Capítulo Dieciséis

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Luego de dar unas vueltas y detenerse en el hospital de Konoha, donde había pasado más tiempo del necesario, apareció por fin en las afueras de su casa. Perder a aquellos dos obstinados había sido más difícil de lo que pensó en un primer momento, pero por suerte lo había conseguido o al menos eso creía él. Caminó sin prisa hasta la entrada, desde donde podía escuchar dos voces a las que se había acostumbrado últimamente. Ambos hermanos parecían discutir por algo, sin embargo no le importaba en lo más mínimo, sólo esperaba que hubieran acatado sus órdenes al pie de la letra.

"Parece que la Hyūga no ha vuelto" pensó mientras abría la puerta.

No debimos hacerlo Onii-chan, si se enteran... —

Deja de preocuparte tanto Himawari, dattebasa — explicó relajado — El estúpido viejo no estaba y mamá no lo sabrá 

¿Saber qué? —

Vio a ambos quedar petrificados en su lugar. Estaban uno frente al otro, sentados en la mesa. Para Boruto saber que Sasuke había escuchado parte de su conversación no significaban más que problemas, pero antes de caer en el nerviosismo que amenazaba con abrumar a ambos hermanos decidió evadir el tema.

Así que volviste viejo — sonrió nerviosamente ante la mirada atenta del pelinegro — Tardaste más de lo esperado; nos aburrimos aquí, dattebasa —

H-Hai Sasuke-san — añadió la peliazul tratando de ayudar a su hermano — Te-Tenemos hambre y nuestra Okaa-san aún no vuelve —

Aún desconfiado, Sasuke decidió acercarse. Seguido colocó unas bolsas sobre la mesa, había tenido el detalle de pasar por comida al salir del hospital. Eran unas pocas galletas, pero serviría hasta que Hinata volviera para hacer la cena con los ingredientes que había pedido.

Entonces... 

Ehh Sasuke — interrumpió Boruto — Hay algo raro en ti —

Dos pares de ojos se concentraron en la apariencia del Uchiha. Había algo distinto con él, pero no sabían decir exactamente que era. Incómodo por el escrutinio, dio la vuelta con la intención de salir al jardín, lo más lejos posible de aquellos dos.

¡Lo tengo! — dijo la menor emocionada por el descubrimiento — Le creció un brazo —

¿Ehh? — el rubio no tardó en levantar la capa para comprobarlo a plenitud — Increíble Sasuke-san, puede hacer crecer las extremidades —

¿Seguro que no eres brujo? —

Pero qué demonios... —

"Lo que me faltaba", su paciencia estaba al límite. Quería arrancarle la cabeza a esos dos mocosos. No tenían sentido del respeto, pero lo peor de todo era que él estaba dispuesto a rebajarse a su nivel para discutir con ellos. En eso estaban, cuando la ojiperla hizo acto de presencia.

¿Sucedió algo? — preocupada por lo agitado del ambiente se acercó a los tres.

Tus hijos —

¿Mi-Mis hijos? —

Son un dolor de cabeza —

Hey, a quien llamas dolor de cabeza dattebasa — se quejó Boruto — Aquí el único insufrible eres tú —

Niños basta — los regañó para que se callaran, pues habían empezado a discutir de nuevo. Se giró hacia Sasuke, quien parecía molesto — Uchiha-san... su brazo 

No digas una palabra más — comentó cansado, levantado la palma de su mano para hacerla callar — Llamame para cenar —

Fastiadiado salió de la sala, esos tres iban a acabar con él en tan sólo unos pocos días. Eran tan para cual, no sabía quién lo desesperaba más, si la madre o los diablillos que tenía por hijos. Aunque le costaba admitir que su presencia no era tan desagradable, después de todo llenaban algo de la soledad a la cual estaba acostumbrado.

Mientras tanto, en el interior de la vivienda había un ambiente pesado. Ambos niños aún estaban molestos con su madre por las mentiras dichas toda su vida. Ahora no sabían que era cierto y qué no. Habían ocupado su mente al salir del complejo, para que la avalancha de dudas no los consumiera a ambos.

D-Debemos hablar — se sentó con ellos a la mesa, quienes la veían con inseguridad — Y-Yo... —

Pero ella no sabía por dónde empezar. Se sentía perdida, los sucesos de ese día aún no terminaba de procesarlos y enfrentar a sus hijos sólo la hacía sentir peor de lo que ya estaba. Había una distancia marcada entre ellos, era sumamente insoportable, así que estaba decidida a contarles todo. Al menos lo primordial para que pudieran entender su situación.

¿Y de qué quieres hablar Okaa-san? — más que molesto, estaba dolido — ¿De cómo nos engañaste todos estos años?, no queremos escuchar más de tus mentiras 'ttebasa  —

Onii-chan... — Himawari nunca lo había visto así, con los ojos cristalizados y llenos de miedo.

S-Sólo escuchen lo que tengo que decir — les suplicó a ambos que permanecieran donde estaban.

●●●●

Llegas temprano a casa, Naruto 

T-Tadaima —

Estaba sorprendido de ver a su esposa en casa, pues la mayoría de las noches la pasaba ocupada en el hospital. Sakura le esperaba en la sala, con comida de Ichiraku sobre la mesa, pero no se emocionó como de costumbre por aquel detalle. Los documentos que había encontrado en su escritorio aún daban vueltas en su cabeza, estaba desconcertado, no creía que había sido un mal esposo a pesar de sus errores.

¿Terminaste tu trabajo temprano, Sakura-chan? — se sentó frente a ella, quien no tardó en servir la comida que seguía caliente.

No del todo — la vio vacilar antes de agregar — Hoy Sasuke-kun visitó el hospital, se decidió a aceptar la prótesis. Así que Tsunade-sama y yo trabajamos en eso el resto del día 

Entiendo — eso no le respondía el porqué había llegado tan temprano a casa.

Comenzaron a comer en silencio, cada quien perdido en sus pensamientos y preocupaciones. Sabían que la atmósfera entre ambos era pesada, pero ninguno quería sacar el tema que debían tocar. Temían que las cosas se salieran de control si lo hacían, pero Sakura debía informarle a Naruto los planes que habían surgido ese día.

No llegaré a dormir los próximos días — es siguió comiendo sin mirarla directamente — Debo adelantar el trabajo antes de irme de misión con Sasuke-kun y los demás —

¿Te vas de misión? — preguntó sorprendido, y no de buena forma. A él no le había llegado un reporte donde dijera que su mujer debía ir de misión.

H-Hai, Sasuke-kun me pidió que lo acompañara —

La vio levantarse y recoger sus platos, para después ir a la cocina y limpiar lo que se había ensuciado. Él por su parte aún no procesaba sus palabras, casi no pasaban tiempo juntos pero ella se iría de misión de forma voluntaria sin consultarle antes. Su apetito se esfumó y decidió encararla, debía decirle qué demonios estaba pasando y qué significado tenía el informe que había encontrado.

Sakura-chan... — se acercó a la barra, quedando justo frente a ella — ¿Puedo hacerte una pregunta? 

Hai — respondió entusiasta, hasta que sus ojos captaron la expresión de su esposo — ¿N-Naruto?... ¿estás bien? 

Sakura... — la encaró decidido, pero el miedo a su respuesta lo hizo cambiar de opinión — Te preguntaré cuando vuelvas, dattebayo. Volveré a la oficina ahora —

La pelirosa lo vio subir las escaleras, y luego de breves minutos volvió a bajarlas con un bulto entre sus manos. Salió de casa sin despedirse, dejándola sola y confundida por su accionar.

"Quizá tuvo un mal día" le restó importancia y se dispuso a terminar su labor, debía descansar para ir al hospital por la mañana.

●●●●

Miraba la luna, pensativa. La conversación con sus hijos no había salido tan mal, pero tampoco tan bien como esperaba. Boruto aún seguía resentido, Himawari por su parte fue más comprensiva. Pero ambos niños se habían quedado con dudas que no fueron capaces de expresar en el momento. Les habló de su familia, de su tiempo en la villa y les explicó vagamente la razón por la que se había ido. Le daba algo de vergüenza admitir todo el asunto, así que se prepararía mentalmente antes de hablarles sobre su padre.

Quedó de ir con ellos a visitar a Neji al día siguiente, de apoco les contaría toda su historia. Y cuando estuviera lista también los llevaría a conocer a su familia, aunque no sabía que tanto tardaría en abordar el tema que más la consternaba: Naruto. Soltó un suspiro de cansancio, las cosas se tornarían más y más difíciles a la larga, así que debía encarar las cosas por completo.

Hyūga — le llamó Sasuke, sacándola de sus pensamientos — Deben irse — continuó cuando tuvo su atención.

¿N-Nani? — era normal alarmarse, que era eso de que tendrían que dejar el complejo tan repentinamente.

En pocos días tengo una misión — explicó aburrido — Tu y los niños se quedarán con Kakashi hasta entonces —

A pesar de sus palabras, tenía la esperanza de que se quedaran con su Sensei hasta que Hinata resolviera sus problemas. Así él tendría la libertad de organizar su futuro apropiadamente, esa mujer le daría una respuesta al volver, así que dudaba que fuera grato para ella enterarse de que Hinata y sus hijos se quedaban junto a él en la misma casa.

¿K-Kakashi-sensei? 

Hai, él es la razón por la que me vi obligado a buscarte — esa nueva información la descolocó — Me sorprende que no haya venido a verte en estos días, estaba desesperado por dar contigo —

Y-Yo no sé qué decir... —

En fin, el cuidará de ustedes y te ayudará a integrarte — se recostó en la baranda de madera al lado de ella — Serán su problema a partir de ahora 

La satisfacción con la que lo dijo era casi ofensiva. Hinata no tenía idea de que Sasuke pudiera ser tan descarado para decir tal cosa con tanta ligereza. Pero no le dio tiempo a replicar, pues en ese momento tocaron la puerta. Se miraron extrañados, Sasuke no esperaba visitar y dudaba mucho que Hinata estuviera esperando a alguien, pues nadie sabía dónde encontrarla. Ambos fueron a ver de quién se trataba y se llevaron una gran sorpresa.

¿Qué haces aquí costal de pulgas? — el pelinegro miró con desagrado al Inuzuka.

Ambos hombres habían pasado toda la tarde tras los señuelos que Sasuke había utilizado para despistarlos, pero por fin habían dado con él gracias a los insectos de Shino. Aunque no esperaban encontrar lo que vieron.

Ahora sí Uchiha, me dirás de dónde demonios sacaste esa maldita pomada... — conforme iba hablando su voz se apagaba, pues sus ojos se habían encontrado con los de su antigua compañera — H-Hinata... 

Shino... Kiba — desvió su vista hacia el Ninken que no tardó en correr a sus brazos — Akamaru — al parecer, aún tendría que lidiar con sucesos inesperados ese día. 


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¡Volví!

¿Qué les pareció?, he estado algo corto de inspiración, pero me esforcé por traerles este cap.

Espero lo disfruten :3 
Eaton fuera, paz ✌(✿◠‿◠)

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