35. Gema

Feliz cumpleaños BeastCipher ❤❤❤

Una cosa que aclarar en el capítulo anterior respecto a Clint, xD... Me mataron sus comentarios jajsjsj

Y otra cosa. Harley se supone que tiene una hermana... ¿Quieren que sea mayor o menor que él? Sería como 2 años de diferencia.

Capítulo 35

–Podría hablar con ella.

–¿E-Enserio? —se aclaró la garganta—. ¿Enserio? ¿No sería peligroso de que volviera?

–Tal vez —sonrió burlona y le acarició el pecho—. Pero su llegada está escrita. Es mejor que vuelva con buenas intenciones y no causar problemas, ¿no lo crees?

–Supongo... ¿Pero cuánto tardarías?

–No estoy segura. El tiempo funciona distinto en Hel, y ella... Está un poquito enojada conmigo. Podrían ser meses.

–¿Meses?

–Usaré todo mí poder para convencerla de ayudar, pero no te puedo prometer nada —la Muerte levantó su cabeza de estar apoyada en el pecho de Tony y lo miró.

–¿Vas a usar todo tú poder de coquetería para que te apoye?

–Exactamente. Soy irresistible —rió ella—. Pero si no te puedes cuidar solo...

–Sé cuidarme solito. Estaré bien.

–¿Estás seguro? Porque si te pasa algo no podré llegar a ayudarte. A lo más cuando tú alma y cuerpo se estén separando.

–Tengo la gema de la realidad, creo... Que podré manejarme en esto.

La Muerte rió un vez más y con un dedo acarició por encima de la nariz del humano.

–¿Nos veremos entonces?

–Nos veremos entonces —afirmó el mortal sonriente—. Me gustaría estar presente cuando ocurra la reunión familiar.

Su compañera rió una vez más y se apoyó en su pecho una última vez.

–Adiós, cariño.

Y desapareció.

Una sensación de calor inundó el cuerpo de Stark, pero no era un calor del momento, era un calor que siempre estuvo en el ambiente y era su compañera quien lo mantenía frío.

La Muerte se había ido hasta nuevo aviso.

—·•·—

–Su majestad. Muchas gracias por venir.

–Gracias a usted por invitarme —ambos hombres estrecharon manos—. Ya leí todos los acuerdos.

–¿Y qué me dice?

–Por supuesto firmaré —sonrió—. Wakanda ha estado escondida del mundo por mucho tiempo, ya era hora de abrir nuestras fronteras.

–Estoy de acuerdo —dijo el Stark.

–Agradezco su iniciativa en este proyecto, señor Stark. Espero que ambos podamos unir estos dos mundos.

–Por supuesto, su majestad.

Tony estaba arrepentido de no haber venido a esta junta, pero qué más daba. Estaba sucediendo y lograrían aliarse con Wakanda para la futura guerra.

Sólo estaban él y Romanoff como representantes del equipo protector, básicamente porque el Stark quería verlo con sus propios ojos.

No hubo explosión en Sokovia, ni Zemo, ni madre dolida que lo culpaba, ni peligro de muerte al equipo. Los acuerdos eran una unión de paz y protección, no de encerramiento.

Estaba sucediendo meses después del supuesto fin a la guerra Civil en su otra vida.

Pero lo que pudo salir mal, salió mal.

–¡Todo el mundo al suelo!

Tony no tuvo tiempo de reaccionar, y fue Romanoff quien tiró de su ropa para que se agachara.

Recuerda una explosión, luego absoluto silencio, y después unos sollozos de desesperación, miedo y tristeza.

Miró intentando que su mente espabilara ante la situación, y vio a T'Challa sosteniendo el cuerpo sin vida de su padre entre sus brazos.

–Esto no tiene sentido —susurró Tony en shock. Natasha lo miró—. Esto no tiene sentido —susurró nuevamente y miró al suelo, luego a la mujer, completamente asustado y en pánico—. J... J, ¿Bucky dónde está?

–Está dando un paseo por Nueva York.

¿Por qué sucedió eso? Zemo no tenía razones para atacar.

–Tony, hey... Tony.

–¿Por qué? ¿Por qué está pasando esto? ¿Por qué? —estaba desesperado. Esa maldita explosión fue lo que causó el quiebre de la guerra civil.

Recibió una cachetada que lo volvió a la realidad, y luego unas manos sujetaron sus hombros.

–Espabila ya —exclamó Natasha moviéndolo un poco sintiendo el temblor del cuerpo ajeno—. Responde, ¿estás herido?

–N-No, pero-

–Tranquilo, tienes que estar tranquilo. Mírame —Tony se encontró con los ojos de la contraria y por primera vez se sintió seguro—. Todo va a estar bien.

–No lo estará... —susurró, o más bien murmuró, desganado.

La ambulancia y los bomberos habían llegado hacía pocos minutos, pero Tony no se había dejado revisar a pesar de que Natasha le había aconsejado quedarse.

Se fue a la base rápidamente y sin hablar con nadie más, sin poder pensar con claridad y nublado ante la desesperación.

–Muerte, dime por favor que era una broma —susurró, pero no había respuesta. Tampoco esa sensación fría pero familiar de su presencia.

La Muerte lo había dejado sólo temporalmente y estaba literalmente asustado de ello.

–¿Tony? Tony, ¿estás bien? Vi la noticias y-

–Sí, sí, claro que las viste —cortó Tony rascándose la cabeza, apenas y pudiendo enfrentarse con los ojos de Steve, quien lo esperaba a la entrada recién llegado—. Claro que sí.

–¿Ahora a dónde vas? —el castaño no respondió y se adentró en la base y se dirigió a los pasillos. Steve le siguió de cerca, confundido y preocupado por su actitud—. ¿Tony?

–No está...  —era un tono derrotado, triste, casi en un jadeo.

–¿Qué dices?

Tony apuntó hacia la habitación donde se supone estaría la gema. Había un completo vacío, no había rastro de la piedra.

–La gema... La gema no está —Steve giró su mirada para verificar lo que decía—. La maldita gema no está —pasó su mano por su propio cabello, estresado a más no poder—. Bien realidad, esto ya es mucho, por favor aparece —no hubo respuesta y Tony soltó una carcajada nerviosa—. ¿Oye? ¿No será otra de tus bromas verdad?

Steve lo miraba expectante y un poco temeroso.

–Tony... ¿A quién le hablas?

–Mierda, mierda, mierda —susurró el menor desesperado, caminando alrededor de la habitación. Sintió el pecho apretado y la falta de aire ae hizo presente—. No otra vez, no para vez, por favor no otra vez —pensaba en los acuerdos, en la pelea del aeropuerto, en la batalla en Siberia—. Por favor, por favor, sólo... Sólo aparece, ¿dónde estás? —estaba completamente ido, buscando alguna señal que le dijera que la gema estaba allí, que no la había perdido.

–Hey... Tony —Steve le tocó el hombro suavemente.

Tony le quitó el la mano de un movimiento brusco, pero nada más. Lo miró largo rato sin saber qué hacer exactamente, ni qué pensar ni decir.

Pasó su propia mano por su rostro y se desordenó el cabello. Se tapó los ojos y suspiró profundamente.

–Esta es la cosa, todo se fue a la mierda. Absolutamente toda la puta madre que hicimos se está yendo a la mierda.

–Lenguaje —Steve sólo pudo atinar a decir eso torpemente. 

–¡No me vengas con eso ahora! —suspiró desesperado—. Los acuerdos no se harán. El rey se murió de nuevo. T'Challa nos odiará seguramente o buscará al asesino para matarlo él mismo, retrasando todo ¡Yo se supone que estaría allá hablando con él, carajos! ¡Ah! Y la gema no está y ella tampoco.

–¿Ella?

–Eso ya no importa —fue hacia un dispositivo de holograma para ver las grabaciones—. ¿J?

–Aquí señor.

–¿Qué ocurrió con tus protocolos de seguridad?

–Al parecer fueron quebrantada hace 10 horas.

–¿Las grabaciones?

El vídeo empezó a reproducirse.

–Lamento la calidad, pero al parecer hubieron fallas en las cámaras que alteraron las imágenes.

En el vídeo aparecía una figura humanoide blanco que se movía como si fuera un glitch. Al estar frente a la gema se quitó lo que parecía ser un casco, revelando una cabellera larga castaña oscura y piel tostada, pero los rasgos estaban difusos.

Estiró su mano junto a algo de metal y simplemente tomó la gema sin activar ningún protocolo o violación a la Seguridad, para desaparecer tan extrañamente como había llegado. Todo el vídeo donde esa persona estuvo presente estaba fallando, pero volvió totalmente a la normalidad cuando desapareció.

–Okey, tenemos dos opciones —suspiró pausando la imagen a donde se veía el rostro borroso de la mujer—. Una, es que esta persona esté aliada con quien sea que puso la bomba. O dos, que sólo tenemos jodida mala suerte —el capitán sólo atinó a asentir—. ¿Tú qué opinas?

–Esto ocurrió en tú anterior vida —Tony asintió, frunciendo los labios y sin responder con palabras, dudoso—. ¿Pero...?

–Mucho antes. A principio o mitad de año, no a finales. Dios... —sintió su mano temblar producto de la ansiedad y estrés. Buscó la noticia y pausó la imagen de una figura gruesa encapuchada, a quien no se le lograba ver el rostro—. Se supone que culparían a Bucky usando una máscara falsa —Steve se acercó para ver mejor la imagen—. Pero ahora...

–¿Para qué querrían la gema?

–No tengo ni idea. Ni siquiera yo sé cómo usar esa cosa exactamente. ¿Qué si lo descubren?

–¿Qué sugieres?

Tony lo pensó por largo rato, indagando en sus recuerdos.

–No lo sé... —confesó el castaño y se rascó el cuello. La ansiedad subía y empezó a murmurar—. Lo harán, un paso en falso y volveré a la cueva, la realidad, la realidad volverá. Yinsen estará muerto, perderé a Pepper, a Harley, a Jarvis, a Peter, Rhodey estará paralizado, Bruce estará desaparecido, Pietro morirá. Oh Dios. Nébula no me recordará... Eso pasará, sí, eso pasará, por favor... Por favor vuelve. Debe ser otra pesadilla.

Sin darse cuenta empezó a jadear frente a la mirada del mayor. Su cordura no existía en ese momento. Se tomó de los pelos mientras la crisis sucedía y miraba al piso.

–Hey, Tony... —Steve tenía suavizada la voz, asustado y preocupado al ver a aquel hombre desvariando tantas cosas en tan poco tiempo. Recordó a sus compañeros en la guerra, los menos capacitados mentalmente desvariaban así después de alguna baja de compañeros.

–El equipo se romperá, eso va a pasar. Me odiarán de nuevo. Wanda me querrá muerto, Clint no verá  su familia, trataré mal a Natasha —seguía murmurando incoherente. Balanceaba su propio cuerpo suavemente intentando aminorar sus temblores y jadeos, perdido completamente en su propio tormento mental.

–Tony.

Tocó su hombro luego de vacilar un par de veces y notó lo mucho que temblaba.

–Necesito... Necesito aire —espabiló al darse cuenta lo débil que se veía y lo mucho que necesitaba salir de aquel ambiente.

Activó su traje de nanotecnología sin que el capitán pudiera impedirlo, y salió del lugar, alejándose lo más posible y sin rumbo fijo.

Terminó en el gran campo de la enorme hectárea verde que era parte de la propiedad de la base, pero que nadie ha usado.

Se quitó el traje y cayó al suelo en completa crisis.

Jadeó intentando quitarse ese dolor en el pecho, y rogó internamente que la Muerte viniera a acompañarlo, pero no lo hizo.

Estaba solo.

Luego de largos minutos logró calmarse lo suficiente para pensar mejor la cosas, odiando haberse visto tan débil frente a Steve y ser tan cobarde como para escapar de aquella situación.

Buscó en sus opciones y recuerdos.

Ocurrió algo raro unos meses antes de la llegada de Thanos, algo lo suficiente raro, pequeño y a la vez gigante.

Unió piezas.

Scott estuvo peleando contra alguien o algo. Recuerda haber visto el vídeo por internet de cómo se hacía gigante en un puerto ¿Por qué más lo haría si no había algo importante en juego?

Debía ser eso. No... Tenía que ser eso.

Su primer miedo desde su resurrección se hizo presente: No saber qué ocurrirá, que la situación se le escapara de las manos.

Por primera vez en mucho tiempo no sabía qué hacer.

El destino de esa realidad caía sobre sus hombros, no se podía permitir ser débil ahora. Menos un maldito cobarde que tenía que huir del ambiente hostil.

La Muerte ya no estaba acompañándolo y quizás sea así por un tiempo, necesitaba concentrarse. Vaciar por completo la mente.

Necesitaba a su equipo.

Necesitaba ayuda.

—·•·—

–¿Lo conseguiste?

–Lo que irradiaba esa energía no era un dispositivo —sacó de su bolsillo aquella gema envuelta en la cápsula—. Era esto.

–¿Una gema?

–Estaba resguardada. Debe ser importante, quizás... Me ayude.

–Si la tenían protegida, puede ser... Ojalá que así sea —el hombre sonrió de forma leve y cariñosa.

–Iré a recupararme.

–Por supuesto, Ava. Yo me pondré a trabajar de inmediato con esto.

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