30. Simple
Capítulo 30
La cena fue de lo más agradable. Risas, conversaciones, y un duelo entre divas... Lo típico en las cenas familiares.
A pesar de todo Tony calculó el tiempo, le quedaba como 1 hora para llamar a Nébula y no preocuparla como lo hizo ayer.
Aún así se dio el lujo de salir a hablar con Loki, tal y como cuando llegó a la Tierra. Sólo ellos dos dando un paseo por los alrededores y discutiendo lo jodidamente extraño que era ser conscientes de la Muerte.
–Así que... Te dejaron salir, ¿hum? Te portaste bonito en la celda y te redujeron la condena.
–Supongo que de alguna forma es así —contestó Loki con normalidad—. ¿Dónde está ella?
–Aquí —la Muerte se materializó a su lado, y el Dios dio un salto por el susto. La mujer carcajeó burlesca, seguida de Tony—. ¿Acaso te asusté?
–No.
–Te acostumbrarás —rió el humano y le golpeó con la palma amistosamente en su espalda. Loki puso una cara de "¿Cómo te atreves a tocarme así?"—. A todo esto, ¿cómo has estado?
–¿Por qué te interesa?
–Wow, qué simpático.
–¿Es porque quieres saber si he hablado con ella? —hizo un gesto a la mujer que caminaba en medio de ellos.
–No necesariamente. Si estuviera buscando quienes saben de ella, yo estaría tomándome un tecito junto a Nébula y Ancestral.
Loki se congeló al escuchar aquel nombre, pero el menor no lo notó. Sintió pánico y un escalofrío por la espalda.
–¿...De qué me estás hablando?
–Oh, eso es fácil —dijo Tony mientras que la Muerte abrazó su brazo—. No somos los únicos que sabemos de ésta linda mujer.
–¿A qué te refieres?
–Yo creo que le agradaría a Nébula —mencionó la mujer hacia el castaño.
–¿Tú crees?
–No me ignoren, ¡hey! —exclamó Loki molesto, pero los otros dos siguieron en lo suyo.
–Bueno, los dos son azules y tienen "problemas con papi". Además que intentó matar a su hermano.
–Lo otro lo entiendo, pero yo no lo veo muy azulado.
–Oigan-
–No en su forma Asgardiana. Saluda al gigante-no tan gigante- de hielo de Asgard.
–¡¿Quieren dejar de hacer eso?! También estoy aquí, dejen de ignorarme.
–¿Qué es un gigante de hielo? —preguntó Tony sin más. Loki guardó silencio—. Sabía que eras adoptado, ¿pero eres de otra especie o algo así?
Loki frunció los labios y desvió la mirada.
–Los gigantes de hielo siempre fueron un tema delicado en Asgard —narró la Muerte—. Odín logró un tratado de paz con ellos luego de tantas guerras, pero se llevó algo más con ellos en la última batalla significativa hace más de 1000 años. Un pequeño bebé de Jotunheim, hijo de Laufey y heredero legítimo de aquel reino.
–Loki —añadió Tony mirando al pelinegro—. Uh... Eso explica bastante de tú drama con la familia Odinson... Y el hecho de que no te pareces en nada a ellos.
–¿...Tú crees? —preguntó con sarcasmo Loki—. Soy un simple trofeo de guerra para Odín.
–¿Y para Frigga o Thor? Quizás él pensó eso cuando te encontró, pero ellos dos en verdad te quieren —sonrió el castaño y detuvo su paso—. Aprovecha que tienes una familia que daría todo por ti.
–Entonces... ¿Por qué no lo haces tú con tu gente?
–Si hablas por Pepper-
–A todos, Anthony. De quienes se supone que fue tú equipo.
Tony calló y lo miró largamente, para luego dirigir sus ojos a la Muerte.
–¿Qué? Él preguntó sobre tú pasado —el castaño suspiró pesado.
–Ellos no son mí familia, y no estoy seguro si alguna vez lo serán.
–Pero los amas —insistió el pelinegro—. Tanto insistes en que Thor y madre me aman, lo mismo aplicaría a ti con ellos a pesar de sus traiciones, ¿no? —Tony suspiró pesado y se rascó la nuca.
–Sí... A pesar de todo, sí, sí los amo.
–Por eso haces todo esto. Te sacrificas como un imbécil para proteger a personas que no darían ni un mísero cabello por ti —Loki estaba fascinado por las expresiones de nerviosismo y honestas que hacía el mortal—. ¿Qué pretendes? ¿Ser amado por ellos? ¿Lograr que se postren ante tus pies cuando sepan lo poderoso que eres con ella como amiga? ¿Que sacrifiquen algo por ti? ¿Hacerlos sentir algo parecido a lo que sentiste: Desesperación? ¿Frustración? ¿Cuál es tú propósito con todo esto?
–¡No lo sé, ¿si?!... —gritó exasperado—. No lo sé —susurró. Suspiró nuevamente y pasó su mano por su rostro—. Escucha... Sólo quiero enmendar mí pasado, hacer bien las cosas. Y por sobre todo evitar que la mitad de la vida existente en el universo se extinga, eso es todo.
–Pues pides muy poco —sonrió sarcástico aquel Dios.
–Pido lo suficiente.
–¿Suficiente? —el pelinegro ladeó la cabeza y detuvo completamente su paso.
–Sí, suficiente —el mortal largó un suspiro—. Mí trabajo estará hecho cuando Thanos y quienes sea quienes lo apoyen estén muertos. Ahí será suficiente.
–¿Pero cuál es el costo que estás dispuesto a soportar?
–El que sea —no tardó nada en responder—. Cueste lo que cueste.
Loki sonrió sin mostrar los dientes. No era una sonrisa burlesca, era más amistosa que cualquier otra cosa.
–Pues... Ahora lo confirmé.
–¿Qué cosa?
–Eres el humano más imbécil que he conocido jamás.
–Oye-
–Pero eso es algo bueno —Loki reanudó el paso—. Significa que eres valiente. Ser idiota es algo que siempre va ligado con la valentía y heroísmo.
–Yo no soy un héroe. Pensé durante 10 años que podría ser uno.
–¿Y por qué no podrías serlo?
–Oye, esto ya parece un interrogatorio extraño. ¿Qué pretendes?
–¿Que no los humanos tienen este tipo de conversaciones con preguntas y respuestas para conocerse mejor?
–Sí, pero no intentan interrogarte sobre tú vida pasada.
–¿Seguro?
–... Bueno sí. Pero no de esta forma.
–¿Por qué te cuesta tanto responder? ¿Tienes miedo?
–Un titán loco está buscando 6 gemas y 3 están en la Tierra. Tengo derecho a cambiarme los pantalones de vez en cuando, ¿sabes? —largó un suspiro y se rascó la cabeza—. No, no soy un héroe. Estoy lejos de serlo.
–¿Por qué?
–No lo sé. Sólo estoy consciente que no soy uno —Tony guardó silencio y frunció el ceño un poco antes de responder—. No soy Ironman. Tampoco soy un Vengador.
–Entonces, ¿qué eres?
–Un simple hombre que necesitó de una segunda oportunidad para hacer las cosas bien. Muchos las hubieran hecho a la primera y mejor.
–¿Lo dices porque te han dicho algo parecido antes? —Tony apenas escuchó al pelinegro, volvió a mirar a la Muerte abrazada a su brazo. Ella levantó los hombros.
–¿Qué puedo decir? Está guapo y es muy persuasivo.
–Eso ya no importa. Pasado pisado supongo.
–No tan pisado si aún te afecta —sonrió la mujer.
–¿Y tú de qué lado estás?
–Del de los perdedores.
–¿Deberíamos sentirnos halagados?
–Dímelo tú, es tú amiga.
El Stark rió honestamente por lo extraña de la conversación. Le siguió la Muerte rápidamente y finalmente el pelinegro.
–Me caes bien cuando no estás intentando destruir mí ciudad —exclamó Tony tocando su hombro. Loki, lejos de sentirse ofendido por la acción, ladeó nuevamente la cabeza.
–Sabes que no fue totalmente mí idea.
–Claro, claro. Thanos. Hijo de puta. Entiendo, entiendo —sonrió—. Te invitaré algún día a tomar algo en la Tierra.
–¿Y por qué quería ir a tomar algo en Midgard contigo?
–Porque somos amigos, ¿no? —Loki quedó completamente en shock y callado—. Y... Porque ella te mataría si eres malo conmigo.
–Es cierto.
—·•·—
Hablar con Loki o Frigga siempre fueron una salida fácil a su ansiedad, pero cada vez se acercaba más uno de sus peores años de su vida entera.
Si ya en el 2015 aumentaron sus niveles de ansiedad y nerviosismo, lo que habría que esperar del 2016 sería mucho peor y con demasiada diferencia.
Ese maldito año fue donde el equipo se rompió completamente, en donde nunca se había culpado tanto de algo ni había tenido tantas pesadillas en una sola semana.
Apenas y podía dormir, sin hablar de sus constantes nervios y ansiedad durante el día. Tanto así que Pepper se tuvo que tomar días libres para ayudarlos con sus crisis.
Empeoraba cada vez que tenía que hablar con Fury o con alguno de los ex-Vengadores. Sólo con ver sus rostros era una tortura.
Y eso lo hacía sentir aún más culpable.
–¿Estás bien? —preguntó el soldado en una ocasión al ver a Tony tan notoriamente afectado.
–Sí, sí... Siempre —contestó el castaño ocultando su nerviosismo.
–No lo estás —dijo Wanda suavemente, con miedo de incluso acercarse—. Es por la guerra civil de tus recuerdos.
Tony abrió la boca para decir algo, pero nada salió. Volvió a cerrar la boca y asintió.
–Sí... Es eso —confesó con melancolía.
–Lo siento... Si no hubiera sido por mí no-
–Tú no hiciste nada, Bucky —simpatizó Tony—. O al menos no por tú cuenta.
–Quizás... Wanda pueda borrar alguno de tus recuerdos —ofreció Pietro, pero Tony negó con la cabeza.
–Si lo hace, quizás no sea consciente de muchas cosas necesarias para el futuro. Puedo resistir un par de años, ya luego se verá.
–Aún así me preocupas, Tony —dijo Bruce suavemente—. ¿Has ido a ver a alguien?
–¿Para qué?
–¿Cómo que para qué? —exclamó el doctor bastante indignado a la par de preocupado—. Tony... Acabarás enfermándote. Sabes que Sam te puede conseguir a alguien que te ayude.
–¿Y qué le puedo decir? —preguntó el castaño molesto—. Oiga, ¿sabe qué? Resulta que morí en el 2018 gracias a que quedé varado y sin oxígeno en una nave espacial junto a una Cyborg, luego de enfrentarme a un titán loco que desapareció a la mitad del universo gracias a unas piedritas mágicas que controlan al universo. Luego reviví mágicamente 10 años antes y ahora tengo que cambiar todo para no terminar igual. Hablo con mapaches, bichos-humanoides y alienígenas azules. Ah, y también soy amigo de Dioses noruegos. ¿Qué me recomendaría hacer? —todos guardaron silencio—. ¿O muy directo?
–Si lo pones así, suena muy mal —mencionó Pietro rascándose la frente.
–¿Y de qué otra manera lo podría decir? —Banner iba a abrir la boca para responder, pero Tony lo detuvo—. Gracias por la preocupación. Pero no la necesité antes para continuar, no la necesito ahora para terminar con todo esto.
Aún así su estabilidad mental era débil más veces de las que pudo contar.
La única forma para poder dormir bien era con unas pastillas y los brazos de Pepper, los cuales no siempre podían estar disponible por su trabajo, y eso Tony lo entendía perfectamente, no la culpaba en lo más mínimo.
Esas noches de soledad, sólo podía beber hasta el amanecer. Muchas veces la Muerte tuvo que limpiar su desastre a pesar de que Tony le dijera que no era necesario.
Hubo veces en donde Visión lo acompañaba y le cocinaba varios postres que había aprendido en la casa de Wanda junto a su familia.
Y hubo otras donde le pedía a Jarvis que se conectara con Viernes y que ella le contara los reportes de misión de los guardianes. Tanto del protocolo busca y encuentra, como de sus misiones como protectores.
No se sentía capaz de contarle a Nébula sobre lo que le pasaba. Sabía que ella sería capaz de volver a la Tierra. Y él lo que menos quería era molestarla a ella y a los guardianes.
Aunque pudo avanzar en ciertos proyectos en sus noches de insomnios.
El traje de Spiderman y Ironspider estaban totalmente terminados. Los Centinelas estaban por todo el mundo monitoreando y bajando los niveles de crímenes. SHIELD estaba reconstruido totalmente, teniendo a Fury, Coulson y Maria como líderes principales, y él como verificador de sus misiones y principal contenedor de la información del protocolo contra Thanos.
Necesitaba algún respiro, algo sencillo pero didáctico de manejar. Así que se le ocurrió una idea que le carcomía la consciencia apenas dio un vistazo por el Internet.
Un misterioso chico de traje rojo mal hecho, columpiándose por los edificios mientras atrapaba ladrones simples.
El amable vecino Spiderman.
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