Capitulo 1
『ᴄᴀɴ ɴᴏᴛ ʙᴇ』
MAIA EMOCIONADA SE ACERCABA A LA CASA DE LA FAMILIA CAMERON, con un pequeño regalo para su novio, Rafe, faltaban tres días para su cumpleaños, aunque el regalo no fuese para ese día, era exactamente para su aniversario de un año de novios, que era hoy, pues Rafe no era el tipo de novio meloso ni mucho menos carameloso, pero la trataba bien y estaba muy segura que el la amaba aunque nunca se lo hubiera dicho con las pocas acciones que hace hacia ella se lo demostraban, además que ella era la única que entendía su situación y hacia casi lo imposible por ayudarlo a mejorar, casi que al igual que la felicidad de Rafe dependiera de ella.
La pelinegra se acercó a la puerta, llamando por esta, hasta que la menor de los Cameron abrió la puerta.
–Hola Wheezie. – saludó Maia sonriendo.
–Hola Maia, pasa. – dijo amablemente la chica de anteojos, pasando por la puerta.
Maia entró y observo alrededor, para luego fijar su mirada en Wheezie, quien se encontraba un poco inquieta. Como si estuviera sucediendo algo que no quería que Maia se enterara.
–Rafe no está, si es a él a quien buscas.– se sinceró la menor suspirando, tratando de sonar creíble.
–Oh, esta bien... Entonces volveré más tarde. –dijo un poco apenada, con su sonrisa un tanto disminuida.
Pero en ese momento "Helter Skelter" de "The Beatles" comenzó a resonar por las escaleras como si proviniera de alguna habitacion de arriba.
A lo que la pelinegra observo a la chica de anteojos confundida, ignorando sus explicación o alegaciones, Maia subió lo más rápido que pudo a la habitación donde provenía la música, y que coincidiendo que era exactamente la habitación de Rafe, ya Wheezie se había alejado sin tener más explicaciones que dar, Maia se esperaba lo peor, que tal vez la estuviera engañando con otra chica, su pecho se estrujo, respiró profundamente hasta que por fin abrió la puerta.
Con el valor que pudo entró, observando la habitación con luces led rojas un tanto opaco con aquella canción de "The Beatles" resonando, pero no había nadie allí, bueno en general, hasta que escuchó la voz de Rafe tarareando la canción el baño, y Maia solo suspiro fuerte.
Entre abrió la puerta, y lo que vió la dejó totalmente atónita, no había ninguna chica, no la estaba engañando, pero estaba segura que lo que sucedía era aún peor, observaba como inhalaba el pequeño polvo de cocaína y sus ojos estaban un tanto desorbitados, totalmente dilatados con la franja de su iris celeste tan pequeña como si fuera un pequeño hilo alrededor de sus pupilas, apenas visible, con la boca medio abierta, observandola un poco sorprendido, pero disimulando con una sonrisa ladina.
–My Princess, ¿qué haces aquí? – dijo observandola con una especie de sonrisa un tanto torcida.
–No. Puede. Ser. – logró pronunciar mientras el regalo que traía entre sus manos se resbaló cayendo de golpe al suelo.
Luego la expresión de Rafe cambio totalmente a una asustada, tratando de acercarse a Maia quien retrocedio con lágrimas por sus mejillas y las manos en su boca evitando que esvuchara los leves sollozos que soltaba al verlo en esas condiciones, le dolía mucho.
–No.. por favor. No es lo que piensas..– dijo Rafe con un poco de nerviosismo, luego soltó un gruñido jalando de su propio cabello, para cachetearse varias veces para recuperar un poco la cordura.
–Maia...Princesa. Se que no estoy en condiciones de decir esto y se que no me vas a creer pero te prometo no volver a hacerlo, t-te lo prometo.. Pero no me abandones.. Por favor, eres lo único que me queda. No puedo perderte, por favor.– dijo con lágrimas en sus mejillas, arrodillandose en el suelo a los pies de la chica que sollozaba a más no poder, a lo que ella también de arrodilló estando a la misma altura de el.
Con las manos temblorosas acarició el rostro de su novio, lejando el cabello de su rostro para observarlo mejor, además de lo vulnerable que estaba en ese momento el castaño claro, observandola fijamente, al igual que ella, detallando lo frágil que se encontraba, quitando delicadamente las lágrimas que se deslizaban por las mejillas del chico.
–Tranquilo, te ayudaré. No te dejaré, te lo prometo, Honey – fue lo único que pudo decir la pelinegra, ya que tenía un nudo en su garganta, además de la pequeña sonrisa que tenía en los labios la chica.
–Princesa, lo dejaré por ti. – dijo por fin el, acercándose a ella.
Uniendo sus labios en un dulce beso, lleno de sentimientos demsotrandose el uno al otro el amor y cariño que se tenían.
Maia paso sus manos por sus mejillas hasta el lazio cabello del castaño, mientras el profundizaba más el beso colocando sus manos en las caderas de la chica, hizo un poco de presión para que ella estuviera totalmente pegada a el, a lo que ella soltó un suave gemido, haciendo que el castaño adentrara su lengua en la boca de la chica, jugando con la de la chica.
Se separaron por falta de aire, ambos con las respiraciones agitadas, pero Rafe comenzo a besar el cuello de Maia, mientras ella suspiraba, pasando a su clavícula besandola y succionando algunas partes de su cuello, dejando leves chupones. Las manos de Rafe se aferraron a la tela del vestido playero que traía puesto Maia.
La pelinegra gimio un poco más fuerte, haciendo que Rafe sonriera con triunfo.
–Rafe.. N-no.. – susurró ella entre jadeos.
–¿Estas segura, Princesa? – susurró el contra la piel de su cuello haciendo que se erizara.
–Si.. Rafe, por favor. Lo haría si no estuvieses... Así. No quiero hacer lo contigo en estas condiciones. – expresó ella sinceramente apartándose un poco de su novio.
–Lo entiendo, Princesa. – dijo suspirando, para darle un último beso aún más fogoso que el anterior mordiendo su labio interior.
–No creas que no olvide, nuestro aniversario. No sólo porque me drogue, significa que lo olvidé. – dijo el volviendo a tener esa grande sonrisa decorando su rostro, abriendo un cajón de su mesa de noche, sacando una caja pequeña rojiza.
–Rafe se que eres un Kook, y todo. Pero si es algo muy caro no podré recibirlo. – dijo ella alejando la caja de ella.
–Vamos, hazlo por mi. Mi princesa, por favor. – suplicó Rafe.
El abrió la caja donde habían dos hermosas pulseras de oro, con sus nombre grabados en ambas "Rafe & Maia" con la única diferencia que la de Maia decía "Siempre tuyo, Princesa" y la de Rafe decía "Te amo, Honey".
El rostro de Maia era indescriptible. Y sin esperar respuesta el le colocó la pulsera en su muñeca derecha. Al igual que lo hacia el con su mano izquierda, pero visiblemente no era capaz por el efecto de la droga en el, así que Maia tomó sus manos delicadamente colocando la pulsera en la mano izquierda de Rafe.
A lo que el le dio un rápido beso en los labios como agradecimiento.
–Gracias, Rafe. Son hermosa, no sé si podré conservarla, sabes que soy una chica sencilla aunque sea una Kook. – agradeció la pelinegra con media sonrisa.
–Se que tipo de chica eres, eres mi chica, pero aunque seas sencilla, te mereces lo mejor del mundo. – explicó el chico pasando una de sus manos por su cabello, peinando lo hacía atrás.
–Yo también te traje algo, es muy sencillo me tomó un par de semanas, pero lo hice. – dijo ella un tanto sonrojada por su regalo no tan caro, pero aún así haría el intento.
Ella le entró el regalo a Rafe que estaba envuelto en papel de regalo verde.
El lo tomó un tanto extrañado, pero con una gran sonrisa en sus labios, lo destapó aún observando a la chica, viendo que se trataba de un collar playero hecho con pequeñas cochas de mar, además de un dije con el nombre de su novio "Rafe".
Rafe lo tomó entre sus manos observandolo con admiración, junto con una sonrisa en sus labios, luego su mirada cayó sobre Maia que estaba un poco avergonzada por su regalo a comparación con el que le había dado Rafe, quien estaba un poco cabizbaja.
El castaño claro tomó cuidadosamente el mentón de Maia para que lo observara.
–Es el mejor regalo, que me han dado y lo digo en serio, además como no podría gustarme más, si lo hiciste tu misma. – dijo el en una especie de susurro besando la mejilla de su novia.
(...)
De regreso a casa, Maia estaba con una sonrisa estúpida en su rostro, caminado hacia su casa, que estaba justamente aún lado de la casa de su tío Mike.
–Hey, Maia. – gritó la voz de su prima, quien iba acompañada de sus amigos en la camioneta de John B.
–Hola, Kie. Hola, chicos. – saludo con un ademán la mano.
–¿Donde estabas? te estuve buscando y mi tío Charles dijo que estarías en la playa. – dijo Kiara.
– Estaba en el lado Kook. – aseguró la pelinegra, subiendo a la camioneta junto a todos sus amigos.
–Ay no, no me digas que estabas tratando de recuperar tu amistad con Topper, después de lo que te hizo. – dijo un poco molestas Kiara con un las manos es sus costados como jarras.
–¿Qué? No... Estaba.. Estaba... Por ahí, hablando con Wheezie, si con Wheezie. – dijo pensativa tratando sonar creíble con media sonrisa.
–¿Desde cuando eres amiga de la menor de los Cameron? – pregunto John B.
–Desde siempre. – dijo Maia tratando de sonar segura de si misma.
–Yo trabaje hoy donde los Cameron y no te ví con Wheezie. – dijo John B arqueando una ceja.
–Tal vez, ya me había ido. – dijo con una sonrisa nerviosa.
–Ajá. – pronunció John B para quitar el cabello de su cuello viendo los chupones, dirigiéndole una mirada pícara y de sorpresa – Mierda, la pregunta es ¿con quién estabas?– dijo de nuevo el castaño.
–John desastroso B, no es nada en verdad son mosquitos. – siguió Maia ocultandolos, luego JJ la observaba expectante, pero aún sin decir ni una palabra, pero lentamente se acercó a la pelinegra para susurrarle.
–Creeme, pequeña. Se como se ve un chupon y eso lo es. – le susurró, pero obviamente el lugar es un tanto pequeño que estaba segura que todos ahí escucharon lo que dijo el rubio.
A lo que ella solo de sonrojo a más no poder, y sin tener escape, solo tuvo que decir la verdad.
–Es cierto, chicos. Si es un chupon. – aseguró la pelinegra observando hacia afuera por la ventana, pero percatándose de como el rostro del rubio se torno triste.
–Bueno, y ¿quién fue? – pregunto Pope por primera vez en el transcurso del viaje a Maia.
–Se los diría, pero me odiarian de por vida, así que no se los diré, no quiero que dejen de ser mis mejores amigos por eso. – dijo convencida la pelinegra de que no hablaría.
–Mai, te apoyaré sea quien sea, recuerda: "amigas por casualidad, primas por elección"– dijo Kiara sonriendo.
–Gracias, Kie. –agradeció la pelinegra abrazandola.
–Yo también te apoyaré. –dijo Pope.
–Yo igual, vamos. Somos como hermanos. – dijo John B sonriendo observandola por el retrovisor.
–Soy tu mejor amigo, estoy contigo. – apoyo por último JJ, no muy convencido.
–Gracias, chicos. No sabes cuan feliz me hacen. – dijo la pelinegra.
–Pero para mi no es tan fácil – agregó de nuevo Maia.
–Vamos, solo dilo. Ya me dio curiosidad. – dijo de nuevo John B.
–Esta bién, esta bién. Se que no debo ocultarles nada, pero tengo novio. – aseguró Maia.
Bajo la sorprendida mirada de todos sus amigos.
–Eso explica porque ya casi no te veíamos. – dijo John B.
–Creo que se quien es. – dijo Kiara observandola fijamente.
–¿Hace cuanto?– pregunto el rubio con un tono decaído.
–Exactamente un año... Lo siento, chicos. Sé que debí decirles pero estaba muy asustada. – dijo sonando desesperada y angustiada.
–Tranquila, eso no altera nuestro reglamento pogue. – dijo John B, restándole importancia.
–Pero aún no sabemos quien. – dijo Pope.
–Es Rafe, Rafe Cameron. – dijo en una especie de susurro, mientras sus amigos la observaban atónitos, impactados y sorprendidos.
Espero les haya gustado.✨
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