—Jungkook, —hablé al teléfono— por favor, tienes que venir. Mi hermano menor está aquí, tengo mucho miedo.

—Llamaré a Mingyu por ti. —Colgó.

Tenía lista mi arma. Estaba encerrada en mi habitación, la televisión muda me tenía más nerviosa, la había silenciado para escuchar el motor del auto aproximándose. Él seguía en la puerta, no quería abrirle por miedo a que me hiciera algo. Bajé el móvil y caminé lentamente hasta la puerta, mi arma seguía apuntando al frente, mientras sontenía mi teléfono en la oreja después de haberle marcado a Mingyu.

—Eunha, —una voz masculina— ¿estás ahí?

La cerradura fue abierta en segundos, cerré la puerta después de que entró. En un solo movimiento lo tomé del cuello de su camisa y lo empujé al pido quedando sobre él. Mi arma apuntaba su frente a milímetros de distancia. Suspiré luego de ver que era Mingyu. Sonrió.

— ¿Qué es esto? —Comenzó a reír— Nunca me habías sorprendido de esta manera, creí que te vestirías con un traje de maid...

Lo abrace, mis lágrimas caían una tras otra. Estaba realmente aterrada. Mingyu me abrazó sin saber realmente lo que me pasaba. Tuve que explicarle lo que pasaba, eso implicaba todo, tenía el riesgo de que me dejara. Pero no fue así. Su rostro cambiaba de expresión al escuchar algo nuevo, pero finalmente comprendío que lo único que quería era dejar todo atrás y vivir cómoda junto a él.

—Escucha, Eunha, —tomó mi mano— yo también debo confesar que estuve ocultándote bastante, me dejé llevar por sentimientos pasajeros, pero al final me di cuenta de que ambos estábamos equivocados.

Asentí en silencio, sabía que era cierto, ambos nos estábamos engañando a nosotros mismos. Se acercó lentamente, no quería verle a los ojos después de haberle dicho todo. Era vergonzoso.

— ¿Kiss and make up? —Besó suavemente mis labios tentándome a bajar la guardia.

No me separé de él. Por primera vez en mi vida, me sentía segura y amada junto a un hombre, Mingyu, quien me cuidaba con caricias y besos. Eso era lo que necesitaba.

kiss me, kiss, kiss and make up... 💋