ᴜɴᴏ
─ Aquí vamos otra vez.
Ambas alfas miraron a Minjeong con el seño fruncido, de alguna manera estaban molestas por no serle útil a la omega. Aunque ella se veía bastante tranquila sentada frente a ellas, con sus ojos brillantes, vestida de pijama de seda y su cabello rubio ligeramente desordenado cayendo por su espalda, totalmente preciosa a sus ojos.
─ Minjeong, ¿realmente no me necesitás? ─Se atrevió a preguntar Jimin, provocando que la molestia de Aeri crezca y Minjeong solo bajara la mirada resiganada─
─ ¿Te estás escuchando? ─La japonesa alzó su voz─ Estúpida egoísta, asumes que Minjeong solo te necesita a tí cuando ni siquiera ha mostrado señales de aquello.
─ Soy SU destinada, se supone que debo estar para ella en todo momento.
─ No lo eres.
─ Lo soy y por eso estás tan molesta.
─ Oh, créeme que no es por eso, sé que yo soy su destinada, la diferencia es que no ando asumiendo cosas sin pensar antes.
─ No lo eres, Aeri. Jamás lo serías.
─ ¿Tú cómo sabes eso?
Minjeong emitió un sonido desde su garganta, estaba cansada de que cada vez que su celo terminara, tuvieran la misma discusión. Una y otra y otra y otra vez. Ya no sabía cómo manejarlo, no sentía una conexión especial con ninguna de las alfas y cada vez el rechazo por ellas se le hacía más agotador.
Sus manos se entrelazaron frente a ella y suspiró cansada, pasaron al rededor de unos 20 segundos en que ninguna dijo nada, el aroma ahora agrio de ambas alfas la enfermaba, no podía sentirse tranquila cuando esas dos estaban juntas y molestas.
─ ¿No han pensado en que quizás ninguna es mi destinada? ─Los ojos de ambas se abrieron mucho, estaban llenos de decepción y miedo─ llevamos mucho tiempo siendo compañeras de grupo, años de hecho, y sinceramente no quiero hacerles daño, pero no siento la misma conexión con ustedes. ─Jimin y Aeri podían sentir como sus lobas bajaban las orejas y empezaban a lamentarse en sus pechos, dolía mucho. ─ Si son bastante atractivas y su olor me gusta cuando no está alterado por sus emociones, pero no es muy diferente a lo que siento con otros alfas y no puedo obligarme a sentir de la misma forma. Quizás el problema soy yo o mi loba, o quizás no soy destinada de ninguna, no tengo cómo saberlo.
Ambas alfas mantenían la vista fuera de la omega, apretando sus dientes de pura frustración. El rechazo nunca era fácil, se supone que deberían estar acostumbradas, pero cada vez dolia más, en su corazón y el maldito orgullo de sus alfas.
Minjeong por su parte bajó la cabeza y miró hacia la entrada de su hogar, quería salir de ahí, se sentía sofocada e incómoda con la situación, su loba solo ignoraba con descaro a ambas alfas frente a ella, totalmente ajena a lo que sucedía y lo que sentía ella.
─ Pero... ─Ambas menores miraron a Jimin, quien había vuelto a posar su mirada en la rubia─ Desde que te conocí supe que éramos destinadas, mi loba me lo ha confirmado en más de una ocasión, ¿ésto puede ser unilateral? Que sólo yo puedo sentirlo. Quiero pensar que solo me gustas y por eso estoy asumiendo cosas que no son, pero mi loba no es igual, y cada rechazo duele como el infierno.
─ Siento lo mismo ─Ésta vez fué Aeri─ no me explico cómo es que ambas sentimos lo mismo por tí, pero también sabemos que los demás alfas no lo sienten igual. Yunjin, Chaewon y Kazuha nos lo confirmaron, también Minji y hasta el mismo Yeonjun aseguró no sentirse igual contigo ni con ningún omega cerca. Creímos que tenías ese mismo efecto en todos los alfas, pero al parecer no es así. Solo somos nosotras.
─ Pienso que también hay que considerar que nunca se ha sabido de algún omega que haya tenido dos destinados y yo realmente lo siento, pero prefiero ser sincera con ustedes que darles falsas esperanzas y solo jugar con ustedes. ─Ambas asintieron sin ánimos y sin querer entender más allá de la biología─ Yo debo retirarme, con permiso.
Minjeong se puso de pié y caminó hasta su habitación, a los pocos minutos salió con un gran poleron cubriendo su cuerpo y un cubre bocas, no tardó mucho en salir de su departamento.
Jimin y Aeri seguían en su sitio, sentadas una al lado de la otra, pensando más de lo que les gustaría, quizás ya era tiempo de dejar el tema y seguir adelante, quizás encontrar a otra persona que las haga sentir igual que Minjeong y olvidar a la omega. Ambas sintieron a sus lobas gruñirles ante la idea de dejar ir a Kim, pero su omega no las quería, se los había dejado en claro una y otra vez.
Habían sido rechazadas, una vez más.
Dolía y no podían hacer nada más que aceptarlo, tampoco podían echarle la culpa a Minjeong por no sentirse igual, no sería correcto pensar mal de ella por algo que no podía controlar. Quizás Jimin tenía razón y solo les gustaba mucho como para que su corazón se sintiera oprimido y eso hacia que sus lobas bajaran la cabeza tristes.
No sabían muy bien qué conclusión debían tomar.
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