𝟬𝟯
Jennie ya estaba en su noveno mes de embarazo, su estómago se notaba más grande que los meses anteriores, también se notaban más sus antojos y algunos cambios de humor. Las patadas de la bebé eran muy constantes y bastantes dolorosas, tan así que ha llegado a llorar del dolor y sumado a eso sentía sus piernas pesadas al igual que su espalda, sus manos y pies se hinchaban.
Evitaba verse al espejo desnuda cuando salía de bañarse, pues tenía estrías en su abdomen por el embarazo y le generaba bastante inseguridad, no se sentía bonita por más que a Roseanne no le importase eso. Para la rubia, Jennie siempre se vería perfecta.
A veces Jennie se sentía sola, pues Rosé trabajaba desde las siete de la mañana hasta las cuatro y media de la tarde y cuando llegaba se sentaba a corregir evaluaciones, armar próximas evaluaciones y armar clases futuras, al terminar se tiraba a dormir una siesta de casi una hora. Además empezaba a sospechar que su alfa no comía bien estando en el colegio ya que en la cena repetía como dos platos.
Por ello, a eso de las casi tres de la tarde, estaba en un taxi dirigiéndose hasta el colegio donde Rosé trabajaba con una pequeña lonchera en su regazo. Entró al colegio y de repente se sintió desorientada, pues sabía que Rosé debería estar dando clases pero no sabía en qué aula y cómo llegar hasta esta.
Afortunadamente una chica más bajita que ella se le acercó con una linda sonrisa, tenía ropa deportiva y se quedó sorprendida por el increíble cuerpo que tenía. Era una alfa, no tenía duda, pero no podía sentir su olor, debía ser por los supresores para su olor que el Ministerio de Educación los obligaba a tomar antes de entrar a clases.
—Hola, ¿puedo ayudarte en algo? —Preguntó amablemente.
—Hola, amh, quería saber en qué aula da clases Park Roseanne —la chica abrió sus ojos y sonrió un poco más.
—Espera, ¿tú eres Jennie? —La omega asintió— ¡Oh, Dios! Rosé me ha hablado de ti pero no me dijo que estaba esperando un cachorrito. Por cierto, soy Shin Ryujin y soy profesora de gimnasia.
—Es un gusto, Ryujin —Sonríe aceptando la mano de la alfa.
—Igualmente. Sígueme, por favor.
Kim siguió a Shin por los amplios y pulcros pasillos del establecimiento teniendo una pequeña charla, incluso lo ayudó a subir las escaleras al ver que Jennie no podía por sí sola.
—¿Hace mucho trabajas aquí? —Pregunta la omega tomando su mano para subir hasta el tercer piso.
«¿Por qué le designaron un aula tan lejos y además en el penúltimo piso?» Pensó soltando un largo suspiro de cansancio.
—Dentro de pocas semanas se cumplirán siete meses de que trabajo aquí. Fue gracias a mi esposa que conseguí este trabajo, Yuna es profesora de inglés —Responde.
—¿No esta aquí?
Ryujin negó y después sonrió—Esta en casa cuidando a nuestro cachorrito.
—Oh, felicidades —Responde con notable alegría. Ella también quería tener a su cachorra en brazos.
—Lo mismo digo, Jen... Bien, aquí es, ¿seguro que vas a poder bajar las escaleras sola?
—Sí, no te preocupes —Shin asintió con la cabeza y le sonrió a modo de despedida. Una vez sola, tocó la puerta un par de veces, esta se abrió a los segundos dejando ver a un Roseanne con un marcador negro en las manos y mueca de sorpresa.
—Amor, ¿qué haces aquí? —Pregunta cerrando la puerta del salón detrás de ella, se acercó y besó de forma cariñosa su frente.
—Solo pasaba a dejarte algo de comida, no comes en todas las horas que estas aquí, así que te prepare algo para comer —Responde entregándole la lonchera— Te preparé un sándwich de pollo, un jugo de naranja y diferentes trozos de frutas, mmh, te había puesto una manzana pero la comí esperando el taxi —Park suelta un pequeña risa.
—Gracias, cosita... ¿Cómo se ha portado la otra cosita? —Dice acariciando con delicadeza el estómago de Kim.
—Ha estado calmado desde de la mañana pero si patea de vez en cuando—Hizo un puchero.
Rosé frunció un poco el ceño y se puso de rodillas colocando ambas manos en el vientre ajeno acercando sus labios a este —Bien, cosita dos, hablemos de madre e hija: a mami Jen le duelen muchos tus patadas y la haces llorar, así que sé más delicada con mami, ¿si? Si lo haces va a haber chocolate como postre.
Jennie soltó un risita viendo a la mayor levantarse del suelo—¿Mami?
—Claro, yo soy mamá Rosie y tú mami Jen.
—Realmente eres una tonta —Alza sus manos para acomodar la camisa ajena.
—Pero esta tonta te ama —Se burla tomándola de la cintura besando cortamente sus labios— Ve a casa y descansa, ¿si?
Jennie asiente y deja un último beso en los carnosos labios de su novia antes de irse.
Todos los alumnos volvieron a sus asientos rápidamente al escuchar la puerta abrirse, varios suspiraron con tristeza al saber que su sexy profesora tenía una omega, otros casi vomitan de diabetes y otros solo rodaron los ojos con envidia.
Jennie se agarraba fuertemente de la baranda de las escaleras mientras bajaba los escalones uno a uno mientras con su mano libre la tenía sobre su vientre maldiciendo una y otra vez por tener tanta dificultad al bajar escaleras. Le hubiese dicho a Ryujin que sí iba a necesitar ayuda. Al bajar todas las escaleras respiraba con algo de dificultad y por poco cae al suelo por una fuerte patada.
—Creo que vas a ser un futbolista profesional cuando seas grande —Murmura con voz cansada y adolorida.
Ni de chiste iba a ir hasta el departamento caminando, por lo tanto, al encontrarse con Shin, le preguntó si podía llamarle un taxi, la profesora accedió rápidamente al ver el estado de cansancio de la omega. Al llegar al departamento se acostó en la cama soltando un jadeo de satisfacción cayendo dormida al poco tiempo.
Roseanne llegó al departamento y llamó a Jennie mientras quitaba su saco, al no recibir respuesta fue hasta la habitación encontrándola profundamente dormida. Sin hacer ruido se acostó a su lado acercándola a ella y abrazándola sin lastimarla.
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Al llegar la noche pidieron comida por delivery y se sentaron en el sillón para terminar de ver la última temporada de The umbrella academy, luego de la cena comieron unas rebanadas de torta helada a petición de Kim. Luego se fueron a dormir entrando la madrugada del sábado 17 de septiembre.
A eso de las cinco de la mañana la omega despertó sintiéndose deshidratada, con cuidado se levantó de la cama y caminó a paso adormilado a la cocina, prendió la luz y agarró un vaso que próximamente estaría lleno de agua fresca.
Roseanne despertó de un saltó al escuchar un fuerte estruendo en el departamento, salió volando de la cama al no ver a Jennie a su lado pensando que se había caído. Llegó a la cocina y suspiro al verla parado con una mano sobre su vientre pero se alarmó por el vaso roto y agua desparramada por el lugar.
—Cuando sea adolescente y nos reclame con que no la dejamos salir le diremos que gracias a sus patadas nos quedamos sin vasos —Dice agachándose para juntar los vidrios rotos con cuidado.
—Rosie, rompí fuente.
La rubia se tensó y los vidrios escaparon de sus manos, vidrios que afortunadamente algunos cayeron en el tacho de basura y otros al suelo otra vez.
—¿Qué?—Dice con un hilo de voz.
—¡Que rompí fuente!—Grita mientras algo resbala por sus piernas desnudas.
se viene la invierno
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