—Jin. -Un chico de tez pálida llamaba a su mejor amigo que parecía perdido en la nada. — ¡Jin!

— ¿Qué quieres, Suga? -Contestó mecánicamente.

—Que reacciones, desde hace dos semanas pareces perdido, seguramente es por culpa de ese hombre con el que tienes una relación clandestina, ¿verdad? -Habló con mal humor.

—No es clandestina... Ni siquiera se puede considerar una relación. -Dijo con tristeza.

— ¿Entonces por qué no cortas la mierda de una vez? ¿No te das cuenta que eso te está afectando demasiado? -Su amigo estaba genuinamente preocupado.

SeokJin había demostrado un decaimiento preocupante. Antes de conocer al hombre misterioso, Jin era un chico enérgico y muy activo, siempre haciendo actividades que le ayudaban a crecer como persona, en su rostro siempre estaba esa hermosa sonrisa y la calidez que emanaba aunque estuviese preocupado por algo.

Cuando Jeon entró en su vida, SeokJin pareció morir, dándole paso a un Jin totalmente diferente, su estado de ánimo se volvió deprimente, su piel se puso más pálida, estaba débil y casi no comía. YoonGi llegó a pensar que Jeon le daba alguna clase de droga y por eso el mal estado de su salud.

Pero cuando se dió cuenta que ese tal Jeon era el dueño de la empresa de tecnología más grande de Corea, no supo cómo reaccionar. Era inaudito pensar que drogaba a su amigo, no tenía necesidad de eso.

De igual forma, el pálido intentó convencer al mayor de desistir en su "relación." Una cosa era un polvo casual y otra muy diferente era involucrar sentimientos, Jin había cometido ese error, desde que lo conoció, hacía un año, se entregó a él en cuerpo y alma, sabiendo que su amor sería rechazado, pues Jeon le había dejado en claro que él sólo buscaba follarlo y nada más.

Jin aceptó, pero después, su frágil corazón, empezó a bombear por el hombre más cruel y despiadado que existía, claro que Min ignoraba esto último.

Además, desconocía que el amante de su mejor amigo era un vampiro, ya que su existencia no era conocida en esa era.

—JungKook no tiene nada que ver. Ya te lo dije, sólo estoy atravesando un cuadro de depresión, pero estoy en eso, pronto seré el Jin que conocías.

Min sabía que el Jin antiguo volvería a menos que corte toda relación con Jeon, pero su amigo estaba metido hasta los huesos con el hombre y veía muy difícil que renuncie a él.

—Sabes que estoy para ti. -Lo abrazó con fuerza.

—Gracias... YoonGi-chi. -Correspondió al abrazo.

Sin embargo, SeokJin intuía que su mala salud se debía a que Kook consumía más de su sangre en los últimos encuentros, además de que el sexo era más salvaje y eso lo dejaba el doble de agotado, aunque ya se lo había dicho, el mayor se negaba a reducir su consumo, alegando que su sangre era como su elixir, que lo necesitaba más que respirar.

«JungKook me está matando lentamente.» Aceptó. Pero no quería terminar con lo que tenían.