ᴜɴᴀ ᴜ́ʟᴛɪᴍᴀ ᴠᴇᴢ

SeokJin lo intentaba, claro que sí. Pero su consciencia no lo dejaba en paz.

Solía despertarse a plena madrugada por aquella pesadilla que lo atormentaba, aquella donde veía el cuerpo inerte de JungKook tirado en el piso, con un pequeño bote de veneno en la mano.

Tú lo mataste...

No...

Tanto lo odiabas y conseguiste eliminarlo...

¡No, no es así!

Ahora tu alma está podrida. Nunca más volverás a verlo...

¡No!

¡JungKook! -Gritó con desesperación.

Se levantó sudoroso y con lágrimas recorriendo sus mejillas.

Su respiración era pesada y lo único que lo rodeaba era la dolorosa penumbra de su soledad.

¿Dónde está mi ángel?
Al final del día...
Que alguien venga a salvarme, por favor.
El suspiro de un día agotador...


SeokJin volvió a llorar de manera desgarradora.

Sabía que sus actos tendrían graves consecuencias, estaba esforzándose duramente por perdonarse y no volver a caer en el abismo de la culpa. Pero le era casi imposible.

Él iba a sus terapias, trabajaba como mesero en una cafetería, alquilaba un pequeño cuarto en una zona remota de la ciudad. Él realmente lo estaba intentando.

Creo que todo el mundo está feliz.
¿Puedes mirarme? Porque estoy azul y gris...
El significado de las lágrimas reflejadas en el espejo.
Ocultadas con una sonrisa, mis colores, azul y gris...


Nadie cercano conocía su pasado, nadie conocía su sentir, realmente nadie lo conocía.

Todo el mundo le parecía ajeno, distante y frívolo, ¿cómo en algún momento creyó encajar?

Vivió todo el tiempo engañado. Engañado por sí mismo, creando una falsa felicidad a base de dinero, fiestas, sexo y alcohol...

Creyó vivir feliz mientras le destrozada el corazón a un alma inocente.

No sé dónde salió mal.
Desde niño, tengo un signo de pregunta azul en la cabeza...
Quizás por eso vivo tan intensamente.
Pero cuando miro hacia atrás, estoy parado solo aquí...
Esa sombra oscura que me traga.
Y aún así, el signo de pregunta azul...
¿Será ansiedad o depresión?
¿Cómo puedo tener tantos arrepentimientos?
O quizás yo haya nacido de la soledad.
No lo sé todavía, azul oscuro...
Espero que ella no me consuma, encontraré una salida.


Estaba dispuesto a encontrarse de nuevo con sí mismo, pero le aterraba, le aterraba regresar al pasado y recordar cada maldad que pensó y realizó, en contra de quien fuese con tal de conseguir lo que deseaba...

Pero se sentía más solo que nunca.

¿Dónde estaban aquellos que se habían llamado sus "amigos"?

Exacto, él nunca había tenido amigos, porque a la única persona que pudo entregarle realmente su corazón, estaba a una larga distancia de él, superándolo y olvidándolo.

Ese es mi castigo... -Murmuró arañando sus brazos con fuerza.

Eso es lo que merecía, ser cruelmente castigado por todos sus pecados, él estaba solo, él...

Ring~ Ring~ Ring~

El sonido de su celular...

SeokJin lo observó sin emoción, ¿quién sería?

¿Su jefe? No, ese era su día libre.

¿Su terapeuta? Tampoco, él tenía la sesión la próxima semana.

¿Entonces?

Tomó el artefacto y miró la brillante pantalla donde un nombre se leía.

Gi-chi.

Por supuesto... Esa era la única persona que aún seguía a su lado a pesar de todo...

De repente, SeokJin se sintió animado. Contestó con rapidez.

¿Kim SeokJin? -Escuchó la voz de un hombre. Ese no era su Gi-chi.

Las alertas de Jin se activaron y como resorte, se levantó de la cama. —Sí, ¿quién eres y por qué tienes el teléfono de mi amigo?

Un profundo suspiro se escuchó del otro lado, SeokJin sintió su corazón acelerarse en aprehensión.

YoonGi murió.

Entonces Jin vio negro...

Vio como su amigo, su único amigo, el que había estado con él en todo momento, el que había sido su salvación, desaparecía frente a sus ojos.

Sepultado tres metros bajo tierra, solo con un puñado de personas que Jin desconocía, le dieron el último adiós a quién en vida, lo había acogido de su miseria.

Solo quiero ser más feliz.
Derretir el frío que hay en mí...
Ya extendí mis manos un montón de veces.
Un eco sin color...
Oh, este suelo parece tan pesado.
Estoy cantando solo...
Solo quiero ser más feliz.
¿Será que estoy siendo codicioso?


SeokJin no se dio cuenta en qué momento, solo eran él y las lápidas a su alrededor.

Sentía que en su corazón se había creado un hueco gigantesco.

¿Por qué me dejaste, YoonGi? -Susurró con profunda tristeza.

Su mejor amigo ya no lo regañaría por su actitud infantil, ya no lo retaría por no apreciar a aquella persona.

Ya no estaría nunca más con él.

Estoy completamente solo... -Se dijo con la voz en un hilo.

Cayó sobre sus rodillas y se rió, rió con tanta fuerza mientras las lágrimas seguían su camino...

Lo lograron... -Decía entre hipidos. —Ustedes, malditos bastardos... Consiguieron hacer mi vida una mierda...

A su mente llegó aquel espantoso recuerdo...

¡Nunca triunfarás!

Golpe.

Eres una basura que ha nacido para servir, ¡nunca para que te sirvan!

Golpe.

Tu vida no vale nada, ¡solo mírate! ¡Eres un maldito fracasado!

Golpe, golpe, golpe.

Los sueños son para gente sin cerebro, reacciona SeokJin, mira donde haz nacido, si mueres por mis golpes hoy, nadie lo sabrá, ¿sabes por qué? Porque a nadie le importas, eres un punto a la izquierda, y así será tu vida si logras sobrevivir, una mierda.

Serás tan lamentable como tu madre.

Esas palabras se repetían en la mente transtornada de SeokJin.

Serás tan lamentable como tu madre.

Como tu madre...

Lamentable...

SeokJin se levantó, en sus ojos solo había profunda oscuridad , tormentosa y peligrosa.

Observó por última vez el nuevo lugar de descanso de su entrañable amigo y caminó hacia la salida.

¿Qué haría ahora?

¿Qué sería de él?

Cuando caminé por las calles frías, sentí el sonido de mi corazón acelerado respirando.
Lo siento todavía...
No digas que está todo bien.
Porque no lo está...
Por favor, no me dejes solo, me duele mucho.


Al llegar a su casa y mirar todo alrededor, volvió a cuestionarse por qué seguía respirando... ¿No debería estar él, en lugar de YoonGi?

No era él, ¿el ser despreciable?

No era él... ¿Al qué todos aborrecían?

No era él... ¿Quién intentó matar a la persona más dulce y bondadosa qué conocía?

Eso quería decir que ni en el infierno lo querían...

Volvió a reír.

Qué afortunado.

Su vida no valía nada.

Creo que es hora de vengarme de mis padres... -Caminó a su habitación y sacó un trozo de papel. —Lo siento señor Jeon, señora Jeon, pero no cumplí con mi deber... No cuidé a su tesoro...

Un bolígrafo se ubicaba entre sus dedos.

Lamento que nunca más podamos vernos... Pero es lo que merezco, no hice bien las cosas...

Empezó a escribir, sus sentimientos reales marcados en cada palabra.

Por una vez haría que vivir, valga la pena.

Por una última vez...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top