— ¡Eres un jodido imbécil!

Fue el grito que recibió de su hermano mayor al lograr estabilizar el cuerpo casi moribundo del humano que yacía inconsciente en la enorme cama matrimonial que compartían en ocasiones.

~Un par de horas antes~

Cuando el vampiro salió del trance en el que se había envuelto debido a la euforia que le causó el saberse amado por el humano, no esperaba ver al chico al borde de la muerte.

Su cuerpo lleno de hematomas, su respiración casi nula, el pulso cada vez era menos, sus labios estaban casi morados y su piel sumamente pálida, no respondía a sus llamados y eso lo hizo entrar en pánico.

Sin saber qué hacer se levantó de la cama y se vistió, arropó el cuerpo frío y estuvo a punto de huir, pero la punzada en su pecho lo hizo detenerse, estaba asustado, había matado al niño bonito.

— ¡NamJoon! -Llamó por telepatía a la única persona que podría ayudarlo.

— ¿Qué quieres? -Contestó seco.

—Cre-creo que maté a SeokJin.

Sólo eso bastó para que sus dos hermanos mayores aparecieran en escasos segundos, observaron la escena, era obvio que habían estado metidos en una sesión de sexo, el olor aún persistía pero también el olor a muerte estaba presente.

— ¿Qué le hiciste, idiota? -Preguntó NamJoon, el mayor de los tres, mientras sacaba una especie de brebaje de una pequeña caja.

—Es que... Y-yo... -A pesar de ser el vampiro más poderoso, contra sus hermanos no tenía la misma fuerza.

— ¡Habla maldición! -Le reprendió el segundo mayor. JiMin.

—Me dejé llevar por mi bestia interior y bebí más de lo permitido sin darme cuenta. -Contestó tan rápido que de no ser por su alta capacidad auditiva, los mayores lo habrían golpeado por tartamudear.

Sin decir más, NamJoon inyectó aquella sustancia de color azul en el brazo del muchacho, el de cabello plateado era una especie de médico para su raza, por lo tanto, él mejor que nadie sabía qué hacer en esos casos, sobre todo con humanos, que eran su fuente de alimento ocasional.

JiMin por su lado estaba furioso, no entendía por qué el estúpido de su hermanito seguía frecuentando a ese niño, él no era de conservar juguetes por tanto tiempo y con SeokJin ya llevaba un año, tiempo récord.

— ¿Por qué te dejaste llevar? Siempre haz sabido controlarte. -Le dijo el rubio con sospecha mientras lo observaba.

JungKook se sintió como un niño pequeño siendo regañado por sus hermanos, pero tenían razón, en sus casi 300 años de existencia, nunca le había sucedido esto.

«Claro, porque no todos los días alguien importante para ti, admite amarte, idiota.» Se reprendió él mismo.

—Creo que fue a causa del orgasmo. -Dijo de torpemente. —Este chico siempre me enloquece, me da el mejor sexo del mundo y eso... Eso creo que me abrumó. -Mintió.

Y sus hermanos lo sabían, pero no dijeron más.

~Actualmente~

—Como sea. -Dijo después de gritarle. —Logré estabilizarlo, además, el chico está en una grave condición de salud, casi no tiene defensas. JungKook si sigues abusando de él, realmente vas a matarlo, ¿es eso lo que buscas?

— ¡Por supuesto que no! -Rugió sin control. — ¡Nunca  he intentado lastimarlo! Eso es lo que menos deseo... -Dijo bajito, como si no deseara ser escuchado.

—Es absurdo. Dices eso pero haces justo lo contrario. -JiMin acarició la cabellera púrpura y un fuerte gruñido se escuchó pero eso no lo detuvo de su actuar. —Es un joven precioso, entiendo porque lo haz mantenido cerca por tanto tiempo, pero, ¿no crees que ya es suficiente? El chico te ha dado todo de sí, literalmente y tú sólo le das unas cuantas migajas. Pienso que no es justo. -Se levantó y lo miró a los ojos. —Si no sientes nada por él, serás un buen vampiro y lo dejarás en libertad, es eso, o al final, quién muera será este chico inocente. Sabes que nuestros padres no están contentos con que mantengas esta relación JungKook, no tientes tu suerte.

Pero JungKook, tercamente, no quería dejarlo ir.