45. Captura

Capítulo 45


La pelea era peor de lo que recordaba. Era como si hubiera olvidado como pelear con su traje. O tal vez era algo más.

–Debes entender que eres inferior a nosotros, Anthony Stark —habló Ebony en una oportunidad.

–¿Cómo sabes mí nombre?

–Nuestro padre lo sabe. Sabe que has estado modificando la realidad a tú antojo, no eres muy distinto a él... Ni a nosotros.

–Te puto callas.

Stephen y Wong no podían ayudarlo, estaban entretenidos intentando detener al más grande.

Ebony atrapó a Anthony modificando los escombros de un edificio.

–No me obligarás a silenciarme. Prometí a nuestro padre que le llevaría las gemas, y eso haré.

–¿Si? Pues creo que el Sherlock americano no te la entregará muy fácilmente.

–Eso no me interesa por ahora... Lo que me interesa es la tuya —su voz sonó tenebrosa. Estiró su mano casi tocando el reactor, y con su habilidad empezó a intentar separarla—. Nunca le he fallado, y ésta vez no será la excepción.

Tony gritó fuertemente ante el dolor. Era algo parecido a comparar lo que sentiría una planta si la sacas de raíz. El dolor cubría todo el cuerpo, empezando desde la punta de sus dedos y centrándose en su pecho.

La realidad empezó a deformarse alrededor de su piel, atravesando los escombros que aprisionaba sus brazos igual a cómo Ava modificaba su cuerpo antes de ser ayudada.

Activó el láser de la mano libre y le dio un tiro seco en el rostro, quemando la mitad y alejándolo.

–¿Ahora funcionas? —exclamó mirando su reactor una vez salió del problema. La luz tintineó en rojo un segundo, como si le respondiera—. ¡Ah, claro! No toquen a la nena. Más te vale traer a Nébula —la luz volvió a tintinear antes de apagarse nuevamente—. ¡Oh, vamos! Lamento tratarte así, pero por favor, no actúes simplemente cuando estamos a punto de morir, ¿no? —dio pequeños golpes a su reactor—. Eres una diva, lo sabes, ¿no? Paga renta, ¡oye!

Ebony sólo lo observó confundido, al igual que Stephen y Wong a la distancia.

—·•·—

–Okey... ¿Jarvis? ¿Algo que declarar?

–Un grupo de personas apareció hace unas horas en el patio del complejo.

–¿Por qué no nos dijiste antes? —exclamó Harley.

–Se veían muy afligidos por saber el estado del señor Stark, así que me pareció oportuno esperar para avisarles. Además que la situación parece controlada.

–¿Son malos? —preguntó Peter.

–Mis sensores indican que uno de ellos es Thor. Está herido. El doctor Selvig y Jane lo están revisando.

–¿Ahora qué? —preguntó Harley.

–Ya sé. Doctor Bruce, usted vaya a Wakanda a entregar el escudo. Nosotros iremos al complejo a ver qué sucede —Harley asintió hacia la idea del castaño.

–No los puedo dejar solos.

–Sí que puede, y es necesario —argumentó Peter nuevamente. Ambos niños activaron sus trajes.

–Nos mantendremos en contacto —finalizó Harley dejando que Peter se sostuviera a la espalda del traje. El menor activó los propulsores y salió de la casa por la parte del techo abierto. Bruce sólo se quedó parado un momento, con el escudo entre sus manos.

Suspiró.

–Jarvis, trae el jet por favor.

–Por supuesto, Doctor.

No sabía si odiar o sentir orgullo al notar la actitud de ambos niños tan parecidas a Tony. O quizás sí.

Estaba jodidamente asustado.

–Ojalá y el señor Stark vea nuestros trajes arreglados —dijo Peter aún encima de la espalda del traje de nanotecnología de Harley.

–Deja de querer impresionarlo tanto.

–No lo estoy intentando impresionar... —No recibió respuesta—. Bueno sí, sólo un poco. Pero el señor Stark es el señor Stark.

–Pff, sí claro. No es como si fuera tú ídolo.

–¿No es el tuyo?

–Nah.

–¿Entonces por qué mejoraste tanto tú traje? —Harley no respondió y Peter sonrió ampliamente por debajo de la máscara—. ¡También lo admiras, también lo admiras! —exclamó burlesco.

–Te callas o te vas caminando hacia el complejo —Harley aumentó la velocidad, obligando al mayor a aferrarse con ambas manos a su espalda metálica.

Llegaron al complejo, y era cierto. Un montón de personas estaban afuera, confundidas y perdidas, algunos niños lloraban aferrados a los mayores.

Harley aterrizó y Peter salió de su espalda.

–¿Tony? —preguntó la mujer, quien estaba saliendo del complejo, hacia Harley.

–¿Me parezco? —preguntó el chico con gracia y desactivando sólo su casco—. ¿Qué sucedió?

–Thanos llegó al reino —respondió la mujer.

–¿Cómo escaparon? —preguntó Peter también desactivando su máscara.

–Loki.

–¿Él está bien? —insistió el mayor.

–No... No lo sé.

–Todo lo que veo es destrucción. No lo logro divisar —habló el hombre de piel oscura al lado de la mujer.

–Pequeños —habló una voz femenina a sus espaldas. Era Darcy. Ella corrió a abrazar a ambos al mismo tiempo—. Sabía que estaban bien. Jane me debe 10 dólares.

–¿Y Thor? —preguntó Peter al separarse.

–Está dentro. Está bastante molido. Está inconsciente. El titán loco del que tanto hablan ya llegó. 

–Lo sabemos.

–¿Dónde está el resto? ¿Brujita, Flash? —preguntó la chica cuando empezaron a avanzar dentro de la estructura.

–En Wakanda junto al doctor Bruce —respondió Harley.

–¿Por qué están allá?

–Wanda y Pietro querían avisar que Tony ya despertó —explicó Peter—. Y el doctor Bruce fue a dejar el escudo.

–¿El sexy millonario que no usa tacones despertó? ¿Y dónde está?

–Al centro de la ciudad, peleando —respondió Harley.

–¿Solo?

–Con el mago.

Thor estaba recostado en la camilla de la enfermería totalmente inconsciente.

–Chicos —dijo Jane apenas los vio—. No te pagaré 10 dólares, Darcy, esto no es un juego —regañó hacia la pelinegra quien sonreía arrogante.

–El dinero es siempre cosa seria.

–¿No despierta? —preguntó el chico mayor al ver a la castaña y al doctor afligidos.

–No. Me temo que quizás haya entrado en coma... Y no creo que sea buena idea ir a un hospital ahora mismo —dijo Selvig.

–Tengo una idea. Es un técnica secreta —Harley desactivó completamente su traje y se acercó al Dios. Los demás se alejaron unos pasos.

El chico observó su rostro. Y le dio una gran cachetada en la cara, para luego tapar su nariz y su boca con sus manos. A los 4 segundos, el rubio abrió los ojos, exaltado y asustado. Levantándose y dando unos pasos de forma desorientada y brusca.

–Thor —exclamó Jane sujetándolo. El contrario le tocó el rostro, como comprobando que era ella, y la abrazó fuertemente.

Peter y Darcy miraron a Harley. El primero con desaprobación y la segunda con orgullo.

–¿Qué? Yo también tengo el sueño pesado, mí hermanita suele despertarme así cuando no le hago caso —levantó los hombros con indiferencia.

–Madre —jadeó el Dios al ver a la mujer acercarse. También la abrazó, casi desplomando todo su peso en ella—. Asgard... Thanos...

–Lo sé, lo sé, shh... —Frigga lo abrazó más fuerte.

–Padre, el reino... Loki... Se han ido —sollozó el Dios. La mujer mayor tuvo que aguantar las lágrimas, tenía que ser fuerte por su hijo, por la quizás última familia que le quedaba.

–Thor... Lamentamos lo que sucedió —dijo Harley acercándose unos pasos—. Pero necesitamos saber qué sucedió... Con los guardianes.

El mayor se separó de su madre y miró al chico.

–Fuimos emboscados... No sé qué sucedió con claridad. Los hijos de Thanos me atraparon antes de ver qué sucedió con ellos —habló melancólico—. No sé... No sé si están vivos.

–¿La chica verde sabía la posición de una piedrita, no? —preguntó Darcy distraída, pero dando justo en el punto.

–¡Mierda! —exclamó Harley fuertemente.

–Hey, no es necesario ese lenguaje —regañó Selvig.

–¡Pues caca y estrellitas! —exclamó el chico aún más fuerte, desconcertando a todos los mayores—. Es obvio que el tipo está en busca de todas las gemas lo más rápido posible.

–Si Gamora conoce la posición, debe estar viva —añadió Peter.

–Y lo más probable es que Nébula también, la usará para chantajear a Gamora —finalizó Jane.

–¿Y los de Wakanda? —cuestionó Selvig.

–¡Visión! —gritaron Peter y Harley.

–¿Alguien me escucha? —dijo Harley usando el auricular que todo el equipo portaba para cuando habían problemas. Sólo se escuchó el rugido de guerra de Hulk, casi quedando sordo—. Creo que no.

–Escuche, señor Hulk o quien sea que esté escuchando —empezó Peter de forma suave pero firme—. Deben destruir la gema de la mente lo antes posible. Thanos puede tener la gema del alma ahora mismo.

–¿Qué sucedió? ¿Cómo sabes lo de la gema? —preguntó Steve entre jadeos por la lucha.

–Porque Thor cayó de su nave mágica y se estrelló en una maldita bola de fuego en el patio del cuartel general, sin guardianes, ah, ¡y sin las hijas de Thanos quienes saben la posición de la maldita gema naranja de mier-

–Ya escucharon a Harley —interrumpió Natasha igualmente en dificultad ante la pelea—. Wanda.

–¡Estoy un poco ocupada ahora! —gritó ella—. Siguen apareciendo más y más. Están intentando entrar al castillo —estaba peleando contra Proxima Midnight.

–¿Shuri? —preguntó Bucky desde el comunicador, parecía estar lejos de la señal.

–¡Estoy trabajando! No me aceleren. El cuerpo que hicieron es muy inestable —exclamó ella fuertemente.

–Pietro, ve a ayudarla. Evita que se acerquen.

–No te dejaré so-

–¡Lleva tú jodido trasero allá ahora si no quieres que te lo patee a la siguiente galaxia más lejana!

Todos los que escucharon les dio un escalofrío enorme ante el grito de cólera y desesperación.

–¿Qué podemos hacer nosotros? —preguntó Peter suavemente.

–A no ser que puedan traer sus traseros aquí... —suspiró la princesa.

–O mejor al centro de la ciudad —sugirió la voz de Clint—. La situación no se ve nada bien con Tony. Necesitamos apoyo.

—·•·—

–Eres más fuerte de lo que pensaba. Te cuestioné mal, Anthony.

–¿Por qué todos dicen mí nombre como si lo saborearan? Es raro... Tengo novia, ¿sabes? Aunque tú actor no está mal cuando tiene cabello.

–Ya me hartaste con tus estupideces —exclamó el alienígena con rabia. Usando todo su poder, atrapó de nuevo a Tony entre escombros, pero ahora usaba vigas de metal para ahogarlo.

–Okey, ¿rojita? Ponte a brillar —no lo hacía. Las vigas estaban lejos de su rector, por ende, lejos de la "gema"—. Va... Mos —susurró con dificultad al ser ahorcado. La gema empezó a brillar, pero de forma lenta y tenue.

Ebony sonrió con suficiencia, sabiendo que se desmayaría antes de que la gema hiciera efecto de nuevo.

Una flecha se dirigió hacia la criatura, pero esta se detuvo a los pocos centímetros al reflejo del mayor.

Se giró lentamente, y sólo vio al humano parado y apuntándolo con el arco y flecha, determinado y valiente.

Idiota y arrogante.

–De todos de tus compañeros que pudieron intentar detenerme, ¿qué hace él aquí? —exclamó Ebony confundido y asqueado. La flecha explotó en toda su cara—. ¡Endemoniado insolente!

Tony apretó los dientes.

–¡Clint! ¿Qué haces aquí? ¡Vete de aquí! ¡Es peligroso! —Tony intentó salir de su prisión.

–¡No puedo permitir que te lleven! —gritó de vuelta esquivando los ataques y contrarrestando con sus flechas y habilidad.

–En esta realidad no estás sordo ¿Y aún así no escuchas? ¡Con tus malditas flechas no le harás nada!

–¡Puedo hacer tiempo! Alguien llegará. 

–Es mejor que no hayas escuchado a Anthony... —Ebony estaba molesto. Era como una cucaracha que se escabullía cada vez que intentabas perseguirla—. Morirás en manos de un hijo de Thanos. Es el mayor honor que le puedo otorgar a un ser tan inferior.

Ebony lo atrapó con los escombros igual que lo había hecho con Tony, pero él lo resistía menos al no tener armadura. Apretó los dientes con dolor.

–¡No te atrevas! —gritó el millonario fuertemente, pero eso hizo que la criatura sonriera más amplio. La luz en su reactor empezó a brillar nuevamente.

–Entonces tú no te atrevas a resistirte.

–¡Por favor!, tiene familia. No puedes... No puedes hacer eso —exclamó Tony más calmado.

–Clásica preocupación humana. La... Familia por sobre sus propios principios y seguridad —apretó más al arquero—. Te propongo algo. No haces nada y lo dejo vivir —Tony entrecerró los ojos.

–No lo hagas... —jadeó Clint, pero Ebony apretó más.

Stephen y Wong querían llegar donde ellos, pero el más grande estaba descontrolado y no les permitían llegar donde el Stark.

Harley y Peter querían llegar a tiempo, pero no lo lograrían.

–Tú o él... La última decisión lo tienes tú.

Tony miró a Clint y recordó a su familia, en especial... Al pequeño Nathaniel Pietro Barton que merecía crecer con un padre. A quien alguna vez pudo tomar en brazos cuando Clint anunció su nacimiento.

Dejó de forzar y, con ello, la luz roja de su pecho dejó de brillar. Miró derrotado y serio hacia Ebony.

–Bien —dijo finalmente.

El contrario sonrió satisfecho y dejó caer el cuerpo débil y consciente de Barton al suelo.

Rodeó de nuevo su cuello con las vigas de metal para ahogarlo y finalmente desmayarlo. Movió su mano para que su cuerpo inconsciente lo siguiera encima de un escombro subiendo sólos a la nave, puesto que la otra criatura había sido llevada a la Antártica.

Stephen miró con impotencia el último rastro de Tony antes de que la nave empezara a andar rápidamente. No lo lograrían alcanzar, no luego de una lucha como esa.

Se lo habían llevado.

Y Peter y Harley lo supieron por sus miradas hacia la nave con forma de dona.

No pudieron evitar que Harley se metiera en ella antes de que se cerraran todas las puertas.

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