Capítulo Diecinueve

Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.

"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena

Adaptarse a un nuevo hogar por segunda vez no estaba siendo tan difícil como creía en un principio. Los niños se veían más cómodos con Kakashi alrededor, incluso Boruto había bajado la guardia con él e incluso con ella. Ya no se le veía tan enojado, más bien empezaba a mostrarse curioso por su pasado y las habilidades de los ninjas de la aldea. Kakashi a petición de ella no le había mostrado lo que era capaz de hacer, pero ver a los Ninkens del peliplata y que estos hablaran los hacía formular preguntas que no eran fáciles de responder. Parecían ansiosos por entender todo lo que les rodeaba, y las ganas de volver a retomar sus clases aparecieron cuando se enteraron de la existencia de la academia, pero aún faltaba algo clave para ello.

Hinata debía arreglar el papeleo de sus hijos y el suyo propio, en eso había estado trabajando los últimos días. Las conversaciones con su padre y el concejo eran extenuantes, pero poco a poco iba resolviendo sus problemas. Excepto uno, su inminente encuentro con Uzumaki Naruto, quien debía aprobar la instancia de ella y sus hijos como habitantes de la hoja. Y, si era sincera consigo misma, aún no estaba lista para enfrentarlo.

"Tarde o temprano tendrás que hacerlo" le repetía a diario una vocecita en su cabeza sin darle tregua. Realmente, llegados a este punto, era algo inevitable. Así que debía asegurarse de fortalecer su corazón y mente para el gran día, sólo esperaba que el Hokage no le hiciera las cosas más difíciles.

¿En qué piensas tanto? — una bandeja con frutas y té fue puesta frente a ella — ¿Algo te está molestando? —

N-No... Arigatō — aceptó los aperitivos de buen agrado siempre era bueno beber té cuando se estaba intranquilo.

Ni lo menciones — el peliplata se sentó junto a ella, dejando la bandeja en la mesita de enfrente.

Se quedaron en silencio y, mientras ella disfrutaba de la bebida, observaron a los niños con detenimiento. Boruto estaba unos metros alejado de ellos, en uno de los sillones enganchado con el nuevo juego que Kakashi había comprado para él. El infante se quejaba por el aburrimiento que pasaba, así que se puso bastante contento cuando recibió aquello. Claro que Hinata en un primer momento no quiso aceptarlo, pero tras varios ruegos y miradas lastimeras terminó cediendo.

Himawari por su parte, se dedicaba a torturar a Pakkun y los demás canes, vistiéndolos de princesas y colocando en sus lomos alas de hadas y mariposas. La escena no podía ser más cómica, perros entrenados para misiones riesgosas reducidos a simples mascotas en juegos de fantasía. Las caras de todos era un verdadero poema, parecían disgustados aunque ninguno quería romper la atmósfera de felicidad que irradiaba la chiquilla. Sólo Buru disfrutaba la situación, y era por la comida que se le era permitida degustar mientras la menor no paraba de parlotear.

En un momento, la mirada del peliplata se cruzó con la de su Ninken principal y no pudo evitar reír al ver el labial rosa regado por todo su hocico ¡se veía realmente ridículo!, gesto que llamó la atención de la mujer a su lado.

Hinata no pudo evitar mirarlo con atención, desviando la vista de las actividades que realizaban los niños y dejando de lado su té. Miles de preguntas se agolparon en su mente al ver cómo miraba a sus hijos, la forma en la que parecía disfrutar de todo aquello. 

Prestarles su casa, ir a visitarlos regularmente, comprarles comida y regalos... hasta incluso cocinarles. Para ella no era algo normal, definitivamente había algo detrás de todo eso y quería saber que era. Así que decidió no quedarse con la duda y preguntarle directamente.

Etto... Kakashi-sensei

Mmm... — volteó a mirarla con despreocupación — ¿Si? —

Quería preguntarle... ¿por qué nos ayuda? — al parecer lo descolocó, pues su expresión cambió por completo — ¿Por qué me buscaba? — agregó al recordar lo que le había dicho la primera vez que se encontraron luego de su regreso.

Es complicado — lo vio desarreglar su cabello, como si no quisiera entrar en detalles, pero ella no se conformaría con eso.

Le escucho — al ver la decisión en sus ojos, el peligris decidió ceder.

"Ya qué más dá" pensó resignado.

Pues... verás —

●●●●

¿Acaso hoy también estás de mal humor? 

Sólo dame el trabajo Shikamaru, no te preocupes si lo estoy o no 

Lo haría si tu humor no interfiriera con tu trabajo — se acercó al escritorio y cerró el libro de cuentas que en ese momento su amigo intentaba entender — Ahora dime Naruto, ¿qué es lo que sucede? 

El rubio tenía un par de días distraído, más de lo usual. Naruto era un despistado por excelencia, pero con el pasar del tiempo y luego de asumir su cargo como Hokage, ciertas actitudes habían mejorado. Era más responsable, a pesar de tener que estar él mismo detrás, presionando, respirando tras su nuca, siendo su sombra. Todo con el fin de que desempeñara bien su deber, después de todo era su advisor.

Pocas veces se encontraba en ese estado, así que sólo podía pensar en una causa... más bien una causante, Uzumaki Sakura.

¿Y bien? — no era de meterse donde no lo llamaban, pero era necesario intervenir esta vez.

Lo vio bufar molesto, para después despeinar su corto cabello con frustración, reticente a soltar prenda. Al final, se repanchigó en su silla sin tener otra opción más que pedir la opinión del ninja más inteligente de la aldea.

Creo que Sakura-chan piensa dejarme, dattebayo — le tendió los documentos que había encontrado — Lo que no entiendo es por qué 

"Esto es problemático" pensó para sus adentros el Nara. Cierto era que muchos de ellos tenían sus dudas con el matrimonio Uzumaki, cuestionaban las razones por las que la pelirosa había accedido a corresponder los sentimientos de Naruto. 

Era bien sabido por todos los sentimientos que Hinata profesaba por Naruto, y siendo Sakura su amiga, fue sorprendente el hecho de que hubiera aceptado tener una relación con el rubio después de tantos desplantes. Además, estaba el amor incondicional que Sakura solía mostrar por Sasuke. Para él, Naruto había sido correspondido por lástima, o quizá lo habían utilizado, pero eso era algo que no diría en voz alta.

¿Ya le preguntaste? —

No. Mi intención era preguntarle — lo vio dudar antes de seguir — Pero se iría de misión con Sasuke, así que decidí esperar a que vuelva 

"Claro, Sasuke debía ser" pensó irónico el pelinegro para después suspirar.

Entonces no queda más opción que esperarla — le entregó sus papeles de vuelta — Sólo... hazte la idea de que las cosas podrían complicarse 

Eso no me ayuda Shikamaru — el moreno se encogió de hombros.

No puedo tener todas las respuestas.... — un picoteo en la ventana tras el Hokage lo hizo detenerse, se acercó al ave y tomó la nota atada a su pata derecha — Aquí tienes 

Es de Sasuke — meneó el pergamino en sus manos, sin saber si abrirlo o no.

Sólo léelo de una buena vez — el pelinegro salió de la habitación para dejarlo solo, así quizá aclararía sus ideas.

"Las cosas están en orden. Un informe completo te llegará en dos días" siguió leyendo las letras en el papel, esperando saber de su esposa "... el equipo llegará antes, yo volveré después. Tengo cosas qué hacer"

Sakura no había escrito nada para él, pero lo calmaba el hecho de que en dos días volvería a verla y aclararían las cosas. Con suerte, mejorarían su relación y tomarían las riendas de su matrimonio una vez más.

"Sakura-chan"



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A petición de GloriaEstrada965 vuelvo con las actualizaciones regulares arrancando con esta historia :v la tenía algo abandonada porque me bloquee, pero ya estamos mejor.

Espero que les haya gustado el cap después de tanto tiempo.
Nos leemos (✿◠‿◠)

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