ʜᴀɴ ᴍɪ ᴊᴏᴏ
Lo único que no se me podía quedar era el regalo de mi hermano. Se me había olvidado decirle a Jungkook que eso pasaba, pero tampoco quería que gastara dinero innecesario comprando algo, sabia que si le diría algo el lo haría.
Definitivamente debía de dejar de mirar mi reflejo en el espejo.
Suspiro profundamente, la inquietud no disminuye. Yo pienso que me veo bien.
El teléfono comienza a sonar mientras me encuentro dándole los últimos retoques a mi rebelde cabello y me doy un instante para contestarle a Jungkook.
—Voy un poco atrasado. Pero ya sali de casa.
—Esta bien.
En serio llamarme para eso...
El reloj de mi muñeca marca las nueve de la mañana, exactamente la hora en la que Jungkook llega. Sonrio al notar que como yo trajo una mochila. Por un momento pensé que sería de los exagerados y traería una maleta. Es bueno saber que no soy la única que prefiere viajar con una mochila antes que andar a rastro con un maletín.
Nos saludamos, el se burla un poco debido a que hoy me peine, lo hace sonar como si no lo hiciera nunca.
El trayecto en el auto no es exhaustivo, pero si largo. De Incheon a Busan hay alrededor de cuatro horas. En todo el trayecto hablamos, reimos, ponemos la música en la radio y cantamos, incluso hasta gritamos.
Cuestionamos la razón del porque un edificio tan alto, de veinticuatro pisos, no hay razón para tantos.
Se siente como si estuviera en casa, en estos momentos no quiero pensar en nada y solo disfrutar este tiempo con el. Se siente bien poder ser tu de nuevo. La estruendosa risa de Jungkook sonando en todo el auto hace que lo mire. No había analizado por completo su vestinema. Todo grita que ha costado millones.
Esos simples jeans que tiene puesto puedo apostar que le han valido madres.
Dios, me siento tan pobre.
—Es aquí —le dije.
Freno el auto, ya habíamos apagado la radio, estaba nerviosa y ansiosa, volver me traía varios recuerdos, y no todo eran precisamente buenos.
Lo que mas me gustaba era que desde mi casa podía ver la playa. Recuerdo cuando le dije a Jungkook que quizás este podía ser mi lugar favorito debido a eso.
—Así que este es tu hogar —dijo Jungkook colocándose a mi lado.
Bastaba cruzar la calle que nos separaba de la arena, y bajar los escalones hacia la playa, y listo.
—No mentias cuando decías que era tu lugar favorito. Yo quisiera poder vivir cerca de la playa. Es hermoso.
Permanecí un poco mas en el umbral de la puerta, mis dedos picaban por tocar, Jungkook detrás de mí esperaba pacientemente mientras miraba todo, y ya veía algunos vecinos asomándose en el portal. Muchas cosas no cambian por aquí.
Por fin toque la puerta, dos pequeños golpes.
No pasaron mas de treinta segundos cuando la puerta fue abierta.
Eran alrededor de la una de la tarde, apenas habíamos parado en una de las cafeterías, pero todavía tenia hambre. Esperaba que hubiera comida.
Quien había abierto la puerta había sido mi hermano. Me había alegrado verlo. Me abrazo tan fuerte que sentía que el aire no llegaba a los pulmones y me estaba asfixiando. Sin embargo, cuando vio a Jungkook su mirada cambió completamente. Lo saludo, con un apretón de manos y se conocieron, apenas diciéndose el nombre. No necesitaba mucha información por el momento.
Al parecer estaba solo en la casa. Mamá no estaba y papá andaba trabajando, no debía llegar hasta un poco más tarde.
La casa seguía como la recordaba, me siento como si hubiera ido ahí desde hace una década, cuando fueron solo unos pocos años.
—Sígueme.
Guie a Jungkook por la casa haciendole un pequeño recorrido, hasta instalarnos en mi cuarto.
Iba a dormir conmigo, no había cuarto de invitados y no iba a dejar que durmiera con mi hermano, mi mamá o papá, aunque ambos dormían separados (todo después del divorcio aunque siguieron viviendo juntos), no quería molestar.
Y de todos modos ¿que era lo peor que podía pasar? Habiamos dormido juntos ya otras veces.
—Tu hermano es raro —fue lo primero que me dijo y quise reír.
Mi hermano tenia ese algo de querer hacerle la vida imposible a las personas. Supongo que Jungkook será su nueva presa. Lo siento por eso.
—¿Dormire contigo?
Me senti presa del pánico y por un momento pensé que no iba a querer—. Yo dormiré en el suelo si gustas.
El negó dejándome saber que estaba bien con la situación. Me alivio bastante eso.
Observe detalladamente mi habitación, estaba tal cual la había dejado, papá se esfuerza por siempre limpiarla y nunca cambiar nada. Jungkook se recuesta en la cama mirando los pocos libros que tengo apilados en mi mesita de noche, junto con algunas fotografías.
Aprovecho que esta distraído para salir de la habitación a buscar algo de comer.
Cuando conseguí lo que tanto buscaba subi a la habitación y ambos nos pusimos a comer. No me molestaba, aparte, no quisiera comer abajo, ya después podría limpiar.
—¿Quien es ella? —preguntó Jungkook, señalando una de las fotografías que estaban encima de la mesita de noche.
Específicamente una mia, de mi hermano, y mi hermana.
—Son, dos tú.
Quise reír por la confusión en su voz—. ¿Recuerdas que una vez te había contado que tenia una hermana gemela? —acintió—. Ella es MiHye. Mi hermana.
—¿Donde está? —volvió a preguntar.
Las preguntas que tanto había estado evitando las estoy enfrentando ahora.
—Muerta —solté de repente, forzando al nudo que se había formado en mi garganta a bajar.
—Lo siento.
Ese día había sido mi culpa. Quizás si no hubiera salido corriendo y hubiera ayudado a mi hermana ella no estuviera muerta, y mamá no estuviera odiandome ni resentida conmigo.
Habia perdido el apetito. Jungkook hacia preguntas sobre todo, yo seguía en el aire. Hay recuerdos que por mucho tiempo que haya pasado siguen en tu mente y corazón, doliendo justo como aquel día.
No se olvida, simplemente aprendemos a vivir con el dolor.
Aproveche cuando había salido un momento al baño para poder cambiarme yo. Comienzo a quitarme las prendas que tengo puesta para reemplazarla por una ropa mas cómoda.
Justo cuando estoy por ponerme el short siento que abren la puerta. Me apresuro por terminar y me volteó. El esta allí, estático, mirándome.
Decido no hablar, debía haber puesto el seguro. Me limito a sostenerle la mirada y jugar un poco con mi mandíbula. Aunque me cueste aceptarlo me divierte esto demasiado.
—Te dejaré solo para que te cambies.
Pase por su lado. Mi cuerpo temblaba completamente.
Joder, ¿que es lo que haces conmigo Jeon Jungkook?
Mi hermano estaba en la cocina, registrando el refrigerador. Se dio la vuelta cuando sintió mi presencia y solo le sonreí.
—Es bueno poder volver a tenerte en casa.
Sonreí—. Hacia mucho tiempo.
—¿Como te va en Incheon?
—Bien, me falta poco para terminar la universidad. Tengo unas cuantas amistades, y me va mejor de lo que puedo desear.
—Y ese que trajiste contigo. ¿Quien es?
—Un amigo. Le pedi que me acompañara. Somos muy cercanos, algo así como mejores amigos.
—Siempre he dicho que los hombres y las mujeres no pueden ser mejores amigos, porque terminan enamorándose o que se yo.
—No creas en eso. No todos son iguales.
Se encogió de hombros.
—¿Y mamá?
—Comenzó a trabajar en la tienda que esta a dos cuadras de aquí. Papá en la empresa y yo tengo el día libre hoy. Era el cumpleaños de la mamá de mi jefe así que no iba a estar en la empresa y me dio el día libre.
Mi hermano trabajaba en una de las empresas mas grandes de Busan como el chófer personal del CEO.
Mi familia no es muy pobre que digamos.
—Voy a salir un rato. Cuidado con ese tal Jungsook.
—Jungkook —le corregí.
Mientras salía, Jungkook estaba saliendo de mi habitación luciendo ahora una ropa más cómoda. Se me había ocurrido que podríamos ir a dar una vuelta por la orilla de la playa. Hace rato no voy a una.
—Vamos a caminar —propuse—. Hay unas cuevas rocosas, deben existir todavía.
Añadi dandome la vuelta para regresar a la acera y bajar por los escalones. No había nada de silencio en la caminata. Jungkook lo cuestionaba todo, era como si nunca hubiera venido a Busan (y es lo que estoy sospechando) y preguntaba por todo.
Por un momento, mientras hablaba, me di cuenta de que había dejado de prestarme atención. Toda su atención parecía estar centrada en las grandes rocas costeras que se veían a la distancia.
Hizo varios sonidos sorprendidos a medida que nos fuimos acercando. Las rocas llegaban alto, ya estábamos algo alejados de la casa.
No quería que nos perdiéramos, hacia mucho tiempo que no venia y tenia miedo de no recordar el camino de vuelta.
Entramos en la cueva. Sabíamos que si la marea subia tendríamos la posibilidad de morir ahogados, al menos el, yo por algo no quisiera ser nadadora, se nadar.
Jungkook se apoyo en una de las rocas. Queria tomar su mano. En todo el trayecto, no habíamos tenido ningún tipo de contacto físico y yo me moría por siquiera tocarlo.
¿Todavia seguimos siendo novios falsos no?
No, no era correcto.
Comenzó a contarme cuanto quisiera haber venido antes a un lugar como este, pero no se molestaba, porque vino conmigo.
Yo solo podía prestarle atención a sus labios que se movían, y me removia un poco incomoda cuando pasaba su lengua por ellos para humedecerlos. Joder, quería besarlo.
Sabia que estaba mal, aun así, seguía dejando que llegara mas hondo en mi corazón, para saber que al final iba a salir herida. Pero no me iba a arrepentir.
Cuando pasaron los minutos, estábamos a punto de irnos, me había acercado a donde estaba el, nos quedamos charlando un poco hasta decidir que ya era la hora de irnos. Se estaba haciendo tarde.
Pero no contaba con que tomara mi mano y me diera la vuelta inmovilizadome en el lugar.
—Mijoo. ¿Puedo besarte?
—¿Qué?
—He querido hacer eso desde hace unos días ya. ¿Puedo besarte? ¿Me dejas?
Tenia mis mejillas sonrojadas y mi corazón agitado. ¿Que efectos son estos?
Su pulgar se detiene en mi labio inferior tomándome por sorpresa, pero no me aparto ni alejo la mirada de Jungkook. Dejo que su dedo efectue ligeros y suaves toques a mi labio. Mi cuerpo completo esta temblando, y no de frío.
Estoy tratando de ordenar mi cabeza, un centar de ideas me han entrado y necesito ponerlas en orden, pero con el hombre delante de mi me resulta imposible.
—¿Puedo hacerlo?
Un destello pasa por sus ojos y me encuentro asiento como si mi vida completa dependiera de ello.
Inclina con lentitud su rostro hacia mí. Se detiene cuando nuestras narices se rozan y su aliento cálido se mezcla con el mio.
El parece querer darme la oportunidad de retractarme.
Pero no lo hago y en su lugar inclino la cabeza eliminado la distancia que quedaba entre nosotros. El roce de mis labios con los suyos es torpes. Ni siquiera tengo experiencias en besos, hasta hoy.
Finalmente su boca atrapa la mía con una intensidad que no sabia que poseía.
La lengua de Jungkook invade mi cavidad y suelta un pequeño gemido cuando siente como mis manos se aferran a su nuca. Ambos estamos ensimismados en el beso hambriento y húmedo que estamos compartiendo.
La falta de aire nos obliga a separarnos.
Jadeo, tratando de recuperar el oxígeno perdido.
¿Que mierdas acaba de pasar?
—Otro beso —pide.
Otro.
Jungkook sonríe de lado antes de volver a presionar sus labios contra los míos.
sincomentarios
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