Capítulo 9
Qué me pasa...
Los días habían pasado en tranquilidad, pacíficos y agradables. En mucho tiempo la familia Vongola no había tenido que usar la fuerza para nada, y ahora Tsuna y Hana sólo compartían cada vez más, pasando estos días juntos, ayudándose mutuamente, sonriéndose. Es increíblemente lo rápido que se va el tiempo si lo pierdes con la persona correcta.
Todo parecía ir bien hasta que llegó el día, Kyoko estaba arribando en el avión que la traería de nuevo a casa, y en tan sólo una semana se llevaría a cabo la gran boda. Tsunayoshi no había caído en cuenta de esto hasta que el acto fue inminente. Aquella mañana, cuando recibió la llamada de su esposa, se dio cuenta de que el tiempo sólo sigue hacia adelante y nada ni nadie puede pararlo, aunque lo desees con toda tu alma. Los días pacíficos con Hana llegarían a su fin y pronto sería un hombre casado, lo cual fue siempre su sueño, ¿por qué dudar ahora?
—¡Tsu-kun! —exclamó Kyoko al lanzarse a sus brazos, contenta de verlo, lo había extrañado tanto.
—Kyoko-chan —él la abrazó con una sonrisa.
Ahora mismo se encontraban en el aeropuerto, el castaño había decidido ir a recogerla en persona, ¿qué clase de futuro esposo sería si no lo hacía? Lo único que lamentó es que tuvo que dejar a Hana sola. ¿Qué estaría haciendo ella ahora? Seguramente estaría retozando en el jardín, como solía hacer; o tal vez estaba llenando el jarrón diario de agua de los lirios de su despacho, a lo mejor solo estaba en su habitación leyendo, a veces también leían, ella se empeñaba, siempre le decía que la mejor forma de conectar las almas es a través de las palabras.
—¿Tsunayoshi-san? —cuestionó el padre de Kyoko al ver lo perdido que estaba —¿Está usted bien?
El chico negó rápidamente —. Um hu, estoy perfectamente, un poco ansioso, pero todos dicen que es normal tener nervios antes de la boda.
Ambos comenzaron a caminar a la par puesto que Kyoko parecía muy emocionada enseñándole Italia a su madre. Detrás de ellos, algunos mayordomos cargaban las maletas.
—Cuando yo me iba a casar con mi mujer sudaba por todas partes —rememoró entre carcajadas —, pero... todavía recuerdo con exactitud y precisión el justo momento en que la vi entrar por las puertas.
—¿Cómo se sintió? —indagó curioso.
—Es difícil de explicar, aunque ya nos conocíamos pensé: ¿dónde has estado toda mi vida? —se rascó la nuca y sonrió sincero, el cantidad de sentimentos que tenía hacia su esposa se podían devisar en su mirar —, no lo sé, sólo siento que el amor es sorprenderte todos los días, mi mujer siempre lo logra, ella... trae la felicidad consigo —ocurrió un pequeño silencio, en el que ambos pensaron, Tsuna sólo agachó la mirada buscando momentos como esos con Kyoko, pero justo ahora, sólo tenía recuerdos de Hana, desbordando y llenando su mente —. Espero que sea así como te sientas con mi hija.
—¿Eh? —lo miró para parpadear varias veces y sonrojarse —, si, es así como me siento.
—Pues no la dejes ir, sújetala. A veces lo que amamos se nos escapa de las manos por lo tontos que somos, y sólo cuando lo perdemos nos damos cuenta de lo indispensable que es —depositó una sutil palmada en la espalda del líder Vongola.
—¡Oigan! —exclamó Kyoko desde lejos para alzar su mano y saludarlos —, apresúrense, ya quiero ver a toda la familia.
✧══════•❁❀❁•══════✧
✧══════•❁❀❁•══════✧
.
.
.
La reunión iba de maravilla, la gran cena llevada a cabo para recibir a la familia de la novia, e incluso a la novia, estaba saliendo a la perfección. Todo lo que se escuchaba en el aire eran risas que iban y venían, hasta Hibari estaba presente, no riendo, pero hacía su mejor esfuerzo.
—Yamamoto, gracias por invitarme —le susurró Hana al mencionado en medio del bullicio.
—Aunque me gustaría quedarme con el crédito tengo que cederlo —el chico le sonrió para apuntar a Tsunayoshi, quien admiraba a sus amigos orgulloso —, fue idea de él, dijo que tú eras parte de la familia Vongola ahora y que como tal deberías estar aquí.
—Tsuna siendo Tsuna —bromeó y los dos rieron por lo bajo. En ese segundo una mirada se posó en ambos.
Sawada los observaba con el seño fruncido. ¿Desde cuando eran tan cercanos? ¿De qué reían tan amenamente? ¿Por qué parecían tan felices el uno con el otro?
—Tsu-kun —llamó Kyoko y este se vio en la necesidad de apartar la mirada de quien era el remolino que lo tenía volando por dentro, para posarla en... en su futura esposa —, gracias por escogerme teniendo miles de opciones —, poco a poco el silencio se fue abriendo paso y todos fueron atendiendo a las palabras de su amiga —, conocerte fue lo mejor que pudo pasarme, tu me brindaste una familia y un hogar, esperaste por mi tantos años, guardaste tus sentimientos con tanto ahínco sólo para este momento, sin duda..
Hana, quien escuchaba atentamente se fue olvidando de todo, sólo sentía aquellas palabras cargadas de verdad y un increíble dolor en el ambiente. Todo se puso en blanco y sólo estaban ellos tres, Tsuna mirándola a ella, a Kyoko, y Hana tan lejos, sin poder alcanzarlos. Quiso extender su mano, pero no tenía sentido.
Entonces cayó en cuenta, nunca había conocido a alguien tan amable como él, nunca nadie le había sonreído así, nunca nadie le regaló nada, nunca nadie pasó tanto tiempo con ella, nunca nadie la trató tan bien, nadie se preocupó tanto, nadie la miró así, nadie... nadie la había hecho sentir de ese modo.
La chica abrió sus labios ligermante mientras el discurso de Kyoko continuaba, unos increíbles deseos de llorar la atacaron, su pecho se oprimió y sintió que perdía oxígeno.
Sin previo aviso y sin poder aguantarlo más se levantó llamando la atención de todos, inclusive del chico que provocó ese estado. Todos vieron las lágrimas y su semblante de tristeza y amargura —. Lo siento, recibí una llamada del hospital donde está mi padre, tengo que irme.
Takeshi suspiró como si él supiera la verdad, Tsuna estaba preocupado pero no podía abandonar la cena para perseguirla, y Hana, ella tan sólo se fue del comedor a su cuarto.
Empezaba a comprender que le sucedía.
Palabras del autor:
Sólo lean comiendo palomitas...
~Sora
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top