Capítulo Uno
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
Llevaba diez minutos decidiendo entre tocar de una buena vez o regresar a la seguridad del complejo. Era su última oportunidad de volver a declarar su amor por aquel rubio que parecía no captar el mensaje por más que ella intentara hacérselo saber.
Se había enterado por parte de Kiba, que el amor de su vida planeaba comprometerse con su amiga pelirosa. Cuando ambos empezaron una relación luego de la partida de Sasuke guardó la esperanza de que, inmediatamente el Uchiha volviera, Naruto quedaría libre para estar con ella. Si bien era un pensamiento tonto y egoísta por su parte, era sabido por todos que Sakura no estaba muy segura de los sentimientos que tenía por el Uzumaki.
Así que por eso se encontraba fuera de su departamento, con la esperanza de que luego de escuchar lo que tenía para decir y entregarle la bufanda que había tejido con tanto amor para él, Naruto correspondiera sus sentimientos. Con la poca determinación que le quedaba tocó la puerta con firmeza y aclaró su garganta. Si después de sus esfuerzos el Uzumaki no reaccionaba, estaba decidida a olvidarse de él permanentemente, no podía pasarse la vida tras un amor que parecía cada vez más imposible.
Lo vio abrir la puerta mientras sujetaba su cabeza con fuerza, Naruto tenía mala cara, como si estuviera enfermo. Pero su expresión de malestar cambió a una de sorpresa al mirar a la persona frente a él.
— ¿Eh?... ¿Hinata? — restregó sus ojos para estar seguro — ¿Qué haces aquí a estas horas, Hinata-chan? —
— N-Naruto-kun... — estaba nerviosa, jamás había visto a Naruto con menos ropa de la que correspondía. Pero dándose valor decidió ignorar ese detalle e ir por lo que quería.
"Vamos Hinata, no puedes desmayarte ahora" se dijo a sí misma.
Naruto, confundido, la vio inclinarse al tiempo que extendía un paquete delicadamente envuelto frente a él. No sabía de qué iba todo el asunto, pero la jaqueca que tenía en esos momentos no lo dejaba pensar con claridad. Cuando estaba listo para decirle que por favor volviera en la mañana, la escuchó hablar.
— Y-Yo... Y-Yo... e-estoy enamorada de ti Naruto-kun — sentía que le faltaba el aire, estaba siendo más difícil de lo que pensaba — O-Onegai, acepta mis sentimientos. T-Te he observado desde siempre y, aunque la primera vez no respondiste a mi declaración, e-estoy aquí para hacértelo saber otra vez —
"¿Primera vez?" se cuestionó internamente el rubio, y después de darle algunas vueltas recordó, "Mierda... lo de Pain".
Ni siquiera le había contestado después de todo el revuelo, mucho menos agradecido. Se sintió culpable, ¿Por cuánto tiempo había guardado ese sentimiento?, eso no lo sabía y tampoco entendía por qué, después de todo ese tiempo, seguía sintiendo lo mismo por él. Pero si algo podría hacer por ella era, al menos, darle las gracias por todo lo que había hecho por él.
— Arigatō Hinata-chan, 'ttebayo — trató de sonreír mientras tomaba el paquete en sus manos y lo abría. En el interior encontró una bonita bufanda roja, y su remordimiento creció — ¿Quieres pasar? — necesitaba aclarar las cosas, pero la mirada soñadora que ella le regaló le llegó al corazón. Al menos, antes de hacerla sufrir, compartiría un ramen con ella.
Hinata no se lo podía creer, ¡no había sido rechazada!, aunque algo dentro de ella le decía que no celebrara tan pronto. Cuando Naruto se hizo a un lado, ella procedió a pasar a la estancia. Estaba algo desordenado, pero nada que una rápida recogida no arreglara.
— Ponte cómoda — dijo el rubio mientras tomaba las ropas esparcidas por el suelo — Ya vuelvo — se había dado cuenta de sus fachas, así que antes de todo se pondría algo decente.
Hinata lo vio desaparecer por la puerta de la que suponía era su habitación. Decidió recoger la mesa, para que no estorbara mientras hablaban. El joven salió minutos después, preparó un ramen para cada uno, y luego la acompañó.
Mientras comían y tenían una agradable pero tímida charla, no pudo evitar fijarse en la belleza de la mujer frente a él. Sabía que Hinata era bonita, pero justo en ese momento con la cara roja y los ojos llenos de ilusión, le pareció más bonita que nunca. Pero él debía hacer lo correcto y dejarle en claro que su amor pertenecía a otra persona.
— Hina-chan... verás — la joven dejó de reír para enfocar toda su atención en él — Me siento muy halagado, por todo... — no pudo seguir, el dolor que vio emerger en su expresión le dolió más a él que a ella.
Tomó una decisión, no estaba bien, pero al menos le daría algo con qué conformarse. Se acercó a la Hyūga, quien lo miró nerviosa y sin saber qué hacer, tomó su mentón, acarició su mejilla y le dio un tierno beso.
Entre besos, y dejándose embriagar por su dulce sabor más el efecto del sake en su sistema, se dejó llevar por sus primitivos instintos. Profundizó las caricias que le otorgaba y llevándola a su habitación, esa noche no sólo se proclamó dueño de su primer beso, sino que también se apropió de su virtud.
●●●●
Despertó cuando los primeros rayos del sol se colaron por la ventana e impactaron en su cara. Recordó todo lo ocurrido la noche anterior, ¡se había entregado al amor de su vida!, fue una noche tierna donde descubrió sensaciones que jamás había imaginado junto al único hombre que era capaz de hacerla suspirar. Giró su cuerpo esperando encontrarlo junto a ella, pero la cama estaba vacía y en su lugar había una nota, que no dudó en leer.
• Kakashi-sensei me ha enviado a una misión, puedes desayunar y usar el baño el tiempo que necesites.
Naruto•
A pesar de que sintió decepción, no perdió el optimismo de esa mañana, pues las cosas pintaban a su favor al fin.
Pasó la mitad del día arreglando todo el apartamento desde la ropa sucia hasta los platos sin lavar, quería que Naruto encontrara todo limpio y ordenado. Cuando llegó el momento de lavar las sábanas enrojeció de manera violenta, pues en ella estaba la evidencia de que la noche anterior había dejado de ser una niña, sonrío sin poder evitarlo.
Esperó hasta después de medio día a que el rubio regresara, pero no dio señales de vida ni esa tarde, ni las siguientes.
●●●●
Habían pasado tres semanas desde que lo había visto por última vez, y aún no había podido hablar con Naruto sobre lo ocurrido entre ellos. Al principio creyó que no había vuelto de su misión, pero luego de hablar con los chicos, confirmó que Naruto no había salido de la aldea en ningún momento. Eso sólo significaba que la estaba evitando, cosa que le dolía profundamente, más ahora después de lo que había descubierto esa mañana.
Parada sobre las caras de los Hokages activó su Byakugan para poder dar con quien buscaba. Debía hacerlo rápido, pues estaba contra las reglas de la aldea utilizar su poder ocular dentro de las murallas, a menos que fuera necesario. Lo encontró en los campos de entrenamiento, completamente solo. Esa era su oportunidad, así que bajando su nivel de chakra para no ser detectada, a paso veloz se dirigió hacia él.
— N-Naruto-kun — llamó despacio para no asustarlo.
El rubio, quien se encontraba dándose de cabezazos contra el tronco que tenía enfrente, se quedó de piedra al escuchar esa voz. Quería salir corriendo del lugar lo más rápido posible, pero tenía que enfrentarla tarde o temprano.
— Hinata-chan, O-Ohayō — dijo de forma nerviosa.
— Yo... Yo quisiera hablar contigo Naruto —
— Escucha Hinata... — rascó su cabeza buscando las palabras correctas para expresarse — Lo que ocurrió entre nosotros fue un pequeño error que no debió pasar... — la joven casi pudo escuchar cómo su corazón se hacía pedazos dentro de su pecho — Voy a casarme con Sakura-chan pronto, le pregunté y dijo que sí — viendo que se había emocionado de más trató de normalizar su voz — Así que... podríamos guardar el secreto ¿verdad? — la peliazul llevó sus manos entrelazadas sobre su pecho.
— H-Hai... — respondió la oji perla con voz entrecortada.
— Arigatō Hina — sonrió ampliamente — ¡Eres la mejor, 'ttebayo!, nos vemos después — lo vio alejarse en silencio, sintiendo el peso de sus palabras hacer mella en ella.
Tomó la poca dignidad que le quedaba y se encaminó a su hogar. Sin el apoyo de Naruto esperaba que Kami-sama se apiadara de ella, pues su padre no estaría muy feliz con sus irresponsables actos y las consecuencias de los mismos.
Aún así cumpliría con la petición que el Uzumaki había hecho. Pero lo que el rubio no sabía era que ambos compartían un secreto difícil de ocultar por mucho tiempo.
~~~~~
Aquí está 😅
¿Cómo reaccionará Hiashi cuando Hinata le diga lo que pasó? 😞
Eso ya lo veremos 😉
(✿◡‿◡)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top