33.
— ¿A dónde me lleva? —Preguntó Jimin con confusión.
Mientras era arrastrado por Yoongi.
— A un lugar donde podamos hablar tranquilos.
— Mhm, no puedo estar a solas con usted, tengo novio.
Dejó de caminar y puso fuerza para no ser arrastrado por Yoongi.
— ¡Ya lo sé! —Gritó mientras lo soltaba—. ¿Puedes dejar de repetirlo?
Bueno, estaban en un lugar donde Jungkook no podría encontrarlos seguramente, así que se tomó un respiro para hablar.
— Jimin, ¿Ya no te gusto?
— No lo sé, supongo que no.
Jimin miró a todos lados con nervios.
— ¿Lo supones?
— Bueno, estoy molesto con usted, no me puede gustar si estoy molesto, ¿No?
— Aceptó que estés molesto. —Asintió—. Pero... tú me has gustado casi desde que te conozco, y ahora que tienes novio, eso no va a cambiar.
Le miro a los ojos.
— Sólo lo digo para que sepas que yo aún quiero ser tu novio y haremos las cosas que te gustan; como tomarte de la mano, acariciar tu cabello, y prometo escribirte una carta todas las semanas.
Yoongi espero la respuesta de Jimin por un largo rato, pero este sólo lo miraba con un gesto que Yoongi realmente no entendía.
¿Molestia?, ¿Indignación?, ¿Alegría?, ¿Sorpresa?, ¿Confusión?, ¿Qué demonios significaba eso?
— En realidad, Jungkook no es mi novio. —Murmuró muy bajo.
A lo que Yoongi frunció su ceño y se acercó a Jimin para escucharlo mejor.
— ¿Qué dijiste?
— Jungkook es mi amigo, y él dijo que darle celos era una buena idea. —Jugó con sus dedos.
Jimin parecía nervioso, lo cual era extraño para Yoongi .
— Entonces... ¿Quieres ser mi novio?
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