—Llegamos, hogar dulce hogar. —El chico desconocido abrió la puerta del apartamento.

— ¡Cariño~! —Busqué por toda la casa, ¿en dónde estará mi bebé?

Entre a la habitación, sus cosas aún no estaban ahí. Hice un puchero y volví a la sala, aquel chico extraño había comenzado a actuar raro. Me veía como si fuese un postre apetitoso o una presa, no sé.

— ¿Quién eres tu? —Lo señalé frunciendo el entrecejo— No sé quien demonios eres, vete de aquí.

Señalé la puerta comenzando a reír, él también rió. Estaba un poco ebria, pero entendía un poco las cosas, y solo bastaron unos segundos para darme cuenta de que estaba sola con un hombre en mi casa.

¿Cómo abrió mi casa si la cerradura es electrónica?, ¿cómo sabía que hoy era el cumpleaños de Eun Bi y que iba a celebrarlo en ese restaurante?, ¿había estado acosandome? Mi cabeza dolía de una forma inexplicable, tanto que me hizo jadear tocando mis sienes.

—Vete. —Dije casi en un susurro, el estar ebria no me hacía tan tonta.

—Yo... —Su voz fue interrumpida por golpes en la puerta.

Llamaban mi nombre, gritos femeninos y masculinos, lo que me hizo dudar de quien fuera realmente. Mino me levantó restregándome en la pared, me besó de forma salvaje. No pude evitar sentir asco. Su lengua viajaba por mi cavidad bucal de una forma brusca y dolorosa.

Lo empuje, pero él detenía mis golpes haciéndome sentir indefensa. Todo cayó en ruinas cuando sentí su miembro debajo de mi. Él trataba de quitarme el pantalón, pero yo luchaba con mis piernas evitando que este pudiese salir con facilidad. Fue entonces cuando me recostó en el sofá deteniendo mis manos con su mano izquierda y mis piernas con sus muslos, comenzó a bajar mi pantalón.

—Por favor, —entre gritos y lágrimas le rogué— ¡no me hagas esto Minho!

Ignoró mis palabras sacando por completo la prenda. Se posicionó sobre mi entrada, masajeando mi intimidad con su mano libre. Jadeaba y gemía, pero yo gritaba al sentir su mano entrar y salir de mi irritando mis paredes íntimas. Estaba siendo violada.

No supe en que momento la puerta se abrió, Jimin se abalanzó de él tirándolo al piso. Comenzó a golpearlo sin piedad, pero Mino lograba regresarle algunos también. Arye me ayudó a vestirme sacándome de ahí para no seguir viendo aquella escena, me solté de su agarre con gentileza.

—Jimin detente. —Hable sin expresión, Jimin se detuvo, ambos lo hicieron— Sólo déjalo.

— ¿Qué? —Jimin se levantó— Yerin, este chico casi te viola, ¿y me dices que lo deje?

—Jimin tiene razón, —Arye habló llamando mi atención— él no debe librarse de esto fácilmente...

—Te sugiero que huyas, —ignoré a ambos— corre lo más lejos posible si no quieres estar muerto, Minho.

— ¿Qué? —Minho apenas lograba entender.

—Me casé con el mismo diablo, si hay alguien que te asesinará si se entera de esto, lo cual no dudo, será mi esposo Kim Taehyung. —Mi mirada se tornó oscura y vacía— Siendo sincera, agradecería que te sacaran del camino de ambos.

— ¡Minho! —Joy entró al apartamento con lágrimas en sus ojos— ¡Vete de aquí!

Song Minho no dudó ni un segundo en huir. Era carne muerta.

Joy sollozaba en silencio. Estaba a punto de salir cuando la detuve, a ella no iba a dejarla ir fácilmente. Su rostro confuso me hizo sonreir. Es hora de que pagues todos tus pecados, había esperado tanto esto.

—Déjame en paz, —trato de soltarse, pero no lo logró— no estoy de humor para...

—Perdona, —mi mirada arrogante apareció, Taehyung te ha enseñado muy bien, me elogié— no hablo idioma perra.

—Sé que no...

—No debiste aparecer de nuevo, así que me aseguraré de que aprendas la lección, otra vez. —Hice una seña para que Jimin y Arye se fueran, a la cual obedecieron sin dudar.

— ¿Qué me vas a hacer? —Comenzó a reír— ¿Cosquillas?

—Es curioso que preguntes. —Reí en silencio— Pero no te tendré piedad, porque tocaste algo que me pertenece, y soy una persona jodidamente posesiva, me importa una mierda si tienes dignidad y reputación, porque deberías irte despidiendo de ella.

No me importa a quien debo quitar de mi camino, es mí camino y me aseguraré de que todos lo entiendan, no me importa actuar como una psicópata para proteger lo mío.

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—Oh, te encontré. —Mi voz grave lo hizo estremecer— Debiste detenerte, Song Minho, porque soy peor que todos los demonios existentes, incluido el diablo. Así que no te tendré piedad, porque tocaste algo que me pertenece, y soy una persona malditamente posesiva.