첫 만남

Jeon se quedó de piedra ante esas palabras, SeokJin sonreía sereno, seguía viendo el atardecer, por un momento el vampiro creyó alucinar cuando le escuchó decir eso. No podía ser cierto, Jin no lo dejaría.

Él realmente no sería capaz ¿Verdad?

Como dije ayer, estoy cansado de toda esta mierda. -La voz de Jin era neutra. —No quiero seguir contigo, no quiero seguir sufriendo. -Por fin lo miró a los ojos. —Te estoy dejando, JungKook. Y si para vengarte; me matas, adelante, no le tengo miedo a la muerte.

El hombre lo observó, su rostro se endureció, aquella ira irradiando poco a poco, ¿Jin lo estaba dejando?

Tú no puedes dejarme. -Dijo entre dientes y con las manos hechas puño.

Claro que puedo, jamás firmamos algún contrato, así que soy libre de irme. Además. Tú sólo me usas como alimento, pues te tengo noticias, no soy el único humano que puede darte su preciosa sangre. -Contestó tajante y con una mirada furiosa.

El pelinegro quería reírse, era inaudito como su humano le hablaba sin un ápice de temor, aunque ver esa ferocidad lo enloquecía.

No hay razón para que acabes con esto. Pode-

¡Cállate! -Gritó al momento de ponerse de pie. — ¿Es que acaso eres estúpido, que no lo entiendes? -Jeon abrió su boca sorprendido ante ese arrebato. —No quiero vivir así, no quiero seguir contigo. ¡Estás arruinándome! ¡Basta de eso, Jeon!

El mencionado tragó duro. Jamás había visto a Jin tan exaltado y enojado.

Cálmate, podemos llegar a un acuerdo. -Trató de conciliar.

¡No! Maldita sea ¡Entiende! -Empezó a llorar sintiéndose impotente. —No te quiero más. Te odio. Eres lo peor que me pasó en la vida. -En ese momento el vampiro sintió un enorme dolor en su pecho. —Jamás pensé que amarte dolería tanto, nada te costaba bajarme de esa nube desde un principio, pero fuiste egoísta y me mantuviste cerca porque así te sentías poderoso, al tener a un miserable humano lamiendo el lugar por el que caminabas. -Dijo con reproche. —Pero ya me cansé, tú no mereces una gota más de mí, si tanto me desprecias, así como le dijiste al señor Kim anoche, cito: "A Jeon JungKook jamás, escucha bien, jamás le gustaría una perra como esa", pues bien, te comunico que a Kim SeokJin, jamás, escucha bien, jamás le volverás a ver la cara de imbécil, porque aquí y ahora, se termina este circo.

Con lágrimas de amargura, el peli púrpura salió de la habitación, no le importaba perderse en el lugar pero necesitaba huir de ahí, sentía que el aire le faltaba.

Jeon por su lado, no pudo moverse, el odio que Jin irradiaba en sus ojos, las palabras tan duras y la decisión tan clara que tomó, lo dejaron perplejo. Su pecho punzaba, como si le estuvieran clavando una estaca.

Sus ojos ardieron y por primera vez en su jodida vida, derramó lágrimas de puro dolor. Su humano, su precioso humano había acabado con todo y lo peor es que tenía razón, no había motivo para que él se quedase.

«Pero sí hay una razón por la cual me duele tanto su partida»

Y es que el motivo por el cual había llegado a verlo, había sido para proponerle tener una relación seria, sin importar nada, Jeon quería entregarle su corazón a totalidad. Pero sus acciones hicieron que el de ojos verdes lo repudiara y ahora no tenía cara para ir y suplicarle quedarse.

Jin había sido enfático en declarar su odio hacia él.

Lo había perdido.

Soy una mierda. -Susurró entre amargos sollozos.

Por egoísta dejó escapar a la única persona que no lo veía como un monstruo; aún conociendo su verdad, Jin lo había aceptado con sus múltiples defectos.

Se arrepentía de todo el daño que le causó y sabía que para recibir su perdón, debía arrastrarse cual gusano y eso, si es que realmente su Jinnie lo perdonaba. De lo contrario, él mismo se clavaría la estaca en el corazón.

SeokJin era la fuente de su felicidad, la tentación más deliciosa en la que había caído.




















Cuando salió de la mansión, corrió, no sabía adónde iba, sólo corrió deseando desaparecer el dolor de su corazón mientras las lágrimas acariciaban sus mejillas.

Este es un lugar peligroso para un humano. -Escuchó una voz suave a sus espaldas.

Se detuvo y con temor giró su cuerpo encontrándose con un joven, vestía con traje de etiqueta y su cabello rubio peinado pulcramente, lucía como un príncipe, un hermoso príncipe de ojos azules.

¿E-eres un vampiro? -Susurró, retrocediendo por instinto.

El hombre sonrió de lado, dejando ver uno de sus colmillos y deleitando su vista con el hermoso humano.

Lo soy, y estás en mi territorio, precioso.

Jin quería morirse, ¿acaso este vampiro también lo tomaría como un objeto?

Sólo quiero irme a casa. -Susurró sollozando.

El vampiro caminó hacia él, era ligeramente más bajo que el humano, por lo que apreció con mayor detalle la claridad de esos ojos verdes.

Te sacaré de aquí. -Dijo con voz calma.

Jin no sabía si confiar en esa sonrisa que hacía ver al vampiro tan dulce o salir corriendo y que algún espectro lo matara.

Se inclinó por la primera opción.

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