— ¡Yoongi! —Jimin corría detrás de Yoongi con una gran sonrisa en su cara.

El nombrado detuvo su paso y se dio la vuelta para ver a Jimin caminando más lento hacia él, con la carta que le había entregado el día anterior en sus manos.

— He leído su carta... —Yoongi sonrió un poco inconscientemente.

Tal vez esta vez había entendido el mensaje y su amor le era correspondido.

— ... y me gustó mucho.

¡Oh Dios!

— ¿Para quién está escrita?, ¿Alguna chica?, ¡Ella tiene mucha suerte!

— ¿Eh...?

— Es lindo cuando un chico expresa sus sentimientos de ese modo.

— Jimin, yo...

— ¿No me la ha dado para que le diera mi punto de vista?, pues déjame decirle que es muy bueno escribiendo cartas. -Sonrió con ternura—. Tómela y désela a quien le pertenece.

— No, está carta es para t-... —comenzaba a explicarse.

A decir verdad, se estaba cansando un poco de la tierna estupidez de Jimin.

— Mejor me lo dice luego, ahora se me ha hecho un poco tarde, adiós. —Se alejó por donde había llegado.

Yoongi solo pudo soltar un suspiro y con un poco de molestia tiro la carta en un bote de basura que había por ahí.