🚿 Capítulo 41 🚿
—La lluvia se concentra en esta zona ocasionando fuertes vientos y tormentas, no olvide tomar su abrigo y paraguas, porque la primera tormenta eléctrica empezará desde, aproximadamente, las tres de la tarde…
Taehyung debe estar muy estresado, un pensamiento fugaz. Habían pasado dos semanas y no sabia nada de él, algo que me preocupaba y molestaba a la vez. Hak Yeon siempre me decía que era imposible que me comunicara con él, ya que había olvidado su celular y probablemente esté muy ocupado, pero para mi eso no eran más que mentiras tontas. ¿Es posible que esté incomunicado de su esposa y no haga el intento por saber como estoy?, imposible.
—Soohyun, —dije al teléfono— ¿podrías hacerme un favor?
—Ni un "hola, ¿qué tal?", vaya que eres idéntica a Taehyung. —Su risa extraña.
—Perdona, no soy yo en este momento… —medité unos segundos— Sabes, mejor hablamos mañana.
—Como quieras~
Colgué, corrí al baño al sentir una sensación húmeda. Estuve varios minutos sentada cuando noté que algo no andaba bien. Llamé a Hye Ji.
— ¡Hey, Yennie! ¿Qué pasa?
— ¿Es normal que haga agua durante mi embarazo?
—Umm, ¿no? Escucha, no te muevas de ahí, estoy subiendo.
En vez de entrar en pánico comencé a analizar todo. No tenía antojos ni vómito, los típicos síntomas de el embarazo no habían llegado, tampoco sentía patadas, y era extraño que la doctora Anderson me diera el ultrasonido después de una semana, además, la foto no mostraba la fecha correcta.
— ¿Por qué la doctora Anderson haría algo como eso? —Me pregunté en voz alta.
— ¡Dios! —Hye Ji entró al baño, el cual estaba abierto, sí, debido a que casi siempre estoy con Taehyung dejo la puerta abierta— Toma un baño y vístete, ¡ahora!
🎭
—Habla. —Dijo Hye Ji a la doctora Anderson con furia, jamás en mi vida la había visto así— ¿Qué te pasa?
—Doctora Do, ¿puede explicarme la situación? Porque no tengo idea de lo que habla.
—No te hagas la santa ahora, ¿todo esto fue por Taehyung? —Hye Ji suspiró— No tienes idea en lo que te estás metiendo, Anderson, ¡perderás tu título!
—Por favor, mantenga la cordura, doctora Do. Le suplico que se calme y me explique detenidamente acerca de lo que usted habla, por favor, dejemos que la señorita Jung se retire hasta que terminemos esta charla.
— ¿Está ocultandome algo? —Dirigí la mirada a la doctora Anderson, quien mantuvo su mirada retadora— Porque si lo está haciendo más le vale que lo haga ahora, antes de que lo averigüe por mi cuenta, y, créame, no quiere meterse con la esposa de Kim Taehyung, hija de una cazafortunas y hermana de una reina de la estafa, ¿acaso no conoce a Jung Yerin?
—No sabe lo que dice, señorita Jung, deje esta ridiculez y retirese.
—Bien, —asentí— lo haremos a mi modo, vamos a ver quien estira o afloja primero.
Estaba por salir de aquella habitación cuando su "¡espera!* me detuvo. Millones de pensamientos que el mismo cerebro podía procesar en ese momento, sin duda es una maravilla que tenemos. Mi cabeza es muy creativa.
—Es cierto, —tomó asiento invitándonos a hacerlo también— el embarazo es falso, solo lo hice para Taehyung y usted, creí que sería bueno que Taehyung pensara que había hecho las cosas bien si llegaba a morir.
— ¿Por qué tendría que morir? —Pregunté molesta.
—Hay una razón por la cual Taehyung estuvo muchos años en este hospital, y no era solo por su actitudes negativas, depresión y ansiedad, también estaba físicamente mal. Es por eso que tuvo que ocultar su trasplante de corazón de usted, porque no quería que sufriera en el estado de embarazo, también estaba en constante comunicación con Soohyun porque ella tenía un donador que se hacía disponible…
Me puse de pie. No me enojaba que hayan hecho un embarazo falso en mí y que mi vientre este lleno de agua, me enojaba que nadie me hubiera dicho lo de Taehyung, ni siquiera Soohyun. Me enojaba que las personas a mi alrededor me engañaban "por mi bien", cuando mi propio esposo estaba sufriendo.
— ¿Quién más sabe esto? —Aparté la mirada.
—Soohyun, su padre, Eunha, el asistente y una chica llamada Joy.
Miles de maldiciones hubieran salido de mi boca si esta fuese abierta, pero me contuve para cuidar mi reputación.
—Olvidate de trabajar aquí, de tu título y deja de "ayudarme", ¿quieres?
—Yo se lo iba a decir…
— ¿Cuándo? —Las lágrimas brotaron— ¿Cuando estuviera muerto?
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