𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗨𝗡𝗜𝗖𝗢

Narra Selene

Soy Selene, aunque la mayoría me conoce como “the exterminator” y las personas mas cercanas a mi círculo, suelen decirme “Sele” que sería una abreviación de mi nombre.
La mayoría me tiene respeto por ser la segunda hija de una familia de cazadores muy antigua en Rumania, los Van Helsing. Gabriel es mi padre y Venecia es mi madre, también tengo un hermano mayor llamado Thomas y debido a nuestra fama como asesinos de monstruos, sus descendientes deben seguir con el legado familiar.

A pesar de nacer como una noble, la calidez en la dinámica familiar cambio abruptamente y solo lo disfrutamos hasta perder a nuestro pilar por causa de nuestros enemigos.
Por una época, Gabriel abandono la caza de monstruos y se enfoco plenamente en la familia que había formado junto a su amada Venecia, ya que estaban esperando a mi hermano mayor.

Cuatro años más tarde, mi progenitora anunció que estaba en cinta y se llenaron de alegría, porque Thomas tenía 4 años y desde su nacimiento no pudieron concebir otro bebé.

— ¿Tendré un… hermano? -Pregunto con inocencia el  peli-azabache-

— Si. -Contesto Gabriel- Tu madre tendrá otro bebé, pero te prometo que no te descuidaremos.

— Ahora serás el hermano mayor y deberás cuidar de tu pequeño hermano. -Sonrió cálidamente a su vástago-

— Está bien… mamá. -Sonríe con alegría- Prometo cuidarlo muy bien.

— Mmm… ¿Has pensado en algún nombre para el bebé en camino? -Consulto a su esposa-

— ¡Claro! -Sonrió y lo examino- Si es una niña la llamaré Selene, pero si es otro barón pensaba ponerle Adrián.

— Son unos hermosos nombres, querida. -Toco suavemente la mejilla de la mujer y beso su frente, separándose para sostener a su hijo en brazos- ¿Qué te parecen esos nombres Thomas?

— ¡Me gustan! -Se sostuvo con firmeza del hombro de su padre para no caerse- ¡Quiero que se parezca a mamá!

— Amén. -Respondió con entusiasmo Gabriel, causando un sonrojo en su esposa-

— ¡Cariño! -Frunció ligeramente el ceño y después de un tiempo, no pudo evitar reírse a carcajadas-

Después de nueve meses, acabo naciendo y aún cuando mi madre tuvo un parto complicado, me sostuvo entre sus brazos y bajo la vista de su personal, me nombró “Selene” en honor a la diosa Lunar; no obstante, a medida que fui creciendo mi parecido físico con Venecia era destacable a simple vista.


El tiempo paso rápido, el ambiente seguía siendo hogareño y desconocíamos que nuestra infancia se vería realmente afectada por un incidente. No puedo recordar lo que sucedió, pero según mi hermano… yo apenas tenía 2 años y el contaba con 6, en consecuencia todo ocurrió por la ausencia de nuestro padre.

En ese momento, estábamos jugando en el patio de nuestro hogar y estábamos siendo supervisados por los guardias personales y nuestra madre estaba acompañándonos.
Todo estuvo pacífico, hasta que un sirviente gritó “¡Vampiros!” y alarmo a las personas que trabajaban en nuestra residencia, por lo tanto Venecia nos agarró y ordenó a sus guardias que protegieran su hogar, de este modo fue a un pasaje secreto del castillo y sostuvo una espada, nos escondimos del enemigo.

– ¡¿Dónde están tus hijos Venecia?! -Se intento asercar, pero ella le hizo un corte en el brazo.-

– ¡Tendras que pasar sobre mi cadáver Alexander! -Se puso en posición de lucha-

– Entonces... ¡Que así sea! -Desenvaino de igual forma su espada-

Entre los dos surgió una lucha de vida o muerte y a pesar de que nuestra madre era buena espadachin, terminó por perder al sentir el arma del contrarió atravesar su abdomen. Yo apenas pude ver, pero me di cuenta que había perdido la batalla al estar de rodillas contra su oponente.

– Maldito... -Escupe sangre- Después de todo este tiempo... ¡¿Por qué me traicionaste?!

– Lo siento, Venecia. -La mirada del noble vampiro no transmitía emocion- Estás casada con mi enemigo y no voy a dejar que sus parásitos sean quienes se metan en mis planes.

– ¡Esos... parásitos... provienen de mi vientre! -Escupe sangre- ¡Son mis hijos... Alexander!

– Lo se... Pero tienen la sangre de ese Van Helsing que tanto nesesito. -Sonríe de forma maniática y apunta su espada al cuello- No volveré a preguntar, ¿Dónde están tus hijos?

– Jamás lo sabrás... -Sonríe con dolor-

Antes de que el vampiro la ataque, alguien lo bloqueo y le dió un puñetazo, disparándole con un arma Anti-vampiro y haciéndole retroceder unos pasos, notando la sorpresa al saber que se trataba de Grabriel, sin más remedio escapó mal herido.

– ¡Venecia! -Se aserco y apretó la herida en el abdomen pero ya era demasiado tarde- ¡Por favor aguanta!

– Ya es tarde... Envía lejos a nuestros hijos... O los asesinaran. -Apreto su abrigó y por última vez le acarició su mejilla, muriendo en sus brazos-

– Cariño... -Sus ojos se llenaron de lágrimas y apoyó en su pecho-

Sus gritos de dolor se escucharon en cada rincón y supe que había perdido a nuestra madre, pero Thomas, me abrazó y evito que viera tal escena. Senti mis ojos humedecerse y con miedo me aferre a mi hermano mayor, ya que temia que regresarán por nosotros, pero un poco aliviada al sentir sus caricias en mi cabeza.
Nuestro progenitor llamo a su amigó Francis y le entregó el cuerpo de la difunta, para que se encargará de dejarla en ataúd digno. Guardo el arma y sé acerco al escondite que había hecho para este tipo de situaciones, y nos saco, comprobando si estábamos bien.

Desde la pérdida y posterior sepultura de mi madre, las cosas no han vuelto a ser las mismas en el hogar. La casa se sentía vacía y sin vida, pero no iba a pasar mucho para que nos dieran la noticia de que estaríamos bajo el cuidado de nuestra Tía Sara, hermana mayor de mi padre Gabriel. Sabíamos que el regresaría a las andadas, para dar caza a los involucrados que conspiraron contra el Clan y por seguridad, nos enviaba lejos. Tuvimos una despedida amarga y por esa razón nos recordó cuidarnos el uno al otro, mientras el no se encontraba presente; y más tarde partimos, siendo recibidos por la tía Sara. Ella fue dulce y nos entregó una buena educación, pero con la diferencia que aprendimos mucho más acerca de nuestra familia y el manejo de cada arma anti-vampiro, defensa personas y las debilidades que por generaciones, nuestros antepasados recolectaron para asesinar a los vampiros.

Actualmente cuento con 17 y Thomas tiene 21, asistimos hace tiempo a la Academia Cross. Estoy designada junto con mi hermano a la clase diurna, pero fui elegida para ser la tercer pero menos importante “guardiana suplente” y trató de hacer mi mejor esfuerzo en retener a las chicas que empujaban o golpean por la emoción de ver a los perfectos estudiantes de la clase nocturna o como mi hermano mayor los llama “Sanguijuelas”. Cada vez que decía aquello no podía evitar reírme y él solo me veia sin comprender, ya que sabíamos por Kaien de que eran vampiros y sabía que Thomas les guardaba rencor y no se fiaba, al contrario de mi.

Con la larga estadía en la escuela, puedo afirmar haber sentido el amor como el dolor, ya que guardé por años estos sentimientos y aunque pase dificultades, mi corazón jamás dejo de latir por él. Aún recuerdo, cuando nos vimos por primera vez y ya han pasado casi 4 años, pero tengo constancia que fueron en los establos, dónde iba a ver con frecuencia a White Lily; un caballo blanco que se ganó mi cariño por su ingenió y solo a veces me saltaba clases para visitarla.
Un día aproveché el descuido del maestro para saltar por la ventana e irme hacia el corral, pero cuando abrí la puerta y entré, pude ver unos ojos amatistas observarme y quise hablar, pero me gritó que me fuera y su actitud no hizo más que enfadarme; lo agarre con brusquedad de la corbata, pateándolo en ambas piernas y terminara de rodillas, mientras ejercía precion en su cuello.

– ¡Te advierto que soy una Van Helsing! No una cualquiera a la que puedas asustar Kiryuu. -Lo enfrentó sin miedo-

– Tks… Está bien, pero ya suelta mi corbata… que me estás… ahorcando. -Suplica por la falta de aire-

– Esta bien. -Sonríe burlona y lo libera- ¿Qué haces aquí? -Pregunto sin rodeos-

– Acaso no es obvio… -La observó y se tocó el cuello, aflojando su corbata- Vine a ver a White Lily. ¿Y tú? -Serio-

– Vine aquí con el mismo propósito que el tuyo. -Ofrece su mano para ayudar a levantarse-

– Que raro… jamás te he visto por aquí. -Al final toma su mano y se reincorpora-

– Rara vez me salto clases Kiryuu. -Suelta su mano y se aserca al corcel para acariciarlo-

– ¿Me conoces? -Pregunto con frialdad-

– Como no conocer a la progenie de los Kiryuu. -Rio por su pregunta tan obvia- Tú, ¿Me conoces?

– No, ni siquiera sabía que eras uno de los tan aclamados van Helsing. -Contesto honestamente-

– Es normal. No tengo casi nada de parecido a mi padre. -Sonríe un poco-

– Soy Zero, Zero Kiryuu. -Se presentó y sonrió al ver al animal-

– Selene, Selene Van Helsing. -Lo miro un poco más confiada-

Al comienzo solo lo consideraba una amigó y no se en que momento lo mire diferente, pero acabe enamorándome y decidí mantener silenció, ya que sabía que su corazón le pertenecía a una muchacha llamada Yuuki; a ella, la conocia y sabía que era indecisa, pero no es de mal corazón.
Cada pequeña cosa que afectaba a Zero, yo estaba con el y fui un soporte de su sufrimiento, tanto de su pasado como el que causaba la Cross.
Hubo otra persona que conocí y terminó decepcionandome, su nombre es Kaname Kuran y formaba parte de la clase nocturna, era un pura sangre que por su personalidad acabe respetandolo.
Una noche estaba haciendo mi rondín como guardiana y al pasar por la fuente, me quedé observando mi reflejó en el agua y no supe por cuánto rato lleve inmersa en mis pensamientos, pero al oír una vozasculina a mis espadas reaccioné.

– ¿En qué piensas? -Pregunto el castaño mayor-

– ¡Eh! -Volteó y se encontró con el purasangre- (¡El es Kaname! ¡¿Por qué me está hablando?!) -Pensó con una expresión de sorpresa y duda-

– Parece que te deje muda. -Sonrió un poco al parecerle graciosa- (Es una lastima que no pueda saber lo que piensas.)

– ¡Disculpe! -La miró seria- A usted no le concierne saber eso. -Se dispuso a irse-

– Pero ahora nos conocimos. -Logro hacer que parará su caminata y volteara- ¿Acaso me equivocó? Señorita Van Helsing

– No, no se equivoca. -Sonrió con incomodidad-

– ¿Es usted una guardián? -Pregunto al señalar la bandita en su brazo-

– Si, pero soy una suplente de Yuuki-chan.

– Ya veo. -La observa en silencio- Jamás había conocido a un Van Helsing, solo se que viven en Rumanía y lo que me causa curiosidad es como acabaste aquí.

– Bueno, ahora me conocés y le pido que deje sus preguntas, ya que en verdad me incómoda. -Expreso con incomodidad-

– Lamentó si la hice sentir incómoda, pero al menos me gustaría saber su nombre. -Sereno-

– Mi nombre es Selene. -Se presentó- ¿Y usted?

– Me llamo Kaname Kuran. -Hizo una leve reverencia- Es un gusto conocerla.

– Igualmente, pero es hora de que vaya retirándome y acabe con mi labor, así que con permiso. -Sonrió y se despidió- Nos vemos Kuran.

Mi hermano se enteró de este encuentro y me advirtió que tuviera cuidado con el, ya que algo en ese pura sangre le transmitía mala espina y sin más accedí, por qué sabría que sería un quebradero de cabeza conmigo si lo desobedecia.
Busque muchas maneras de evitarlo, pero siempre nos encontrábamos de la nada y solo algunas veces compartíamos largar charlas, se podría decir que me convertí en su consejera. Nos llevábamos bien, pero pasaron ciertas cosas que me desagradó y pude darme cuenta que usaba a su séquito como si fueran piezas de ajedrez, para cuidar de Yuuki y en procesó salió lastimado Zero. Lo que destruyó el respetó haci el, fue su intento de usar su poder de control mental y lo enfrenté.

– ¡Kaname Kuran! -Lo apunta con su arma anti-vampiro- No puedo creer que te atrevieras a usar tu poder contra mi. ¡Yo no seré otra de tus piezas de ajedrez!

– Selene, baja el arma. -La observó con seriedad-

– No, no lo hare. Deje pasar cosas, pero ya sobrepasaste tus límites al querer controlarme como tú marioneta. -Siguio apuntandole con el arma- No tengo idea de tus planes, pero no permitiré que me involucres y menos a mi hermano o a Zero.

– Lo siento, Selene. -Con una rapidez inhumana tomo su muñeca y apuntó hacia otro lado el arma de fuego-

– No vuelvas a decir por mi nombre… Aquí finaliza todo… -Trata de safarse y siente un nudo en su garganta- Creía que eras diferente, pero eres igual que todos esos pura sangre… ¡Para mí estás muerto Kaname Kuran!

Me libero y guarde el arma, retirándome y durante la trayectoria a las habitaciones diurna, me encontré con Thomas que se dió cuenta de mi estado y me abrazó, sin poder evitarlo rompí en llanto. Ese día me confesé con el y se que por su expresión quería asesinarlo, pero lo detuve y también le expliqué sobre mi dolor por el daño que el le causó a Zero, dándose cuenta de mis sentimientos por el.

– Te dije que te mantuvieras alejada de ese bastardo. -Suspiro y secó las lágrimas de mis mejillas-

– Lo siento... -Su mirada se notaba triste-

– No pasa nada. -Beso su frente- No te culpó, tienes el mismo corazón bondadoso de madre. -Le sonrió para animarla- Para la próxima escúchame, tonta. -golpea suavemente su nariz-

– Está bien. -Sonríe un poco-

Antes no entendía el "amor" y me di cuenta que uno a veces cae en la desesperación por ver a la persona que amas felíz y admito que fue difícil para mí. Cómo descubrí que Zero era un vampiro y estaba sufriendo por su sed, tuve la idea de entregarle mi sangre y en un primer momento puso una negativa, hasta que al final accedió ya que las pastillas que estaba tomando no las podía consumir.
Los Van Helsing tenemos una sangre muy recelosa y no solo por qué es sagrada, si no que puede ayudar de diferentes formas a un vampiro, ya sea con su interminable sed, para sacrificio al revivir a alguien, etc.
Al alimentarse de mi por primera vez, confirmó que fue demasiado doloroso y trate de soportarlo, pero supe que no pararía y toque con cuidado su cabeza.

– Zero… creo que es… suficiente. -Hable con dificultad-

– ¡Lo siento! -Se separó y se alejó de mí, tapándose la boca-

– No tienes que disculparte... lo único que debes evitar hacer es beber de Yuuki o no podré para tu sed nuevamente. -Tape mi cuello con cuidado-

– Está bien... -Cuando se calmó, la alzó estilo princesa y la llevo a su habitación, recostndola en la cama.- Aún no entiendo por qué te sacrificas de esta forma.

– Si lo supieras... Tu trato hacia mi cambiaría. -Conteste cansada-

– Dímelo, no quisiera que me ocultes estas cosas.

– Aún no es momento... -Sonrió y despeinó sus cabellos platinos, poco después se queda dormida-

Después de unos meses, tuve que enfrentar la idea de olvidar por completó los sentimientos hacia Zero, por lo que decidí alejarme para no seguir dañandome a mi misma. También nos enteramos de la verdadera identidad de Yuuki, que resultó ser hermana menor de Kaname y parte del linaje Kuran, pero tras su despertar sabiamos que Rido en cualquier momento llegaría a atacar.
Al rematar a Rido, yo acabé gravemente herida al proteger a Zero y me desplome en el suelo, perdiendo mucha sangre.

– ¡Selene! -El peli-negro sé aserco a la menor y la sentó con cuidado- ¡Por favor resiste! -Arranco parte de la ropa y la apretó en el abdomen-

– Hermano... Permanece fuerte... -escupio sangre- Si no sobrevivo... Debes vivir por mi... -Fue cerrando sus ojos hasta caer inconciente-

Estando en ese estado, solo sentí que me cargaron y según mi hermano, me trataron la herida que sufrí y fue un milagro que sobreviviera. Cuando por fin pude habrir los ojos, ya habían pasado varios días del ataque y en los que Thomas estuvo sin dormir bien, al estar pendiente de mi y tanto Zero como Kaname me quisieron visitar para ver mi estado.
Cuando golpearon la puerta, respondí permitiéndole la entrada y al ver una cabellera marron, frunció el ceño; ya habia pasado tiempo desde la discusión y para no tener que seguir viéndolo, deje mi puesto como Guardiana.

– Hola Sele. -Me saludó-

– ¿Que haces aquí? -Tosí un poco de sangre y frunció el ceño-

– Vine para disculparme por todo. -Me vió con cierta tristeza-

– Bien… aceptó tus disculpas con una condición. -Lo mira con frialdad-

– Dime tu petición.

– Borrame la memoria… -Dijo sin titubear-

– Lo siento, no puedo hacerlo. -Se negó-

– Bueno, retiraré y no vuelvas a cruzarte en mi caminó. -aparto su mirada-

– Vine a despedirme igual. -Me observó-

– ¡Solo vete de una puta vez! -grito fastidiada de su presencia- ¡Desaparece de mi vida!

– Selene… -Trato de decir algo-

– ¡Te odio Kaname! ¡Lárgate de aquí! -grite eufórica-

– ¡Hermana! -entro de repente y vio al pura sangre con frialdad- Sal de aquí ahora, si no quieres que te mate a ti y a tu querida hermana.

– Nos vemos Selene… -El se despidió y se retiró no sin antes darle una mirada llena de recor hacia el Van Helsing mayor-

– Selene debes calmarte. -Hablo con preocupación y se sento a su lado-

– No quiero volver a verlo… -Suspiro más calmada-

– De todas formas mañana se irá de la Academia.

– No me interesa… -cerro sus ojos cansada-

– Selene. -toco la puerta y sintió su corazón oprimirse- ¿Puedo pasar?

– Si, puedes pasar. -Contesto de forma seca- Thomas déjame sola.

El mayor asiente y sale de la habitación.

– ¡¿Cómo estás?! -Preocupado sé aserca a su compañera-

– Mañana mismo me voy a Rumania… -Evadio su pregunta y lo encaro sin emoción alguna en su rostro-

– ¿Te vas? -Sorprendido-

– Si, me voy mañana a primera hora del día. -Asiente en confirmación- Pero no me iré sin consesarte algo.

– Selene… Yo

– ¡Te amo…! -Se mantuvo sería y observó a su contrarió, quien abrió sus ojos como platós- Puede sonar inesperado, pero quizás ya no tenga más oportunidades de decírtelo. Te amo, por ese amor es que arriesgue mi vida al salvarte, también te entregué mi sangre y la razón del por qué te oculte estos sentimientos, fue por qué sabia que tú solo tienes ojos para esa chica...

–Yo… -Cerro su boca y escuchó atentó-

– Se que tú corazón le pertenece a alguien mas y es por eso mismo que ahora te confieso todo, quiero olvidarte y dejarte ir, así tengo una vida tranquila.

(imagínen que Yuuki se trata de Selene)

– Lo siento mucho. Jamás me di cuenta de tus sentimientos, pero empecé a sospechar cuando te dispusiste a dar tu sangré y la verdad, ya no se que es lo que siento. -La miró con tranquilidad- Por el momento, mi corazón se siente confundido y no puedo darte una respuesta ahora.

– Aún así... Ya es tarde y no quiero albergar más esperanzas. -Lo miro desganada- Por favor, retiraré.

En su mirada pude notar que no deseaba irse, pero para no empeorar mi condición aceptó y se fue, dejandome sola y sin poder evitarlo, mis lágrimas desbordaron por mis ojos y jure que esa sería la última vez que lloraría.
Al día siguiente, preparamos todo para partir y nos despedimos de todos, pero no pude encontrar a Zero y me subí al caballo, mi hermano mayor cometió la misma acción y comenzamos a avanzar hacia nuestro hogar natal. Por última vez, decidí hecha un vistazo al que fue mi hogar y me sorprendió encontrarme con aquellos ojos amatistas contemplarme desde el edificio más alto, pero terminé desviado la mirada hacia adelante.
No puedo hecharme para atrás, es momento de buscar y reescribir un nuevo camino, por qué el pasado puede ser doloroso pero es mejor dejarlo atrás y seguir adelante, viviendo con las experiencias que vamos adquiriendo.

𝗙𝗶𝗻.

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