🍬 Capítulo 46 🍬

Despertar junto al cuerpo desnudo de Yerin era lo más hermoso de cada día, tanto, que ni siquiera podía describir en palabras lo que sentía al verla.

Sus cabellos alrededor de su rostro cayendo suavemente. Ella es la mujer angelical más hermosa que pueda existir en la tierra. Mi miembro dolía como el infierno, pero no me arrepentía de nada.

Mucho menos de follarla tan duro ayer, ver como sus pequeños pero perfectos pechos rebotaban de las embestidas, gimiendo con su boca entreabierta y sus ojos casi en blanco, "ah, Taehyung, más fuerte~". Casi podía escucharla.

Me levanté al escuchar el timbre sacándome de mis recuerdos impuros. Caminé adolorido hasta la puerta, por la mirilla visualice a Joy, vaya forma de comenzar el día, pensé con sarcasmo. Sonreí, había ideado un plan para lastimar su orgullo.

Oh por dios, Yerin, —gemí con mi voz ronca mañanera— no te detengas.

Joy tocó la puerta con fuerza, casi quería derribar la puerta. Reí en silencio aguantando las ganas de soltar la carcajada. Yerin se acercó lentamente, le indique que viera por la mirilla. Entendió lo que hacía en segundos, hizo una señal de ok para seguirme el juego. Se acercó a la puerta sonriente.

Ah, más rápido Taehyung, —gimió tratando de no reírse.

Ya casi llego, maldita sea, Yerin, estás muy mojada. —Seguí.

Yerin me besó haciendo sonidos húmedos con nuestras bocas chocando, sonidos que llegaban hasta el otro lado de la puerta. No tenía idea si Joy seguía ahí. Nos separamos sin prisa, nuestras respiraciones agitadas dejaban ver que ambos queríamos más. Yerin lanzó un gemido alto luego de unos segundos, para luego hacerlo yo. Ambos reímos luego de ver que Joy ya no estaba detrás de la puerta.

—Espero que eso sea suficiente para que no vuelva. —Hice que los huesos de mi espalda tronaran dándome un suspiro.

—Obvio que sí. —Yerin asintió.

Trató de caminar pero se inclinó lanzando un quejido al aire. La detuve para que no tocara el piso completamente. Me preocupé, tenía miedo de haberla lastimado.

— ¿Estás bien? —La cargué llevándola hasta el desayunador— Voy a revisarte un poco...

—Estoy bien, no pasa...

Mi mirada se poso en su entrada, su vagina estaba roja e hinchada, sin mencionar sus nalgas con marcas de tonos rosados y púrpuras. Su entrepierna estaba rojiza y con algunos mapas de moretones. Sus pechos estaban llenos de marcas y ligeras mordidas. Por un minuto me sentí un monstruo.

—Está bien, —se cubrió con la sabana minimizando sus heridas— no te sientas mal, siempre quise estar así por ti, bebé.

—Yerin, estás llena de moretones por mi culpa, —mis lagrimales amenazaban llenándose de lágrimas que forzaba a dejar ahí— debiste decir que me detuviera o que lo hiciera más despacio...

—Perdoname, —sonrió— soy muy masoquista. Me gusta así.

—Pero...

—De lo único que me arrepiento es de no hacerlo antes. —Limpió mis lágrimas— Me encanta estar así y que tu seas la razón de ello, bebé.

—Bueno, —asentí— pero iremos al hospital ¿sí?

—Bien, pero quiero que Hye Ji-ah me atienda. —Reí.

🏥

—No creo que sea tan.. ¡oh por dios!

Hye Ji casi se desmayaba al ver las heridas en mi cuerpo. Pero después su expresión cambió a una sonrisa.

—Taehyung, que galán. —Imitó una frase épica de Drake & Josh.

—Ya, solo haz tu trabajo. —Le di un zape.

— ¿En dónde está ese sádico? —Rió mientras escribía el diagnóstico.

—Dijo que iba a ver a Mino, ¿sigue en tratamiento? —En realidad no me importaba, pero no quería verme siendo mala con él.

—No sé y no me importa, y creo que a ti mucho menos ¿cierto?

—Tienes razón. —Asentí— ¿Ya puedo, uhm, vestirme?

—Pues no te voy a hacer un oral, ¿o sí? —Comenzó otra vez con su risa limpia vidrios.

Me vestí rápidamente. Hye Ji era una chica muy peculiar, de esas que pocas veces en la vida encuentras. Pensé en Yoongi, ¿realmente lo habrán arreglado esos dos? Taehyung me había contado lo que había pasado en Daegu, y yo, como toda una shiper, empecé a formar teorías de lo que había pasado en la habitación de Yoongi y después de eso.

— ¿Y tu lil meow? —Sonreí.

—No sé, no me importa mucho por ahora. Solo fue algo fugaz. —Dijo con sinceridad, aunque percibía la deshonestidad en sus palabras.

— ¿En serio? —Ladee la cabeza juguetona.

—Mierda, sí, me gusta ¿y qué?

Comencé a gritar moviendo mis brazos al aire como cuando vi en las columnas de internet que el Shawmila ya era real. Reí al ver como trataba de callarme manoteando.

— ¿Y luego? —terminé con mi escándalo— ¿Ya hay boda o no?

—Uy, sí. —Sarcasmo.

—Solo ve y dile que te gusta y que quieres tener una vida junto a él, incluso podrías hacerle una sorpresa, no sé, comprar un gran pastel y salir de el... —pausé— esa sería una buena idea, ¡sí!

— ¿Qué? —Negó— Claro que no.

—O espera en su casa con un pastel de boda y pídele matrimonio. —Reí.

—Sabes que no haré nada de lo que dices, ¿cierto?

— ¡Babydoll! —Sugerí gritando.

— ¿Alguien me habló? —Taehyung entró a la sala— ¿Terminaron...?

— ¡Hye Ji-ah admitió que le gusta Yoongi! —Señalé a Hye Ji sonriente.

— ¡Yoongi hyung también admitió que le gusta Hye Ji! —Gritó Taehyung abrazándome de la emoción.

— ¿En serio? —Hye Ji se levantó de su escritorio.

—Acaba de hablarme por teléfono, ambos son tan tiernos. —Taehyung sonrió alegre.

—Bien, entonces ya se armó la boda, banda. —Nos abrazó, los tres gritamos de la emoción.

Mientras tanto
en la sala de espera...


—Alguien debe estar dando a luz, ¿no, Chimmy? —Arye sonríe a Jimin.

—De seguro son Taehyung y Yerin, desearía que fueran ellos. —El mencionado besa la mejilla de su amada esposa.

—Pronto esos seremos tu y yo. —Arye acaricia su vientre algo abultado.

— ¡Estoy muy emocionado! —Agitó sus piernas sonriente— Vamos a ser padres, y mi hija podrá decirles a sus compañeros de escuela que su padres son jóvenes y lindos, sin mencionar a su madre bellísima.

—Eres una bolita de amor, Chimmy, te amo más que antes. —Recargó su cabeza en el hombro de Jimin.

—Sabes, escuché que tu hermano fue visto en Daegu con una chica, —Arye se sobresaltó— creí que tu hermano ya no quería estar en otra relación amorosa luego de lo que le pasó...

—Debe ser algo serio, él no había salido con nadie después de lo que le pasó. —Afirmó Arye.

—Me gustaría verlo feliz con alguien que no le rompa el corazón, y una costilla como esa Yukiji. —Jimin se recargó en la cabeza de su esposa.

—Igual yo. —Arye asintió.

Lo que ambos no sabían es que Yukiji estaba a su lado escuchando todo. Y no pensaba quedarse de brazos cruzando viendo como alguien le quita a, (según esta ilusa), al amor de su vida.

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