ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ³ ʟᴀɢʀɪᴍᴀs
Esto no me convence pero aquí vamos ;-;
ʜᴀɴ ᴍɪ ᴊᴏᴏ
Pasé mi lengua por mis labios, hoy Jimena quería que conociera a sus amigos, principalmente a ese tal TaeTae de él que se la pasa hablando. No entiendo, ni que yo fuera a estar con ellos tanto tiempo como ella ni nada por el estilo, pero tampoco me voy a negar, hacer amistades nuevas no tiene de malo, de vez en cuando es bueno.
Bueno, si contamos lo social que soy, si es bueno (nótese el sarcasmo).
Comencé a jugar con el borde de mi blusa, ¿por qué se demora tanto? Tengo ganas de irme de aquí ya, tengo todavía una tarea que hacer de la universidad.
—¡Ya vienen! —gritó Jimena detrás de mí y brinqué.
—No vuelvas a hacer eso.
—¿El qué? —frunció el ceño.
—Apareciste de la nada y gritando, ¿cómo no quieres que me asuste? Es imposible.
—Ah, ya vale, lo siento.
Se sentó frente a mi en aquella cafetería donde vendían donas, según Jimena ella y sus amigos siempre suelen venir aquí.
Aunque soy amiga de Jimena nunca he visto a los chicos esos con los que siempre anda, cada vez que me dice para estar junto con ellos cuatro digo que no, y para mí suerte termino escapando y con éxito. Es genial ¿no? Aunque bueno, ahora no tiene nada de genial, no pude escapar.
No sé para qué quiere que haga esto.
Recuesto mi cabeza en mi mano mientras miro hacia afuera por el ventanal. Me levanto cuando veo que vienen con cinco donas a la mesa.
El camarero se va y Jimena se encoge de hombros.
—TaeTae y los chicos llegarán pronto. Podemos comer mientras, no es como si ellos no lo hubieran hecho antes.
—¿Qué?
Ella cogió una de las donas y dió el primer mordisco. Sentí algo removerse en mi estómago. Hambre. Yo también quiero.
Mire las donas tratando de pensar bien en que hacer. ¿No será eso algo maleducado hacer eso?
—Una vez... —comenzó Jimena, haciendo que la mirara a ella y dejara de ver el plato con las donas.
—¿Uhm?
—Hace un tiempo ya, TaeTae y yo habíamos quedado aquí, pero el tenía que cumplir un castigo en la universidad porque había puesto una tachuela en el asiento de él profesor. Entonces pensé que me daría tiempo ir a casa y arreglarme, cambiarme y eso.
›› Juro que pensé que me daría tiempo, pero Taehyung es todo un comelón —hizo un gesto de enfado—. Para no aburrirte resultó ser que ya se había comido su dona junto a la mía, y la excusa que me dió era que tenía hambre y yo me demoraba.
La campanita de la cafetería indicando que alguien había entrado —o salido— se oyó. Seguí escuchando el relato de Jimena, parecía que se había enfadado mucho ese día porque parecía como si Tae se hubiera comido la dona ahora mismo y no hubiera sido hace unos dos meses si mal no escuché.
Asentí cuando terminó.
—Y bueno, eso es- ¡Oh, TaeTae! —gritó.
Me quedé como estatua y voltee.
Que suerte que la mandíbula está pegada a la boca, porque juro que ya la tuviera en el suelo. ¡Que amigos tan buenos tiene Jimena!
—¡Jimena! —Gritó ese que creo que se llama Taehyung.
Ella se levantó y salió disparada hacia dónde estaban los ¿dos? Oh, pensé que eran tres.
Me di la vuelta para esperar a que ella dejara de hablar con ellos o bromear, lo que sea, pero en el momento en que lo hice grité.
—¡Un intruso! —Fue lo primero que paso por mi mente.
—¿Qué? —Preguntó el riendo—. No soy un intruso. Mucho gusto. Soy Jeon Jungkook.
—¿Te conozco?
—No puedo creer que Jimena no allá hablado de mí.
Trague saliva, si, de los tres el es el más guapo. Me sonroje un poco pensando en eso.
—Oh, no. Perdón. —¿Qué?—. ¿Dije algo que te incomodara?
Negué.
Que guapo.
—¿Y por qué te sonrojas?
—Oh, no es na-nada. Tengo frío —mentí.
—Ou.
Se levantó mientras se quitaba su abrigo y me lo ponía a mi. Abrí mis ojos de sobre manera. El con una sonrisa se volvió a mi y sonrió.
—¿Todavía tienes frío?
Negué mientras escondía mi cabeza en el abrigo. O eso trataba.
—Genial. ¿Ya comiste donas?
Negué.
—Oh. Ten —me extendió una. El también cogió una para él—. ¿Cómo te llamas?
—Mijoo —susurré—. Han Mijoo.
—Bonito.
—Oh, ya veo que conociste a Jungkook —Dí un pequeño brinco en mi asiento.
Jungkook, frente a mi comenzó a reír por primera vez desee que Jimena no hubiera venido. Ni menos con sus amigos. Excepto Jungkook.
ʜᴀɴ ᴍɪ ᴊᴏᴏ
Alternaba la vista entre mi libro y la libreta en donde tenía los apuntes mientras escribía. Buscaba en los libros y mis apuntes las respuestas a él trabajo que tenía que entregar en unos días. Odio hacer esto. Ni siquiera se para que estudio.
Ni que vaya a tener que sacar una cuenta de matemáticas mientras nado. Porque sí, lo único que quiero es ser nadadora.
Maldito estudio.
Incluso me tuve que levantar temprano hoy, yo hubiera preferido haberme quedado hasta el mediodía durmiendo, pero bueno, hacemos lo que podemos.
Cuando mi estómago gruñó me levanté y fuí hacia la cocina, no había nada nuevo, aunque eso no era extraño para mí ya, así que lo único que hice fue prepararme un poco de cereal con leche. No tenía un opción, vivía sola y no sabía cocinar mucho.
Había decidido mudarme unos años después de que mi hermana muriera, había quedado algo traumada y desde entonces he sido tan antisocial, prefiero encerrarme en mi burbuja y no dejar a nadie entrar en ella. Solo pocas personas.
No tuve mucho apoyo de mi madre, ella me culpaba por lo que le había pasado a mi hermana, mientras papá era quien me apoyaba, era mi mundo, y gracias a él es que tengo esta casa y puedo estudiar.
Fruncí el ceño cuando sentí el timbre sonar. Raramente sería Jimena, no puede ser.
Jime 🤸🏻♀️💕
Mijooooooooooooooo 😍
Estoy en una cita con TaeTae
12:34
Ajdndkkkans es hermosooo
12:34
Lo amooooooooooooooooooo 😍😍😍❤️
12:35
Después hablamos 😜😙
12:35
Negué mientras comencé a reír, era obvio, yo sabía que Jimena se iba a enamorar de Tae, que lastima que nadie quiso apostar conmigo.
Y Taehyung... No se como le hizo para todos estos años ocultar sus sentimientos, y a pesar de todo, aunque amara tanto a Jimena, fue capaz de decir que no queria casarse solo porque ella era feliz con Hoseok.
Fruncí el ceño de nuevo cuando volví a sentir como está vez tocaban la puerta. Es raro, la única que suele venir a verme es Jimena, y ahora mismo es imposible que sea ella ya que está con el amor de su vida.
Con pasos cuidadosos fue hacia la puerta y la abrí, lista para darle un golpe a alguien si era un ladrón, un asesino, un violador o un enfermo. Pero me contuve y en mi lugar ahogue un grito cuando ví a Jungkook en el otro lado de la puerta, sonriendo, aunque más bien parecía una mueca.
¿Acaso estaba triste?
No, no quería que estuviera triste. Pero yo también quería ser yo quien lo ayudará.
—¿Q-qué haces aquí? —Pregunté, confundida.
Abrí mis ojos como platos cuando ví como entro en la casa.
Trague saliva mientras disimuladamente sacaba mi teléfono.
¿Que se supone que debo hacer ahora?
Cerré la puerta. No era nada mala la situación... ¡Mentira! Era horrible, Jungkook es el primer chico que entra en mi casa, eso lo vuelve una emergencia.
Bien, solo controlate Han Mijoo.
¿Por qué justamente hoy Jimena tiene que estar en una cita con Taehyung?
Ash. Vi como miraba todo.
—Hola, bruja.
—Hola, Kookie.
Su mirada se plantó en la mesa, suspiré mientras iba y cogía mi cereal y leche y lo preparaba, me había desviado un poco.
—¿Siempre desayunas lo mismo?
Acentí encogiendome de hombros.
Cuando termine y lo miré chille, estaba a punto de entrar en mi habitación.
¡Está invadiendo mi espacio personal!
Corrí hacia ella, pero ya el había entrado. Suspiré mientras dejaba el pozuelo en la mesa. Lo miré. El estaba demasiado atento mirando todo en mi habitación, hasta el suelo. ¿Que se cree este chico? Vamos Jungkook, quita tu mirada.
Me senté, en ese momento miró las paredes de mi habitación que estaba repleta de pósters de los chicos de BTS, principalmente JHope.
—Cuando dijiste que te gustaba JHope, no pensé que fueras tan fanática.
Cuando me voltee a encararlo estaba sentado en mi cama. Creo que voy a tener un ataque de pánico, solo porque está sentado en mi cama. ¡Ningún hombre se había sentado en mi cama!
—Lo soy —respondí por fin.
Se sentía como si hubiera perdido el habla. No sabía como describir la situación exactamente. Nervios, pánico...
El rió y luego me miró.
—Si tuvieras la oportunidad de conocer a uno de ellos ¿que le dirías?
—¿Quien te ha dicho que no he conocido a ninguno de ellos en persona? —arquee mi ceja y me guarde las ganas de reír para mí sola al ver su cara desconcertada.
—¿Qué? ¿A cual conoces? ¿Cómo?
Parecía intrigado por el asunto. Suspiré.
—Cuando era pequeña vivía en Busán —me encogí de hombros—. Conocí a JK, era mi vecino, éramos mejores amigos. Algo así.
Pase mi lengua por mis labios mientras me volteaba otra vez para seguir con mi trabajo, pero la verdad era que la concentración que anteriormente había tenido —antes de que Jungkook llegará, cabe aclarar— se había esfumado.
No podía hacerlo, no sabiendo que el estaba allí, en el mismo espacio que yo, en mi habitación, mirándolo todo, analizandolo, y también, mirándome a mí.
Sentia su mirada en mi espalda y eso me hacia incomodar aun más de lo que ya lo estaba.
—¿Tuvieron algo?
Solté el lápiz y di un respingo. Eso no lo esperaba.
—Puede ser —canturre.
La verdad es que ni yo sé que tuvimos.
—El me gustaba —susurré.
—¿Y él?
—Yo fui quien me confesé en aquellos momentos, teníamos doce años para entonces, él fue una de las personas que más me ayudó cuando la pasé realmente mal, aparte de papá. Pero cuando lo hice no esperaba nada a cambio. Estaba bien con tener un amor unilateral.
—¿Pero?
—El me dijo que también sentía algo por mí. Nunca nos pusimos etiquetas, nunca me preguntó algo como si quería que fuera su novia —me encogí de hombros—. Solo, de vez en cuando —mordí mi labio inferior con vergüenza—, nos besábamos.
—No entiendo, ¿no te amaba?
—No lo sé. Cuando le preguntaba nunca respondía. Tiempo después se puso distante y luego se fue a Seúl, todo eso sobre el baile y el canto. Entonces, mas nunca nos vimos.
—¿Mas nunca?
—Mhm, a veces chateabamos y eso, pero, en ese momento pensé que ya lo había superado, de verdad lo amé, pero me di cuenta de que aún no lo había echo.
—Oh.
—Me había cansado de jugar su juego.
—Entiendo.
—Muchas veces, Jungkookie, tenemos que dejar ir a esa persona que realmente amamos para poder ser felices.
Vi como me miró, como si mis palabras hubieran calado en lo más profundo de su pecho. Tragó, como si en estos momentos tuviera un nudo en su garganta, tal y como si ahora mismo estuviera en conflicto consigo mismo.
No espere que su labio inferior comenzara a temblar como lo hacía.
Y ví aquella primera lágrima en salir.
Me espanté, pero antes que todo, sabía que algo estaba pasando, lo sabía desde hace días cuando me pidió vernos y me llevo a su lugar secreto. Pero no sabía que, no sabía que era exactamente eso que tanto le dolía.
Me acerque, abrazándolo, recostando su cabeza en mi hombro, mientras sobaba su espalda.
—Llorar no te hará menos hombre, Jungkook.
Y entonces su cuerpo comenzó a tener espasmos. Abrazó el mío con tanta fuerza que sentía que me dejaba sin aire, pero no me aparté.
Y sentí como mi hombro se mojaba, así como sus sollozos.
Jungkook se estaba derrumbando en frente de mí.
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