ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ⁶ ʀᴇsᴘᴜᴇsᴛᴀs

ʜᴀɴ ᴍɪ ᴊᴏᴏ

Miré la cafetería frente a mí. Era la que quedaba cerca de casa de Jimena y Taehyung, pero lejos de mi casa, solo necesitaba un lugar donde despejar, y lo más lejos que he llegado ha sido aquí. Al principio tenía pensado ir a casa de Jimena, pero debe de pensar que me he vuelto loca, nos vimos hace unos pocos minutos, y ella, no es siempre muy buena aconsejando que digamos.

Todo es tan confuso, que aún así prefiero esperar a estar en claro para contarle algo, ella puede llegar a ser demasiado intensa.

Entro en aquel lugar y me siento en una de las mesas vacías que estaban en la parte de afuera, suerte. Dejo la mochila a mi lado, tiró la cabeza para atrás y dejo salir un suspiro. ¿Qué es lo que está pasando conmigo? No lo entiendo.

¿Y por qué tan rápido?

—¿Qué le pongo?

Abrí los ojos, había un camarero frente a mi con una pequeña libreta y un lápiz, esperando a que le dijera mi orden.

¿Que se supone que debo pedir? Ni siquiera me detuve a ver el menú. Aunque... Tengo hambre, ya deben ser alrededor de las doce, ya que salí tarde de la universidad hoy, y no he comido nada.

—Mmm... Un refresco.

El camarero era guapo, hubiera sido mucho mejor haber sentido la estúpida atracción que siento por él.

Salí de mi mundo de ensoñación cuando sonrió. Me contuve de fruncir el ceño y solo lo miré directamente y dejé de mirar sus labios, ya que estaba viéndolo cuando sonrió.

Su sonrisa no se parece ni de cerca a la de Kookie, la de este último es más linda.

—¿De que se lo pongo?

—Oh, eh, ¿naranja? Si, naranja.

Note que estaba haciendo un esfuerzo por no reír, aún así yo lo hice primero, el solo sonrió y dió una reverencia anunciando que venía pronto.

Venga, ven ya, solo te pedí un maldito refresco.

Siento mi estómago quejarse por haber pedido solo aquello.

—Mierda —jadeo cuando veo un auto conocido detenerse en el parqueo.

Paso mi lengua por mis labios mientras tomo mi mochila y trato de hacer que no me vea. Miro viendo como sale de él auto y maldigo cuando me doy cuenta de que estaba en la verdad, era el auto de Taehyung, y el ahora se dirige hacia acá.

Bueno, solo puedo poner mi mochila delante de mí, así no me verá la cara. Seguro vino a complacer alguno de los antojos de Jimena.

Suspiro con ese pensamiento en mente.

Si, solo eso. No puede ser peor.

Me sobresalto cuando siento una mano en mi hombro. Casi pude haberme caído de la silla, maldición.

Contengo la respiración y entonces me volteo—. Hola, Taehyung.

Me sonríe y da la vuelta hasta sentarse en la silla en frente de mí. Con vergüenza aparto mi mochila y la vuelvo a dejar caer en el asiento a mi lado. Lo miro y doy una pequeña sonrisa.

—¿Por qué te ocultabas?

Respiré hondo, no quería que se diera cuenta de que lo hacía intensional. Solo había venido aquí por busca de paz, y respuestas que nadie me iba a dar.

—No me ocultaba.

—¿Ah, no?

—Estaba limpiando la mochila, tenía una pelusa.

El soltó una pequeña carcajada—. ¿Que haces aquí?

Mis neuronas se quedaron vacías. ¿Que se supone que le debo decir? Algo creíble, por supuesto.

Estoy segura de que no será muy fácil deshacerme de él.

Y no es que Tae me caiga mal, es solo que... Realmente no lo sé.

—Vine a comprar algo. Tenía hambre.

—Mientes —arquee una ceja, nerviosa—. ¿Por qué venir a un lugar que queda considerablemente lejos de tu casa? Y no solo eso, por tu casa queda una pequeña cafetería donde pudieras haber ido.

No digo nada, solo espero que siga hablando. Genial, Jimena, ¿por qué no me dijiste que te casaste con un genio? Lo hubiera agradecido en estos momentos, ¿sabes?

—Te hubiera creído más si hubieras dicho que venías a espiar o a ver a él camarero porque tienes un supuesto crush por él.

Mire a él camarero que venía hacia nosotros. Con mi refresco en su mano. Me dieron ganas de reír.

—¿Eso nada más pediste? Bah. Quiero ordenar. Mhm, quiero otro refresco, y también quiero Bulgogi, dos porciones.

Abrí la boca, atonita.

—No pagarás por mí.

—Dejame hacerlo hoy.

El camarero se fue después de anunciar que volvería. Di un sorbo a mi refresco, ahora sí tenía en claro que Taehyung no tenía pensando irse.

—¿Cómo está todo con Jimena?

—Oh, bien. Hace poco fuimos a una cita, el día de su cumpleaños, no hace mucho, cuatro días como máximo —sonreí, es bueno ver qué después de todo, se aman—, aunque no estamos aquí para hablar de mi y Jimena, sino de tí.

—Oh, bueno, no se qué decir.

—Mira, Mijoo, no soy muy cercano a tí, y últimamente ni tiempo pasamos juntos, de hecho, no solemos hacerlo mucho, pero eres mi amiga. Solo quiero ayudarte.

—Yo-

—Esta bien si no quieres contarme, pero sepas que siempre te voy a apoyar. Chica bruja.

Reí por su comentario, era sabido por casi todos que Jungkook me dice bruja, ¿sabrán también que pasamos casi todo el tiempo juntos? Incluso me ayuda en los trabajos.

Bueno, ayer lo hizo.

Taehyung no es mal chico, y después de todo no puedo pensar en alguien mejor como para contarle.

—Existe alguien. Él, pasamos mucho tiempo juntos, últimamente parecemos pulgas. Creo que, soy algo así como su apoyo. Está herido, y ha recurrido a mí, no entiendo porque, pero no dude.

—¿Qué pasa con él?

—No lo sé. Cuando lo ví por primera vez pensé que era guapo y me atraía, pense que era el único que no estaba loco —reí, Tae lo hizo conmigo—, digamos que me atraía. Ahora, me encuentro esperando que vaya a mi casa a verme, a pedirme que salgamos, como amigos, como si, lo necesitará.

—Ajam.

—Pero, Taehyung, es imposible.

—¿Por qué?

—Solo nos hemos visto como un mes por ahí, cuando salimos juntos ni siquiera solíamos cruzar palabras. Hace poco fue que comenzamos a chatear y ahora con esto es que nos hemos estado viendo más a menudo, pero de eso apenas hace una semana.

Ambos callamos cuando vimos a él camarero de la otra vez venir con nuestras órdenes. Me encogí en mi asiento. ¿Y si Tae se burla de mí por ser una idiota?

No lo creo capaz, pero en situaciones así los nervios suelen ganarle a uno.

—Gracias —dijo Taehyung.

Tome otro sorbo de mi refresco mientras me preparaba para darle el primer bocado a él Bulgogi.

Se ve delicioso.

—¿Crees en el amor a primera vista? —me pregunto haciendo que detuviera el camino de el tenedor que iba directo a mi boca. Subí mi mirada encontrándome con la suya. Deje el tenedor en el plato y lo enfrenté.

—No. Para enamorarte de una persona se necesita al menos tres sentidos.

El se recargo en la silla.

—¿Cuáles? —pregunta.

De repente me siento nerviosa.

—Vista, olfato y oído.

—¿Por qué?

—Necesitas ver el aspecto de esa persona, en ambos sentidos. El olfato, porque en mi jodida vida yo saldría con alguien que ni siquiera se bañara en meses, y por el último el oído porque esa persona debe saber expresarse. Por eso —coloque una mano en la mesa recargando mi cuerpo en ella—, no creo en el amor a primera vista.

Recargó sus brazos en el respaldo de la silla. Me miraba con una sonrisa, no sabía que hacer en este momento, sentía que había metido la pata, pero tampoco era como si me retractara de mis palabras. Era lo que pensaba.

—El concepto de amor a primera vista lo están interpretando mal.

—¿Qué? —pregunté, desconcertada.

—Se dice amor a primera vista no porque al ver a esa persona ya lo amas —nego lentamente—, eso es erróneo. Los adolescentes suelen confundir amor con atracción. No es así, sino que te sientes inexplicablemente atraído hacia esa persona. La vas conociendo y en ese proceso caes en amor.

Lo miré impresionada por su respuesta. ¡Ahora sí estoy segura de que el esposo de mi mejor amiga es un puto genio! Que genio, es un dios.

En estos momentos no me importaba si la comida se enfriaba, toda mi atención estaba puesta en Taehyung.

Tomó un bocado de su comida bajo mi mirada—. Come, se va a enfriar.

Yo lo imite, estaba demasiado bueno, pero aún así una duda estaba martillando en mi cabeza.

—¿Cómo se que lo amo? ¿Lo hago?

El se limpio la boca. Me mordí el labio inferior con nervios.

—No lo sé —retuve mis ganas de fruncir el ceño—, eso es algo que solo sabes tú, lo sientes tú. Yo amo a Jimena, pero no sabes cómo me siento, ni los sentimientos que tengo.

—¿Entonces...?

—Pero, Mijoo, amar y enamorarse no es la misma cosa. Enamorarse es disfrutar de todas aquellas sensaciones que se sienten al estar y ver a esa persona. Sin embargo, cuando amas, ya empieza a doler.

Me quedé en silencio, y al comprender se me cayó el mundo encima. Ya no sabía que hacer, solo quería desaparecer. Quería llorar.

—¿Duele, Mijoo?

—U-un poco —le dije.

—¿Qué duele?

—Saber que la quiere a ella, que pase lo pase siempre la escogerá a ella. Duele ser su amiga, esperar a que me venga a buscar para hacer alguna de nuestras travesuras.

—¿Quieres ayudarlo a sanar?

—Quisiera ser la cura a su dolor, Taehyung. No me gusta verlo así, el no merece sufrir así, y menos por una estúpida.

—Mijoo, ¿acaso sabes que fue lo que le ocurrió a Jungkook?

Casparree, nerviosa—. ¿Jungkook?

—Se que es Jungkook. Pero ahora dime.

Negué, rendida—. Solo se que tiene que ver con su ex novia y su hermano.

—Oh, entonces no te ha dicho tampoco.

—¿Qué cosa?

Se encogió de hombros, dejándome con ese amargo sabor en la boca. No indague más en el tema, sabía que era un caso perdido, pero aún así también quería que fuera Jungkookie quien me lo dijera, que el confiara en mi y quisiera contarme.

Cuando terminamos no me dejó pagar la cuenta, ni siquiera el refresco inicial que habia comprado para mí sola.

Incluso me fui de la cafetería con el número de él apuesto camarero. Genial.

Quizás hasta le escriba.

—¿No quieres que te lleve?

Negué.

—Prefiero caminar.

—Vale. Cómo quieras. Nos vemos. Ven un día de estos.

Hice un puchero y acentí—. Nos vemos pronto, Kim.

—Eso espero, Han.

Me despedí con la mano viendo como se alejaba. Me coloque la mochila en el hombro mientras caminaba hacia mi casa. Deben de ser acerca de la una de la tarde, pero no importaba.

ᴊᴇᴏɴ ᴊᴜɴɢ ᴋᴏᴏᴋ

Cerré la puerta detrás de mí, no la entendía. ¿Por qué está así? Parece como si hubiera pasado algo grande, y no lo sé exactamente.

—¿Qué pasó?

—¿Estás bien?

—Estoy bien, Kookie. Solo... Un poco cansada. No es nada. La universidad me da mucho trabajo y es agotante.

La entendía perfectamente, cuando estaba en la universidad también era así, supongo que debe ser porque estás en la última enseñanza, algo de eso.

—¿Quieres ir a la heladería que te prometí?

—Mmm... Claro.

Fue hacia su habitación y me dejó solo allí en la sala. Mire hacia la puerta de su habitación y suspiré mientras caminaba hacia allí.

Era la tercera vez que estaba en su casa, y todavía seguía sintiéndola un poco incomoda al respecto, pero me divertía.

Abrí la puerta sin siquiera tocar, de todas maneras ya yo he estado en su habitación unas cuantas veces, así que daba igual.

—Después puedo cocinar para ambos solo de-

—¡Mal nacido! ¡Sal de aquí! —me lanzó una almohada, la tomé en mis manos mientras salí rápido y cerré la puerta.

Me apoye en la pared.

Okey. ¿Qué acabo de pasar? Solo estaba en brasier, peor si hubiera estado sin él.

—Bruja —la llamé, deseando que no estuviera molesta.

—¿Qué?

—¿Puedo entrar?

—Diez minutos.

—Vale.

Fue mejor de lo que esperaba.

¿Piensan que va muy rápido? Ash, de verdad, pienso que sí, y que no. Pero también necesito que esto se desarrolle un poco rápido, ya que para escribir esta historia debo apoyarme por la de Taehyung y hacer un intervalo de tiempo entre ambas para que todo tenga sentido.

Además de que la de Tae es la principal.
Espero haberme explicado bien :/

Ash, suerte la de Hoseok no es así :')

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