2: Despertar
SeokJin había encontrado a ese oso de peluche hacía una semana apróximadamente. YoonGi le había aconsejado que lo tirara porque no sabía a quién había pertenecido y mucho más, la razón del por qué estaba en la basura.
Pero SeokJin hizo caso omiso y ahora el dichoso peluche descansaba sobre su cama. Se había esforzado en lavarlo y dejarlo casi como nuevo, incluso había cosido unas partes del juguete que estaban en mal estado. En fin, SeokJin estaba contento con su nueva adquisición.
—Si tanto querías un peluche, pude haberte comprado uno. -JiMin le dijo mientras observaba de mala manera al mencionado en la cama de su amigo. —Uno más grande y bonito para la enorme colección que tienes, claro está.
SeokJin lo miró con aburrimiento. —Estoy bien con el Señor Jeon, me gusta.
— ¿Señor Jeon? -Preguntó el peli plata confundido.
—Fue el nombre que le puse. -Respondió el mayor con obviedad. —Busqué en Internet un nombre exótico y ¿sabías que hace unos doscientos años, en lo que hoy conocemos como Busan; existió un tipo al que llamaron el vampiro de la calle 6?
JiMin lo miró sintiendo formarse un tic en su ojo derecho y preguntó: — ¿Por qué demonios lo llamarían así?
Entonces Jin sonrió como si hubiese encontrado un tesoro. —Cuenta la leyenda que Jeon JungKook fue un hombre millonario, muy solitario y extraño. Sus sirvientes le tenían miedo ya que el hombre rara vez salía durante el día y siempre estaba encerrado en su estudio. Todas las noches podían escuchar gritos espeluznantes desde el sótano de aquella mansión y un fétido olor a sangre, pero todos le temían a su amo por lo que nadie se atrevía a averiguar qué ocurría en aquel sitio. Hasta que un día, una sirvienta que recién había llegado a la mansión y se jactaba de no temerle a nada, se aventuró una noche siguiendo el ruido de los gritos, fue entonces que llegó a una enorme puerta de madera al final de un oscuro pasillo, que ella con mucho sigilo logró abrir y lo que vio en ese instante, la dejó en shock, ¿sabes qué fue lo que vio?
JiMin estaba asustado, no por la historia; si no por el extraño ambiente que se había creado en la habitación, repentinamente hacía mucho frío y SeokJin parecía fuera de sí, abrazando con fuerza aquel oso de peluche y con su mirada perdida.
— ¿Sabes qué fue lo que vio, JiMin? -Preguntó de nueva cuenta el mayor, que lo observaba con intensidad y anormal seriedad.
JiMin retrocedió un poco aún sentado en la cama del castaño y respondió nervioso. —No tengo idea.
Entonces Jin sonrió y acarició aquel peluche. —La muy entrometida vio a su amo, alimentarse de la sangre fresca que su presa con gusto le brindaba... Los grandes colmillos de Jeon JungKook se clavaban con rudeza en el cuello de su conquista haciendo que la sangre fluyera como cascada por aquella pálida piel... -SeokJin suspiró mirando a la nada de nuevo. —Luego mató a aquella persona a mordiscos. Y es que aquellos viciosos se vendían por un trozo de oro o diamante al misterioso hombre de traje... Entonces esta sirvienta al darse cuenta, corrió hacia la salida, gritando tan despectivamente: "¡Es un monstruo!" pero pronto fue silenciada por Jeon, que la capturó en la entrada del pasillo. La sirvienta gritaba y lloraba mientras pedía clemencia. Cuando los demás sirvientes llegaron por el alboroto, fueron testigos de la barbarie con la que Jeon mató a aquella mujer, le arrancó el corazón con la fuerza de su mano derecha y se lo comió frente a los demás. -SeokJin se rio satisfecho y JiMin se levantó de la cama lentamente. —Amenazó con hacer lo mismo a todo aquel que se atreviera a hablar de lo sucedido aquella noche, sin embargo, los rumores se expandieron y pronto los lugareños le dieron caza. Jeon JungKook fue muerto en la hoguera con un collar de metal en forma de cruz alrededor de su cuello y una estaca de plata clavada en su pecho. Desde entonces se le conoce como el vampiro de la calle 6, ya que en aquel tiempo así se llamaba el lugar donde Jeon vivió y asesinó a un centenar de personas.
JiMin ya tenía la mano sobre el pomo de la puerta, listo para desaparecer. — ¿Y sabiendo eso, llamaste así a ese peluche?
— ¿No es lindo? -Jin preguntó en cambio. —Jeon JungKook no hizo nada malo, aquellas personas sabían lo que les pasaría y aún así se iban con él. Jeon JungKook es inocente.
JiMin realmente quería salir de ahí. —Bien cariño, como tú digas. Yo me voy por ahora, te veré después.
El menor se fue, sin embargo para SeokJin pasó desapercibido ya que estaba muy ocupado acariciando a su nuevo peluche.
—Está bien, Señor Jeon, yo sí le creo. Espero que su alma encuentre la paz algún día.
SeokJin dejó el peluche en la cama y se levantó en camino a la cocina.
El peluche entonces se movió, de aquel oso un alma que había dormido por años había despertado.
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