— ¿Cómo estás? –YoonGi le preguntó cuando entró a su oficina.

—Bien. –Respondió desganado.

Jin tomó los papeles en su escritorio y trató de sumergirse en su trabajo, pero YoonGi lo detuvo.

—Sabemos que no es así, Jin. Todo esto también está consumiendo tu energía.

— ¿Y qué quieres que haga, Min? –Contestó a la defensiva. —Se trata de mi esposo, ¡se trata del hombre que más amo! ¡Lo veo desvanecerse día a día sin poder hacer nada! ¿Cómo pretendes que me sienta bien!

No pudo más y se entregó al impotente llanto que consumía su corazón, JungKook... Oh su pequeño amor... ¿Por qué no quería ser ayudado? ¿No se daba cuenta que le rompía el corazón con cada día que pasaba y ambos sabían, era uno menos para estar juntos?

YoonGi suspiró...

Era difícil para él también saber que la vida de su amigo decaía con cada segundo y peor aún, que no permitía a nadie acercarse a él e intentar ayudarlo a tener una vida feliz, aunque fuese por poco tiempo.

Ver a SeokJin llorar con tanto sentimiento era algo para lo que no estaba preparado, pues su costumbre siempre era verlo imponente, ganando clientes con su carisma y agudos esquemas de inversión.

Gi estaba acostumbrado al hombre de negocios, no al esposo destruido.

Se acercó al mayor y con suavidad lo abrazó, dejó que su mejor amigo se desahogara en su hombro.

—Lo amo... –Dijo entre sollozos. —Y perderlo de esta manera es una tortura... No deja que me acerque a él a menos de un metro... Me duele tanto, pero tanto...

YoonGi acarició los lacios cabellos castaños con ternura, no sabía qué decir, las palabras eran totalmente vacías en esta situación.

—Solo podemos esperar, Jinnie. Cuidarlo de lejos y esperar... Sé que es duro, pero recuerda que los chicos y yo los apoyamos en todo, no estás solo amigo.

SeokJin asintió, agradecido con sus incomparables amigos, pero triste porque la espera era lo que más lo consumía.

JungKook no había querido la ayuda de nadie, negándose a un tratamiento, negándose a ver a un especialista, negándose a todo.

Simplemente dejó su trabajo, renunció a lo que más amaba que era la música y se encerró en su casa, no quiso volver a ver a nadie y con SeokJin se volvió frío y distante.

El mayor lo entendió, pero tampoco quiso dejar que su esposo se sumergiera sin retorno en la depresión, sin embargo, JungKook ya había decidido por él, y deseaba morir pronto y así dejar de sufrir.