¡★! : OO3
⚠️ Advertencia, el siguiente episodio contiene escenas de actividad sexual forzada.
Se recomienda discreción al lector.
Tras haberlo pensado hasta el cansancio, Chanie terminó por rechazar la propuesta que el presidente Yoon amablemente le había ofrecido. La chica era consciente de que estaba desaprovechando una muy buena oportunidad para deshacerse finalmente de sus prestamistas, pero la verdad era que la castaña prefería matarse trabajando, a estar en un mismo espacio con ese hombre.
Una de las tantas cosas que Chanmi trataba de evitar a toda costa, eran las reuniones y las bebidas alcohólicas, esto debido a malas experiencias de su pasado; con mucho esfuerzo, la castaña lo había hecho bien evitando esta clase de cosas, hasta ahora. Chanmi realmente esperaba que la insistencia del presidente Yoon terminara en el momento en que abandonó su oficina, pero su sorpresa fue enorme cuando lo encontró en el club nocturno donde ella trabajaba como mesera. Fue de esta manera y pese a poner su trabajo como excusa, que Chanmi acabó siendo arrastrada contra su voluntad a una reunión totalmente pagada con el dinero del presidente. En un primer momento, la joven intentó marcharse. Estar en una habitación bastante pequeña y con tantas personas, la ponían sumamente nerviosa; pero antes de poder hacerlo, una hermosa chica llamada Yewon la detuvo en el proceso.
—Chanmi... —Escuchó la atropellada voz de uno de los chicos llamándola. Un hombre castaño se lanzó sobre ella para pasarle el brazo por los hombros. Antes de que pudiera pedirle que se apartara, el hombre puso una botella de cerveza en su boca.— ¿Quieres beber un poco de esto, preciosa?
—No quiero ser una irrespetuosa, pero no hace falta. La verdad es que no puedo tolerar el alcohol —Respondió Chanmi con una sonrisa nerviosa, intentando quitarse el pesado brazo de encima.— Me encuentro bien bebiendo solo esto.
El hombre entrecerró los ojos en un intento de enfocar su vista, cuando supo que Chanmi no tenía intenciones de beber la cerveza que había traído especialmente para ella, se marchó con el resto sin decir nada más. Para ese momento, ya todos se encontraban demasiado tomados; así que no fue una sorpresa cuando comenzaron a hacer toda clase de tonterías. Chanmi incluso estuvo tentada a cubrir sus oídos, en el momento en que todos comenzaron a cantar toda clase de canciones de los ochenta. Al verlos, lo único que pudo pensar era en que quería marcharse de esa habitación lo antes posible, estar rodeada durante mucho tiempo con gente alcoholizada, le traían malos recuerdos. Incluso hasta el punto de comenzar a sentir náuseas y a faltarle el aliento.
La música ensordecedora que retumbaba en las bocinas, se fue haciendo cada vez mas silenciosa que Chanmi pensó que se había quedado sorda. Un fuerte estruendo la hizo dar un salto sobre su asiento, solo para darse cuenta que se encontraba completamente sola en una sala bastante conocida. Lentamente, la chica se levantó de su asiento y caminó por el enorme pasillo hasta que pudo ver esa endemoniada puerta de cristal. Con una de sus manos temblorosas, Chanmi se aferro a la manija de la puerta. Al abrirla, la chica pudo apreciar varias botellas de cerveza sobre una de las mesas, y las miradas burlonas de esos hombres.
Aterrada de escucharlos reír, Chanmi trató de abandonar la habitación lo más rápido que pudo, pero antes de que siquiera pudiera poner un pie fuera de la habitación, la mano de uno de ellos se aferró a su cuello para después darle un empujón que la hizo caer sobre la mesa. Un gemido de dolor brotó de sus labios cuando sintió los pequeños fragmentos de vidrio se clavaron en su espalda.
—Chanmi, mí dulce cervatillo... —Escuchó como pronunciaba su nombre con su sucia boca, su mano comenzó a acariciarle el rostro, y Chanmi sintió que estaba a punto de vomitar.— Vamos a ser todo lo posible para tratarte como tú te mereces, espero que puedas cooperar con nosotros, amor mío.
Una cálida mano se posó sobre el hombro de Chanmi, nuevamente estaba en la sala con los demás. Cuando miró a su izquierda, Yewon la estaba mirando bastante preocupada. Incluso se atrevió a limpiarle el sudor que estaba corriendo por su frente.
—¿Chanie?
—Yewon, creo que necesito ir al baño un momento.
—Espera, estás temblando y te ves demasiado pálida. ¿Te encuentras bien, querida?
Chanmi caminó apresuradamente hasta los sanitarios sin darle una respuesta a Yewon. En los baños, se aferró al lavamanos después de echarse agua en la cara. “¿Sería demasiado descortés marcharse sin siquiera avisarles a los demás?” Pensó la chica admirándose en el espejo. El presidente Yoon se había marchado desde hacía rato, y probablemente los demás no se darían cuenta por el estado alcoholizado en el que todos se encontraban. Con ese pensamiento, Chanmi caminó hacia la salida de la sala VIP donde se encontró con Jungkook devorándole la boca a una chica, a la que sólo podía verle la espalda.
Ahora que lo pensaba bien, Jeon Jungkook había estado toda la noche evitándola como si fuera la peste, y haciéndole caras que no pasaban desapercibidas por los demás. Chanie era consciente de su desprecio hacia ella por haberle roto el corazón, pero creía que incluso él era capaz de aparentar lo contrario mientras pasaban el tiempo con los demás.
—¿Qué estás mirando? —La voz masculina de Jungkook la hizo salir de sus pensamientos, fue solo con esto que pudo darse cuenta que ambos la estaban mirando con el ceño fruncido.— Si has terminado de espiarnos como una rata, deberías continuar con tu camino.
—¿Disculpa? —Molesta, Chanmi caminó hasta donde estaban escondidos, importándole muy poco que la chica estuviera presente, Chanmi lo enfrentó.— ¿Quién te crees que eres para hablarme de esa forma?
—¿Entonces cómo debería llamarle a una persona que espía a los demás?
—No los estaba espiando. Con una mierda, Jeon. Se un poco maduro y no actúes como si fueras un maldito niño. ¿Tan complicado es olvidarte de lo que sucedió hace once años?
Kook la miró molesto, apartándose de la chica que estaba besando, tomó bruscamente a Chanmi de la muñeca para llevarla hacia uno de las habitaciones vacías en el pasillo, sin siquiera importarle que la estaba lastimando. Chanmi soltó un gemido de dolor cuando Jungkook la empujó contra la pared.
—Aclaremos la cosas, Bambi... —Dijo él llevando su cabello hacia atrás, mirándola furioso.— Lo que sucedió hace unos años, mis sentimientos, todo eso quedó en el pasado desde que me despedí de la maldita preparatoria. Todo lo que necesito es que permanezcas fuera de mi vista, es tan molesto verte siquiera por un segundo, me pones de mal humor.
•••
Después de su enfrentamiento con Jeon, la chica había vuelto a su labor, aún le quedaban dos horas para que terminara su turno y no podía estar perdiendo el tiempo. Con sumo cuidado la chica puso varias botellas de whisky sobre la mesa, su mirada se posó en las manos del hombre que manoseaba descaradamente los senos de Soohee, quien era una de sus compañeras.
El club donde ella trabaja como mesera, resultaba ser bastante popular entre las personas con un alto estatus social, por lo que era bastante común ver a chicas tan necesitadas como ella, sirviendo como acompañantes de hombres y haciendo toda clase de cosas que estos demandaran, solo por unos cuantos billetes. Tratando de no armar un alboroto, Chanmi se despidió con una reverencia y abandonó la habitación para chocarse de frente con tres hombres que le cubrían el paso.
—¿Se encuentra todo en orden, caballeros? —Cuestionó la castaña amablemente.— ¿Puedo ofrecerles mi ayuda?
—No podemos hacerlo, ella está bajo el cuidado del señor Jung —Susurró uno de ellos al resto, impidiéndole a Chanmi escuchar sus palabras.— Si se entera de que lo hemos hecho, nos matará a todos, sabes bien que ese hombre es un psicópata cuando se lo propone.
—¿Cliente?
Chanmi había sido descuidada al no percatarse de las oscuras intenciones de las personas que la acechaban. Antes de siquiera tener la oportunidad de escapar, los tres hombres la sujetaron de los brazos para llevarla violentamente a una de las habitaciones desocupadas de la sala VIP. La castaña hizo todo lo que estuvo en sus manos para tratar de detenerlos, pero le resultó imposible frenarlos cuando se abrieron paso y la derribaron contra el suelo.
—Sostenla con fuerza —Pronunció uno de ellos sacando una jeringa de uno de sus bolsillos, la castaña se retorció entre los brazos de los hombres sin obtener resultados. Un quejido de dolor brotó de los labios de la chica cuando sintió como la aguja se incrustaba en su piel.— Tranquila, te sentirás mejor después de que esto haga efecto.
Chanmi no deseaba pasar nuevamente por esta clase de situación, no cuando había luchado tanto para borrarla de su sistema durante todos estos once años de maldición. Chanmi quería defenderse, quería hacerlo de la misma manera en que lo había hecho en aquella ocasión. Morderle el pene a su en ese entonces novio fue la única solución que se le pudo ocurrir en aquél momento de desesperación. Pero justo ahora, que era capaz de sentir nuevamente el sabor amargo del semen mezclado con el salado de la sangre en su boca, su cuerpo parecía no querer responder a lo que le dictaba su mente; cuando la chica estuvo preparada para lo peor, fue imposible no pensar en ese hombre intimidante al que tanto daño le había causado.
Un fuerte empujón fue lo que hizo que la cerveza de Jungkook se derramara sobre su camisa, listo para armarle una bronca al culpable, se encontró con un sexy chica viéndolo enfurecida.
—¿Dónde demonios estabas, Kook? —Gruño Yewon atacando su pecho con sus diminutos puños. Jungkook intentó no reír al verla, le causaba mucha gracia que ella pensara que realmente le estaba haciendo daño.— Te he estado buscando desde hace media hora.
—¿En serio? —Kook se aferró a su cintura para estrellarla contra su fuerte pecho. Yewon era tan pequeña que cuando tenían sexo, siempre estaba nervioso de que pudiera romperla cada vez que era brusco con ella.— ¿Puedo saber la razón de que te veas tan desesperada?
—No estoy para tus bromas, necesito que en este momento vayas detrás de Chanmi —Jeon se apartó de Yewon ante la mención de ese nombre.— Salió de la habitación casi corriendo y me temo que no se encuentra bien. Su turno terminaba hasta la una, así que posiblemente todavía se encuentre en el club, ¿puedes buscarla y verificar que se encuentra bien?
—Estás bromeando, ¿cierto?
—No es una broma, estoy hablando en serio.
Jungkook se mantuvo en silencio. ¿Qué no se encontraba bien? Vaya mierda, si lo estuviera, no le habría hablado de tal forma. Jungkook había sido bastante claro al decir que no quería tener nada que ver con ella, pero al ver la desesperación en el rostro de Yewon, no le quedó de otra más que hacer lo que le estaba pidiendo.
Durante todos esos once años, Jungkook se puso a pensar en un par de ocasiones en cómo estaba viviendo la chica. Mientras estaba en la universidad, y debido a unos chicos que asistían a su misma preparatoria en Busan, Jeon supo que Chanmi se encontraba pasando por un muy mal momento. Cuando había intentado preguntar la razón, el chico se limitó a responder que se trataba de un escándalo demasiado fuerte del que prefería no hablar.
—¡No quiero!
Jungkook olvidó lo que estaba pensando cuando escuchó la voz de Chanmi desde el interior de una de las habitaciones al final del pasillo. Dudoso, caminó en silencio para descubrir que la puerta de la entrada estaba entreabierta. Nuevamente, las súplicas de Chanmi alertaron al azabache quien caminando dentro de la habitación se encontró con algo que lo descolocó por completo. Con la blusa rota dejando a la vista su sostén, y las lágrimas rodando por sus mejillas, Kim Chanmi se encontraba siendo sometida por tres hombres en el piso cubierto con alfombra. En cuanto se percataron de su presencia, los sujetos se pusieron en alerta pero sin tener la intención de soltarla. Con una voz aterradora, Jungkook pronunció:
—¿Qué creen que están haciendo?
Chanmi por un momento pensó que quizás estaba alucinando, pero cuando vio a Jungkook de pie frente a ellos, la ansiedad que había estado creciendo dentro de su pecho se hizo cada vez menos notoria. Por su parte, los tres hombres que mantenían a Chanmi retenida de brazos y piernas, se miraron los unos a los otros después de las palabras de Jungkook; pensando exactamente qué era lo que debían hacer ante la presencia inoportuna, del imponente hombre de cabello azabache que los miraba sin ninguna clase de emoción en el rostro.
—Yewon me mandó a buscarte porque estaba preocupada por la manera en que saliste de la habitación sin siquiera despedirte de los demás. Eres una maleducada, Bambi —Comentó Jeon cruzándose de brazos. Chanmi hizo el intento de soltarse de sus captores para esconderse detrás de él, pero le fue imposible. El actor continuó:— Para que lo sepas, solo he venido porque ella me lo pidió. Aunque no lo parezca, Yewon puede ser como una patada en el culo cuando se lo propone.
—Lamento mucho haber huido de esa forma, tenía muchos pendientes y no podía quedarme más tiempo —Respondió Chanmi tratando de contener el llanto que amenazaba con estallar frente a todos.— No era mi intención causarte un inconveniente al hacerte venir hasta acá. Podrías…
Después de ese intercambio de palabras, toda la habitación fue reinada por un incómodo silencio. Chanmi no podía creer que Jungkook estuviera actuando tan extrañamente tranquilo, cuando frente a él, se encontraba una vulnerable chica que había estado cerca de ser abusada por sus captores.
¿Tanto así era el desprecio que sentía hacia ella como para no querer ayudarla? ¿Sería capaz de simplemente abandonarla a su suerte? La verdad es que Chanmi no podía siquiera culparlo, incluso ella misma comenzó a pensar que el ser abusada era una especie de Karma que estaría pagando por todo el daño que le había causado a terceros; personas como a sus padres, Jungkook, y Chowon… Los hombres que sostenían a Chanie, temblaron asustados cuando Kook se puso en cuclillas frente a ellos, posando sus tatuados antebrazos sobre sus rodillas mientras inclinaba levemente la cabeza.
—¿Ustedes… cuánto tiempo más piensan permanecer en este lugar escuchando la conversación de los demás? Puedo entender que unos bastardos como ustedes no conozcan lo que son los buenos modales. Pero estoy convencido de que no son tan estúpidos como para no entender mis palabras, ¿cierto?
—Esto no es de tu maldita incumbencia —Tratando de verse rudo, uno de ellos lo enfrentó con un tono amenazante.— Tenemos asuntos con esta chica, por tu propio bien deberías aceptar nuestra amabilidad e irte a la mierda. De lo contrario, tendrás serios problemas con nosotros tres, y definitivamente no quieres eso.
Jungkook no tuvo siquiera la intención de prestar atención a sus palabras, en cambio, puso su mirada sobre Chanmi, quien no podía hacer otra cosa más que llorar mientras lo miraba suplicando por su ayuda.
—¿Sabes qué cara estás poniendo en este momento, Bambi? —Dijo Kook sacando teniendo la atención de la castaña.— Una cara que me dice lo mucho que me necesitas, lo mucho que deseas aferrarte a mí, lo mucho que deseas que te salve del infierno en que se ha convertido tu vida… Ciertamente, me importa una mierda lo que estos bastardos puedan hacerte, puedo marcharme a casa en este momento, y ellos pueden follarte hasta el cansancio si así lo prefieren. Entonces, ¿qué debería hacer ahora?
—Ayúdame… te lo pido —Susurró Chanie al borde del llanto mientras extendía su mano temblorosa hacia el azabache que la miraba con una sonrisa burlona. El efecto de la inyección que le habían puesto parecía estar dando resultados. Se sentía mareada y como su cuerpo ardía.— Haré cualquier cosa… Firmaré ese contrato, todo lo que quieras… solo, ayúdame.
—Espero no te arrepientas de tus palabras después de esto —En un rápido movimiento Jungkook apartó a la chica de esos hombres, quienes rápidamente, se pusieron de pie temerosos de lo que estaba por suceder. El intento de valentía de los hombres quedó solo en eso, un intento. Sus rostros se deformaron con una mueca que irradiaba pánico, pánico ante la criatura de hombros anchos que les sacaba más de una cabeza de altura. La mirada aterradora que tenía Kook en el rostro, fue reemplazada por una muy amable sonrisa que terminó por descolocarlos a todos.— Adelante, te escucho, parece que no has terminado de amenazarme, así que yo también seré amable y te daré una oportunidad. Pero deberías darte prisa, la verdad es que no soy una persona a la que se le considere paciente.
Sin darles el tiempo de responder Jungkook se abalanzó sobre los tres hombres. Lejos de que el actor se viese intimidado por aquellos malnacidos, dio fuertes golpes y patadas haciendo caer a más de uno.
—¿Quién carajos se creen que son para ponerle sus sucias manos encima? Debería matarlos, romper cada uno sus huesos y lanzarlos a los perros —Gruñó Kook conectando su puño contra el magullado rostro de uno de los masculinos que se retorcía debajo de él. La habitación se llenó de los gritos del hombre cuando Jungkook lo tomó de la mano, quebrando cada uno de sus huesos.— Pero sabes, incluso ellos son los suficientemente listos como para no comer la carne de un hijo de puta como tú.
—Lo lamento… no era mi intención molestar a tu chica —Chanmi miró con sorpresa cómo ahora el hombre ahora estaba sollozando y suplicando por clemencia.— Solo estábamos tratando de divertirnos.
—Espera un momento, ¿piensas que nosotros dos estamos saliendo? —Se burló Jungkook ante la sola idea de estar relacionado sentimentalmente con la chica que había arruinado su vida.— Déjame contarte una historia, compañero. Pero necesito que hagas silencio, tus malditos sollozos me están haciendo enfadar. Te he golpeado solo un poco, no es como para que estés llorando como un marica —El hombre asintió frenéticamente con la cabeza, por lo que Jeon continuó con una voz susurrante, solo para ellos dos.— Cuando era un adolescente, estaba jodidamente obeso, del tamaño de una ballena. Todos en la escuela me insultaban, me golpeaban, me trataban como si fuera un puto desperdicio humano que no sentía absolutamente nada. ¿Y sabes quién fue la causante de todo eso? ¡Bingo! La chica detrás de nosotros.
Chanmi se tensó en el momento en que ambos miraron hacia ella. Con esa sonrisa burlona, Jungkook continuó:
—Eso no fue lo peor de todo, en esa época era tan estúpido que acabé enamorándome de la persona que me arruinó. Y como podrás imaginarlo, me rechazó como si fuera la jodida peste. ¿Sabes que promesa me hice si volvía a encontrarme con ella? Que la arruinaría con mis propias manos, que la haría pasar por el mismo dolor por el que yo pasé. Destruiría cada pequeña cosa de ella, incluso la más insignificante, vería con una sonrisa como su vida se volvía un desastre. Once años después apareció frente a mí, completamente arruinada. ¿Tienes idea de lo humillado que eso me hace sentir? Lo humillado que me siento por no ser el causante de su dolor, de su desesperación, de su llanto... —La mandíbula de Jeon se tensó cuando hizo rechinar sus dientes, el hombre debajo de él dejó salir alaridos de dolor cuando su otra mano fue víctima de la locura de Jeon.— Déjame ser más claro para que tu diminuto cerebro pueda entenderme, esa chica me pertenece.
—¡Detente! ¿Te has vuelto loco? —Exclamó Chanmi, tambaleándose caminó hasta donde ambos se encontraban.— ¿Qué clase de ser humano puede…?
—Estás siendo demasiado ruidosa, Bambi. Solo estamos bromeando entre nosotros, nunca podría lastimar en serio a una persona. Puede que sea un actor porno, pero incluso siéndolo, también tengo una reputación que mantener. Oye, despierta y dile a esta chica que estás bien —Jungkook abofeteo un par de veces al hombre que ahora también se encontraba inconsciente. Cuando Jeon intentó tomar su mano, Chanmi se apartó rápidamente de él asustada, una risotada brotó de los labios de Kook a modo de respuesta.— ¿Te asusto?
—No te alteres, te acabo de decir que todo se encuentra en orden. La he llevado a casa sana y salva como me lo pediste —Chanmi pudo escuchar a la distancia aquella voz conocida. Se sentía bastante extraña, era como si su corazón fuera a explotar en cualquier momento, su vista se encontraba borrosa y tenía demasiado calor.— Ten cuidado al volver a casa.
Con mucho esfuerzo, Chanie intentó enfocar su vista en todo lo que la rodeaba. Lo primero que pudo apreciar, fue que se encontraba en una habitación que definitivamente no le pertenecía, la chica tenía muchas preguntas: ¿Por qué se sentía de esta forma? ¿Dónde estaban? ¿Qué había sucedido con aquellos hombres? ¿Por qué el hombre sentado frente a ella tenía esa misma sonrisa cálida que durante mucho tiempo la había torturado?
—¿Despertaste? —Chanmi observó detenidamente como Kook se levantaba de la cama para tomar su chaqueta, que se encontraba sobre una de las sillas que reposaba junto a la ventana.— Estamos en un hotel, me he encargado de pagar la habitación, así que puedes quedarte aquí hasta que pasen los efectos del afrodisíaco que esos tipos te dieron.
—¿Solo te marcharás? —Pronunció Chanmi entre gimoteos, su mano temblorosa se aferró a la muñeca del azabache con desesperación.— Duele, yo...
—Te escucho —Jeon sostuvo a la chica por el mentón, acariciando sus rosados labios con la yema de sus dedos.— Pídemelo correctamente, y te lo daré.
Chanmi había notado a Jungkook por primera vez, tres meses después de haber comenzado su último año de preparatoria. Para ese momento, la joven de tan solo diecisiete años, era conocida por ser una cualquiera que se acostaba con todo hombre. Aunque la realidad era completamente distinta, a todo lo que se murmuraba por los pasillos de la escuela. Kim Chanmi era una virgen, y lo había sido hasta que cumplió veintiuno. Todos los rumores que la rodeaban por donde quiera que fuera, comenzaron después de haber rechazado a un compañero de clase, quien molesto por no ser correspondido, mintió ante todos diciendo: “Kim Chanmi es una zorra, aceptará acostarse contigo incluso si le ofreces un dólar.”
Chanie nunca hizo el intento de decir lo contrario, la joven era consciente de que nada cambiaría incluso si trataba de negar tales rumores. Fue debido a esto que la chica no hizo más que restarle importancia a lo que las personas pudieran pensar de ella, solo hasta que un día, su balón de fútbol se estrelló sobre las rosas de Jeon Jungkook. Chanmi todavía mantenía el recuerdo de como se veía su rostro en esa ocasión. Sus regordetas mejillas cubiertas de tierra y su pequeña nariz enrojecida, le daban un toque demasiado tierno.
—¿En serio estás llorando como un mocoso porque asesiné a tus rosas? —Cuestionó Chanie mientras veía a Kook sorberse la nariz.— Me reportarás con el perfecto, ¿no es cierto?
—No estaba pensando en reportarte, es más que evidente que fue un accidente, y tampoco estoy llorando por una razón tan tonta como esa. El polen de la maleza me provoca alergia, es por eso que luzco de esta forma.
—Entonces otra persona debería estar haciendo esto, ¿quién demonios pone a un chico a arrancar la maleza de la que es alérgico? —Comentó Chanmi entre suspiros. Negando con la cabeza, se giró hacia el grupo de chicos que llamaban su nombre desesperados, después de decirles unas cuantas cosas, la chica pateó el balón hacia donde se encontraban sus compañeros de clase haciendo deporte.— Muévete un poco, te daré una mano antes de que tu cara explote, ¿no deberías ir a la enfermería?
—Estaré bien siempre después de tomar mis medicamentos —Respondió Kook después de que fuera lanzado a un lado. El chico observó a Chanie arrancar la maleza con sus manos desnudas, mientras tarareaba una canción que él desconocía.— ¿Por qué me estás ayudando?
—Ya estaba un poco cansada de los idiotas de mis compañeros. No puedo estar tranquila un minuto sin que uno de ellos me toque sin mi consentimiento. En cuanto a las chicas, ellas me odian por ser una zorra que se acuesta con sus novios. Espero que no te moleste la compañía de una chica tan desagradable como yo.
—Puedo ver que eres una chica fuerte por soportar todas las mentiras que dicen de ti, pero no deberías permitir que las personas mientan de esa forma para dañarte. Eres una persona extraordinaria, cualquier persona tendría mucha suerte de tener a una chica como tú en sus vidas. Eres mucho más valiosa que cualquiera de las piedras preciosas… —Chanmi se detuvo en seco cuando una mano se posicionó sobre su cabeza, provocando que su corazón latiera fuertemente contra su pecho ante sus palabras.— Así que deberías comenzar a creértelo.
—No… sácalos…
—Fuiste tú la que pidió esto. Estaría demente si me detengo en este momento —Murmuró Kook lamiendo y dejando pequeñas mordidas sobre la piel rosada de su cuello. Chanmi sintió como su cuerpo se llenaba de oleadas de placer ante la intromisión de los largos y gruesos dedos del azabache dentro de su coño.— Esto es lo que querías, ¿no es cierto?
Chanmi soltó un gemido, intentando desesperadamente contener los sonidos que salían de su boca. Su cuerpo temblaba y se retorcía bajo la intensa sensación de placer que le provocaba Jungkook. Su mente se sentía cada vez más nublada mientras luchaba por formar palabras coherentes.
—No… no quiero esto…
Jeon se rio suavemente contra su oído, claramente disfrutando de la reacción de Chanmi ante su toque. Su mano se movía con determinación dentro de ella, tocando y estimulando todas las partes sensibles de su cuerpo, volviéndola cada vez más loca cuando pudo sentir que estaba a punto de llegar al clímax.
—Basta, no puedo… estoy cerca… —Su cuerpo estaba en llamas. Su voz era un murmullo entrecortado y desesperado mientras intentaba mantener el poco control que le quedaba.— No puedo más… no te detengas…
Jungkook pudo sentir cómo Chanmi se tensaba y apretaba alrededor de su mano, sabiendo que estaba a punto de terminar. Su voz sonaba ronca y llena de deseo mientras continuaba sus movimientos, empujando profundamente dentro de ella y estimulando su punto dulce con cada estocada.
—Vamos, bambi… sólo un poco más… déjate ir para mí…
Cuando Chanmi finalmente llegó al clímax, su cuerpo se estremeció y se arqueó contra Jeon, aferrándose a él mientras sentía cómo la ola de placer la invadía. Chanmi estaba jadeando, todavía aferrándose a Jeon con fuerza mientras intentaba recuperar el aliento. Su cuerpo estaba agotado, pero aún así quería más. Quería sentir a Jungkook dentro de ella, completándola por completo.
—Mira la imagen que me estás dando. Luces tan dócil cuando estás así, tan desesperada por más. Tan desesperada por mí —Chanmi se sentía tan expuesta ante Jeon, su cabello estaba hecho un desastre, sus mejillas se encontraban teñidas de rojo y su corazón no paraba de latir con fuerza en su pecho. La intensa mirada de Jeon se posó sobre la suya. Sus palabras fueron como un hechizo para ella, era como si se encontrase atrapada por su mirada y por su voz. Un hechizo que se desvaneció en tan solo un segundo por sus palabras:— Todo parece indicar, que incluso una perra como tú, es capaz de enredarse con un tipo como yo.
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