Capítulo Cuatro
Disclaimer: los personajes de esta historia pertenecen a Masashi Kishimoto. Obra inspirada a fin de entretener y sin fines lucrativos.
"....." pensamientos
-.....- diálogos
●●●● cambio de escena
— ¿Hay noticias? —
— No Hiashi-sama — respondió Kō derrotado — No había ni un rastro de ella —
Sudorosos, polvorientos y cansados, los ninjas encargados de dar con la heredera volvían a casa con el semblante decaído por fallar su misión. Habían pasado días buscando por los alrededores de la tierra del fuego, pero no habían encontrado nada, ni siquiera un mínimo indicio de a dónde pudo haber ido Hinata.
— Descansen, mañana volveremos a buscar — el líder del clan los vio dispersarse por toda la mansión, cada uno con dirección a sus hogares.
— Hiashi-sama — interrumpió Natsu — El consejo y el viejo Hyūga solicitan su presencia —
— Bien, puedes retirarte — luego de una reverencia, la chica siguió con su búsqueda.
Hiashi caminó con aparente tranquilidad hasta su oficina, donde estaba seguro que su padre le aguardaba junto a los honorables ancianos del consejo. No se sentía listo para afrontar las preguntas que le harían, pues se sentía avergonzado de la reacción que había tenido con su hija el día de su desaparición. No dejaba de darle vueltas al asunto, ni de culparse por la situación en la que se encontraban. Al llegar se paró detrás del Shōji, y luego de soltar un suspiro se adentró a la habitación. Sin reparar en que su hija menor lo observaba desde la esquina del pasillo.
Hanabi se encontraba preocupada por el paradero de su hermana mayor, así que había escapado de Natsu para poder espiar a su padre y con suerte enterarse de lo que ocurría. Pues no se le había explicado la razón por la que Hinata había huido en medio de la noche, ni mucho menos se le dejó participar en su búsqueda. Habían pasado sólo dos días y ya extrañaba el tiempo que compartían juntas, era esencial en su vida la presencia de su Onee-sama y si nadie estaba dispuesto a informarla, ella conseguiría sus propias explicaciones.
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Reunidos bajo la sombra de un frondoso árbol Naruto, Ino, Shikamaru y los demás, hablaban sobre ciertas trivialidades y la futura boda del Uzumaki. Disfrutaban de una charla amena ajenos a lo ocurrido con la princesa Hyūga, sólo Sakura y el equipo faltaban para completar el grupo. Reían todos debido a una tontería dicha por Lee, cuando se percataron de tres objetos acercándose.
— ¿Qué esos no son...? —
— Sí Ino, parecen ser Kiba y Shino — completó la oración Sai.
— Pero... ¿y Hinata? — preguntó Tenten.
— Seguro está ocupada con su clan — convino Shikamaru.
Los dos hombres se acercaban a paso lento, Akamaru iba cabizbajo, Shino estaba tan serio como siempre y Kiba apretaba sus puños en señal de frustración. El hecho de que ni él con su agudo olfato y Shino con sus escarabajos especiales dieran con Hinata durante dos días, era algo que lo superaba. Se sentía inútil y preocupado, pensaba en las posibilidades de cómo estaría la ojiperla cuando una voz llegó a sus oídos.
— ¡Kiba! ¡Shino! — llamó mientras agitaba sus manos la Yamanaka — Por aquí —
— Qué problemática —
— Hey, teníamos días sin verlos, dattebayo —
Todo rastro de diversión y alegría desapareció del rostro de todos al ver las condiciones en las que se encontraban aquellos tres.
— ¿Sucedió algo? — preguntó Tenten.
— ¿Acaso estaban de misión? — agregó Chōji, sin dejar de comer sus papas.
— Algo así — fue la escueta respuesta del Aburame.
— ¡Bien! — exclamó Lee con lágrimas en los ojos — Explotan la flor de su juventud —
— No estamos de humor cejotas — espetó Kiba con molestia.
— Oye Kiba, no tienes que hablarle así a cejas de azotador, 'ttebayo —
— ¡Tú no te metas, Naruto! — bramó el Inuzuka, tenía ganas de golpear algo para sacar su frustración.
— A ver ustedes dos... ¿qué fue lo que sucedió? — trató de mediar Shikamaru, interponiéndose entre ambos. Mientras todos los miraban confundidos.
— Hinata está perdida — habló Shino llamando la atención de todos — Ha dejado la aldea —
— ¡¿Qué?! — exclamaron todos.
— ¿Por qué se habrá ido? — preguntó Ino preocupada.
— De seguro fue por su clan — apuntó Tenten, pues debido a Neji conocía algunas situaciones — Al más mínimo error pueden haber grandes consecuencias — Shino y Kiba concordaron con la castaña, había algo que el obstinado líder del clan Hyūga no les estaba diciendo.
Todos analizaron la situación en silencio, hasta que Shikamaru sugirió unirse a la búsqueda. Para eso debían hablar con el Hokage, y estaban de acuerdo en ayudar con lo necesario. Naruto por su parte, palideció al escuchar la noticia, sentía que de algún modo era su culpa que la ojiperla estuviera perdida. Cosa que no pasó desapercibida por los miembros del equipo 8, que con una mirada se dieron a entender que pensaban lo mismo, algo sabía Uzumaki Naruto respecto a todo esto.
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Al fin había podido salir del bosque e ir a parar a las afueras del país de las aguas termales. El lugar estaba muy distinto a como lo recordaba, pero no perdía el encanto que una vez había tenido. Mientras avanzaba hacia las puertas del lugar, pudo ver su reflejo en unos de los tantos espejos que había en un puesto a la entrada de la aldea. Cayó en cuenta de algo muy importante, ¡sus ojos iban al descubierto!, cualquiera que la viera podría asociarla con Konoha enseguida. Así que utilizando chakra, cambió el color de sus ojos por un azul profundo, casi tan oscuro como su cabello. Si bien el efecto no duraría tanto, le daría tiempo a encontrar unas lentillas para su uso permanente.
Con sus pertenencias en la espalda, y su capa cubriendo la mayor parte de su cuerpo, se adentró en las calles concurridas de la aldea. La gente iba de acá para allá tratando de vender artículos y algunos ayudando a las labores de construcción. Era sencilla, pero lo suficientemente acogedora para una vida tranquila y lejos de los peligros del mundo Shinobi.
Anduvo puesto por puesto, comprando lo que su limitada cantidad de dinero le permitía y tratando de conocer el entorno. Al final, ningún puesto buscaba emplear a nadie, y menos a un forastero. Su última opción era la construcción, pero no eran permitidas las mujeres en ese oficio.
Rendida y agotada por su primer día en la aldea, se dispuso a buscar un lugar donde pasar la noche, pero eran todos demasiado costosos. No se podía dar el lujo de pagar una gran suma, pues no sabía cuándo podría encontrar trabajo, así que su supervivencia estaba limitada a lo poco que tenía. Eso hasta encontrar un lugar de dudosa seguridad, pero al ser la posada más barata decidió quedarse allí por esa noche.
El cuarto que le fue otorgado era sumamente pequeño, con un catre donde apenas cabía su cuerpo y con una pequeña silla destartalada, sin baño ni otras comodidades a las que estaba acostumbrada en la mansión. Pero por el momento serían suficientes, así que tomó todas sus cosas y las dejó sobre la maltrecha silla, y colocando la capa como sábana decidió descansar. Ya mañana buscaría que hacer.
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Hanabi escuchó atentamente toda la conversación que su padre mantuvo con el consejo, sin llegar a mucho. Sólo pudo enterarse de pequeñeces, como que su hermana había discutido con su padre antes de irse, volviendo a Hiashi el responsable de su huida en medio de la noche. Pero lo que no se explicaba era el porqué, ¿por qué Hinata huiría de esa manera? ¿qué tan severa había sido aquella discusión? ¿qué fue aquello tan grave que había hecho la descerebrada de su hermana para que su padre reaccionara de esa forma?, eran muchas preguntas a las que no tenía respuesta.
Estaba dispuesta a rendirse y volver a sus quehaceres, cuando vio entrar a Kō al despacho. Movida por la curiosidad se acercó más al lugar, si el cuidador de Hinata estaba presente de seguro se enteraría de algo importante.
Pasaron los minutos hasta que escuchó algo que la dejó de piedra, su padre había mencionado el nombre de Naruto, y se quejaba de que era el culpable de los errores de la primogénita. Con información valiosa, salió del lugar con su Byakugan activo, debía encontrar al rubio para interrogarlo y sacarle a la fuerza lo que le había hecho a su hermana. Si se negaba a hablar, lo torturaría hasta que pidiera clemencia, no se quedaría de brazos cruzados mientras su hermana andaba por ahí haciendo dios sabe qué.
"Si la lastimaste lo lamentarás, Uzumaki Naruto" se dijo convencida de que lo mataría si fuera necesario.
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A petición de Nair1996Barbara he actualizado el día de hoy :3, espero que lo disfrutes.
Nos vemos en la próxima (✿◠‿◠)
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