52. Explosión
Capítulo 52
–Bien, ahora hay que hacer un plan definitivo. Necesitamos todos los detalles que tengamos —habló Stephen autoritario.
–Ya hemos hecho... Como 3 planes —dijo Rocket.
–¿Y han funcionado?
–Bueno... Encontramos a la Valquiria —dijo Quill inseguro.
–¿Si? ¿Y dónde está? —el grupo calló y el mago continuó—. Thanos ya está cerca. Vendrá en busca de las gemas. De ambas cuando se dé cuenta que en Vormir ya no está la del alma.
–Pero tengo que preguntar —dijo Sam dando un paso—. Entiendo por ella, ¿pero por qué Peter sigue teniendo esos episodios? No es un ataque de ansiedad.
Stephen meditó un momento su respuesta.
–Por la gema —respondió confundiendo a la mayoría—. La parte... Consciente de Tony se está comunicando con la realidad para enviar gritos de ayuda a la Tierra. Mantis lo siente por su habilidad de empatía, y tu... Lo sientes por tus sentidos arácnidos, sientes sólo el peligro ajeno, mas no los sentimientos. La gema se comunica con nosotros de alguna manera, ella sufre por su portador.
–Sufre... —exhaló Mantis.
–Necesitamos un plan a prueba de cualquier contratiempo —dijo Stephen.
–Pero... La gema... La realidad —cuestionó Jane.
–Lo sé... Intenté ver futuros buscando alguno donde ganáramos, pero están tapados. La realidad supera a mí visión frente al tiempo, su inestabilidad hace imposible ver el futuro, sólo el aquí y ahora.
–Gracias por asustarnos —exclamó Rocket.
–¿Cuál es el primer paso? —preguntó Natasha.
Stephen miró a Steve, esperando su apoyo en el plan.
–Alejar a los civiles —asintió el rubio—. Alejarnos nosotros o alejarlos a ellos. Thanos vendrá a buscar la gema del tiempo, los ciudadanos no pueden estar en peligro.
–Llamaré a Pepper para que haga el aviso —dijo Rhodey.
–Yo enviaré a los Centinelas a protección —le siguió Harley.
–Este es un campo abierto, pero no hay que arriesgarse —continuó Steve con su explicación—. Ahora, en la batalla...
–Thanos puede aparecer con todo su ejército.
–Muchos de nuestra gente estarán dispuesta a pelear —habló Thor.
–Nosotros les conseguiremos armas —continuó Frigga.
–Llamaré a los de SHIELD y de Wakanda —dijo Natasha.
–El director Fury y yo podríamos liderarlos desde su base. Visión también debería acompañarnos —agregó Steve. Visión asintió ante la idea—. Nuestra prioridad sería proteger la gema del tiempo, evitar a toda costa que la obtengan. Wanda y Stephen deben estar peleando muy cerca. Si todo sale mal, Wanda debe destruir la pena ante de que la obtengan.
–Tiene razón. Aunque juré protegerla, si la obtienen podrán revertir la destrucción de la gema del alma, o tal vez quitarle la gema a Tony. El resto depende de nosotros.
–Pelear hasta el final —asintió Peter.
–Cueste lo que cueste —finalizó Natasha.
El resto del día se encargaron de la primera parte. Alejar a los civiles del campo de batalla, advertir a la ciudad y enviar Centinelas que les avisarán si el peligro llegará.
Decidieron llevar a los Asgardianos que no pelearían hacia la base de SHIELD donde se quedarían Fury y Steve, en busca de su protección.
Todo iba bien, hasta que Peter y Mantis lo sintieron.
Al chico le faltó tanto el aire que tuvo que alejarse de los Asgardianos con quien hablaba. El miedo era demasiado y creció en segundos.
Mantis se arrodilló mientras se agarraba la cabeza y sollozaba fuertemente. Nébula la refugió en sus brazos, puesto que se negó en abandonar su lado en todo el proceso, sabiendo que eso pasaría tarde o temprano.
–¿Peter? —preguntó Harley preocupado.
–E-Es demasiado —sollozó.
–H-Hagan algo —exclamó Mantis en su lugar.
Nadie sabía qué hacer, ni siquiera Stephen, estaba congelado como el resto.
Ambos estuvieron sufriendo largos segundos, temblando y sollozando, hasta que de pronto se detuvo.
–¿Qué... Qué sucede? —preguntó Harley.
–No siento... No siento nada... No hay nada —exclamó la chica sorprendida.
–E-Eso significa que- —Bucky calló al notar que Mantis negaba con la cabeza.
Soltó una pequeña risilla, y se aferró a Nébula. De sus ojos caían abundantes lágrimas.
–No... No lo sé —exclamó apretando el brazo ajeno, llegando a enterrar sus uñas en la ropa de la cyborg con rabia contenida.
–Se acercan —dijo Peter mirando a Harley—. Están muy cerca...
—·•·—
–Padre, ya la encontramos —habló Corvus.
Ebony estaba haciéndole revisiones al reactor de Tony, y analizando la relación de la gema con su cuerpo al momento de escuchar la noticia.
El humano tenía conectados varios cables desde el reactor y algunos en su piel de alrededor, una en su cien.
–¿Ya acabamos? Me dio hambre.
–No, no la tienes, sólo quieres molestarme.
–Culpable —rió.
–Desde que perdiste el miedo te volviste insoportable —suspiró Ebony sacando los cables de su cuerpo gracias a la telekinesis.
–Y no haz visto nada —Tony se puso la camiseta—. ¿Ahora vamos a Vormir?
–¿Qué es Vormir?
–Oh, al parecer tú amo no te ha contado. Allí se supone que está esa mágica gema hermana de ella —señaló su reactor—. La gema del alma.
Thanos se había ido junto a Gamora, dejando a Tony con los otros dos.
–Esta nave enserio necesita remodelaciones. Meh, cuando esto acabe podré estar en mí casita bebiendo un cafecito.
–¿Por qué la gema lo escogió? —susurró Corvus hacia Ebony.
–Yo tampoco lo entiendo.
Pasó una hora antes de que Thanos volviera con Gamora hacia la nave, en donde los dos hijos de Thanos debían controlarse para no terminar estrangulando al portador de la gema.
Preguntaba y preguntaba cual niño de 5 años, sabiendo que no podía ser asesinado, al menos no por ahora.
Preguntas como.
¿Por qué son tan feos? ¿Por qué la nave es una dona? ¿Son hijos biológicos de Thanos? ¿Hace cuánto que sirven a Thanos? ¿Cuántas criaturas han matado?
Cosas así.
Y seguían sin comprender cómo un simple humano estaba tan tranquilo y probaba la paciencia de seres que podrían matarlo en 2 segundos.
–La gema no está en Vormir —anunció Thanos cuando vio a los tres. Gamora estaba a su lado, y esta miró al humano anonadada.
–¿Tony?
–¡Sorpresa, sorpresa! —exclamó el hombre y soltó una carcajada—. Me alegra un poco que no te haya matado esta vez, ¿pero qué más da?
–¿Sabías que la gema no estaba en Vormir? —Ebony se había enfadado y tomó al castaño con sus habilidades.
–Calamardo, tus acusaciones son bastante feas —y soltó otra carcajada.
–¿Dónde está? —preguntó ésta vez Thanos, muy enfadado.
–Pff, supongo que en la Tierra. Son bastantes persistentes. Me da que ni me tuvieron paciencia y pensaron que te entregué la gema del alma, ¡qué listos! —rió de nuevo, aún quieto literalmente en el aire—. Me pregunto a quién mataron. Quizás Romanoff de nuevo, o quizás ganó Clint. Mh.. ¿Tú qué opinas verdecita? ¿Por quién apuestas?
–To... Tony, ¿qué... Qué te hicieron? —preguntó Gamora muy preocupada. Sus ojos castaños, preocupados y amables se habían reemplazado por unos oscuros, fríos y sin vida.
–¿A mí? Pff, nada. Llegamos a un acuerdo. ¡Ahora somos compadres! ¿No es genial? —y rió de nuevo. Gamora sintió pavor por su alegría de estar metido en todo eso—. ¿Y que tal tú vida? ¿Qué tal los guardianes?
–Tony, te está controlando —dijo hacia el hombre, y él levantó una ceja divertido—. ¡Lo estás controlando! —gritó hacia Thanos.
–Bonita, nadie me está controlando —su voz sonó sombría—. Me ha abierto los ojos ¿La Tierra quería un Tony Stark egoísta? ¿Un monstruo? ¡Lo tendrán! Luego no se pongan a llorar porque "yo no era así" —el castaño seguía quieto, pero tenía una gran sonrisa—. Y tendré mí final feliz —miró a su pecho—. Wow, todavía tienes esa joya —Gamora tapó el reactoe con su mano—. Mh, es gracioso que en otro universo dormí contigo varias veces. En fin... —suspiró.
–Bájalo —ordenó Thanos y obedeció.
Tony estiró un poco su brazo.
–Eres bastante violento, calamardo. Me dañaste el codo.
–¿Qué hacemos con ella? —preguntó Thanos, confiando la respuesta en Tony.
–Mh... —Tony se rascó la desmarañada barba con su mano—. Ya no nos sirve, supongo que matarla... —dijo sin más. Gamora abrió más los ojos ante la sorpresa—. Aunque, ¿sabes qué sería divertido? Usarla para extorsionarlos —Thanos guardó silencio—. ¿No lo has pensado? Quill no dudará en correr hacia ella, con él los guardianes, y así los Vengadores. Presa fácil. Gema fácil.
–Bien. Ebony, enciérrala —mandó Thanos y el mencionado obedeció de inmediato.
Gamora observaba a Tony mientras se la llevaban, y él sólo se despidió con su mano con una sonrisa. Le guiñó el ojo antes de que las compuertas se cerraran. Ella no sabría decir si era de coqueteo, juego, o algo más.
–¡A izar las velas y los marineros a gritar ahoy! Iremos a hacer una pequeña visita hoy. ¡Me salió con rima y todo! Jajá.
–Pareces tener un plan ajeno —mencionó Thanos de forma neutral hacia el humano.
–Quiero jugar un poco con ellos —su voz fue completamente sínica y sombría. Su reactor brilló un poco por el propio éxtasis de su dueño.
—·•·—
El equipo de Jane, Visión, Steve y algunos asgardianos más jóvenes fueron los que se quedaron en la base de SHIELD alejadas de lo que se volvería el campo de batalla, en todo momento conectados a los de su bando mediante los auriculares.
–Listo, ¿nos escuchan? —preguntó Fury. Recibiendo sólo afirmaciones de todos los grupos de formación.
Los de Wakanda seguían en sus tierras, aguardando a la señal de refuerzos. Al igual que los asgardianos dispuestos a pelear y vengar su pueblo. Bucky se encontraba allá para liderar junto a los reyes de los respectivos soldados.
Peter estaba nervioso. Pietro, Wanda y Harley no se iban de su lado para lograr brindarle el apoyo necesario. Movía la pierna insistentemente al igual que sus manos.
Mantis estaba neutral por primera vez, porque sólo sentía un fuerte vacío en el ambiente por encima de todo el miedo e incertidumbre. Su equipo tampoco se alejaba de ella, en especial Nébula. Quien estaba igual o más nerviosa que los más jóvenes, pero no lo demostraba.
Un escalofrío reinó en Peter, pasando desde su espalda baja y creando un nudo en su estómago. Era tenue, pero notorio.
Se tocó el cuello.
–Ya vienen... —susurró.
Hubieron largos segundos de silencio donde todos preparaban sus armas y armaduras, donde la concentración y determinación reinaban.
–Muchas naves se acercan a la atmósfera terrestre —anunció Jarvis en su tono neutral—. Y ahora puedo conectarme a la matriz de Viernes.
El escalofrío fue aún más grande en Peter.
–Wanda, señor Strange, ¡hagan un campo de fuerza ahora! —gritó el chico fuertemente, desgarrando su garganta.
Ambos obedecieron de inmediato, tapando a todos con sus respectivas magias sin saber muy bien qué esperar.
Y sucedió.
Una gran explosión azotó el lugar, quebrando el suelo, paredes y techo completamente.
Los portadores de magia activaron sus respectivos campos e fuerza. Pero parecieron inútiles.
Como si los ataques fueran planeados. Los misiles destruyeron el complejo, pero los escombros cayeron en lugares donde no alcanzaron a dañar a nadie gravemente.
Incluso Stephen estaba confundido. Con el escudo amarillo encima de su cabeza cubriendo a parte del equipo, pero ningún escombro cayó encima de ellos.
Ni siquiera el piso quebrándose causó heridas letales a pesar de que algunos cayeron por las grietas.
Algunos moretones y rasguños, para nada lo que se esperaría de una destrucción así. Como si campos de fuerza invisible los estuvieran cuidando.
Peter y Harley intercambiaron miradas, ayudándose mutuamente a mantenerse equilibrados ante el temblor.
–¿Están todos bien? —preguntó Jane por el auricular.
–Eso creemos —contestó Thor confundido y mirando alrededor si hubieron compañeros en necesidad de ayuda, pero nada.
–Okey, o tenemos mucha suerte o-
–Algo nos protegió —interrumpió Harley a Pietro.
Peter fue el primero en empezar a caminar fuera de los escombros, y allí lo vio.
La enorme nave de Thanos junto a las pequeñas que transportaban su ejército en la distancia.
Imponentes y tenebrosos, esas eran las palabras que describían la situación.
Él sabía que él estaba allí mirándolos desde la nave.
Sin saber muy bien cómo sentirse al respecto al saber que estaba siendo observado tan curiosamente.
Vio a Thanos descender de aquella nave y acercarse a la destrucción.
Apretó los puños.
Él tenía que pagar por lo que le hizo al señor Stark.
A Tony.
A su mentor.
A su padre.
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