또 보자
Semanas después...
SeokJin estaba mirándose frente al espejo el conjunto de ropa sexy que había escogido para esa noche, ¿la razón? JiMin lo llevaría a una fiesta de negocios donde vampiros y humanos se mezclaban, por supuesto, estos últimos ignoraban que sus socios eran chupa sangre.
Él sabía que la mayoría del clan al que los Jeon pertenecen, estarían ahí, incluyendo a sus padres.
Lo que equivale a, que a fuerza, vería a JungKook, y él no entendía por qué, pero quería seducirlo. Lo extrañaba tanto, y estaba seguro que si tenía alguna oportunidad, lo haría meterse entre sus piernas de nuevo.
Pero eso no significaba que volvería con él, no. Aún no se arrastraba por su perdón, y hasta no verlo humillarse ante él, no cedería.
Abrió sus ojos sorprendido ante aquel pensamiento. Él no es una persona rencorosa o vengativa, ¿entonces por qué de repente quería ver sufrir al vampiro?
Sí, lo dañó de todas las formas posibles, pero aún así, a él no le gustaría verlo mal, por lo menos no de una forma tan violenta.
Quizás sólo lo golpearía un par de veces en la cara y luego lo besaría. Sí, ese plan sonaba más como él.
— ¿Estás listo, Jinnie? -Preguntó el rubio detrás de la puerta.
— ¡Sí! -Rápidamente abrió la puerta y se dejó ver por el vampiro, el cual lo estudió de pies a cabeza. — ¿Y bien?
—Delicioso. -Contestó lamiendo sus labios. —Siempre me sacas suspiros, Jin.
El menor sonrió complacido. Ese era el efecto que quería lograr. Por eso se habla teñido el cabello de negro y toda su ropa era a juego con el blanco; sabía que se vería más sexy y dominante.
Cuando el auto se detuvo trente a un enorme edificio. Jin pensó que los vampiros eran obscenamente ricos. Él con su modesto salario apenas lograba cubrir sus necesidades, pero al entrar en aquel enorme salón decorado con la más exquisita finura que un mortal jamás podría pagar, se sintió pequeño y desencajado.
Definitivamente prefería salir a comer a la calle y en comodidad, así como lo hizo con JiMin unas noches atrás, y no estar ahí fingiendo lo que no es.
Pero ya era tarde para huir, porque casi inmediatamente al entrar, sintió un encantador escalofrío. Eso solo le indicaba que su sexy y estúpido vampiro estaba cerca y ya lo había capturado.
—Te presentaré a mí hermano mayor. -Dijo el de cabello rubio que lo había tomado de la mano.
Ellos caminaron entre la multitud, muchos de ellos lo miraron con obvio interés, SeokJin había cambiado su actitud, se mostraba altivo y muy sensual al caminar, él sabía que era un hombre muy provocativo y esa noche no desaprovecharía sus encantos para llamar a sus redes a cierto pelinegro que lo observaba en la lejanía.
—NamJoon. –Llamó el vampiro al de cabellos platinados que hablaba alegremente con una rubia.
—Oh JiMin, al fin llegas. –Dijo con una leve sonrisa, que se ensanchó al ver al -ahora- pelinegro que sostenía la mano de su hermano. —Asumo que esta preciosidad es el alma de la fiesta, pues acapara demasiadas miradas.
—SeokJin. –Se presentó con una sonrisa coqueta mientras extendía su mano.
—Lo sé, dulzura. –NamJoon tomó aquella delicada mano y depositó un suave beso en el dorso. —He oído mucho sobre ti.
—Espero que hayan sido cosas buenas. –Comentó de forma sugerente sin dejar de ver la bella sonrisa del mayor.
—Por supuesto que sí. Un hombre tan hermoso como tú, solo es sinónimo de gracia y... Debo decirlo, exquisitez.
JiMin carraspeó forzado al ver la interacción entre los dos, sintiéndose desplazado por ver las sonrisas cómplices que compartían. ¿Qué le pasaba a su dulce Jinnie?
—Bien, como sea. –Habló por fin llamando la atención de los dos. —Él es NamJoon, nuestro hermano mayor y la voz de la razón.
—Es un placer... Nam. –Dijo el de labios sedosos, dedicándole un guiño.
Por su parte, NamJoon estaba encantado, ahora entendía el porqué de la contienda entre sus hermanos menores. SeokJin era espléndido en todos los sentidos: sexy, delicado, suave, hermoso, etc., y sabía que el menor de los tres pronto vendría a reclamarlo, por lo que debía estar pendiente que los dos torpes no montaran una escena.
—Bueno, SeokJin, siéntete libre de degustar lo que quieras. Los Jeon somos los anfitriones, por lo que puedes hacerlo que te plazca. –El platinado volvió a besar su mano para después desaparecer entre la multitud.
—Al parecer le gustaste. –Dijo JiMin con tono molesto.
—Y al parecer alguien está celoso. –Comentó el otro entre risitas, para después dejar un pequeño beso en su mejilla.
—No puedo estarlo, Jin. Aunque me gustaría, pero sé que perdería mi tiempo con algo tan cavernícola como los celos. –EI rubio sonrió.
—Vaya... –El humano estaba desconcertado. —Creí que te gustaba...
—Y lo haces. –Admitió. —Por supuesto que me gustas, pero un hombre sabe cuándo rendirse.
Jin lo miró sin entender.
—SeokJin, por más que me gustes mucho, sé que yo no lo hago. –Tomó sus manos. —Tus ojos solo brillan cuando ves a mi hermano. Tu corazón se acelera solo cuando piensas en él.
Jin se sonrojó notoriamente.
—Y nuestro tiempo juntos fue maravilloso, por lo cual estoy muy agradecido. Pero... No voy a mendigar por tu amor. No cuando sé que perderé.
JiMin sonrió con tristeza y luego se alejó.
SeokJin aún estaba perplejo. Miraba a la cabellera rubia desaparecer y su corazón se oprimió.
Había lastimado el dulce corazón de JiMinnie.
—Por lo menos entiende que no puede contra mí si se trata de tu amor.
Y ahí estaba el hombre por el cual su corazón se aceleró tal y como JiMin lo había afirmado.
—Hola, Jinnie. Me alegra verte.
Las fuertes manos del vampiro se apoderaron de su cintura y lo atrajo hacia él en un fuerte abrazo.
SeokJin se dejó. Olisqueando el varonil aroma que caracterizaba a su vampiro.
—JungKook. –Dijo en un suspiro al momento que correspondía al abrazo.
¿Cómo cayó tan fácil? Culpen a su débil corazón por seguir amando al hombre que lo había destruido en el pasado.
Sin percatarse. El sonido de la música clásica y los murmullos de la gente habían cesado.
Estaba tan sumergido en el cálido abrazo que no se dio cuenta cuando el vampiro los había conducido a uno de los salones abandonados dentro del lugar.
—Te extrañé mucho.
Jin abrió sus ojos y lo miró, esos ojos rojos estaban brillando de forma sincera y anhelante.
— ¿Q-qué dijiste?
—Te extrañé, Jinnie... ¡Infiernos! Te extrañé muchísimo. –Repitió con desesperación.
SeokJin no podía creerlo. El grande y altanero vampiro se veía en esos momentos como un pequeño e indefenso cachorro necesitado de amor.
Jin acarició sus mejillas suavemente, notó cuando Kook cerró sus ojos y se entregó al suave toque.
Entonces...
¡Plaf!
Fue el sonido de un fuerte golpe.
Sí. SeokJin lo había golpeado con un puño de acero.
Por su parte, Kook tenía la cara volteada y se sostenía la mejilla que le dolía horrores, tanto que hasta pulsaba y su labio inferior sangraba. ¿Qué demonios había sido eso?
—Tenía que tomar mi venganza de alguna forma. –Dijo el humano como si fuera la cosa más normal del mundo.
Después, como un borrón. Jin yacía besándolo con una pasión abrumadora.
¿Qué acaso era bipolar? Se cuestionó al momento que volvía a abrazarlo, pero al mismo tiempo ignoró aquello y se dedicó a devolver aquel beso que los dos habían estado deseando por mucho, mucho tiempo.
Los preciosos lectores cuando la Shebe aparece mil primaveras después:
Gracias por no abandonarme y esperar tanto, en serio pido perdón 😭 haré mi mayor esfuerzo por terminar todas las historias abandonadas que tengo 💙💙💙💙💙💙💙
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