi. Y temía que no me aceptara, pero miren… –Besó la mejilla de su pelirrojo. —Ahora estamos juntos desde hace cinco años y soy el hombre más feliz del mundo.

—Basta, Yoonie. –Dijo Seok en tono infantil al momento de cubrir su avergonzado rostro con las manos.

Los demás se rieron por tan tierno acto del pelirrojo.

Después se pusieron a jugar voleibol y todas sus preocupaciones fueron olvidadas.

Menos una.

Pues HoSeok, en medio del juego, se quedó estático. No recordaba en qué momento había llegado a la playa.

Miraba hacia el mar e intentó recordar, pero simplemente no lo sabía. Veía a los demás jugar y tampoco recordaba que aquellos seis chicos fueran sus amigos.

¿En qué momento los conoció? ¿Dónde estaban sus padres? Porque había ido con su familia a la playa, ¿cierto?

— ¡Hobi! –Escuchó que gritaron.

Al girarse la pelota golpeó en su cara y cayó sobre la arena.

Rápidamente YoonGi llegó a él. — ¡Hobi! Cariño, ¿estás bien?

Seok se sentía desorientado y no por el golpe, si no, por las circunstancias.

— ¿Hobi? –Volvió a decir el azabache.

Entonces, el menor lo miró, pero en los ojos de su pareja veía temor, desconfianza, pues con cautela se zafó del agarre que el azabache ejercía en su brazo y retrocedió.

—Estoy bien. –Dijo cortante.

Miró alrededor, esos rostros no se le hacían conocidos. Apretó los labios y decidió que era mejor volver con sus padres.

Se giró y empezó a caminar, pero no había avanzado mucho cuando se detuvo.

Se sostuvo la cabeza y miró hacia atrás, los seis chicos lo miraban desconcertados.

— ¿Chicos? –Preguntó inseguro.

Los mencionados se miraron entre ellos, YoonGi se acercó a él y con calma lo llevó a su cabaña, era momento que descansara.

Pero desde ese día, YoonGi supo que algo no estaba bien con su novio.