48. Papá

Capítulo 48

Tony miró de nuevo hacia donde estaba Harley, procurando que ninguna otra criatura lo atrapara y deformando la realidad para hacerlo invisible ante los ojos de los enemigos.

Empezó a murmurar ante la desesperación.

Él y Harley podrían contra Ebony si se diera el caso de tener que pelear contra él. Pero no podrían contra Thanos.

–Heimdall, dime por favor que me puedes ver. Llévate a Harley, ¿me escuchaste? Llévate a Harley a la Tierra, sé que te debe quedar energía para llevarlo, llévatelo. Por favor llévatelo.

–Opino que está desvariando —dijo Ebony hacia Thanos.

El titán se giró hacia donde Tony había mirado anteriormente, y empezó a acercarse lentamente.

Harley podía verlo, mas Thanos no a él, pero era cuestión de tiempo hasta saber que estaba allí.

Sintió miedo, mucho miedo.

–¡Ahora maldita sea! —gritó el humano desesperado, casi destrozando su garganta.

La luz arcoiris apareció rompiendo un parte de la nave y envolviendo al chico, saliendo volando nuevamente de donde había salido.

Ebony se encargó se cubrir el agujero con las propias partes de la nave, y evitar que salieran al espacio por la des-compensación de aire.

Tony suspiró aliviado y con una sonrisa.

–¿Se atreve a burlarse? —exclamó Ebony enojado, usando una de las vigas y empezando a asfixiar al millonario.

Thanos hizo un gesto con la mano para que se detuviera, y así lo hizo.

–Libéralo —Ebony obedeció nuevamente entre un gruñido de molestia, y el cuerpo del hombre casi se cae al bajar bruscamente.

–¿Ahora qué? ¿Me torturarán? —preguntó acariciando su maltratada garganta.

–No —la expresión de Thanos era de curiosidad—. Quizás quieras acompañarme.

–¿Por qué me hablas así? No somos amigos, que te quede claro.

–Puede que entiendas que no somos muy distintos como crees.

Tony observó el guante. Allí estaba la gema morada, la de poder. La gema azul, la del espacio... Y la gema amarilla, la de la mente.

Las preguntas rondaron por su cabeza.

¿Visión murió? ¿Cuántos murieron en Wakanda? ¿El equipo estará bien? ¿Cuántos aliados de Thanos quedan?

Pero no sentía miedo ni tristeza, ni siquiera... Preocupación. Nada.

Ya había perdido a su mayordomo Jarvis una vez. Ya había perdido a Jarvis una vez ¿Por qué haría diferencia ahora si Visión sigue vivo o no?

Y eso era lo que le daba pánico.

La apatía... Pero no la situación.

—·•·—

Peter miró el cielo que se oscurecía por el atardecer. No quería bajar, tenía miedo de enfrentar las noticias, sabía que cualquiera le afectaría y se negaba a saberlas.

Observó las estrellas, y vio una que se movía.

–¿Una estrella fugaz? —preguntó más para sí mismo.

–Mis sensores indican que es un ser vivo —dijo Karen—. Es el joven Harley.

–Ah... ¡¿Espera qué?!

Peter se levantó de inmediato, y aquella luz perdió velocidad conforme se acercaba al suelo.

El chico siguió con la mirada el destello, y este aterrizó suavemente en el suelo al lado de Heimdall y Frigga.

El de piel morena tuvo que sostenerse con la ayuda de Frigga para no desvanecerse y caer al suelo por el cansancio.

Bajó rápidamente, afirmando que era Harley.

Apenas el destello desapareció, el menor pareció desesperarse.

–¡Espera-!

Peter no esperó. Apenas se levantó lo abrazó fuertemente.

–Estás bien. Me alegro tanto-

–Sí, pero Tony no lo está —Harley no había correspondido, y lo empujó para zafarse y quitarse el traje de nanotecnología—. ¡No lo puto está!

–¿Está con Thanos? —preguntó Frigga preocupada.

–Sí —asintió Harley, negando decirles lo que sucedió antes de eso. Esa locura en los ojos del castaño mientras intentaban torturarlo.

–¿Pero está vivo?

–Aún... —contestó Heimdall observando más allá del cielo—. Está muy lejos.

–Pero está vivo.

Harley miró a Peter un largo rato, y luego se adentró al complejo en busca de Stephen, ignorando todo comentario de alivio, preocupación o sonrisa.

–Tú. Necesitamos hablar.

–Puedes hablarlo con todos —por el tono, el capitán preguntó más que pidió.

–No se metan, sólo él.

El mago asintió al chico, al entender que su seriedad no era un juego, y fueron a una sala aislada.

–¿Qué sucedió?

–El tipo ese que parece un calamar-

–Ebony.

–¡No me interrumpas! —exclamó el chico, estaba alterado—. Intentó torturar a Tony con unas cosas de agujas raras que flotan. Se veía muy doloroso, pero...

–¿Pero?

–Tony se reía de él... De todo en realidad —Stephen abrió la boca para hablar, pero Harley le interrumpió—. Ya sé que es Tony Stark y puede ser bromista... Pero no era sólo eso, no era bromista, era... ¿Locura? No sabría describirlo. Su risa no era una risa de burla, era una risa... ¿Desquiciada? No sé... No sé cómo describirlo.

–Mh. El poder de la gemas es demasiado para un mortal —contestó el mago seriamente—. Es desición de Tony si se dejará absorber ante la codicia de su poder. Puede que le haya dado más habilidades de las que planteamos.

–¿Eso significa qué?

–Lo sabes perfectamente. Eres listo —Stephen le acarició la cabeza—. No niegues lo que puede ser inevitable, sólo debes mantenerte preparado para todos los escenarios. Puedes ver por fuera de la caja siempre y cuando no te ciegues.

–¿Te he dicho ya que te pareces a Sherlock?

Stephen suspiró largamente y cansado, ya había arruinado el momento de seriedad... Como siempre.

–Ya vete a dormir.

–No eres mí padre.

–Entonces deja de molestar.

–No quiero —fue transportado a otra parte del complejo y Stephen ya no estaba con él—. ¡No es justo!

—·•·—

–¿Por qué te empeñas tanto en demostrar que somos iguales? Porque está claro que no lo somos —se defendió el Stark.

Ya no sentía miedo, tampoco el otro extremo, no tenía comodidad alguna. Sólo... Neutralidad. Esa sería la palabra que lo describiría en esa situación. Un vacío de emociones, no le importaba nada.

–Dime, Anthony... ¿Cuánto has sufrido por tú querido planeta? —el humano calló completamente. Estaban frente a un gran ventanal a una distancia muy considerable uno del otro. Thanos miraba al espacio estrellado y profundo, y Tony lo miraba desconfiado—. ¿Cuánto estás realmente dispuesto a dar por él?

–Es mí mundo, debo protegerlo, es el único que conozco.

–¿El único? —cuestionó el mayor, volteando a verle breves momentos. Para luego seguir mirando el espacio—.  Puede que no la haya experimentado en persona, pero sé el poder de las gemas. Sé que viste una... Inmensa cantidad de realidades, universos y líneas alternas. Tú mundo no es el único mundo que conoces, y conoces mundos en los que desearías estar pero que encuentras incorrecto hacerlo, y mundos que desearías no haber conocido y que ahora temes de ellos.

–¿Tú punto es...?

–¿Cuánto estás dispuesto a dar por tú Tierra? —ésta vez Tony miró al espacio y Thanos volteó a verlo—. ¿Y cuánto la Tierra estuvo dispuesta a darte de vuelta? —el titán miró de nuevo al frente—. Un hombre que sacrifica tanto por algo, nunca recibe la misma cantidad de vuelta, pidiéndola o no... El resultado siempre será el mismo, ¿estás dispuesto a luchar por un lugar que nunca te quiso? ¿De dar tú vida por personas que te odiaron o que desprecian tú modo de pensar?

–¿Qué hay de ti? Quieres destruir a la mitad de la población universal, ¿esperas a que la gente te ame por matar a la mitad de su gente?

–No estoy esperando una recompensa de inmediato, eso llevará tiempo, generaciones... Pero tengo la certeza de que vivirán prósperos en el futuro, abundante comida, recursos, evolucionarán más allá de su propia comprensión. Esa es mí recompensa —Thanos se volteó nuevamente, topando con la mirada seria y neutral del contrario—. Matarme no haría diferencia en tú caso... —miró al frente nuevamente y Tony le imitó—. Tu gente se seguirá asesinando unos a otros dentro de su misma especie, seguirá muriendo de hambre, agotando los recursos. Tomando y tomando... Tus amigos no te buscaron cuando moriste en el espacio, lo supe cuando... Me hicieron la visita antes de quitarme la vida.

–Pero no merecen ser asesinados.

–No es asesinato... Es una forma suave de borrarlos de la existencia. No sienten dolor absoluto.

–No puedo permitir que desaparezcan todos. Sería injusto para ellos.

–Tienes familia —sonó burlesco—. Hombres como nosotros deben dejar eso atrás por el bien mayor.

–Lo siento, quizás sea un hombre de familia y eso nos diferencie entre tú y yo.

–Entonces pelea por ella.

–Entonces deja el guantelete a un lado y ponte en guardia.

–No conmigo, Anthony... —su voz sonaba tranquila—. Con mí ayuda podrías tener la realidad que desees. La familia que quieres y no tienes por qué recordar ésta realidad. Nacerías de nuevo en una realidad próspera y sólo para ti, sin ataques, sin daño, sin odio, sin nada... Sólo debes ayudarme a salvar ésta realidad y podrás tener todo eso —la luz amarilla del guante brilló un poco—. Podrás tener una familia con tú esposa. Una vida normal, unos amigos que se preocupan por ti.

Tony estaba dudando. Una gran parte de ella añoraba por eso que prometía, pero su parte consciente lo alejaba de aquella tentación.

¿Podría ser feliz y olvidarse de todo aquello?

Sí...

Sí podía.

Antes de poder responder, escuchó un grito de odio.

La reconoció de inmediato.

–¿Nébula...?

Salió de aquel trance y fue corriendo hacia la dirección de los gritos. Le importaba poco si algún hijo de Thanos lo atacaba.

Quería.

No.

Necesitaba ver a aquella chica.

La encontró siendo llevada a una sala casi vacía. Ebony la hizo flotar en el aire y separó sus partes metálicas, dejándola completamente inmóvil.

–¡Aléjate de ella ahora! —gritó con rabia y atacó con un láser la nuca de Ebony, alejándolo lo suficiente y protegiendo a la androide al poner su cuerpo entre ella y el alien.

–To... Ny —exclamó ella con dificultad.

Estaba muy herida. Aparte de sus partes estando separadas y en clara agonía, tenía partes faltantes y quemadas, golpeadas a más no poder. Aunque tenía el círculo del traje de nanotecnología intacto. Debieron atacarla antes de poder activarlo, y, en parte, agradeció eso profundamente.

–Estás bien, estarás bien, tranquila. Ya estoy aquí —intentó tranquilizarla. Tocó su brazo no separado con cuidado, y sintió su temblor por el sufrimiento del dolor—. Dioses... —susurró con tristeza.

–No es necesario sentir lástima por ella... Me ha fallado múltiples veces. Un desperdicio —Thanos hablaba con asco, lo que activó más la vela de odio dentro del Stark.

–Si te ayudo... ¿La dejarás ir?

–No puedo hacer eso. Con ella sabré la posición de la gema del alma... Pero no te preocupes. Cuando hagamos tú realidad, ella será toda tuya.

Tony dejó de apuntar y se giró hacia Nébula. Le susurró muy bajo.

–A mí señal, vamos hacia el vidrio, activas tú traje —Nébula no respondió, pero Tony supo que lo escuchó fuerte y claro. Se volteó nuevamente y concentró la energía en el centro de su ser, logrando que su reactor brillara más y más en rojo claro, hasta ser completamente blanquecino. Cegó temporalmente a ambos enemigos y al mismo tiempo liberó a Nébula de su prisión al alterar la realidad alrededor—. Ahora —exclamó tomando su mano completa y salir corriendo hacia el ventanal.

Ambos apretaron el centro de su reactor para activar los trajes de nanotecnología. Nébula fue la encargada de romper el vidrio entre un gruñido de dolor y su puño de metal desarmado.

Pareciera que lo habían logrado, pero a un par de metros estando dentro del espacio inmenso, el cuerpo de Tony se detuvo en el aire.

Voltearon a ver. Ebony estaba sujeto del vidrio tomando a Tony con su telekinesis. El otro hijo de Thanos lo mantenía sujetado dentro de la nave, mientras que el titán se había refugiado a un par de metros de ellos.

Nébula empezó a forcejear con la mano para ayudarlo a avanzar, poniendo toda la energía en los propulsores para sacarlo del agarre invisible.

–Viernes. Lista para activar el protocolo "sin vuelta atrás" —habló Tony desde el comunicador que conectaba a ambos.

–Afirmativo jefe.

–Tony. Tony espera —exclamó la chica sujetando su brazo con ambas manos. Pero su fuerza no servía. Ambos eran jalados por Ebony hacia la nave nuevamente.

–Escúchame, tienes que estar a salvo.

–¡No te dejaré!

–Si no me sueltas, irás también a la nave.

–No me importa —Tony sonrió con suavidad dentro del traje. Y Nébula, a pesar de no verlo por la máscara del traje contrario, sabía que lo hacía.

El castaño estiró su mano y acarició su mejilla por encima de su casco. El tiempo pareció detenerse unos pocos segundos.

–¿Viernes?

–Tony no-

–Actívalo.

–Activando propulsores.

Nébula intentó arrimarse al brazo contrario, pero los propulsores y su traje se movieron solos en dirección opuesta a donde quería ir.

Tony no logró escuchar lo que gritó en la lejanía. Sus oídos se habían tapado, o quizás no pudo procesar la palabra que había dicho, pero le hizo sonreír desde el centro de su alma muy a pesar de saber que estaría en el infierno.

¿A quién iba a engañar?

Ya se encontraba allí hace muchos años.

–Intenté hacerlo por las buenas, Anthony —dijo Thanos con decepción luego de que Ebony cerrara la grieta—. Pero supongo que tendremos que hacerlo por las malas.

Tony pudo ver en el guante cómo la gema amarilla brilló por encima de todo lo demás.

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