Mi madre insistía en que me quedara. Obviamente ya había estado mucho tiempo con ella, y ahora quería volver a lo mío. Es decir, Yerin. Aunque, para ser sincero, no tenía idea de cómo estaba. Mi número había cambiado, incluso yo había cambiado. No tanto, pero sí. Quizá era verdad que se casaría con Jimin.

— ¡Kenneth! —Escuché el grito de una mujer. Voltee, una escena se formaba detrás de mí.

La escena: una mujer obligaba a su hijo a quedarse en Inglaterra con tal de que no fuera con su novia en México. Extraño. Nunca había escuchado algo similar.

— ¿Qué no ves que ya soy un adulto? —El chico era guapo y blanco, su moda era aceptable.
— ¡Estás completamente loco! —Gritó la mujer atrayendo mi mirada.
—Estoy loco por ella, no me interesa si dices que parece inmigrante, eso realmente es un insulto grandísimo, otra razón para irme. —Subió al avión de inmediato.

Para su sorpresa la chica lo esperaba en la sala de espera, lo llamó por su nombre. El chico soltó las maletas y corrió a abrazarla. Espero que Yerin me reciba así, un pensamiento corrió por mi mente. Alejé la mirada, el mayordomo me llamó. Rápidamente pasé de largo a los dos y subí al avión. De nuevo estaba solo. Me recosté luego de comer una galleta. Los sueños se alejaban de mí, por el único hecho de haber abandonado a Yerin. Desde aquel día no podía soñar nada.

Desperté. Era de noche, apagué las luces con ayuda de un control remoto para luego encender la pantalla plana. Películas viejas en blanco y negro, ¿qué acaso no puede haber otra cosa cuando estamos tristes? Me pregunté. Era una chica, al parecer peleaban, ella quería quedarse mientras que el hombre le pedía que se fuera. Que no la necesitaba.

— ¿Qué puedo hacer sin ti? —Preguntó la chica en sollozos.
—Rosell, tienes que irte, —contestó el hombre— tus padres esperan.
—No iré. No pienso abandonarte, ¿qué pasa si vuelvo y estás con alguien más?
—Nunca te haría eso. ¿Piensas que te olvidaré tan fácilmente? No podría hacerlo, porque me enamoré de ti, porque te entregué todo de mí. Porque eres lo único que me importa y lo mejor de mí. Por eso te esperaré.

Alejé la mirada a la ventanilla al ver lo que seguía. Una escena de beso. Si tan solo eso hubiera pasado con Yerin. Si tan solo... hubiera detenido el avión... Ella no estuviese triste y solitaria ahora. Ella no estuviese sufriendo por mí.

— ¡Kim Taehyung! —Escuché los gritos constantes de mi padre.

Sentía presiones constantes en mi pecho, alguien trataba de darme aire. Desperté. Una enfermera estaba frente a mí. Dejó de hacer presiones. Portaba un cubre bocas, avisó algo a su compañero, el cual supuse que era el doctor. Me incorporé.

—Su ritmo cardiaco se normalizó. —Dijo la enfermera.
—Retiren todo. —Ordenó mi padre, a lo cual todos hicieron caso.

Estaba en el hospital central de Seúl. La enfermera abrochó mi camisa lentamente, pude verle a los ojos. Bajó la mirada de inmediato.

—Te extrañé. —Susurré.

No contestó. Pude ver las lágrimas correr de sus ojos. Se inclinó saliendo de la sala, me levanté para ir detrás de ella. Entreabrí la puerta mientras mi padre hablaba con los doctores. Estaba sentada alado de la puerta, cubría su boca silenciando sus lloriqueos. Revisó su celular. Jimin la llamaba. Le quitó la pila al celular rápidamente haciendo que este se apagara, me reflejé en la pantalla. Volteo a verme sorprendida.

—Regresa con ella. —Fue lo último que dijo antes de salir huyendo.     

Espero que les esté gustando 👀